jueves, 11 de julio de 2013

CORAZÓN  SANO
Tener el corazón dolido, amargado, herido o rencoroso es un veneno mortal para la vida.
Las emociones no sanadas, las heridas del pasado, los abusos, las palabras hirientes y las traiciones, son el mal de muchos que han quedado encarcelados en depresión. El dolor y la angustia es un verdugo.
Nuestro espíritu, que es la parte que se comunica con Dios  no puede ser liberado en nosotros hasta que no sean sanadas las emociones. El Espíritu Santo nos impulsará hacia la sanidad emocional y la libertad espiritual.
La biblia dice que si el corazón esta mal, el espíritu queda oprimido:
Proverbios 15:13 “El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate”.

El dolor del corazón es un obstáculo para todas las cosas, incluso para la vida espiritual, por eso Jesús indico que cuando oremos, perdonemos, es un requisito fundamental, el pecado del odio o el rencor es una muralla para la voz de Dios.
El camino de la sanidad:es enfrentar, reconocer y confesar. Cuando abrimos el corazón debemos exponer todo a Dios y a las personas que nos puedan ayudar.
Enfrentar la realidad : Creo que una de las cosas que más nos cuesta es reconocer la realidad. Cuesta mucho reconocer que hemos fallado o que nos han fallado; hay un dicho que dice: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Reconocer y enfrentar puede ser sumamente difícil, pero es el camino para la libertad, por eso, no debemos tratar de evitar lo que nos pasa.  

No huyas de tus errores tampoco, si has ofendido, pide perdón, se humilde, algunos se muestran muy “sabiondos” de la palabra de Dios, pero les cuesta mucho reconocer sus errores, parece ser como que tienen una inmunidad a las fallas, son “tan ungidos” que parecen siempre tener todas las respuestas, pero no pueden ver sus errores nunca.

Esto es soberbia, porque una verdadera persona espiritual sabe pedir perdón. Aprende a sentirte seguro de tu identidad en el amor de Dios y no trates de demostrarle nada a nadie.
Confesar  “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Proverbios 28:13
Confiesa tus culpas, confiésalas a Dios y a las personas, pero no para victimizarte sino para liberarte, para desatarte, el proceso de la confesión es en dos sentidos, el primero es en el sentido de mis faltas cometidas, y para esto hay que arrepentirse, a Dios le agrada el arrepentimiento, él siempre nos da el perdón cuando hay arrepentimiento genuino.

Arrepentirte del pecado es cambiar tu forma de pensar, actuar y cambiar de actitud. Esto te mantendrá siempre humilde. Si dices haberte arrepentido, pero vuelves una y otra vez a lo mismo, tu arrepentimiento no fue verdadero. El pecado es un peso que bloquea tus emociones y oprime tu espíritu.
“Confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz”. Santiago 5:16 (NVI)

Perdonar  El otro sentido de la confesión es cuando nos hirieron u ofendieron. ¿que fue exactamente lo que te paso, como fue, que te molesto, que te dolió?, no trates de ocultarlo, por que en lo oculto trabaja el enemigo.
Si te hirieron con palabras recuerda que no importa lo que las personas opinen de vos, sino lo que Dios opina, es lo que importa y lo único verdadero.

No perdonar es mantener un veneno mortal en tu corazón. Perdonar es desatar a esa persona de tu odio, quitarle tu sentencia de culpa, es dejar la ofensa de lado y declararla libre de culpa. De esta forma desatas a la persona de tu odio y te desatas a ti mismo de la amargura.
Confiesa el perdón y renuncia al odio sobre esa persona y luego declara palabras de bendición sobre quién te hirió. Perdonar es una actividad cotidiana que debemos practicar.
Recuerda que perdonar no es un sentimiento, sino una decisión.
“(…) Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos” Lucas 4:18 RV

Enfocarte y Seguir adelante Una vez que hayas cumplidos los pasos de perdón, confesión, renuncia y arrepentimiento, debes poner fin en tus pensamientos al pasado, no te dejes confundir por ciertos pensamientos que tratarán de volverte al pasado, lo que se cerro no lo vuelvas a abrir. Esta muerto, cerrado, ya no existe. Este es el tiempo de que te enfoques en tu futuro, en tu destino y en construir tu propósito en la tierra.

