63 - ÉL HA RESUCITADO.
¡ÉL HA
RESUCITADO! Incomparable en esplendor y gloria, la resurrección de Jesucristo
de entre los muertos es, hasta la fecha, el momento crucial en la historia de
la humanidad para toda la gente en la tierra. Las palabras ¡ha resucitado!,
confirmaron la victoria: El supremo sacrificio de un hombre, culminó con la
esperanza del rescate para toda la humanidad.
Cuando las
mujeres llegaron al sepulcro temprano por la mañana del Día de la Resurrección
para ungir el cuerpo sepultado de Jesús, una de las primeras palabras dirigidas
a ellas fue “ha resucitado”, confirmando que la vida en la tierra nunca
volvería a ser la misma. Sin dar pista alguna, Dios había guardado Su plan como
un secreto por generaciones a su pueblo, así como a los príncipes de las
tinieblas de este mundo.
Así de suprema fue la resurrección de Su hijo -en
contraste a la muerte atroz y brutal de Jesús, que sería lo que develaría una
nueva creación, un “nuevo hombre”, una clase única de ser humano: uno dotado
con el Espíritu de Dios dentro, capaz de mostrar la luz del Dios eterno y a Su
hijo Jesucristo, habitando dentro de un nuevo ser espiritual.
(Juan
14:12) De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago,
él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
Si los
príncipes de las tinieblas de este mundo, y los secuaces de Satanás, hubiesen
sabido que cuando crucificaron al Señor de la Gloria, pronto muchos millones,
serían habilitados como Cristo, ejerciendo el poder contra los gobernadores de
las tinieblas de este mundo (tal y como Jesús lo había hecho), nunca habrían
crucificado al Señor de Gloria. Eso, mis hermanos y hermanas, es el punto
exacto. Ya que él está ahora resucitado, nos ha habilitado a ti y a mí para
tomar su lugar y su posición en la tierra hasta su regreso por su iglesia.
(Colosenses
1:26-27) El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero
que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer
las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en
vosotros, la esperanza de gloria.
Una vez más,
si Satanás hubiese sabido que Dios iba a traer en existencia, como Sus “hijos e
hijas”, a hombres y mujeres infundidos con el poder de Dios, llenos de Su
Espíritu, un espíritu incorruptible, nunca habría crucificado al Mesías.
(1Co.2:7, 8). Mas hablamos sabiduría de Dios
en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos
para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció;
porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
Es de vital importancia para todos los
creyentes conocer la verdad. La verdad nos hace libres, no las
tradiciones de los hombres. El Día de la Resurrección, está en asombroso
contraste con la horrible paliza y ejecución, que se llevó a cabo solo días
previos, a nuestro Señor y salvador.
Nuestro Dios
es el Padre amoroso rico en misericordias.
Afortunadamente,
para nosotros, nuestro Dios es el Padre amoroso rico en misericordias. Aunque
la humanidad dio un paso poniendo inmensa distancia de su Creador,
Dios
prometió una futura reconciliación y la llevó a cabo convirtiéndonos en lo más
preciado para cualquier padre: un hijo o una hija.
(Hebreos 2:10) Porque convenía a aquel por
cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que
habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al
autor de la salvación de ellos.
Jesucristo,
nuestro hermano, caminó como todos los hombres fueron hechos para caminar, y
tomó en sí mismo el castigo que nosotros merecíamos, y sin embargo, nosotros
recibimos el premio de su gloriosa vida.
¡Él ha resucitado! Y gracias a Dios por eso.
Jesús es una realidad que puede ser
experimentada en el ahora. Jesús nos da calidad de vida y gracia para vivir una
larga vida.
Propósito:
1. Jesús
vino a buscar y salvar aquello que habíamos perdido.
“Porque
el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lucas
19:10
2. Jesús
vino a destruir las obras del diablo.
“El
que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio.
Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”. 1 Juan
3:8
3. Jesús
vino a destruir el poder del pecado y de la muerte.
“Porque
el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo
la gracia”. Romanos 6:14
4. Jesús
vino a destruir el poder de la enfermedad.
“Mas
él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Isaías
53:5
5. Jesús
vino a destruir el poder de la pobreza.
“Cristo
nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque
está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero”. Gálatas 3:13
6. Jesús
vino a librarnos del reino de las tinieblas y a trasladarnos al Reino de Dios.
“El
cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de
su amado Hijo” Colosenses 1:13
7. Jesús es
el camino, la verdad y la vida. Él es la respuesta
“Jesús
le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí”. Juan 14:6
¿Por qué
Jesús hizo todo esto?
La
motivación detrás de todas estas cosas es Su amor.
Cuando Jesús
murió en la cruz, Él extendió Sus brazos y tomó tus enfermedades y dolencias.
Sin embargo, muchos se han conformado a sus enfermedades y creen que Dios no
puede hacer nada. No obstante, debemos saber que nada es imposible para Dios.
Jesús es tu
sanador. Pero tú debes recibir la sanidad. Tú necesitas tu sanidad y tu
milagro. Aprópiate de lo que te pertenece. La obra fue completada en la cruz.
Cada
creyente es un portador del poder sobrenatural de Dios. Así que, donde quiera
que vayas, tú debes MANIFESTAR lo que Él
ha depositado en ti.
