Jesucristo, entregó su vida y derramó
su sangre por nosotros
Puesto que la vida
está en la sangre (Levítico 17:11 “Porque la vida de la
carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar
por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación por la persona.”); al morir Jesús en la cruz y derramar toda su
sangre, nos dio su vida y por ello nos
reconcilió con el Padre, nos justificó, nos limpió, dándonos vida eterna. De
esta manera se cancela nuestra deuda. (“Porque la paga
del pecado es la muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro”) Romanos 6:23.
Era necesario un sacrificio perfecto sin mancha y sólo Jesús
pudo ser ese cordero que quitaría el pecado del mundo. Gracias a Jesús y a su preciosa sangre ahora
podemos tener comunión con el Padre, él
nos acercó de tal manera que tenemos libre
acceso a su misma presencia.
EXPIACIÓN: Cristo a través de su Sangre borró todas nuestras culpas ofreciéndose él como el sacrificio
perfecto, dando su vida. El llevó
nuestro castigo. Murió en el lugar de
cada ser humano.
La sangre que derramó
el Señor Jesús ha dado satisfacción a
Dios, ha pagado la deuda de la humanidad,
ahora Él está dispuesto a satisfacer en nosotros la limpieza de nuestras almas, que nos redime,
nos purifica, nos limpia de toda culpa,
para servir al Dios vivo sin manchas y sin arrugas delante de Él
Hemos sido comprados para Dios. “…y
cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir
sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para
Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;…” (Apocalipsis 5.9)
(Levítico 17:11).
“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22).
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
VICARIA: podemos decir
que un vicario es aquel que toma el lugar de otro, el suplente, el sustituto.
La muerte vicaria (o sustitutiva) de Jesucristo es la obra de la cruz que quita
la muerte espiritual o segunda muerte del ser humano.
No solo nos quita la sentencia de muerte por el pecado, sino
que hace posible que Dios restaure la vida de todo hombre que recibe a Jesús como Señor y Salvador.
Esta obra nos libra de la muerte (o separación eterna) y de
la condena que teníamos por ser pecadores,
porque Cristo ya pagó la condena y murió en la cruz en nuestro lugar.
Puesto que por culpa
del pecado estábamos condenados a la muerte física y a la muerte espiritual,
Jesucristo tuvo que sufrir muerte como sustito nuestro.
Dios consideró satisfactoria la muerte de Cristo y la
acreditó a la cuenta de la raza caída.
EXPIACIÓN En la
teología cristiana, expiación denota la doctrina de la reconciliación de Dios y
el hombre, llevada a cabo por la
crucifixión y muerte de Jesucristo, en un
acto de satisfacción pagado a Dios, por un hombre: Jesús, el Cristo, que exigió
de la obediencia a la ley de ese hombre perfecto
, porque el hombre común no la pudo cumplir a causa de su pecado. http://mb-soft.com/believe/tsn/atone.htm La
expiación es aquella forma de satisfacción por la culpa del pecado en la que el
culpable queda absuelto al cargar otro con su pena. La palabra viene del hebreo kipper, equivalente al arameo de borrar o la
raíz de cubrir. El concepto básico parece ser el de eliminar el
obstáculo que impide la bendición de Dios.
RECONCILIACIÓN Restablecimiento de la concordia y la amistad
entre varias partes enemistadas.
Restablecimiento de la concordia o amistad perdidas entre dos
personas que se habían enfrentado, reconstitución de una relación rota.
Eso fue lo que hizo
Jesús por medio de Su muerte, al precio de Su sangre; nos reconcilió con Dios de quien estábamos separados, a
causa del pecado.
La muerte vicaria de Jesucristo, a través de la cual tomando
nuestro lugar, pagó el precio de la deuda, satisfizo la justicia de Dios que requería
que hubiese muerte de por medio como precio del pecado. Romanos 6:23 Porque la paga del
pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro. Esa muerte la merecíamos nosotros, y Jesús tomó nuestro lugar.
Jesús al morir en la cruz pagó el precio, quitó de en medio
el pecado que nos separaba de Dios y nos acercó al Padre, llevándonos y dándonos
libre acceso a Su presencia. El expió nuestro pecado, lo cargó sobre él, lo
borró, por su sangre nos lavó, nos
limpió, nos santificó y así, de esta
manera, nos reconcilió con nuestro Dios y Padre celestial. 1° de Pedro 2: 24 “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el
madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis
sanados”.
