la
Biblia Me lo Dice
Estudios sobre la vida Abundante
Volumen I
Victor Paul Wierwille
CAPÍTULO CINCO
La Ley de la Creencia
Sé que la vida abundante está disponible hoy
día para aquellos que entienden y aplican la ley de la creencia.
En lo que concierne a este asunto, quiero
llamar su atención a Marcos 9. Esta es una historia bastante larga; pero si voy
a enseñarles la ley de la creencia, usted tiene que poner la verdad de este
pasaje en su corazón y su vida.
Marcos
9:14-27:
Cuando llegó a donde estaban los
discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban
con ellos.
y en seguida toda la gente, viéndole se
asombró y corriendo a él, le saludaron y enseguida él les preguntó: ¿Qué
disputáis con ellos?
Y respondiendo uno de la multitud, dijo:
Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
el cual donde quiera que le toma, le
sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus
discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.
Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh
generación incrédula!
¿Hasta cuándo he de estar con vosotros?
¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
Y se lo trajeron; y cuando el espíritu
vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se
revolcaba, echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo
hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.
Y muchas veces le echa en el fuego y en
el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros
y ayúdanos.
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que
cree todo le es posible.
E inmediatamente el padre del muchacho clamó
y dijo: Creo, ayuda mi incredulidad.
Y cuando Jesús vio que la multitud se
agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo
te mando, sal de él, y no entres más en él.
Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole
con violencia salió, y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está
muerto.
Pero Jesús, tomándole de la mano le
enderezó, y se levantó.
El hombre trajo a su hijo para obtener
sanidad. Él le informó a Jesús que sus discípulos no podían remediar la situación.
Los discípulos deben haberse sentido estúpidos pues ésta era una demostración
pública y nadie en privado, mucho menos en público, quiere parecer un tonto.
Estos eran los mismos discípulos que habían tenido antes gran victoria y éxito
en sanar a los enfermos. Ahora habían llegado a un callejón sin salida. ¿Qué
los obstaculizó?
Jesús percibió el problema inmediatamente
cuando el padre dijo: “si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y
ayúdanos”. Jesús tomó ese “si” que el padre había dirigido primero a los
discípulos y luego a Jesús, y lo devolvió al padre, donde debía estar. Jesús le
dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”. A mucha gente le gusta
echarle la culpa de su incredulidad e inhabilidad para recibir a cualquier
otro. Los discípulos eran las víctimas de la inculpación en esta situación. Los
discípulos estaban atrapados en la
trampa de este hombre, pero Jesús no. A mucha gente le gustaría que otros
creyeran por ellos; sencillamente no quieren aprender a creer por sí mismos. Muchas
veces la gente sencillamente no sabe cómo creer. Jesús entendió la situación claramente
y le dijo al padre del muchacho: “Si puedes creer. Yo sé que mis discípulos
creen, y el hecho de que ellos no pudieran eliminar la causa no es su culpa. Podrían
creer hasta el día del juicio final por tu hijo sin ningún resultado; pero si tú puedes creer, entonces algo
sucederá”.
Dondequiera que fuera posible, Jesús siempre
exigió creencia. Cuando estudiamos los milagros de sanidad, encontramos que
Jesús exigía la creencia de los padres para la sanidad de sus niños. Por
ejemplo, en Mateo 15:22 vemos que la mujer cananea tenía gran creencia para la
sanidad de su hija que estaba atormentada por un demonio.
En el caso de personas dementes, que son
mentalmente incapaces, no era exigida la creencia. Los siguientes son ejemplos
de tales casos: Marcos 1:23 y siguientes, y Lucas 4:33 y siguientes; Mateo 8:16
y siguientes; Marcos 1:32 y siguientes; Lucas 4:41; Mateo 8:28 y siguientes;
Lucas 8:26 y siguientes; Marcos 5:1 y siguientes; Mateo 9:32 y Hechos 16:16.
