CORAZÓN SANO
Tener el
corazón dolido, amargado, herido o rencoroso es un veneno mortal para la vida.
Las
emociones no sanadas, las heridas del pasado, los abusos, las palabras
hirientes y las traiciones, son el mal de muchos que han quedado encarcelados
en depresión. El dolor y la angustia es un verdugo.
Nuestro
espíritu, que es la parte que se comunica con Dios no puede ser liberado
en nosotros hasta que no sean sanadas las emociones. El Espíritu Santo nos
impulsará hacia la sanidad emocional y la libertad espiritual.
La biblia
dice que si el corazón esta mal, el espíritu queda oprimido:
Proverbios 15:13 “El corazón alegre
hermosea el rostro; Mas por el dolor
del corazón el espíritu se abate”.
El dolor del corazón es un obstáculo para todas las cosas, incluso para la vida espiritual, por eso Jesús indico que cuando oremos, perdonemos, es un requisito fundamental, el pecado del odio o el rencor es una muralla para la voz de Dios.
El camino de
la sanidad:es enfrentar, reconocer y confesar. Cuando abrimos
el corazón debemos exponer todo a Dios y a las personas que nos puedan ayudar.
Enfrentar la
realidad : Creo que una de las cosas que más nos cuesta es
reconocer la realidad. Cuesta mucho reconocer que hemos fallado o que nos han
fallado; hay un dicho que dice: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”.
Reconocer y enfrentar puede ser sumamente difícil, pero es el camino para la
libertad, por eso, no debemos tratar de evitar lo que nos pasa.
No huyas de
tus errores tampoco, si has ofendido, pide perdón, se humilde, algunos se
muestran muy “sabiondos” de la palabra de Dios, pero les cuesta mucho reconocer
sus errores, parece ser como que tienen una inmunidad a las fallas, son “tan
ungidos” que parecen siempre tener todas las respuestas, pero no pueden ver sus
errores nunca.
Esto es
soberbia, porque una verdadera persona espiritual sabe pedir perdón. Aprende a
sentirte seguro de tu identidad en el amor de Dios y no trates de demostrarle
nada a nadie.
Confesar “El que encubre sus pecados no
prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia”. Proverbios 28:13
Confiesa tus
culpas, confiésalas a Dios y a las personas, pero no para victimizarte sino
para liberarte, para desatarte, el proceso de la confesión es en dos sentidos,
el primero es en el sentido de mis faltas cometidas, y para esto hay que
arrepentirse, a Dios le agrada el arrepentimiento, él siempre nos da el perdón
cuando hay arrepentimiento genuino.
Arrepentirte
del pecado es cambiar tu forma de pensar, actuar y cambiar de actitud. Esto te
mantendrá siempre humilde. Si dices haberte arrepentido, pero vuelves una y
otra vez a lo mismo, tu arrepentimiento no fue verdadero. El pecado es un peso
que bloquea tus emociones y oprime tu espíritu.
“Confiésense
unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La
oración del justo es poderosa y eficaz”. Santiago 5:16 (NVI)
Perdonar El otro sentido de la confesión
es cuando nos hirieron u ofendieron. ¿que fue exactamente lo que te paso, como
fue, que te molesto, que te dolió?, no trates de ocultarlo, por que en lo
oculto trabaja el enemigo.
Si te
hirieron con palabras recuerda que no importa lo que las personas opinen de
vos, sino lo que Dios opina, es lo que importa y lo único verdadero.
No perdonar
es mantener un veneno mortal en tu corazón. Perdonar es desatar a esa persona
de tu odio, quitarle tu sentencia de culpa, es dejar la ofensa de lado y
declararla libre de culpa. De esta forma desatas a la persona de tu odio y te
desatas a ti mismo de la amargura.
Confiesa el
perdón y renuncia al odio sobre esa persona y luego declara palabras de
bendición sobre quién te hirió. Perdonar es una actividad cotidiana que debemos
practicar.
Recuerda que perdonar no es un sentimiento, sino una decisión.
Recuerda que perdonar no es un sentimiento, sino una decisión.
“(…) Me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner
en libertad a los oprimidos” Lucas 4:18 RV
Enfocarte y
Seguir adelante Una vez que hayas cumplidos los pasos de perdón,
confesión, renuncia y arrepentimiento, debes poner fin en tus pensamientos al
pasado, no te dejes confundir por ciertos pensamientos que tratarán de volverte
al pasado, lo que se cerro no lo vuelvas a abrir. Esta muerto, cerrado, ya no
existe. Este es el tiempo de que te enfoques en tu futuro, en tu destino y en
construir tu propósito en la tierra.
