domingo, 1 de septiembre de 2013

ADORAR EN ESPÍRITU Y VERDAD UNA ORACIÓN PODEROSA

La adoración y la alabanza NO es solo cantar, DIOS no recibe tu canto, ÉL recibe tu vida.
La alabanza tienen que ver con decir algo bueno de alguien  como una forma de agradecimiento y lo utilizamos mucho para referirnos a Dios;  nadie merece ser adorado  solo Dios, por lo tanto la adoración hace que nuestro enfoque se dirija a la persona correcta, es decir a DIOS, la adoración nos enfoca en EL que es el único merecedor de toda adoración y alabanza.
Hay un principio: DIOS  siempre viene al encuentro de sus adoradores, esto no lo podemos evitar. La adoración y la alabanza NO es solo cantar, DIOS no recibe tu canto, ÉL recibe tu vida, por lo tanto, si tu vida no es muy buena pero tu canto si lo es, DIOS no lo recibe; pero si tu vida es muy buena y tu canto no es muy bueno, DIOS lo recibe.
Adoración tiene que ver no solo con cantar, adoración tiene que ver con tu estilo de vivir diariamente, para que DIOS acepte tu ofrenda de canto.
Hay un orden de prioridades de la cual depende la eficacia de tu ministerio
El ministerio prioritario es DIOS, el adorar a DIOS: La palabra de DIOS nos enseña amarás al Señor tu DIOS con todo tu corazón.
Cuando la iglesia no tiene en cuenta sus prioridades pierden su hogar, su matrimonio y sus hijos, por que no saben cual es su prioridad.
Algunos piensan que su prioridad es la iglesia o su ministerio y dejan tirados sus hijos, pero cuando hay un orden de DIOS el hombre debe dedicarse en este orden a: Su esposa,  Sus hijos,   Su iglesia, Ministerio.
Pero cuando no llevamos este orden, no vemos estos frutos personales ni ministeriales y cuando no enseñamos ni practicamos esto, la iglesia entra en un naturalidad y no hay fluir espiritual.
La alabanza provoca algo en el alma, es decir provoca algo en los pensamientos, sentimientos y en la voluntad de las personas.

La adoración es del Espíritu y requiere de un conocimiento de DIOS, por eso la palabra de DIOS dice que:
Él busca adoradores en espíritu y en verdad (Juan 4: 23).

La adoración es en espíritu y verdad, y es atravez del hablar en lenguas, la llave que nos permite adoración verdadera. Es una de las manifestaciones del espíritu santo de Dios, todo hijo renacido puede hacerlo, y es un gran privilegio y responsabilidad.

