LA FE DE DIOS
. Romanos 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a
cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el
que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe
que Dios repartió a cada uno
La
fe se origina en el cielo y comienza a operar desde allí. La fe que tú y yo tenemos
viene de allí. ¿Cuándo vino a ti?
Lo
que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu
es. Juan 3:6
Cuando nacemos de nuevo, en ese momento, recibimos la fe. Nuestra fe
no vino de un hombre o una organización, vino del cielo. La fe que tienes viene
de Dios.
En
Marcos 11:22, la Biblia dice: “Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe
en Dios”.
En
el original dice: “Tened la fe de Dios”.
La fe de Dios
Antes
de venir a Jesús no tenías fe, y yo no tenía fe. ¿Cómo fui salvo? Cuando oí la
Palabra, la fe vino a mi espíritu. De otro modo, tú y yo no tenemos la habilidad
para creer. La fe que tú y yo tenemos ahora vino de Jesúcristo. Se originó en
Él. Tú y yo no tenemos la habilidad innata para creer. La vieja naturaleza sólo
tiene la habilidad de dudar.
Antes
de que vinieras a Cristo, sólo podías dudar porque no tenías fe. Ahora que has
nacido de nuevo, que has venido a Jesús, tienes la fe de Dios. Ahora tu fe se
origina en otro mundo.
En
otras palabras, de acuerdo a Romanos 12:3, Dios nos ha dado una medida de fe.
Éstas
son las señales de que una persona realmente ha nacido de nuevo:
1.
Arrepentimiento genuino
2.
Hambre por Dios
3.
Cambio y transformación
4.
Odio al pecado
5.
Hambre por la santidad
Si
realmente eres nacido de nuevo, tienes hambre de Dios. Debes buscar a Dios.
Debes indagar a Dios. Si realmente has nacido de nuevo del cielo, debes odiar
el pecado, y amar la santidad.
En
la iglesia primitiva, la gente era realmente convertida porque el mensaje no era
barato. Hoy el mensaje ha sido abaratado; no hay temor de Dios detrás del mensaje.
La gente se arrepiente y llora lágrimas de cocodrilo. Cuando hay temor de Dios
detrás del mensaje, la gente se
arrepiente de corazón.
Ahora,
la gente viene a la iglesia, vuelve a su
casa y vuelve al pecado.
¿Dónde
está el poder de Dios? ¿Dónde está el fruto del arrepentimiento?
¿Dónde
está el hambre de Dios?
No
me des ese viejo cuento: “Yo amo a Jesúcristo”. Si amas a Jesúcristo, ¿por qué volviste
a pecar otra vez? Viniste a la iglesia y ahora ¿volverás a arrastrándote de
nuevo al pecado?
Cuando quieres más de Dios nunca es suficiente. Cuando tienes
verdadero arrepentimiento quieres más de Dios.
Las
señales del nuevo nacimiento son las siguientes: Verdadero arrepentimiento, cambio
y transformación, odio al pecado y amor por la santidad.
Si
no hay cambio en tu vida entonces debes arrepentirte otra vez. Ésta es la razón
por la que no tenemos poder en las iglesias.
La revelación trae expectativa
Tú
tienes la fe de otro mundo, así que abstente de hablar palabras de incredulidad.
No tienes excusa para no creer en Dios.
Ya
que la fe tiene la atmósfera del cielo, cuando se la declara desde la revelación,
produce una gran expectativa. Cuando la hablas de tu cabeza no produce nada,
pero si la habla desde la revelación creará en ti una expectativa.
En
el cielo hay una continua expectativa, y la fe que tienes viene de allí. ¿Por qué?
Porque en el cielo, cada segundo, Dios revela algo nuevo.
En
el Antiguo Testamento los ángeles cantan “Santo, santo, santo”. La palabra “santo”
significa diferente, diferente y diferente. Los ángeles están a la expectativa:
¿Qué va a revelar Dios ahora?
Hoy
no hay expectativa porque las iglesias predican todo el tiempo el mismo mensaje.
Siempre lo mismo no se habla del señor Jesucristo, lo tienen inactivo y el esta
muy activo, el se encarga de muchos asuntos que el Padre le ha delegado.
En
el cielo, hay una continua expectativa porque la revelación siempre trae algo
nuevo. Dios va a crear una expectativa de algo nuevo. Con tu fe comienzas a
crear una expectativa por sanidad o por milagros. Así que la fe que viene de la
revelación produce expectativa. Cuando no escuchas algo nuevo, no tienes
ninguna expectativa, Dios es un Dios de vida y vive para siempre.
Lo
que no puedes creer, no lo puedes obtener porque la fe es la moneda del cielo.
Lo que no puedes creer no lo puedes comprar, por tomar un ejemplo. En el cielo
compras por fe, vendes por fe, te mueves por fe y recibes milagros por fe, y
por la gran misericordia de Dios y por su Gracia.
Tienes
una moneda mayor que el dinero, mayor que la fama, mayor que tu intelecto y
mayor que tu diploma. Si tienes fe, puedes tomarlo, si crees todo es posible.