Sin la muerte de Jesús
no hay salvación, ni reconciliación, ni vida eterna, ni nada. JESUS TOMÓ NUESTRO LUGAR, PAGÓ EL PRECIO,
CUMPLIÓ LA JUSTICIA DE DIOS QUE REQUERÍA MUERTE POR EL PECADO, Y NOS RECONCILIÓ CON ÉL.
Gracias Dios mío por tu amor y Tu misericordia, gracias por Jesucristo mi Señor
y salvador
¿PORQUÉ MURIÓ EL SEÑOR JESÚS? A lo que me refiero es,
¿hubiera podido Jesús lograr nuestra salvación sin morir como hombre?
La respuesta es NO. Para que pudiera haber remisión de
pecado, tenía que haber muerte y derramamiento de sangre Hebreos 9:15 “Y por causa de esto Él es mediador del nuevo
testamento, para que interviniendo muerte para la redención de las
transgresiones que había bajo el primer testamento, los llamados reciban la
promesa de la herencia eterna”. 16 “Porque donde hay testamento, necesario es
que intervenga muerte del testador”. 17 “Porque el testamento con la muerte es
confirmado; de otra manera no tiene validez entre tanto que el testador vive”. 18 “De donde ni aún el primer testamento fue consagrado sin
sangre. 19 Porque habiendo hablado Moisés todos los mandamientos de la ley a
todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con
agua, y lana de grana, e hisopo, roció al mismo libro, y también a todo el
pueblo, 20 diciendo: Ésta es la sangre del testamento que Dios os ha mandado.
21 Y además de esto roció también con sangre el tabernáculo y todos los vasos
del ministerio. 22 Y casi todo es purificado según la ley con sangre; y sin
derramamiento de sangre no hay remisión.”
Jesús tuvo que morir,
derramar hasta la ultima gota de Su preciosa sangre por nuestra salvación “Porque la
vida de la carne en la sangre está”, (Levítico 17:11). “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
En el Edén Dios proveyó al hombre,( Adán y Eva), de todo lo
necesario para vivir una vida en comunión con El, una vida santa, segura, una
vida feliz. Génesis 2: 7-9 y 15-16 y 25. 7: “Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la
tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser
viviente. 8”Y plantó el SEÑOR Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso
allí al hombre que había formado. 9 Y el SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra
todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; 15 Entonces el SEÑOR Dios
tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo
cuidara. 16 Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo:
De todo árbol del huerto podrás comer” Génesis
2: 17- “pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás,
porque el día que de él comas, ciertamente morirás.
Vemos que también les dio un mandato, una prohibición y una
advertencia, si no lo cumplían
cometerían una falta. Cuando
desobedecieron e hicieron aquello que Dios les había mandado no hacer,
cometieron alta traición contra Dios,
quien amorosamente les había dado todo, esto constituyó un delito que mereció
una pena, la cual ningún hombre fue capaz de pagar.
Para eso nació Jesús, un hombre, el segundo Adán, por cuanto
no tenía pecado en su sangre, porque fue concebido sobrenaturalmente, por esto, era como Adán antes de pecar. Pero, en todo
lo demás fue un hombre como los demás, sólo que siempre sometió su voluntad a
la voluntad de Dios y lo hizo por libre albedrío, movido por su amor a Dios y a
los hombres caídos.
Cuando los primeros
padres pecaron cayó sobre ellos la consecuencia de su pecado, perdieron la
comunión con Dios y trajeron consigo maldición de pecado para toda la
humanidad. (Génesis 3).
También perdieron aquel
estado de inocencia en que había sido creado, es decir su integridad y
santidad. Adán y Eva se dieron cuenta que estaban desnudos y trataron de cubrir
su desnudez. (Trataron de pagar por su pecado, de hacer una obra, que los
cubriera ante Dios) Génesis 3:7 “Entonces fueron
abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas
de higuera y se hicieron delantales”.
Dios los llamó y los confrontó amorosamente. Ellos se habían
escondido porque estaban avergonzados,(Adán dijo: “tuve
miedo porque estaba desnudo y me escondí” Génesis 3: 10).
Ellos no reconocieron fácilmente su pecado, sino trataron de
justificarse diciendo: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y
yo comí”;... dijo la mujer: la serpiente me engañó y comí”
Y allí en el Edén fue
hecho el primer sacrificio, para cubrir la desnudez del hombre. Dios mismo mató
un animal y con su piel vistió al hombre. (Esto era una figura de lo que era necesario
hacer cuando un hombre sin pecado pudiera redimir a la humanidad del pecado, por medio de dar su vida y derramar su propia
sangre.