“Padre, te doy gracias por Tu obra terminada.
Jesús en la cruz pagó por mis pecados, enfermedades, y me dio salvación. Ahora
mismo yo CREO lo que es mío.
(Filipenses
2:12) Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi
presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos con
vuestra salvación con temor y temblor.
Una de las
más difundidas equivocaciones en todo el mundo es que la salvación depende de
las obras que hacemos. Así, pues, una
vez que: ocupaos con vuestra salvación con temor y temblor, no puede querer
decir, que tenemos que hacer obras para ser salvos. , Entonces ¿Qué es lo
que quiere decir? -
Pablo está escribiendo a personas en Filipo, que
ya eran salvas. Lo que está haciendo es dar instrucciones acerca de lo que un
cristiano debe hacer después de ser salvo.
TEMOR Y
TEMBLOR (Orientalismos) De Bishop K. C. Pillai
"Ocuparse" no significa para nada
trabajar duramente para ganarse la salvación.
Lo que Pablo
le estaba diciendo a estos Cristianos era que manifestasen su salvación -- que
hiciesen sobresalir en operación a Aquel que habita en sus corazones, en los
actos de sus vidas, Así alumbre vuestra luz delante de
los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre
que está en los cielos. (Mateo 5:16).
Esto es
exactamente lo que Pablo le está diciendo a la iglesia de los Filipenses. Cada cristiano
tiene a Cristo dentro de él. Pero es solamente cuando el espíritu de Cristo
pasa a gobernar nuestros pensamientos y actos que tenemos algún valor como
hijos e hijas de Dios.....por sus frutos los conocerás. (Mateo 7:20).
Nosotros nos
"ocupamos" (en demostración) de nuestra salvación de muchas maneras.
La gentileza
reemplaza a la amargura. El amor toma el lugar de los odios. Ahora hay paz
donde antes había división. La paciencia suplanta a la intolerancia. Tenemos
gozo en vez de tinieblas. Somos mansos en vez de iracundos. Las palabras de los
labios son aceptables a los ojos de Dios. La deshonestidad ha dado lugar a la
honestidad. Actuamos y hablamos procurando el interés de los demás y no solo el
propio. Nuestra salvación se manifiesta por la luz de Cristo que brilla en
nuestra faz. Hemos venido a ser pilares de firmeza para los débiles. Nuestro
tiempo, talento, y dinero se utilizan de manera que glorifiquen a Dios.
Nosotros
somos epístolas.....conocidas y leídas por todos los hombres (2a Corintios
3:2), que testificamos del poder de Cristo.
El aspecto
más impresionante de "ocupar" (operar, manifestar) nuestra salvación,
es que momento a momento con Cristo, no hay trabajo ninguno, es tan natural
como el respirar cuando la carne está sujeta al espíritu.
Jesús
dijo, de vuestro interior correrán ríos de agua viva (Juan 3:38). Él estaba hablando de sacar de
nuestro propio interior la divina naturaleza y dejarla fluir en nuestras vidas.
Y es muy
significativo que estas refrescantes aguas no tengan que ser bombeadas del ser
íntimo de un creyente genuino. La reserva ilimitada de abundancia las hace
fluir para fuera como el agua de una fuente.
Para concluir, "temor y
temblor" significa, reverencia y obediencia.
La Biblia
nunca enseña que los cristianos deberían temer a Dios. Él es nuestro amoroso
Padre Celestial. Él ofrece buenas dádivas a Sus hijos......el perfecto amor
echa fuera el temor (1a Juan 4:18). EW
Bullinger - KC Pillai. Nosotros le
reverenciamos a Él. En primer lugar, porque Él es -- Creador, Sustentador,
Salvador, y Señor. Él es el gran Pastor, la Roca de todas las edades;
Todopoderoso Dios es Él. Humíllate delante de Él, alábale, adórale a Él; Su
Nombre es Maravilloso.
En segundo
lugar, nosotros lo reverenciamos a Él por lo que ha hecho en nuestras vidas. Él
nos levantó del lodazal de barro. Él nos amó cuando no merecíamos ser amados.
Envió a Su Hijo a morir por nosotros cuando éramos sus enemigos. Su Hijo fue la
propiciación para nuestros pecados. Suplió todas nuestras necesidades. ¡Alabado
sea Su Nombre!
A medida que
reverenciamos a Dios, la obediencia a Su Palabra se hace espontanea y natural,
no de manera forzada. Si me amáis, guardad mis
mandamientos (Juan 14:15). Fuera de su amor nosotros estamos aptos para
ir o para venir, para quedarnos o irnos. No existe mandamiento alguno en la
Palabra de Dios que nos prive de alguna cosa. Todos los que están escritos
fueron dados para nuestro provecho. Nuestras vidas solo pueden venir a
enriquecerse cundo obedecemos.
Echemos mano
de la gracia que es más que suficiente para hacer de nosotros dinámicos
embajadores de Cristo. Entonces podemos demostrar a Cristo activamente en
nosotros con reverencia a Dios y obediencia a Su Palabra.
2Co 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de
Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de
Cristo: Reconciliaos con Dios. jca
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