61 - PACIENTEMENTE
ESPERÉ EN DIOS
Salmo 40:1- 4
Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me
hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre
peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a
nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.
Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los
soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.
Salmos 40: 1 dice “pacientemente” aquí es s un hebraísmo
que significa . “esperé esperando” y se refiere a
esperar actuando. Y si hemos llegado a esta afirmación es porque
conocemos que en este verso la palabra paciencia tiene su origen en el griego
Patteo que significa actuar declarando La Palabra pisando sobre las circunstancias
No se trata del concepto de la palabra paciencia que
siempre hemos tenido, no se trata de esperar de brazos cruzados, se trata de
esperar actuando. Se trata de una espera sincera en Dios y en sus
misericordias. Se trata de una espera que dará frutos en nosotros.
Santiago 1:3 dice “ La prueba de vuestra fe
produce paciencia .. mas tenga la paciencia su obra completa para que seáis
cabales y perfectos.. y nos os falte cosa alguna”.
Santiago
1:3, Porque la paciencia crece mejor cuando el camino es escabroso! 1:4.¡Dejenla
crecer! ¡No huyan de los problemas! Porque la paciencia cuando alcanza su
máximo desarrollo, uno queda firme de carácter, perfecto, cabal, capaz de
afrontar cualquier circunstancia. (La
biblia al dia, paráfrasis)
Nuestra fe es probada cuando en medio de distintas
circunstancias, actuamos de acuerdo a lo establecido en La Palabra
Durante el tiempo de su espera, el salmista se encontraba
en el Pozo de la desesperación, del lodo cenagoso. Cuando nos dice “de la
desesperación” sabemos que se trata de un lodo que por su naturaleza no era el
lugar para estar confiado. El salmista tampoco estaba en el lodo seco (firme)
sino que este lodo era cenagoso y esto nos habla de la dificultad que vivía. Si
el lodo está firme podemos pasar con nuestra carga y pisar firmemente y no se
hace tan difícil de llevar, pero cuando el lodo está resbaladizo la prueba es
doblemente difícil., el peso de nuestra carga puede llegar a hundirnos en este
lodo cenagoso.
Salmo 40:4 dice “Bienaventurado el hombre que puso en Jehová
su confianza, y no mira a los soberbios a los que se desvían tras la mentira”.
Para que uno pueda esperar pacientemente, necesariamente
tenemos que tener fe en lo que esperamos o en quien esperamos.
Solo aquellos que en medio de su espera han puesto la
confianza en Dios recibirán los recursos del cielo para llegar victoriosos al
final de la espera. La Biblia dice:
“Isaías 40:30-31 Los que esperan en Dios, tendrán nuevas
fuerzas, correrán y no se cansarán, caminaran y no se fatigaran” y es porque
todo esto, es evidencia de que esperar en Dios implica seguir caminando, seguir
corriendo, seguir volando por encima de las circunstancia, pero solo si
esperamos en Dios seremos merecedores de sus bienaventuranzas .
“Los muchachos se fatigan y se cansan, los
jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no
se fatigarán”.
La confianza en Dios es la característica de los bienaventurados.
Si tienes fe en Dios ninguna aflicción externa puede impedir que te llamen
Bienaventurado.
En momentos de pruebas lo último por hacer es ir en busca
de consejos, dice el verso 4 “ no corrió tras la mentira” . En este contexto
corrió tras la mentira, es ir tras lo que dice el mundo. El varón que confía en
Dios no mira, no atiende y no desvía su mirada del autor y consumador de su fe.
En medio de nuestras necesidades y en medio de nuestros
momentos más difíciles, si confiamos en Dios , sus misericordias empezarán a
obrar en nuestras vidas. Cada día en medio del lodo cenagoso te sostendrán.
Salmo 143:8 dice "Hazme oír por la mañana
tu misericordia, porque en ti he confiado".
La palabra misericordia en griego tiene varios
significados, hoy veremos dos de ellos:
El primero es ELEOS : Manifestación externa de la
compasión que asume la necesidad en aquel que la recibe. eleos (ἔλεος,
G1656), «es la manifestación externa de la compasión; da por sentado la
necesidad en aquel que la recibe, y recursos adecuados para afrontar la
necesidad de parte de aquel que la exhibe.
El segundo es Okitirmos : Compasión piedad hacia los
males de otros. oiktirmos
(οἰκτιρμός, G3628), compasión, piedad hacia los males de otros.
Por tanto, las misericordias de Dios, son recursos
adecuados para afrontar la necesidad que tengas.
Hay dos cosas que obran mientras esperamos pacientemente:
1. La
fe y la confianza que pone el hombre en Dios, mientras sigue proclamando su
palabra sobre sus circunstancias.
Declarar como dice el Salmo 93:8 "Cuando yo decía mi pie resbalaba tu
misericordia me sustentaba". Cuando declaramos su Palabra entonces
la paz es la experiencia resultante en el corazón del hombre.
