85 - Cuatro clases de amor.
Hay cuatro
palabras griegas para amor que es importante que los cristianos comprendan. Son
agape, fileo, storge, y eros. Tres de ellas aparecen en la Biblia.
Si vamos a
comprender la Biblia y el mundo bíblico, es importante que comprendamos lo que
significan estas palabras y cómo difieren.
La palabra griega
para amor sexual o amor apasionado es eros, de la cual obtenemos palabras tales
como “erótico.” Cuando eros era utilizado como nombre propio, se refería al
dios griego del amor. La palabra griega eros no aparece en el texto bíblico.
La palabra griega
que se refiere al amor de Dios, una de las clases de amor que debemos tener
hacia las personas, es agape. Agape es la naturaleza misma de Dios, porque Dios
es amor 1 Juan 4:7-
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que
ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
1Jn 4:12 Nadie ha visto jamás a Dios.(A) Si nos amamos unos a otros, Dios
permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. , 16b). 1Jn 4:16 Y
nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios
es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
La gran clave para
comprender agape es darse cuenta de que puede ser reconocido a partir de la
acción que inspira. De hecho, hablamos a veces del “modelo de acción” del amor
agape. La gente de hoy está acostumbrada a pensar del amor como un sentimiento,
pero ése no es necesariamente el caso con el amor agape. Agape es amor a causa
de lo que hace, no debido a cómo se siente.
Dios de tal manera
“amó” (agape) que dio a Su Hijo. No se sintió bien Dios al hacer eso, pero fue
lo que por amor debía hacerse. Cristo de tal manera amó (agape) que dio su
vida. Él no quería morir, pero él amó, así que hizo lo que Dios requirió. Una
madre que ama a su bebé enfermo permanecerá despierta toda la noche cuidándolo,
lo cual no es algo que ella desea hacer, pero es un acto verdadero de amor
agape.
El punto es que el
amor agape no es simplemente un impulso generado por sensaciones. Más bien, el
amor agape es un ejercicio de la voluntad, una decisión deliberada. Esta es
la razón por la cual Dios puede ordenar que amemos a nuestros enemigos
Mateo 5:44;
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y
os persiguen;
Ex. 23:1-5). 1 No
admitirás falso rumor.(A) No te concertarás con el impío para ser testigo
falso. :2 No seguirás a los muchos para
hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer
agravios; :3 ni al pobre distinguirás en
su causa.(B) :4 Si encontrares el buey
de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. :5 Si vieres el asno del que te aborrece caído
debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a
levantarlo.(C)
Él no nos ordena
que “tengamos buenos sentimientos” para con nuestros enemigos, sino a tener una
actitud amorosa hacia ellos.
El amor agape se
relaciona con la obediencia y el compromiso, y no necesariamente con el
sentimiento y la emoción. “Amar” a alguien es obedecer a Dios en favor de otra
persona, buscando para él o ella, la bendición y beneficio a largo plazo.
La manera de saber
que amamos (agape) a Dios es que obedezcamos Sus mandamientos. Jesús dijo: Juan 14:21 “¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los
obedece”. Hay cristianos que dicen que aman a Dios, pero su forma de vida
es contraria a la voluntad de Dios. Estas personas confunden sus sentimientos
de afecto por Dios y creen que ese es el verdadero amor agape. Jesús hizo la
siguiente aclaración: (Juan 14:24 a). “El que no me ama, no obedece mis palabras”
El amor es el
carácter distintivo de la vida cristiana en lo referente a otros cristianos y a
toda la humanidad. Lo que “por amor” debe hacerse, puede no ser siempre fácil,
y el amor verdadero no es “sentimentalismo exagerado”. El amor genuino a menudo
conlleva un costo. Por ejemplo, castigar a los criminales para mantener a la
sociedad segura, es amar, pero no fácil o agradable. Y pedir que alguien deje
tu reunión bíblica porque persiste en pecar intencionadamente, es amor, pero
nunca fácil
1Corintios
5:1-5 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación
cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su
padre.(A) :2 Y vosotros estáis
envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado
de en medio de vosotros el que cometió tal acción? :3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero
presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho.
:4 En el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor
Jesucristo, :5 el tal sea entregado a
Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el
día del Señor Jesús.
Esto no quiere
decir que el amor agape no tenga sentimientos asociados, y la situación ideal
ocurre cuando lo que debe hacerse por amor, también es lo que deseamos hacer.
