viernes, 17 de febrero de 2017

       la Palabra Engrandecida
         de Dios        
Estudios sobre la vida Abundante
Volumen  IV
Victor Paul Wierwille

CAPÍTULO NUEVE

Tenemos Este Tesoro en Vasos de Barro


Pocos Cristianos alguna vez han llegado a un conocimiento de la grandeza de su posición en Cristo. La falta de este conocimiento ha causado que muchos de ellos vivan por debajo del promedio. Han magnificado sus propios defectos y colocado sus defectos encima de la grandeza de lo que Dios hizo cuando recibieron a Cristo, la esperanza de gloria.*
II Corintios contiene un pasaje que parece a veces una paradoja. Por un lado sabemos que la Palabra enseña ciertas cosas positivas que nosotros como creyentes somos, pero entonces leemos una escritura como la de 2 Corintios 4 que dice:

II Corintios 4:7
7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro…

El punto que ya ha sido enfatizado de esta estrofa es que somos frágiles de la misma manera que los recipientes de barro. A través de los años hemos sido enseñados que sólo somos pobres Cristianos y dicen: "Bien, no podemos hacer mucho porque somos sólo simples recipientes de barro." Pero hay más en este versículo que eso. Mire el resto de esta estrofa.
“...para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,”
Ahora estamos conscientes de una gran realidad. Sólo creo que soy lo que la Palabra  dice que soy; creo que tengo lo que la Palabra de Dios dice que tengo; creo que seré lo que la Palabra de Dios dice que seré. Y creo que tengo el poder que la Palabra de Dios que dice que uno es un recipiente de barro. El factor crítico es que la excelencia del poder en nosotros no es de nosotros mismos, sino de Dios. Nuestra excelencia es de Dios y está dentro de nosotros a través de Cristo.
Ahora para hacer que la grandeza de esta estrofa estupenda de la verdad venga a ser una realidad, tenemos que verlo en el contexto. Así que me gustaría ir dos capítulos atrás en II corintios 2.

II Corintios 2:14
14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre [no de vez en cuando, sino siempre] en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.

Entonces no deje que nadie venga y le diga que usted que como Cristiano tiene que estar oprimido, que usted tiene que estar lleno de preocupación, ansiedad, miedo y  frustración; esos negativos tienen que ser para otra persona, no para nosotros, porque  Dios hace que nosotros triunfemos siempre. Y cuando usted triunfa, usted triunfa. Cuando los trofeos de los ganadores son nombrados, usted recibe uno, ha ganado, usted ha triunfado.

La Palabra de Dios dice que Dios hace que nosotros triunfemos siempre. ¿Ahora Dios es un mentiroso o dijo la verdad? Usted tiene que ponerse tan convencido que la Palabra de Dios es la voluntad de Dios que usted sólo cree en lo que dice ella.. Entonces la Palabra puede empezar entrando en consecución, en manifestación, en concreción, en su vida. La Palabra de Dios nunca está en manifestación hasta que decimos qué dice Su Palabra y llevamos a cabo la acción sobre ella.

Cuadro de texto: *Colosenses 1:27:”a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,”

Muchas personas pueden hablar esas palabras, pero entonces no actúan en consecuencia. Asienten a lo que la Palabra de Dios dice mentalmente, y todavía  añaden la palabra "pero." Dicen:"Pero, no puede haber tal cosa o no puede ser tal cosa" acerca de la Palabra. Cuando Dios lo dijo, eso es lo que significa, y eso lo establece. Dios hace que nosotros triunfemos en Cristo siempre.

II Corintios 2:14
14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva [sin excepción]  siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta [viene en manifestación] en todo lugar el olor de su conocimiento.

¡Gloria a Dios, que ministerio! La palabra "olor" es  "fragancia." Dios hace manifiesta la fragancia, el olor melodioso, de sus conocimientos. En cuanto caminamos en Su Palabra, transmitimos una fragancia melodiosa con la que ningún perfume costoso puede compararse. Pero la clave es que esta fragancia de los conocimientos de Dios tiene que ser manifestado por nosotros. Somos los que tenemos que hablar de este conocimiento, tenemos que retenerlo, tenemos que compartirlo y vivirlo. Entonces ese conocimiento es la fragancia completamente más melodiosa hacia dentro de cada lugar. ¡Ésa es la Palabra de Dios!

