PRIMERA PARTE
LA TESIS
CAPÍTULO UNO
¿Están vivos ahora los muertos?
La mayoría de los cristianos sostienen la creencia
que, al morir, aquellos que pertenecen a Cristo son inmediatamente recibidos
arriba en gloria, llamada comúnmente “cielos” o “paraíso”, para aparecer ante
el Padre. Allí están vivos y conscientes y tienen una existencia gozosa con Él
y con sus seres queridos. Tal creencia es contraria a las enseñanzas en la Palabra
de Dios. Pues si una persona es llevada a felicidad eterna inmediatamente
después de expirar, ¿por qué es necesario el retorno de Cristo y/o la resurrección?
Si después de la muerte el cristiano ya está inmediatamente vivo y con él, ¿por
qué habría de retornar Cristo a reunir su iglesia?
Si la
muerte es la entrada a la felicidad eterna con el Señor, entonces la muerte no
es un enemigo, sino un amigo bienvenido. Si la muerte nos lleva a la presencia
inmediata de Cristo, entonces las Escrituras están vacías y nuestro creer es en
vano. Pero la muerte no es un
amigo, así como 1 Corintios 15:26 enfáticamente lo señala: “Y el postrer
enemigo que será destruido es la muerte”. La muerte enemiga será destruida
algún día, pero obviamente no lo ha sido todavía, como lo evidencia el hecho
que a las empresas funerarias no les faltan los negocios.
Ya que la
muerte no ha sido destruida y ya que los que han muerto todavía no están vivos
y en el cielo, ¿dónde están los muertos? ¿Qué es la “muerte?”
La palabra
“muerte” en la Biblia es la palabra griega thanatos, la cual se define como
“el fin natural de la existencia terrenal humana”. Thanatos no es
simplemente una ocurrencia instantánea cuando uno expira, sino que es un estado
continuo. La liberación de este estado continuo de muerte depende del retorno
de Cristo.*
Si la
liberación de la muerte viene con el retorno de Cristo, ¿dónde están los
muertos hasta ese momento? La Biblia dice que ellos están en el “Hades” o en el
“Seol”. Estas palabras son transliteraciones directas de hadës en griego
y sheol en hebreo.
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*1 Tesalonicences 4:16:17: “Porque el Señor
mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá
del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que
vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
1 Corintios
15:12, 13: “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo
dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no
hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó”.
El hadës
o el sheol no es nunca el lugar de destrucción;* es siempre el
estado continuo de los muertos. La
traducción más exacta de hadës o sheol sería “dominio de la tumba”.
El dominio de la tumba
Salmos 6:5:
Porque en
la muerte no hay memoria de ti...
Salmos 146:4:
Pues sale
su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.
Eclesiastés 9:5,6,10:
Porque los
que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más
paga; porque su memoria es puesta en olvido.
También su
amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo
que se hace debajo del sol.
Todo lo
que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el
Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia [conocimiento], ni sabiduría.
Debido a
que en la muerte no hay conocimiento, para la persona muerta no hay conciencia
de tiempo. Así pues el momento de la muerte de un hombre viene a ser, en un
sentido de tiempo para él, el momento del retorno de Cristo. Pero dentro de la dimensión del tiempo, el momento de la muerte de un hombre
no es ni su reunión con
Cristo ni su resurrección. En
un sentido de tiempo él no va inmediatamente al cielo, sino que desciende al dominio
de los que están en la tumba, sheol.
Salmos 89:48:
¿Qué
hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del Seol [sheol]?
Salmos 16:10:
Porque no
dejarás mi alma en el Seol [sheol]...
Salmos 49:15:
Pero Dios
redimirá [rescatar por medio de resurrección] mi vida del poder del Seol [sheol]...
Job 21:13:
Pasan sus
días en prosperidad, y en paz descienden al Seol [sheol.
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*Gehenna en griego, que es ghi-hinnom
en hebreo, se traduce “infierno”. Gehenna es el lugar de destrucción, infierno
de fuego. La palabra se deriva del valle de Hinom donde la carroña arde eternamente.