Los cristianos deben ser conocidos por su amor los unos a los otros Juan 13:35 En esto conocerán todos que
sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
La tercera palabra
para “amor” que necesitamos examinar es fileo, que significa “tener un interés
especial en alguien o algo, con frecuencia enfocado en una asociación cercana;
tener afecto por, gustar, considerar a alguien un amigo.” Sería probablemente provechoso si fileo nunca
fuera traducido “amor” en el Nuevo Testamento, porque se refiere a un fuerte
agrado o a una fuerte amistad.
Por supuesto,
vemos cómo a fileo se lo traduce “amor”, porque en la cultura moderna decimos
que “amamos” cosas que nos agradan mucho: “yo amo el helado”, “yo amo mi
automóvil”, “yo amo la manera en que tu cabello se ve”, etc. La palabra fileo
implica una conexión emocional fuerte, y por lo tanto se utiliza para “amor” o
amistad profunda, entre amigos. Usted puede agape a sus enemigos, pero usted no
los puede fileo.
La diferencia
entre agape y fileo queda muy clara en Juan 21:15ss, pero desafortunadamente se
obscurece en muchas traducciones. Después de ser levantado de los muertos,
Jesús se encontró con Pedro. Aquí está la versión corta de lo que se dijeron el
uno al otro.
Jesús: Simón…¿tú
me amas (agape) más que a éstos?
Pedro: Sí, Señor;
tú sabes que te amo (fileo).
Jesús: Simón…¿me
…amas (agape)?
Pedro: Sí, Señor,
tú sabes que te amo (fileo).
Jesús: Simón…¿tú
me amas (fileo)?
Pedro: [afligido]
Señor…tú sabes que te amo (fileo).
¿Por qué hay una
diferencia en las palabras que se utilizan para “amor” en esta conversación?
¿Por qué Jesús utilizó agape y Pedro utilizo fileo? Jesús le preguntaba a Pedro
si él lo amaba con el amor de Dios, un amor que puede requerir sacrificio.
Después de todo, Jesús acababa de pasar por una horrenda tortura por la
salvación de Pedro (y la nuestra), algo que él no deseaba hacer pero que hizo
de todos modos debido a su amor agape. En cambio, Pedro evitó una posible
tortura negando a Jesús.
Jesús dos veces le
preguntó a Pedro “¿tú me agape?” (Es decir ¿estás deseoso de hacer por mí
aquellas cosas que tú no deseas hacer?). Pedro, por otra parte, todavía se
sentía atormentado por haber negado a Jesús, y tenía esperanzas de que su
amistad siguiera intacta. ¿Le recriminó Jesús a Pedro que lo hubiera negado?
¿Lo seguiría tratando como a un socio y compañero cercano? Pedro no estaba
seguro dónde estaba parado en su relación con Jesús, así que intentaba hacerle
saber a Jesús que en él seguía teniendo a un amigo verdadero, y que tenía amor
fileo por Jesús.
La tercera vez que
Jesús le habló a Pedro, descendió al nivel de Pedro y le preguntó si Pedro era,
de hecho, un amigo verdadero (fileo), lo cual afligió a Pedro. Sin embargo, era
importante porque Jesús sabía lo que Pedro no sabia: que Jesús ascendería al
cielo, y Pedro y los otros quedarían para realizar su trabajo en la Tierra, lo
cual requeriría que todos ellos fueran sus buenos amigos e hicieran su voluntad
aun cuando significase adversidad.
La cuarta palabra
griega que necesitamos comprender es storge, que es el amor y el afecto que
ocurre naturalmente entre padres e hijos, que puede existir entre hermanos, y
que existe entre maridos y esposas en un buen matrimonio. Ocurre en Romanos
12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra,
prefiriéndoos los unos a los otros.
en la palabra filostorgos, que es una palabra compuesta por filos (la
forma sustantiva de fileo) y storge. Romanos 12:10 es un versículo muy
importante, que nos guía a ser muy cariñosos y amables unos con otros.
Romanos 12:10 (traducción expandida del autor) En cuanto a su amor fraternal, que haya
entre ustedes una profunda amistad y afecto familiar.