2 Las
Misericordias de Dios. La misericordia es la actitud de Dios. Es la actitud que
actúa a nuestro favor. Dice este salmo que estamos estudiando hoy, que
Salmos 40:1.
"Dios se inclinó a él y oyó su clamor y me hizo sacar del pozo de la
desesperación, del lodo cenagoso” .
Salmos 118:5 Desde
la angustia invoqué a Jehová y me respondió poniéndome en lugar espacioso.
“Salmo 143: 11 y 12 Y por la misericordia
disiparás a mis enemigos y destruirás a todos los adversarios de mi alma porque
yo soy tu siervo”.
El salmista conocía el significado de esta
palabra por esto dice en Salmo 40: 11 “ La misericordia
y la verdad (que es La Palabra) me guarden
siempre”.
Salmo 40:10: Este hombre pudo estar en el pozo del lodo
cenagoso pero en su corazón en ningún momento dudó de Dios. “No encubrí tu justicia dentro de mi corazón”. Alimentó
su alma con La Palabra de Dios y de la abundancia de su corazón habló su boca
dijo en este mismo verso “ He publicado tu fidelidad y salvación. No oculté tu
misericordia y tu verdad”
Cada circunstancia que Dios permite en nuestras vidas es
para su Gloria y tiene un propósito
Digamos pues, como dijo el salmista : "Aunque afligido yo y necesitado Jehová pensará en
mi"
El resultado de su fe, fue estar en un lugar más alto y
seguro donde Dios mismo le colocó , Dios puso sus pies sobre la peña que es
Cristo
Salmo 40 2 Puso mis pies sobre peña, y enderezó
mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
RECORDAR QUE DIOS NOS HA DADO ESPIRITU PODER, QUE
ACTUA EN LOS QUE CREEN Y QUE PACIENTEMENTE ESPERAN EN EL:
2 Timoteo 1:7 (RV-1960)
Porque
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio.
Algo interesante en este versículo es que la palabra
traducida como “dominio propio”. Aquí
las palabras “dominio propio” corresponden a
la palabra griega söphronismos, una palabra
griega que se usa sólo aquí en toda la Biblia.
Esta palabra griega tiene como raíz a la palabra söphron, que es la unión de la palabra sözo: “sanar, salvar, liberar, poner a salvo y a
resguardo del mal” y phrën: “pensamientos,
sentimientos, aquello que se produce en la mente”.
En la unión de estas dos palabras tenemos que söphronismos nos da la idea de una “mente sana,
capacidad de pensar o de dirigir los pensamientos de un modo sano, seguro,
recto”. No se trata sólo de “dominio
propio”, es una capacidad para pensar de forma sana y correcta, tal como piensa
Cristo mismo:
1 Corintios 2:16 (RV-1960) Porque ¿quién conoció la mente del Señor?
¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
Este versículo nos dice que tenemos la “mente” de Cristo.
Aquí “mente” es en griego nous, que se refiere al lugar de donde se producen
los pensamientos. Según este versículo, aquellos que tienen el don de espíritu
santo de Dios (los cristianos renacidos), tienen la mente de Cristo, o sea,
tienen la capacidad potencial de pensar como Cristo, esto es porque somos
miembros de un Cuerpo espiritual cuya cabeza en Cristo (Ro. 12:5; 1 Co. 12:12).
Estando conectados espiritualmente con Cristo, tenemos la capacidad de recibir
de sus pensamientos y así pensar de una manera sana y correcta.
2
Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Otra cosa a notar aquí es la palabra “cobardía”. Es la palabra griega deilia, que sólo se usa aquí en la Biblia.
Significa “cobardía, timidez, falta de fuerza o valor mental o moral”.
Pablo le dice a Timoteo que Dios no nos ha dado un
espíritu de cobardía, del espíritu de Dios no pueden salir pensamientos que nos
impulsen a actos de cobardía, si existen estos pensamientos en nosotros, parten
de nuestra naturaleza humana y no de Dios.
Aquí esta “cobardía” está puesta en directo contraste con
el poder, el amor y la capacidad de pensar de un modo sano y correcto. En otras
palabras, cuando nos asalta la cobardía, nuestros actos carecen del poder de
Dios (porque Dios actúa cuando tenemos fe en Él), carecen de amor (son actos
egoístas) y no parten de una manera sana de pensar, por lo que producen
resultados contrarios a la voluntad de Dios.
Ahora veamos el contexto en que Pablo le dijo esto a
Timoteo:
2
Timoteo 1:6-8 (RVA)
(6) Por
esta razón, te vuelvo a recordar que avives el don de Dios que está en
ti por la imposición de mis manos.
(7)
Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio.
(8) Por
tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí,
prisionero suyo. Más bien, sé partícipe conmigo de los sufrimientos por el
evangelio, según el poder de Dios.
En el versículo 6, hay que notar que la palabra “don” es en griego charisma.