Salmo 100. Algunas personas pierden la perspectiva de quien es DIOS. La principal adoración es la vida que yo llevo como persona, en el diario vivir que la adoración te sature, te eleve, como un altar de adoración, con una adoración continua, porque si dejamos que la adoración a DIOS  inunde nuestra casa va a suceder lo que ocurrió con la llegada del Arca de Dios a la casa de Obed –Edom (2 Samuel 6:12). Es comprender que al establecer adoración en tu casa, los enemigos de la presencia de DIOS huyen.
2 Samuel 6:6-7,  Uza (representa la fuerza humana), él murió después de tocar el Arca de Dios, porque no es con fuerza humana que se hacen las cosas, no es con conocimiento humano, no es con “mi yo”, ni con mi habilidad que yo voy a traer la presencia de DIOS.
Obed es un siervo, cuando él probó la presencia de DIOS  en su casa, fue impactado por la presencia de DIOS y fue prosperado en todo. Obed vivía en forma honorable; DIOS nos bendecirá como a Obed, cuando nos dejemos impregnar de Su  Presencia, entonces ÉL  bendecirá nuestra forma de vivir.
La Gloria de DIOS  estuvo mucho tiempo en la casa de Obed-Edom, DIOS  se asentó ahí, trajo un llamado para él  y para su descendencia para cuidar el Arca de Dios.
Vemos en esta historia que David escudriñó la Palabra de DIOS para saber en que punto del camino no hicimos lo que la Palabra  nos enseña y trajimos muerte. David sabía que su mal proceder no venía de DIOS. Muchas de las cosas que suceden no son culpa de DIOS,  sino que son el resultado de nuestros errores, porque recogemos la cosecha de lo que sembramos por nuestro proceder.
David a la siguiente vez que tuvo que transportar el Arca de DIOS,  hizo lo que la Palabra de DIOS enseña sobre la forma adecuada de transportarla; en 2 Samuel 6:13, nos muestra como David sacrificó dos animales como símbolo de planificación de las obras del hombre, esto representa el santificar simbólicamente el proceder y el caminar de todo el pueblo para que DIOS se manifestara con Gloria.
Hermanos lo mismo debemos hacer nosotros, verificar según las Escrituras para saber que es lo que estamos haciendo mal y empezar hacer las cosas conforme las Escrituras nos enseñan.
David y salomón fueron hombres con muchos errores, pero prepararon un pueblo para entender que la adoración no es trabajo de 5 personas. David entendió que si él lograba que DIOS descendiera y lograba mantener la Gloria de DIOS  en Israel, no habría enemigo que los venciera y los derrotara. Pero David  no podía hacerlo solo, por ello preparó cantores (miles de cantores), trompetistas , salmistas proféticos  que se turnaban, gente ordenada que se mantenían junto al Arca adorando a DIOS 24 horas, 7 días de la semana, 365 días al año durante 30 años.                                David vivió para que a DIOS se le diera honra y gloria todos los días en Israel.
En Juan 4, Cuando la Samaritana le preguntó a Jesús, Él le respondió: “Se ha de adorar al padre en Espíritu y en verdad, por que tales adoradores ÉL busca”. 
La protección de DIOS  viene cuando el pueblo se convierte en un pueblo  adorador  por que la nube de DIOS se establece sobre esa nación adoradora.
Adorar a Dios en espíritu y en verdad es, por el espíritu santo de Dios en nosotros, es   HABLAR EN LENGUAS,
Hablemos mucho en lenguas, porque hablaremos las maravillas de Dios y nos edificaremos,  y oraremos perfectamente.
1Co 14:5  Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación.
Hch 2:11  cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
1Co 14:4  El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.
Rom 8:26  Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Rom 8:27  Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
Fundamentos de una oración poderosa

Para que Dios nos escuche, basta que vayamos a Su presencia con la actitud correcta, confiando en Su poder que no tiene límites.

1. Estar a cuentas con Dios
Muchas personas buscan a Dios en procura de respuestas. “Normal, ¿quién no lo haría?”, dirá usted. El asunto es que esa búsqueda se realiza cuando lo necesitan, en los momentos difíciles, porque es su única alternativa.
Igual, es previsible”, me dirá. Pero añado algo más: procuran un hecho milagroso aún cuando caminan en pecado.
¡Esa es la diferencia! Buscar a Dios como aquél que nos resuelve los problemas, pero una vez resolvemos el asunto, distanciarnos de Él. Es una filosofía signada por la ingratitud que prima hoy día.
Cuando vamos a las Escrituras, descubrimos que es esencial que estemos a cuentas con Dios. No puede ser de otra manera. Puede que hayamos pecado, y mucho, pero si pedimos perdón a Dios, Él nos permite estar en el centro mismo de su voluntad. Es algo maravilloso porque recibiremos respuesta a nuestras oraciones, como escribe el salmista:     “Si no hubiera confesado el pecado de mi corazón, mi Señor no me habría escuchado.”   (Salmo 66:18, Nueva Traducción Viviente)
2. Deje de lado toda sombra de duda
¿Ha visto barreras que impiden a las personas avanzar en un camino? Es frecuente. ¿Qué impide recibir respuesta a sus oraciones? Uno de los obstáculos más comunes es la incredulidad. Impide las enormes bendiciones que Dios nos tiene.
 “De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.”(Hebreos 11:6, Nueva Traducción Viviente) También el apóstol Santiago escribió:
“Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios, y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro...”(Santiago 1:6, Nueva Traducción Viviente)
 