II Corintios 2: 15 y 16
15 Porque para Dios somos grato olor [fragancia] de Cristo en los que se salvan [son hechos completos], y en los que se pierden [están perdidos];
16 a éstos [el incrédulo que esta perdido] ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos [el creyente quien es hecho completo] olor de vida para vida…

A esas personas que están afuera que no creerán en la Palabra de Dios, apestamos porque no quieren creer en la Palabra de Dios. No quieren escucharlo ni siquiera. Pero, por otro lado, para ésos que serán salvos y ésos que son salvos, somos una fragancia de  vida. Dios nos dio vida en Cristo Jesús. Nos cambió. Nos sacó del infierno y nos puso en el camino para el cielo. Aunque somos recipientes de barro, la excelencia del poder es todavía de Dios. Pero sin ese recipiente de barro terrenal no habrá poder en  manifestación. Dios necesita que nosotros manifestemos Su Palabra y  Su poder.
Después de que II Corintios 2: 16 describe nuestro olor de muerte para muerte y olor a vida para  vida, termina con, "... Y para estas cosas, ¿quien es suficiente?”.
Bien, ¿quién es suficiente para estas cosas? Nosotros. Es correcto. No es una respuesta de una pregunta como la que tiene una respuesta negativa, tal como, "Nadie es suficiente o muy capaz." Eso no es lo que la Palabra dice. Sólo pregunta, “…Y para estas cosas, ¿quien es suficiente?". Bien, nosotros. ¿Por qué? Porque dentro de nuestro recipiente de barro Dios está en Cristo en nosotros. Nuestra suficiencia no es de nuestra propia obra. Dice esto en el tercer capítulo de II Corintios.

II Corintios 3:5
5 no que seamos competentes [suficientes] por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia [suficiencia] proviene de Dios,

¿No es estupendo? Nuestra suficiencia viene de Dios. Consagre su corazón, ¡qué grande es nuestro Dios! Entonces ¿qué suficiente es nuestra suficiencia? Debe ser suficientemente suficiente. Y que lo es. Esto es lo que Dios dice en Su Palabra. Suficientes es lo que somos; suficiencia es lo que tenemos.

Volviendo al segundo capítulo de  II Corintios, leemos que de la misma manera un creyente  huele a muerte al no creyente así huele a olor de vida al creyente. El contexto continúa.

II Corintios 2:17
17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.

 “Pues no somos como muchos, que [quienes] medran falsificando la palabra de Dios…" Debió haber habido algo de corrupción en la época del apóstol Pablo. Los tiempos no han cambiado. Esta palabra "falsificando" literalmente significa "adulteran": "Porque no somos como muchos que andan  adulterando la Palabra de Dios...."
Ahora la palabra "Adulterada" es interesante. Es usado en literatura griega cuando en  una taberna – el mesonero rinde con agua o diluye el vino. "No somos como muchos que diluyen la Palabra de Dios." Eso es lo que algunas personas estaban haciendo. Pablo está haciendo referencia a aquellos que estaban diluyendo la grandeza de la Palabra de Dios. Esto habla real y claramente de la misma manera que un cuerno sonoro. La mayoría del supuesto Cristianismo ha desvitalizado la grandeza de la Palabra de Dios a ser nada más que formalidades religiosas o sentimentalismo. Pocos han llegado a comprender y a enseñar la Palabra  desde su integridad y poder. Por consiguiente la mayoría de los Cristianos han llevado sus vidas muy derrotadas con poco  conocimiento de las realidades más grandes de la vida. A veces podemos pensar que la Palabra debe ser diluida un poco porque es sólo demasiado bueno para ser verdadero. Bien, en realidad, es tan bueno que es verdadero. No podemos conformarnos con la mitad de la Palabra de Dios. Es la Palabra de Dios o no lo es. No le añadimos impurezas. Sólo hablamos lo que Dios dijo y lo que Dios hizo. Eso es lo que dice: no diluir.