Tu vida brilla cuando estás lleno de sueños y entusiasmado con todo lo que emprendas, pon toda tu fe y tu enfoque en recibir lo bueno que Dios tiene preparado, es hora de que te llenes de la palabra de vida, de la palabra de Dios que llena tus vacíos, te sana, te libera y te da fuerzas para ir por más. Este es tu tiempo de avanzar y no mirar atrás.

Me acordaré de las obras de Jehová; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas Sal 77:11 ESTO PONER EN LA MEMORIA

Quien ha tenido problemas y aflicciones en su vida, podrá coincidir que lo más tormentoso de los momentos difíciles y tribulaciones, es el tener que pensar en ellos. Pasamos horas y en ocasiones días, reflexionando en el problema mismo. Damos vuelta sin encontrar una salida viable y es allí cuando nuestra fe en Dios se debilita.
Todos, sin excepciones, tenemos la autoridad para decidir lo que vamos a pensar, lo que vamos a recordar.

David debió apelar a este recurso, de recordar las obras de Dios, cuando dijo:” Me acordaré de las obras de Jehová; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas” (Salmos 77:11). Esta decisión lo llevo a levantarse de la situación en la que se encontraba.

Ante cualquier circunstancia, trae a tu memoria lo que Dios ha hecho en tu vida. La misericordia que tuvo contigo.
Recuerda cuando te sanó, cuando te hizo libre, cuando te protegió, cuando hizo un milagro a tu favor. Y ese recuerdo traerá la fe y la esperanza que necesitas para los momentos difíciles.

Dios quiere sanar no solo tu cuerpo sino también tus emociones y autoestima. Nuestro Señor Jesús, en la historia del hijo prodigo, nos presentó un extraordinario ejemplo de las intenciones de nuestro precioso Padre Celestial.

Reconoce que Dios te anhela: es el primer paso para relacionarte con Dios correctamente. El interés de Dios por ti es puro y sus intenciones son para tu bien. Uno de las verdades mas alentadoras que la Biblia nos enseña es que Dios siempre ha dado el primer paso.
Hoy podemos acercarnos a Él porque Él se acercó a nosotros primero; podemos amarlo porque Él nos amó primero.

Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

 Levántate y ve a tu Padre Celestial: Si Dios nos amó y proveyó el camino de regreso a casa, lo que nos corresponde a nosotros es levantarnos del lugar de fracaso y frustración, arrepentirnos y acercarnos a Él con humildad.
Lucas 15:18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Aun cuando sientas que no tienes fuerza para seguir adelante, clama a Dios. La acción de clamar desata tu fe y es el primer paso hacia la sanidad.
Marcos 10:47 Y oyendo que era Jesús Nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

Cree que tu Padre Celestial te ama: El amor de Dios es incondicional. El nunca, nunca dejará de amarte. Es muy importante que reconozcas esta verdad, pues hará que tu fe se fortalezca y resista las mentiras del enemigo de tu alma. Recuerda que no hay nada que puedas hacer para que te deje de amar, y no hay nada que puedas hacer para que te ame más. ¡El te ama con amor eterno!
Lc 15:20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Jeremías 31:3 El Señor se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.

Reconoce que tu padre celestial te acepta: Las tres palabras mas importantes que alimentan la obra de restauración que tu Padre Celestial quiere hacer en tu vida son: Amor, Aceptación y Perdón.
Dios quiere sanar no solo tu cuerpo sino también tus emociones y autoestima. El padre del hijo prodigo no solo lo vistió con el mejor vestido, sino que coloco nuevamente un anillo en su mano, símbolo de la posición favorecida como hijo a la que lo estaba restaurando.
Lc 15:22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.

Alégrate con tu Padre Celestial: Dios no esta enojado contigo. En realidad, esta tan feliz de que hayas decidido acercarte a Él que ha preparado una fiesta en tu honor. Ciertamente, un corazón alegre, que reconoce el amor y la aceptación del Padre Celestial es la fuente mas importante de sanidad para nuestro cuerpo, alma y espíritu.
Lucas 15:23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

Si reconoces el anhelo de Dios por ti y recibes diariamente su amor y aceptación, tu fe, TU CREENCIA, será indestructible. Sabrás que eres hijo y no huérfano, y disfrutarás de la herencia paz que Él ha preparado para ti.

Efe 1:4  según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,  Efe 1:5  en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

Efe 1:6  para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,.                DIOS NOS ACEPTA. AMEN.  jca

No hay comentarios:

Publicar un comentario