Si aplicamos la lógica al mover de Dios, no ocurrirá nada. Dios obra por encima de la racionalización humana.
Tal vez evalúe que su mayor problema es pensar, una vez le pide un milagro al Padre celestial, ¿cómo va a hacer Él para responder? Ese no es problema suyo sino de nuestro Supremo Hacedor. Él es quien responde, a su manera.
3. Unirnos a otras personas en oración
Compartir nuestras peticiones de oración con otros hermanos en la fe, resulta altamente eficaz. Es un principio que nos ayuda, de un lado a crecer en la fe y de otro, a tocar el corazón de Dios. Así lo enseñó el Señor Jesús: “También les digo lo siguiente: si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra con respecto a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en el cielo lo hará.”(Mateo 18:19, Nueva Traducción Viviente)
Además de perseverar, unimos fuerzas. Es algo esencial y poderoso. Encontrará que los obstáculos a sus oraciones, se desmoronarán. Las barreras caerán a tierra. ¡Dios responderá con poder!
4. Asumir el principio de la intercesión
Recuerde siempre que la oración se orienta en dos direcciones: la primera, por nosotros. Es aquí donde concentramos el alabar y exaltar a Dios, procurar respuesta a nuestras necesidades, crecimiento espiritual. Otras oraciones, se encaminan a pedir por los demás. Es lo que llamamos intercesión.
Los creyentes del primer siglo tenían claras instrucciones de interceder por los demás, tal como escribe el apóstol: “Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados.”(Santiago 5:16 a. Nueva Traducción Viviente)
La respuesta del Señor producirá hechos que rebasan toda lógica y la sanidad, en el caso que alguien padezca alguna enfermedad, incluso aquellas que la medicina considera incurables.
5. Reconozca el poder ilimitado de Dios
Con frecuencia me escriben diciendo: “Pídale a Dios por tal o cual asunto, ya que Dios a usted sí lo escucha”. ¡Tremendo error! Dios nos oye a todos. Basta que vayamos a Su presencia con la actitud correcta, confiando en Su poder que no tiene límites.
Quítese de la cabeza la idea de que el Señor oye a unos más que a otros. Eso no es así, como nos enseña la Biblia: “…La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.”(Santiago 5:16 b, Nueva Traducción Viviente)

Si clamamos, confiando plenamente en el poder de Dios, no hay límites. Todo cuando le pidamos, podrá ocurrir. Basta que confiemos y creamos que Su poder va mucho más allá de nuestra comprensión humana.
6. Pedir en la voluntad de Dios
El apóstol Santiago explicó que esta era la razón fundamental para que nada ocurriera en la vida de muchas personas:     “Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer.” (Santiago 4:3, Nueva Traducción Viviente)
El problema radica, entonces, en que nos enfocamos en nosotros mismos y no en que Dios haga su voluntad. Muchos de los tropiezos que enfrentamos en la oración cambiarán sustancialmente si cambia nuestra actitud. De lo contrario, es decir si seguimos pidiendo para satisfacer nuestros deseos, ocurrirá lo que advirtió el propio apóstol Santiago:        “Esas personas no deberían esperar nada del Señor.”(Santiago 1:7, Nueva Traducción Viviente)
7. Perseverancia en la oración
Quien no persevera, jamás alcanza la cima. Es un principio que aplica también en la oración. No podemos pretender que las respuestas se produzcan ya, como si Dios fuera nuestro mandadero. Él tiene su propio tiempo y su propia manera de obrar.
En alguna oportunidad hizo particular énfasis a este principio. “Cierto día, Jesús les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por vencidos.”(Lucas 18:1, Nueva Traducción Viviente)
Evalúe hasta qué punto usted es un creyente que sigue insistiendo por ese milagro. O tal vez es de aquellos que renuncian fácilmente. Cambie sus oraciones

Si duda reviste importancia que cambiemos nuestra forma de orar. Probablemente ni estemos clamando en la voluntad de Dios, ni con fe o perseverancia, sino en nuestras propias fuerzas. Eso determina que no haya respuesta.
Oremos hasta obtener resultados, no nos demos por vencidos, tenemos la oración con el entendimiento y también la oración en el espíritu. Y por las cosas que no sabemos oremos en el espíritu por el hablar en lenguas, como dice:Rom 8:26  Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Jca.

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