II Corintios 3:1 y 2
1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros?
2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;

Las personas que son nacidas de nuevo del espíritu de Dios y quienes hablan la Palabra  son epístolas. Somos epístolas vivientes. Las personas leen nuestras vidas, nos ven. Somos cartas "…conocidas y leídas por todos los hombres;". La mayoría de las personas nunca le desgastan las hojas al libro de Dios; incluso si lo hicieran, no lo comprenderían. ¿Así que usted sabe que van a leer? Van a leer su vida y mi vida, sus acciones y mis acciones. Van a observarnos. ¿Dónde nos paramos firmes? ¿Qué decimos? ¿Cómo actuamos? ¿Somos el compendio del amor o sólo hablamos de él, un poema breve que una vez encontré resume esto:

Estamos escribiendo un evangelio;
un capítulo todos los días, por los hechos que hacemos;
por las palabras que decimos.
Las personas leen lo que escribimos, sea infiel  o verdadero.
¡Oiga! ¿Cuál es el evangelio de acuerdo con USTED?

Somos lo que todos conocen y leen en nosotros. Cartas "conocidas y leídas por todos los hombres".

II Corintios 3: 3-6
3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
5 no que seamos competentes [suficientes] por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia [suficiencia] proviene de Dios,
6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes [capaces] de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

La cosa que nos hace Ministros capaces es la activación. Es ese espíritu dentro de nosotros del Dios viviente que es nuestra activación; esta activación nos hace posible ministrar eficazmente.

II Corintios 3: 6
6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

La letra de la ley es de lo que Pablo está hablando. Está hablando en el contexto de "tablas de piedra." Bien, ¿qué tablas de piedra fueron escritas?. Los diez mandamientos. Moisés los trajo de la montaña, y luego tuvo que subir para un segundo juego. "el cual [Dios] asimismo nos hizo ministros competentes [capaces] de un nuevo pacto, no [ministros] de la letra [ley], sino del espíritu; porque la letra [ley] mata, mas el espíritu vivifica." Cualquier persona que se pone bajo la ley se mata en el proceso. Bajo la ley deben trabajar y vivir de acuerdo con la carne, sus cinco sentidos. Romanos 8:5  dice, "Porque el ocuparse de la carne es muerte...." Haciendo esto viven debajo del promedio y nunca manifiestan la refulgencia de la gloria de la presencia de Cristo adentro. Romanos 10: 4 dice que, “…el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.”

Si es el fin, es el fin. Si alguien quiere ponerse bajo la ley, la Palabra de Dios ya nos dice qué irá a pasarles. Sólo van a morirse. Porque no hay vida en esa ley. La vida está en el espíritu de Dios en Cristo en el creyente.

II Corintios 3: 7 y 8
7 Y si [por el contrario] el ministerio [o Administración] de muerte [hablando de la ley, tablas de piedra] grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio [Administración] del espíritu?

Debemos estar encendidos de la misma manera que las bombillas fluorescentes. Moisés bajó de la montaña con los diez mandamientos con dos tablas de piedra, sujetando la gloria de ese gobierno de la ley en sus manos. La reflexión sobre la cara de Moisés de esas piedras sobre las que esas diez órdenes que fueron escritas fue tan fenomenal que las personas no podían considerar a ver su semblante. Tuvieron que cubrir sus ojos y entrecerrar los ojos para mirar su cara. Si esa fue la ley de la cuál la Palabra dice que mataba que pudo ser tan brillante, ¿qué hay sobre la Administración en la que ahora vivimos? Aunque era tan glorioso que los hijos de Israel no podían considerar ver a la cara de Moisés, esa gloria no es nada en la comparación con la gloria que se destaca en la Administración de Gracia, desde el día de Pentecostés, en el que usted y yo vivimos. ¡Eso es tremendo! Yo no escribí el libro, y no morí por usted, y no hice que esto pasara. Pero, esto es lo que la Palabra de Dios dice, y esto está mas claro que un vaso de agua.