En el caso de levantar a un muerto, como está
indicado en Marcos 5:35 y siguientes y Lucas 8:49 y siguientes, leemos que
Jesús le dijo al padre del niño muerto: “No temas, cree solamente”. Cuando
Jesús levantó a Lázaro de entre los muertos, el pasaje no dice que nadie haya
creído excepto Jesús. En Hechos 9:36 y siguientes, donde Pedro Levantó a Dorcas
de entre los muertos, él sacó a todo el mundo del cuarto y luego oró y le mandó
que se levantase.
En todo pasaje bíblico la creencia es siempre
exigida de parte de todo el que tiene necesidad, con las excepciones arriba
mencionadas: ciertos tipos de desórdenes mentales, gente muerta y niños.
Hay poder en la creencia. En este mundo hay poder al cual usted y yo como
creyentes renacidos tenemos fácil acceso. Este poder nos capacitará para
sobreponernos a nuestros defectos y a nuestras dificultades, trayendo
liberación y victoria a nuestras vidas. Este poder proviene de Dios. Él está
presente en todas partes, lo que quiere decir que Él está con usted ahora
mismo. La clave envuelta es conocer y recibir Su poder, que es sobre lo que se
basa toda la vida abundante. La ley de la creencia trae resultados fenomenales
para todos aquellos que aplican y practican los principios.
Usted puede creer correctamente o
erróneamente. La creencia trabaja de ambas formas, y usted se trae sobre sí
mismo todo lo que cree. Mateo 9 y Job 3 muestran los tipos de creencia y sus
resultados.
Mateo
9:20-22:
Y he aquí una mujer enferma de flujo de
sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su
manto;
porque decía dentro de sí: Si tocare
solamente su manto, seré salva.
Pero Jesús, volviéndose y mirándola,
dijo: Ten ánimo, hija: tu fe [creencia] te ha salvado...
Job
3:25:
Porque el temor [creencia] que me
espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía.
El miedo, la
preocupación y la ansiedad son tipos de creencia. Si usted se preocupa, tiene
miedo y está ansioso, recibirá el fruto de su creencia negativa que es la
derrota.
La ley de la creencia es igualmente efectiva
tanto para el pecador como para el santo; sin embargo, el creyente, debido al
espíritu proveniente de Dios dentro de él, puede producir más abundantemente.
Si usted duda su recuperación de la enfermedad, seguramente reducirá y
retardará su propio progreso. ¡La creencia correcta es saber constantemente que
el poder y la presencia de Dios están en usted y con usted en toda situación!
Cómo usted piense del problema con el cual está confrontado en este mismo
momento determinará el resultado. Si duda su éxito, usted ha determinado, por
su propia creencia, su resultado sin éxito. Aplique el método positivo de
la ley de la creencia a cada situación
en la vida, a cada problema que le salga al paso, pues “...si puedes creer, al
que cree todo le es posible”.
Decir una oración formal nunca lo liberará ni
traerá resultados positivos a su vida. Usted no puede esperar, pensar o
adivinar en este juego de la vida. Usted simplemente cree que Dios está en usted
y que Él está siempre con usted, aun hasta el fin de esta época.
1
Juan 4:4:
...mayor es el que está en vosotros, que
el que está en el mundo.
La maldad del mundo nunca puede obligarle a
usted a hacer mal o algo impropio a menos que usted lo permita a través de su
propia debilidad de carácter o falta de creencia.
Una vez que comience a practicar la ley de la
creencia --creencia correcta, creyendo a Dios-- encontrará que las cosas malas
que han estado gobernando su vida pronto se desvanecerán. Dios siempre es el
vencedor sobre el mal; pero depende de usted creerle a Dios y hacer de Su
voluntad la suya propia.
En todas las Epístolas del Nuevo Testamento,
nunca encontrará que los creyentes cristianos sean instados a tener fe; ellos
ya tienen fe como creyentes, y son animados a creer a Dios y expresar lo que
ellos ya tienen.
Romanos
12:3:
...conforme a la medida de fe que Dios
repartió a cada uno.
La palabra “creer” es un verbo que connota
acción. Por lo tanto, creer la Palabra de Dios, tomar la Palabra de Dios
literalmente y actuar según ella, trae resultados. Esta es la ley de la
creencia y ésta es la acción que traerá liberación y victoria a su vida en toda
situación. “Si puedes creer, al que cree todo le es posible [disponible actualmente]”.