Esta palabra puede referirse a diferentes tipos de dones, pero rara vez
se refiere al don de espíritu santo, que por lo general es referido con la
palabra griega dorëa. Leyendo versículos como Ro. 12:6; 1 Co. 12:4; 12:31; 1
Pe. 4:10 podemos ver que la palabra carisma suele referirse a dones o
capacidades para servir en distintas funciones dentro de la Iglesia.
Teniendo en cuenta esto y todo el contexto de la epístola a Timoteo, entiendo
que el “don” a que hace referencia aquí Pablo es una función de servicio de
Timoteo, un don para la enseñanza y predicación del Evangelio.
Pablo en esta
carta a Timoteo advierte que los tiempos van a ponerse difíciles.
Históricamente este fue un tiempo de dispersión de cristianos, de mucha
persecución y guerras. Pablo habló estas cosas, probablemente poco antes de la
destrucción del templo en Jerusalén, el cual fue un tiempo muy difícil en el
cual vivir, sobre todo para los cristianos.
En 2 Ti. 4:6-8 leemos que Pablo ya sabía que iba a morir
pronto, por lo tanto, esta carta quizá son las últimas instrucciones de Pablo a
Timoteo para que Timoteo siga adelante con la predicación del Evangelio luego
de la muerte de Pablo. Por esta causa, era muy importante que Pablo alentara a
Timoteo a no dejarse vencer por la adversidad que se vendría y, en este
contexto, le dice que avive el fuego del don que había en él, porque Dios no le
había dado espíritu de cobardía. En otras palabras, Pablo le está diciendo que
debía utilizar su capacidad para enseñar y predicar más que nunca y no dejarse
vencer por la adversidad que vendría.
Dentro de Timoteo
estaba la lucha entre su naturaleza de pecado (su humanidad) y su naturaleza
espiritual (el don dado por Dios).
Si él actuaba conforme a sus pensamientos carnales, se
dejaría vencer por el temor y dejaría de predicar el Evangelio para vivir quizá
con mayor comodidad y tranquilidad, a salvo de las persecuciones.
Pero si se
paraba firme por Dios, él iba a actuar con poder, con amor y con pensamientos
que son conforme a la voluntad de Dios y así predicaría el Evangelio sin
avergonzarse, con todo valor sería copartícipe de los sufrimientos de Pablo en
pro del Evangelio.
No era una decisión fácil, de hecho, es una decisión que muy
pocos están dispuestos a tomar.
Hoy en día,
nuestro diario desafío es el mismo que tuvo Timoteo: o nos dejamos ganar por la
cobardía de nuestra naturaleza humana y servimos a nuestros propios vientres,
nuestras propias ambiciones, actuando egoístamente para vivir con comodidad y
tranquilidad, o nos paramos firmes por Dios y le servimos utilizando los
dones que Él nos dio, edificando a otros con el poder y el amor de Dios,
tomando decisiones sanas que son conforme a la voluntad de Dios.
Cada día es un día
de decisión y podemos decidir avivar el fuego del don o dones que Dios nos ha
dado para servir, o podemos echarle el agua de la cobardía a nuestros dones y
vivir como creyentes tibios, que le cantan a Dios los fines de semana en una
congregación y esperan que con eso solo cambiar al mundo y recibir una gran
recompensa en la era venidera.
La decisión no es fácil, y de seguro habrán dificultades
en el camino y habrán persecuciones por parte de aquellos que no quieren vivir
conforme a la voluntad de Dios, pero Dios estará apoyándonos con Su poder y
amor y sabrá recompensar nuestros esfuerzos.
1 Pedro 3:14-18 (RV-1960) (14) Mas también si alguna cosa padecéis por
causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor
de ellos, ni os conturbéis, (15) sino santificad a Dios el Señor en
vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que
hay en vosotros; (16) teniendo buena
conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean
avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. (17) Porque mejor es que padezcáis haciendo el
bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. (18) Porque también Cristo padeció una sola
vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a
la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;
Hebreos 12:1-3 (RV-1960)
(1) Por
tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de
testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante,
(2)
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo
puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios.
(3)
Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo,
para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
La única forma de poder tener el valor y fortaleza de
tomar las decisiones correctas para servir a Dios, es que tengamos los ojos
puestos en Jesús y aprendamos de Su ejemplo. Él dio su vida por el gozo puesto
delante de él, el gozo de darle al Padre una familia de cristianos que son
salvos sólo por creer en Jesús como Señor. Ese mismo gozo debiera ser también
nuestro gozo. Nosotros no tenemos que dar nuestras vidas para que otros sean
salvos por fe, pero tenemos la responsabilidad de predicar la buena noticia de
que Jesús dio su vida para que todo el que en él cree sea salvo y que así las
personas conozcan la verdad de Dios para salvación.
¡Que el gozo de ver a las personas ser salvas y conocer
la verdad de Dios para tener una íntima relación de amor con Él sea nuestra
constante motivación en nuestra vida!
¡A Dios sea la
gloria por siempre en Cristo! Amén.
jca
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