"¿cómo no será más bien con gloria el ministerio [Administración] del espíritu?" Ésa es la razón  por la cual usted se destaca. "epístolas vivientes", ¿recuerdan? Irradiamos, esfervecemos, brillamos. Cristo en nosotros nos hace burbujear. Eso es lo que tenemos en el espíritu. ¿Eso no es hermoso?

II Corintios 3: 9-15
9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente.
11 Porque si lo que perece tuvo gloria [la ley], mucho más glorioso será lo que permanece.
12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza;
13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido.
14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.

Esas personas que todavía estaban poniéndose bajo la ley nunca podían ver la Palabra de Dios correctamente dividida en la Iglesia del Cuerpo. Usted no puede ver la Era de Gracia a través de la ley; usted tiene que verlo es a través de Cristo Jesús y el espíritu santo.

II Corintios 3:16
16 Pero cuando [sus corazones]  se conviertan al Señor, el velo se quitará.

Entonces nuestros ojos tendrán visión despejada y verán claramente.

II Corintios 3:17
17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

¡Hablamos de las personas que son liberadas, libres! El espíritu del Señor nos pone en la libertad de la ley. “y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad."

II Corintios 3:18
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta [sin un velo] como en un espejo la gloria del Señor, [y]somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Eso es lo que yo llamo la caminata de gloria, llegamos a ser lo que miramos. ¿Si miramos las miserias y los miedos, ¿qué reflejaremos? Esto es una ley que trabaja con la confiabilidad total tanto para el santo como para el pecador por igual. No tiene nada que ver con ser un Cristiano o un  no Cristiano. Somos transformados a la misma  imagen que contemplamos. Cuando miramos al Señor Jesucristo, nos convertimos en un  reflejo de la gloria de Cristo. Estará escrito en nuestras caras; estará escrito en nuestras vidas. Somos transformados en la misma imagen, y de gloria en gloria. Si hoy es bueno, ¡sólo acuérdese de cómo va a serlo mañana de bien! Nuestras vidas se ponen más gloriosas todos los días.

II Corintios 4:1
1 Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio…

No tenemos que pedirle a Dios Su ministerio; no tenemos que asistir a un seminario teológico para conseguirlo. La Palabra de Dios dice que ya tenemos el ministerio.

II Corintios 4: 1-5
1 Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos.
2 Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto [con un velo], entre los que se pierden está encubierto;
4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.

No andamos por la comunidad y decimos, "Mire, lo se todo." No, no nos predicamos; predicamos a Cristo Jesús. Por supuesto, Dios tiene que comunicar Su voluntad vía Su Palabra a una persona, y esa persona tiene que comunicar completamente los conocimientos recibidos a otra persona. Por ejemplo, cuando estamos afuera testificando, nosotros somos los que testificamos. Pero no nos predicamos a nosotros mismos o a otra persona o una organización; predicamos la Palabra de Dios. Hablamos  la Palabra la cuál es Cristo Jesús.

y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús." mostrar que somos siervos de nuestros compañeros - creyentes. Somos hijos en nuestra relación con Dios, pero somos siervos de nuestros compañeros. Soy su siervo; tengo que dejar que dependa de mí hasta que usted aprenda a caminar; tengo que darle leche  hasta que usted llegue a la etapa de comer carne. Adonde quiera que vaya, recuerde que usted es siervo de sus compañeros.