Génesis 3:21 “Y el SEÑOR Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su
mujer, y los vistió. Así que esa
fue la primera figura referida a la sangre del Redentor, necesaria para cubrir
la desnudez del hombre, que vino por causa del pecado. (Desnudez
es figurativo de haber perdido espíritu santo y haber quedado destituido de la
gloria de Dios)
Fue en el Edén donde
Dios mismo da la primera profecía y promesa acerca del Redentor (Jesús). Génesis 3: 15 “Y pondré enemistad
entre tú y la mujer, y entre tu
simiente y su simiente; él te herirá en
la cabeza, y tú le herirás en el
calcañar”.
Hay que notar que Dios
no podía quitarle la piel al animal, para vestir al hombre, si no lo mataba
primero; así mismo, si Jesucristo no
hubiese muerto en la cruz no hubiese podido cubrirnos a nosotros con su sangre
para salvarnos del pecado y de la muerte eterna. Entonces era indispensable que
Jesús diera su vida y toda su sangre, por nuestra salvación.
Porque Dios es santo, bueno y justo, Su Ley exigió la muerte ante esta infracción.
Cuando el hombre pecó, la
multa debía pagarse, o Dios no sería justo.
Romanos 5; 8 “Pero Dios demuestra
su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros. 9 Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre,
seremos salvos de la ira por medio de él.
10 Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte
de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida.
11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación”.
Hebreos 9:11 “Pero cuando Cristo apareció como sumo
sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto
tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por medio de la sangre de machos cabríos y de
becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez
para siempre, habiendo obtenido redención eterna. 13 Porque si la sangre de los
machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la becerra rociada sobre los que
se han contaminado, santifican para la purificación de la carne, 14 ¿cuánto más
la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin
mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al
Dios vivo? 15 Y por eso El es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que
habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se
cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa
de la herencia eterna. 16 Porque donde hay un testamento, necesario es
que ocurra la muerte del testador. 17 Pues un testamento es válido sólo en caso
de muerte, puesto que no se pone en vigor mientras vive el testador. 18 Por tanto, ni aun el primer pacto se inauguró sin
sangre. 19 Porque cuando Moisés terminó de promulgar todos los mandamientos a
todo el pueblo, conforme a la ley, tomó la sangre de los becerros y de los
machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a
todo el pueblo,
20 diciendo:
ESTA ES LA SANGRE DEL PACTO QUE DIOS OS ORDENÓ. 21 Y de la misma manera roció
con sangre tanto el tabernáculo como todos los utensilios del ministerio. 22 Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin
derramamiento de sangre no hay perdón”.
Si no hubiera existido la sustitución en la cruz, la muerte
vicaria con el derramamiento de su sangre preciosa y la resurrección triunfal
del Señor Jesucristo;, habríamos quedado a mitad del camino que Dios tiene para
nosotros, porque solamente mediante nuestra muerte habría remisión de nuestras
faltas, y de las faltas que como hombre por naturaleza arrastramos por el solo
hecho de haber nacido,( como progenie de Adán), lo que nos privaría de la vida
eterna, de la comunión con Dios Padre, y de la bendición de vivir en la
protección de Jesucristo, autor y consumador de la fe; vale decir que nuestra
vida se perdería en una muerte absurda por el hecho de no haber reconocido al
Señor Jesús como nuestro sustituto y Salvador.
Juan 3:16 “porque de tal manera amó
Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él crea
no se pierda, mas tenga vida eterna”
Como reconocerlo hoy : confesar y creer que Jesucristo es el señor de nuestras vidas
Rom 10:9 que si confesares con
tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de
los muertos, serás salvo.
Rom 10:10 Porque con el corazón
se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Rom 10:11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será
avergonzado.(C)
Si obedecemos a la Escritura, que es respirada de Dios, se
origino en Él, podemos estar confiados que no seremos avergonzados; y que henos
pasado de muerte a vida, y el mismo señor Jesucristo declaro en:
Juan 10:10 El ladrón no viene sino
para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que
la tengan en abundancia.
Esa Vida en Abundancia y esa plenitud, el autor es Dios, que
la hizo disponible por medio del señor Jesucristo.
Agradecemos a Dios Padre y al señor Jesucristo por su amor
hacia nosotros. Y vivamos asi:
Rom 15:6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo. Jca.
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