Tu vida
brilla cuando estás lleno de sueños y entusiasmado con todo lo que emprendas,
pon toda tu fe y tu enfoque en recibir lo bueno que Dios tiene preparado, es
hora de que te llenes de la palabra de vida, de la palabra de Dios que llena
tus vacíos, te sana, te libera y te da fuerzas para ir por más. Este es tu
tiempo de avanzar y no mirar atrás.
Me
acordaré de las obras de Jehová; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas Sal 77:11 ESTO PONER
EN LA MEMORIA
Quien ha
tenido problemas y aflicciones en su vida, podrá coincidir que lo más
tormentoso de los momentos difíciles y tribulaciones, es el tener que pensar en
ellos. Pasamos horas y en ocasiones días, reflexionando en el problema mismo.
Damos vuelta sin encontrar una salida viable y es allí cuando nuestra fe en
Dios se debilita.
Todos, sin
excepciones, tenemos la autoridad para decidir lo que vamos a pensar, lo que
vamos a recordar.
David debió
apelar a este recurso, de recordar las obras de Dios, cuando dijo:” Me acordaré de las obras de Jehová; Sí, haré yo memoria de
tus maravillas antiguas” (Salmos 77:11). Esta decisión lo llevo a
levantarse de la situación en la que se encontraba.
Ante
cualquier circunstancia, trae a tu memoria lo que Dios ha hecho en tu vida. La
misericordia que tuvo contigo.
Recuerda
cuando te sanó, cuando te hizo libre, cuando te protegió, cuando hizo un
milagro a tu favor. Y ese recuerdo traerá la fe y la esperanza que necesitas
para los momentos difíciles.
Dios quiere
sanar no solo tu cuerpo sino también tus emociones y autoestima. Nuestro Señor
Jesús, en la historia del hijo prodigo, nos presentó un extraordinario ejemplo
de las intenciones de nuestro precioso Padre Celestial.
Reconoce que
Dios te anhela: es el primer paso para relacionarte con Dios correctamente. El
interés de Dios por ti es puro y sus intenciones son para tu bien. Uno de las
verdades mas alentadoras que la Biblia nos enseña es que Dios siempre ha dado
el primer paso.
Hoy podemos
acercarnos a Él porque Él se acercó a nosotros primero; podemos amarlo porque
Él nos amó primero.
Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros.
Levántate y ve a tu Padre Celestial: Si Dios
nos amó y proveyó el camino de regreso a casa, lo que nos corresponde a
nosotros es levantarnos del lugar de fracaso y frustración, arrepentirnos y
acercarnos a Él con humildad.
Lucas 15:18
Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti.
Aun cuando
sientas que no tienes fuerza para seguir adelante, clama a Dios. La acción de
clamar desata tu fe y es el primer paso hacia la sanidad.
Marcos 10:47
Y oyendo que era Jesús Nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de
David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él
clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
Cree que tu
Padre Celestial te ama: El amor de Dios es incondicional. El nunca, nunca
dejará de amarte. Es muy importante que reconozcas esta verdad, pues hará que
tu fe se fortalezca y resista las mentiras del enemigo de tu alma. Recuerda que
no hay nada que puedas hacer para que te deje de amar, y no hay nada que puedas
hacer para que te ame más. ¡El te ama con amor eterno!
Lc 15:20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos,
lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su
cuello, y le besó.
Jeremías
31:3 El Señor se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno
te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
Reconoce que
tu padre celestial te acepta: Las tres palabras mas importantes que alimentan
la obra de restauración que tu Padre Celestial quiere hacer en tu vida son: Amor,
Aceptación y Perdón.
Dios quiere sanar
no solo tu cuerpo sino también tus emociones y autoestima. El padre del hijo
prodigo no solo lo vistió con el mejor vestido, sino que coloco nuevamente un
anillo en su mano, símbolo de la posición favorecida como hijo a la que lo
estaba restaurando.
Lc 15:22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y
vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
Alégrate con
tu Padre Celestial: Dios no esta enojado contigo. En realidad, esta
tan feliz de que hayas decidido acercarte a Él que ha preparado una fiesta en
tu honor. Ciertamente, un corazón alegre, que reconoce el amor y la aceptación
del Padre Celestial es la fuente mas importante de sanidad para nuestro cuerpo,
alma y espíritu.
Lucas 15:23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos
fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es
hallado. Y comenzaron a regocijarse.
Si reconoces
el anhelo de Dios por ti y recibes diariamente su amor y aceptación, tu fe, TU
CREENCIA, será indestructible. Sabrás que eres hijo y no huérfano, y
disfrutarás de la herencia paz que Él ha preparado para ti.
Efe 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación
del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, Efe 1:5
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por
medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Efe 1:6 para alabanza de la gloria de su gracia, con
la cual nos hizo aceptos en el Amado,. DIOS NOS ACEPTA. AMEN. jca
No hay comentarios:
Publicar un comentario