Las personas tienen que depender de usted hasta que crezcan y caminen por la Palabra de Dios pero solo cuando estén lo suficientemente fuertes. Somos una familia. Usted tiene que cuidar a los niños espirituales con la paciencia verdadera y la sabiduría. Si usted está cuidando a un bebé, ¿usted le daría un cuchillo, un tenedor, y una servilleta de lino hermosa sobre un mantel de lino costoso? Por supuesto que no. Así que, si criamos a nuestros niños físicos despacio, ¿y nuestros niños espirituales? Tenemos que criarlos con biberón también. Tenemos que llevar a cabo el procedimiento general hasta que aprenden a caminar solos.
¿Por qué no podemos querer a los niños pequeños de Dios del mismo modo? ¿Por qué no podemos pasar por alto sus dificultades iniciales? Las personas pueden mascullar, "Pienso que usted enseñó la Palabra de Dios a fulanito y, aparentemente, no le hizo nada. Explíqueme eso." No tengo que explicarlo. La persona era un niño espiritualmente, y fue mi responsabilidad de velar por él. Pero cuando iba resbalándose por todas partes, no lo golpeé hasta matarlo. Criamos los jóvenes; los queremos y los recogemos cuando tropiezan. Cuando un bebé se cae, no le damos una zurra; vamos y lo ayudamos a recogerlo y lo apoyamos. Pero de algún modo u otro, pensamos que un Cristiano debe caminar de la misma manera que Dios todopoderoso desde el momento en que nace de nuevo. ¡Qué ridículo! La idea es que usted nunca aprende a caminar hasta que usted empieza a caminar. Si usted está asustado de los errores, usted nunca crecerá, porque nunca se ejercita. No podemos crecer a menos que caminemos.

II Corintios 4:6
6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

¡Qué “iluminador." ¡Que tremendo! Dios ha resplandecido en nuestros corazones, lo ha hecho, " para iluminación del conocimiento." Mis amigos, a menos que la luz de ese conocimiento sea dada a otros por aquellos de nosotros que lo han tenido brillando en nuestros corazones, entonces la luz de ese conocimiento sólo será difundido. La Palabra de Dios no va a ser escuchada a menos que la hablemos. Y podemos contarlo porque la hemos escuchado.

II Corintios 4:7
7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,

Tenemos este tesoro del conocimiento de la gloria de Dios en la faz Jesucristo; tenemos este tesoro, la Palabra de Dios, el espíritu santo adentro. Para ser hijos de Dios y siervos de nuestros compañeros, tenemos este tesoro "en vasos de barro." Sabemos nuestras debilidades humanas, sabemos nuestros defectos, y sabemos que a veces nos cansamos aunque no debemos cansarnos. Los recipientes de barro pueden parecer débiles, pero adentro Cristo está en nosotros la esperanza de gloria. Eso es por qué debemos leer la última parte del versículo 7.
“... para que la excelencia del poder [en hacer conocer la grandeza de Su Palabra y Su poder] sea de Dios, y no de nosotros,”.
Dentro de nosotros mismos no esta esa fuerza; sino porque es Cristo en nosotros, entonces es nuestra fuerza - infunde su fuerza en nosotros. Él es la Palabra dentro de nosotros; es el poder; él es todo lo que La Palabra dice que es. Y todo eso está en nosotros, en los recipientes de barro, que el poder sea de Dios.
Las señales, los milagros y maravillas que están ocurriendo alrededor del mundo están ocurriendo porque los hijos de Dios están creyendo en la Palabra de Dios y están hablando Su Palabra simplemente así como está escrita, sin adulterarla. Las personas cuyos ojos no están cegados lo están viendo. Las promesas de la Palabra, (Mateo 5:6):” Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” Así que si usted quiere ser saciado, sólo póngase hambriento y sediento. Usted será saciado de acuerdo con el grado de su hambre. En cuanto usted ha aprendido la Palabra de un bocado de verdad de Dios, usted nunca tendrá hambre y sed de esa verdad otra vez. En su crecimiento espiritual persistente usted sólo ansiará más y más verdad y conocimiento de la Palabra de Dios. Pero una vez que usted ha saboreado de esa comida, una vez usted ha tomado una bebida de esa agua de la vida, en ese momento usted nunca tendrá hambre o sed otra vez - siempre que el alimento sea la Palabra con toda la nutrición de la Palabra correctamente dividida. ¡Que privilegio tenemos de vivir en este día y poder estar capacitados para hablar la Palabra de Dios! Ésta es la oportunidad más trascendental que Dios podía alguna vez dar a alguien. Nos ha dado esto, a recipientes de barro, a simples jarras de arcilla. Pero en el interior, es Dios en Cristo en nosotros. ¡Qué excelencia de poder!



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