¿Dónde está tu fe? En el cielo. Lo que no puedes creer es como que no lo puedes
comprar.
¿Por qué Dios te dio fe?
Dios te dio fe para que los imposibles doblen sus rodillas.
Así que las enfermedades doblarán sus rodillas. Tienes una moneda mayor que el
dinero, mayor que las riquezas, mayor que cualquier cosa. ¡Tú tienes fe!
¿Cuál es el origen de tu fe?
¿Qué
has hecho con la simple fe que Dios te dio cuando fuiste salvo? Si tomas un
nuevo creyente y le preguntas: “¿Crees que Dios puede abrir esos ojos?”, él dice:
“Sí”. Pero si tomas a un creyente “vino viejo”, que ha ido a la iglesia por 20 años,
él no está seguro y necesita 80 confirmaciones.
Yo
tengo uno aquí que lleva tres meses salvo echando fuera demonios, trayendo
liberación a la gente.
Cuando
naces de nuevo en Dios y tienes las señales que mencioné tendrás la clase de fe
de Dios.
La
fe causa que tengas la perspectiva del cielo. Ahora tendrás la perspectiva del cielo.
Debería ser normal para ti caminar en lo sobrenatural.
La
perspectiva es ésta: Nada es imposible para Dios.
Mi perspectiva es ésta: Yo puedo hacer todo a través de
Cristo.
¿Dónde
está tu fe? Quiero que te levantes y la gastes la uses ahora. ¿Cómo gastas tu fe?
Gastas tu fe a través de las palabras. Debes declarar: Dios es capaz de sanarme,
Dios puede restaurar mi matrimonio y Dios puede liberarme ¡AHORA!
Que tu fe supere las excusas
¡Llénate de fe y deja las excusas a un
lado para lograr lo que te propones.
Lucas 22:31-32 dice:
Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para
zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú,
una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Todos conocemos este
pasaje cuando Jesús profetizó que Pedro lo negaría, pero lo que más me impacta
es la frase:
“Que tu fe no falte”. Porque eso significa
que la fe puede faltarnos en algún momento, aunque yo aprendí que Dios nos ha
dado a cada uno la medida de fe que nos sostendrá siempre. Entonces, ¿a veces
nos da fe y a veces nos la quita? ¿Por qué nos falta la fe en ciertos momentos?
Claro que Dios nos ha dado una fe particular y personal que nos sirve para
enfrentar nuestros retos, pero de nosotros depende que nunca nos falte.
Pedro, por ejemplo,
necesitó una fe diferente a lo largo de su vida. Cuando caminó sobre el agua y
luego se hundió, vemos que tenía fe, pero luego, en un instante, la perdió.
Después, necesitó fe para aprender con el Señor, aunque luego, la perdió al
momento de negarlo. Por eso, Jesús le dijo que rogaba para que su fe no le
faltara y así fue, porque se convirtió en el apóstol que confirmó a miles.
Entonces, es posible
que la fe nos falte en algún momento, pero nuestra responsabilidad es que nunca
falte, sino que aumente. Seguramente, cuando sales de la iglesia, llevas bien
puestos los pantalones y te sientes dispuesto a conquistar el mundo. Podrías
decir: “Ahora sí conseguiré el aumento de sueldo que deseo”. Pero si a al
primer intento no lo logras, poco a poco, tu fe decae. Algunos salen
convencidos de que es el momento para encontrar novia o novio, pero luego de
algunos días van decepcionándose y pierden la fe. Ya no pides gustos sobre la
persona ideal, sino que le pides a Dios que te mande ¡alguien que por lo menos
respire! Eso no puede suceder. Tu fe no debe faltarte, al contrario, debe
fortalecerse frente a las adversidades.
De hecho, la dificultad
comienza cuando le pides algo a Dios, de lo contrario no necesitaríamos fe. Al
momento de decidirte a emprender algo, viene el problema, la resistencia. En
ese momento es cuando necesitamos apretarnos más los pantalones y demostrar que
creemos de verdad. Por ejemplo, al enviar a Moisés a liberar al pueblo, Dios le
dijo que endurecería el corazón de Faraón. ¿Por qué endurecerlo si lo que
necesitaba era que lo ablandara? Porque el Señor necesitaba ver la convicción
de Moisés y de Su pueblo, ya que es necesario tener carácter para pedir
bendición y también para recibirla, administrarla y compartirla. Pedir con fe y
obtener lo que deseamos es solamente el inicio del camino hacia el éxito que
culmina al alcanzar el beneficio de quienes nos rodean.
No más excusas
1 Samuel 17:34-36
relata: David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre;
y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo
tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo
le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu
siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque
ha provocado al ejército del Dios viviente.
Cuando quiero aprender
acerca de la fe, me gusta leer sobre los héroes de quienes habla Hebreos 11.
Personalmente me gusta ponerme en los zapatos de esas personas. Imagino qué
hubiera hecho si me toca cuidar a las ovejas de mi padre y veo un león o un oso
llevándose a una. ¡Seguramente corro pero para el lado contrario a donde va el
león Pero David los enfrentaba, tal como hizo con Goliat.