Si hemos de tener
una vida cristiana maravillosa, obediente a la voz de Dios, y a tener una
enriquecedora comunión con otros cristianos, necesitaremos ejercitar todas
estas tres clases de amor. Necesitamos amor agape porque algunas de las cosas
que Dios requiere de nosotros no son ni divertidas ni fáciles, pero necesitan
ser hechas.
Necesitamos tener
amor fileo porque necesitamos amigos verdaderos que se mantengan a nuestro
lado, gente que esté conectada emocionalmente con nosotros y con quien podamos
compartir nuestros pensamientos y sensaciones más íntimas.
Finalmente, los
cristianos necesitamos brindarnos amor storge unos a otros, un afecto familiar
profundo que nos conforte y nos ayude a sentirnos conectados a toda nuestra
familia espiritual.
(traducción de
Daniel de Oliveira)
Para vuestra
consideración:
El amor no es un sentimiento
Quizás el más
común dolor humano proviene de confundir amor con sentimiento.
AGENTES DE
CAMBIO AUTOR Óscar Margenet 10/04/16
La diferencia que
hay entre el significado humano y el significado divino del verbo amar.
El amor es central
en la Revelación de Dios al hombre. El estudiante de la Biblia sabe que sin
Dios no hay amor, porque Dios es amor. Sin embargo, hay escritos de autores
respetados por su coherencia científica que nos ayudan a entender cuáles
mecanismos humanos son los que nos llevan a errar tanto en nuestra vida diaria
cuando de amar se trata.
‘La nueva
psicología del amor’ título en
castellano de ‘El camino menos transitado’, me ayudó en la búsqueda de
respuestas a preguntas no siempre bien respondidas en mi iglesia local.
Dr. Scott
Peck Para el cristiano bien informado
leer a Peck no será tiempo perdido ya que mucho de su pensamiento deriva de
pasajes bíblicos conocidos. Abordaremos su explicación sobre el amor.
Ya he mencionado
que el amor es una acción, una actividad. Esta premisa cuestiona el principal
concepto falso que hay acerca del amor y que es preciso rectificar, que el amor
es un sentimiento.
Muchas personas
tienen un sentimiento amoroso y, sin embargo, actúan de manera destructiva y
nada afectuosa. Por otro lado, un individuo que ama con sinceridad a menudo
procede de manera constructiva con respecto a una persona que conscientemente
le disgusta y por la que, no sólo no siente ningún amor, sino que puede llegar
a sentir hasta repugnancia.
El sentimiento
amoroso es la emoción que acompaña la experiencia de la catexis . Como se
recordará, la catexis es el resultado de un proceso por el cual invertimos
nuestra propia energía a un objeto al que previamente hemos concedido gran
importancia, convirtiéndolo en lo que suele llamarse ‘objeto de amor’.
Una vez
‘catectizado’, el objeto - al que comúnmente nos referimos como ‘objeto de
amor’- se carga con nuestra energía y establecemos una relación subjetiva y
unilateral de íntima identificación con él como si fuese parte de nosotros
mismos, y es precisamente esta relación entre nosotros y el objeto, a lo que
llamamos catexis. Dado que es posible tener muchas relaciones de este tipo al
mismo tiempo, es lícito referirse a nuestras catexis.
El hecho de
retirar nuestra energía de un objeto de amor, de forma que éste pierda su
importancia para nosotros, es el proceso contrario al que nos hemos referido.
El concepto
erróneo de que el amor es un sentimiento, se debe a la confusión entre la
noción de catexis y la de amor. La confusión es comprensible, puesto que se
trata de procesos semejantes, aunque también presentan notables diferencias.
En primer lugar,
como ya hemos señalado, podemos catectizar cualquier objeto, animado o
inanimado, con espiritualidad o sin ella; por ejemplo, una persona puede
concentrar sus emociones en las acciones de una compañía o una joya, llegando a
sentir amor por ellas.
En segundo lugar,
el hecho de catectizar a otro ser humano no significa que nos importe su
desarrollo espiritual, ya que, precisamente, la persona independiente suele
temer el desarrollo espiritual de un cónyuge al que haya catectizado.
En tercer lugar,
la intensidad de estas transmisiones de sentimientos, a menudo no tiene nada
que ver con la sabiduría o la dedicación. Un hombre y una mujer pueden
conocerse en un bar y establecer entre sí un proceso catéctico de tal manera
que, a pesar de no haber entre ellos ni citas previas ni promesas, ni siquiera
estabilidad familiar, lo que más les importe en ese momento sea la consumación
de un acto sexual.