(Véase Josué 15:8; Mateo 13:39; Lucas 17:29,30; Mateo 25:41).
es el estado en el
cual todos los muertos se encuentran; no es un qeber, un lugar donde el
cuerpo está sepultado, ya sea en la tierra o en el mar. La descripción bíblica
del dominio de la tumba (el reino de todos aquellos en la tumba --los muertos),
sheol o hadës, es un lugar donde no hay conocimiento y por lo
tanto no hay memoria.
En cada
una de estas escrituras se usa la palabra hebrea sheol. Es interesante
notar que las bestias también van al sheol.
Salmos 49:12,14:
Mas el hombre no permanecerá en honra;
es semejante a las bestias que perecen.
Como a rebaños que son
conducidos al Seol [sheol], la muerte los pastoreará.
Jesucristo también
descendió al dominio de la tumba cuando murió. Si alguien debió haberse ido al
cielo inmediatamente después de la muerte, ciertamente que debería haber sido
Jesús. Pero aun él se fue al sheol o hadës. Por tres días y tres
noches él estuvo sin conciencia, como lo declaran Mateo 12 y Hechos 2.
Mateo 12:40:
Porque como estuvo Jonás en
el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre
en el corazón de la tierra tres días y tres noches.
Hechos 2:30,31,32:
...levantaría [Dios] al
Cristo para que se sentase en su trono,
viéndolo antes, habló de la
resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades [hadës],
ni su carne vio corrupción.
A este Jesús resucitó
Dios...
Igual que todos los
hombres que mueren Jesús también fue al hadës.
¿Qué sucede entonces
en el hadës? Todo es corrupción y podredumbre.
Génesis 3:19:
...pues polvo eres, y al
polvo volverás.
Hechos 13:36:
Porque a la verdad
David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios,
durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.
Como todos los que
van al sepulcro, Jesús también se hubiese corrompido totalmente si Dios no le
hubiera levantado de los muertos.
Hechos 13:34,35:
Y en cuanto a que le levantó
de los muertos para nunca más volver a corrupción...
Por eso dice también en otro
salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción [podredumbre total].
Dios levantó a
Jesucristo del hadës y su corrupción. Si no hubiese sido levantado,
Jesucristo no podría regresar; y sin su retorno, nunca podría haber liberación
para ningún hombre
--cristiano o no cristiano, salvo o no salvo-- del dominio de la tumba y la
corrupción correspondiente.
Hebreos 9:27,28:
Y de la manera que está
establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el
juicio,
Así también Cristo fue
ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos, y aparecerá por
segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar [hacer enteros] a los que
le esperan.
El elemento de tiempo
entre la palabra “mueran” y la palabra “y” en el versículo 27, es el lapso de
tiempo entre la muerte de un hombre y el momento en que será resucitado.
“Salvar”, que
significa “hacer enteros”, en el versículo 28, es la liberación de corrupción
que ocurrirá cuando Cristo retorne para la reunión y la primera resurrección de
la humanidad. Los muertos no están vivos para ser hechos enteros ahora, porque
el hombre no tiene inmortalidad ahora. Todavía estamos sujetos a morir y a
corrompernos en el sepulcro. ¿Cuándo tendremos inmortalidad? Con la segunda
venida de Cristo. Hasta ese entonces, todos los que han muerto no están en el
cielo; están en el hadës, el dominio de la tumba. La muerte no es un
amigo que nos lleva a la presencia de Cristo y de nuestros seres queridos; es
conspicuamente un enemigo, pues en la muerte todos van al dominio de la tumba.
No ahora, sino que
algún día, la muerte será destruida. Entonces los muertos en Cristo tendrán un
cuerpo nuevo --esta vez un cuerpo incorruptible-- y los creyentes que estén
vivos tendrán un cuerpo inmortal.
1 Corintios 15:53-57:
Porque es necesario que esto
corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal [vivo en ese momento] se
vista de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible se
haya vestido de incorrupción, y esto mortal de haya vestido de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en
victoria.
¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el
pecado, y el poder del pecado la ley.
Mas gracias sean dadas a
Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
La muerte daría para
siempre fin a la vida de toda la humanidad, si no fuera por la resurrección de
Cristo y por ende su retorno a reunir y resucitar al género humano. Es entonces
--con el retorno de Cristo-- que tenemos victoria sobre la muerte. Entonces
tenemos inmortalidad e incorrupción. Hasta ese momento, los muertos permanecen
en el dominio de la tumba en corrupción e inconsciencia.
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