Eso es usar la fe al
extremo, sin excusas. Estoy seguro de que si mi papá hiciera un inventario de
las ovejas y ve que falta una, no me regañaría si le explico que se la llevó un
león. Como tú no regañarías a tu hijo si no enfrenta y mata a un ladrón que
entra a tu casa. Cualquier padre le diría a su hijo: “Qué bueno que estás bien
y no te sucedió nada, lo material se recupera”. Así que David tenía la excusa
perfecta para no usar su fe y evitar al león o al gigante. De hecho, nadie le
pidió que se enfrentara a Goliat. Al contrario, el rey Saúl le pidió que no lo
hiciera porque estaba en desventaja. Sin embargo, David usó su de fe y logró más de lo que le pedían. ¿Hasta
cuándo pondremos excusas para no utilizar nuestra fe o creencia?
Abraham tenía la excusa
perfecta para no creer por un hijo. Pudo decirle a Dios: “Mira, estoy casi
muerto”. Noé también tenía la excusa perfecta para no creer y evitar construir
el arca ya que nunca había llovido, pero no buscaron excusas y continuaron creyendo a pesar de todo. Muchas veces
utilizamos excusas para librarnos de la culpa, al ver que no logramos hacer
realidad las promesas de Dios en nuestra vida. Los jóvenes se excusan en el
abandono de sus padres para no estudiar o andar en malos pasos, los trabajadores
se excusan en la actitud exigente de los jefes para no esforzarse y
comprometerse con sus metas, los empresarios se excusan en la difícil situación
del país para no invertir y hacer crecer sus negocios. Claro que son excusas
perfectas y válidas, pero aunque todo esté en contra, debemos decir: “Dios está
conmigo y ¡derrotaré al devorador!” ¡Llénate de fe y deja las excusas a un lado
para lograr lo que te propones!
De hortaliza a héroe
Lucas 17:6 explica:
Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais
decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.
Marcos 4:30-32 también
comparte: Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué
parábola lo compararemos? Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en
tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero
después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa
grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su
sombra.
Jesús comparó la fe con
el grano de mostaza pero no porque fuera pequeña como este, sino porque la fe,
como el grano, debe rebasar las expectativas y llegar a ser la más grande. El
Señor no dijo: “Que tu fe sea pequeña como el grano de mostaza”, dijo que
imitáramos al grano de mostaza que crece muchísimo. Al pensarlo, este grano de
mostaza también tenía la excusa perfecta para no crecer porque es la más
pequeña de las semillas, pero no buscó excusas y se convierte en un árbol
enorme. Entonces tenemos dos parámetros, el del grano de mostaza y el de los
héroes. ¿Cuál seguirás?
Te desafío a ser como
los héroes que van más allá de toda expectativa humana y confían totalmente en
el Señor. En mi grupo de amistad, cuando llega el momento de pedir, me gusta
hacer petición por cosas materiales porque sé que a mi Padre puedo pedirle todo
lo que deseo, no solo lo que necesito. Por eso, en el Padre Nuestro le pedimos
el pan de cada día para hoy, es decir que pedimos abundancia.
Entonces, yo pido
una computadora nueva para el semestre, además de bendición y prosperidad para
mi familia. Imagina que en tu grupo una pareja de ancianos pidiera un hijo o
que un amigo pidiera que Dios le ayude a construir un bunker en su casa porque
él y su familia repoblarán la tierra luego de la extinción. ¡Seguramente
pensarías que están locos! Pues justamente eso es lo que sucedió con Abraham y
Noé. Todos pensaban que estaban dementes, pero ellos creyeron esperanza contra
esperanza, no pusieron excusas y lograron el propósito para el cual estaban
llamados. Ellos fueron más allá, no tuvieron fe de semillas de mostaza sino de
héroes.
Los mismo debemos hacer
nosotros.. Siempre busca ir más allá con tu medida de fe, sin excusas ni
pretextos. Si pedías porque tu hijo volviera a casa, ahora pide porque sea el
joven que enseñe valores a toda tu comunidad, y más aún, pide como héroe porque
llegue a ser el predicador más grande de tu país. Si tienes una pequeña
cafetería, usa tu fe como el grano de mostaza que se convierte en la más grande
de la hortalizas y pide un restaurante, pero luego, atrévete a usar tu fe como
un héroe y pide por una cadena de restaurantes en toda Latinoamérica.
Si nos atrevemos a usar
nuestra fe sin excusas, estoy seguro de que seremos los héroes del libro de
Dios que leerán las futuras generaciones. Cuéntale tus sueños a las personas
para que te vean como un loco. Porque llegará el día cuando vean que lograste
hacer tus sueños realidad. Si Dios lo ha puesto en tu corazón es porque quiere
que lo logres. ¡Inyecta la fe de los héroes a tus peticiones, supera la fe de
la hortaliza más grande y verás que alcanzarás nuevas alturas!. jca
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