Así pues, podemos
concluir que nuestras catexis pueden ser momentáneas y fugaces. Inmediatamente
después de haber consumado el acto sexual, los miembros de esta pareja pueden
percibirse mutuamente como seres indeseables y poco atractivos. Podemos
‘descatectizar’ las cosas con la misma rapidez con que las ‘catectizamos’.
Por otro lado,
el verdadero amor implica dedicación y ejercicio de la sabiduría. Cuando estamos interesados en impulsar el
desarrollo espiritual de alguien, sabemos que una falta de dedicación puede
resultar dañina y que es muy probable que la otra persona sienta la necesidad
de que nosotros le manifestemos nuestro interés.
En un matrimonio,
las cosas no son diferentes, pues en un matrimonio constructivo, de igual
manera que en una terapia constructiva, los participantes deben prestarse una
sistemática atención el uno al otro y, al mismo tiempo, velar por su relación.
Como ya hemos
dicho, tarde o temprano las parejas dejan de estar enamoradas, y es en ese
momento cuando empieza a surgir la ocasión de encontrar el amor de verdad. Su
amor va poniéndose a prueba y podrá establecerse si existe o no, cuando los
cónyuges ya no sientan la necesidad de estar siempre juntos, cuando sean
capaces de pasar algún tiempo separados.
Esto no significa
que los miembros de una relación estable y constructiva como el matrimonio o la
psicoterapia intensiva no ‘catecticen’ entre sí y, de alguna manera, también
con la relación que los une, pues lo hacen. Lo que quiero decir es que el
verdadero amor trasciende la catexis. Cuando hay amor, lo hay con catexis o sin
ella, con sentimientos cariñosos o sin ellos.
Es mejor —y
ciertamente más placentero— amar de esta manera, pero es posible amar sin
catexis y sin sentimientos cariñosos. Es en este caso cuando el amor sincero y
trascendente se distingue de la simple catexis.
La palabra clave
es entonces ‘voluntad’. He definido
el amor como la voluntad de extender nuestro ser con el fin de promover el
desarrollo espiritual propio o ajeno. El amor puro es volitivo antes que
emocional.
La persona que ama, si lo hace de verdad es porque así
lo ha decidido; se ha comprometido a amar, con independencia de sus
sentimientos amorosos.
Siempre es mejor que los experimente, pero si no es así, el compromiso y la
voluntad de amar aún permanecen y pueden ser aplicados.
Por el contrario,
no sólo es posible, sino también necesario, que una persona que ama evite
actuar movida por sentimientos de amor solamente. debo elegir a la persona en
quien concentraré mi capacidad de amar, hacia quien dirigiré mi voluntad de
amar.
El verdadero amor
no es un sentimiento que nos sobrecoja. Es una decisión reflexiva, de
dedicación.
La tendencia
habitual a confundir el amor con el sentimiento de amor, hace que la gente se
engañe de múltiples maneras. Un alcohólico cuya mujer e hijos necesiten
desesperada y urgentemente de su atención, puede estar sentado en un bar
diciéndole al camarero con lágrimas en los ojos: ‘Quiero de verdad a mi
familia’. Las personas que descuidan a sus hijos de manera tan inaceptable,
generalmente se auto consideran padres amantísimos.
Claro está que
puede haber un interés personal en la tendencia a confundir el amor con el
sentimiento de amor, es fácil y no del todo desagradable encontrar la prueba
del amor en los sentimientos que uno experimenta, mientras que puede ser
difícil y doloroso buscarla en las propias acciones, pero como el verdadero
amor es un acto de voluntad que trasciende con frecuencia los efímeros
sentimientos de amor o la catexis, podemos afirmar que ‘amar es proceder con amor’. El amor y el desamor, como el bien
y el mal, son fenómenos objetivos y no puramente subjetivos.
Hasta aquí, lo que
nos enseña este libro. No puedo menos que concluir encuadrando lo que hemos
leído, en el contexto de la carta del apóstol Pablo a los cristianos en Corinto
9:
“Si yo hablase
lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que
resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los
misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase
los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para
dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no
tengo amor, de nada me sirve.
El amor es
sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se
envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda
rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja
de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia
acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga
lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
Cuando yo era
niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya
fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas
entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré
como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos
tres; pero el mayor de ellos es el amor.”
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