miércoles, 31 de diciembre de 2014

 PARTE II
De "ORDENA MIS PASOS CON TU PALABRA"
Por V.P. Wierwille
EL ORDEN DE DIOS PARA EL LIDERAZGO

Debido a que Dios es un Dios de orden, Él dio directrices específicas en relación con el liderazgo entre los creyentes. El capítulo 4, “Las Cualidades de un líder espiritual”, es un estudio del primer capítulo de Tito. Tito 1 específica a los creyentes las características que una persona debe demostrar antes de que esa persona sea designada como un líder. Dios no se limita a declarar las cualidades requeridas para el liderazgo espiritual, sino que estas cualidades son de nuevo enunciadas en el tercer capítulo de I Timoteo, que es el centro de “Los requisitos o cualificaciones para la ordenación”, estableciendo así y enfatizando estas cualidades necesarias.

Romanos 13: 1 dice que nosotros, los creyentes, hemos de sujetarnos a “las autoridades superiores”. Mucha gente ha enseñado erróneamente que estas “autoridades superiores” se refieren a personas en altos cargos políticos. El capítulo 6, titulado “Las autoridades superiores de Romanos 13”, contiene el conocimiento inspirador de que las autoridades superiores son los líderes espirituales dentro del Cuerpo de Cristo.

Después de un período de tiempo, el liderazgo en el Cuerpo cambia a medida que cada generación nace, vive y muere. Así nuestro Dios provee ordenadamente una sucesión del liderazgo dentro del Cuerpo. En “La Transferencia de Liderazgo” observamos cuando llegó la época de Josué. Dios estuvo preparando a Josué durante un período de tiempo para tomar las responsabilidades de liderazgo después de la muerte de Moisés.

Conocer y seguir los lineamientos de Dios en la selección, ordenación, el respeto o estima y la transferencia del liderazgo es de gran importancia. Dios no ha dejado estos temas en la oscuridad. Él claramente los delinea en su Palabra para que podamos cumplir con Sus instrucciones y beneficiarnos plenamente siguiendo Su camino.




LAS CUALIDADES DE
UN LÍDER ESPIRITUAL
Capítulo Cuatro

En la Palabra de Dios hay siete libros escritos por el apóstol Pablo que se conocen como las Epístolas a la Iglesia: Romanos, Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses y Tesalonicenses. Estas son seguidas por lo que se conoce como las Epístolas Pastorales de Pablo: Timoteo, Tito y Filemón. Y estas son seguidas por las Epístolas Generales hechas por varios escritores: Hebreos, que fue escrita por Pablo, y después, Santiago, Pedro y Juan.


En este estudio quiero observar algunas verdades concernientes al liderazgo espiritual que están dirigidas a nosotros como hijos de Dios en la epístola de Pablo a Tito. La razón por la cual estas verdades son aplicables a nuestra vida es que nosotros, como Tito, somos seres humanos renacidos del Espíritu de Dios que necesitan instrucción personal para nuestra relación individual con Dios. El Dios que habló a los hombres y mujeres en los tiempos bíblicos, sigue siendo el mismo Dios hoy. Por lo tanto, estas escrituras son revelación dinámica para cada uno de nosotros, y en especial para los que ocupan puestos de liderazgo en la Iglesia.


Pablo comienza esta epístola a Tito, identificándose a sí mismo.


Tito 1:1
Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad.

 “Pablo, siervo de Dios…” Durante la Era de la Gracia, una persona no puede ser un siervo de Dios, uno que sirve a Dios, hasta después de que él o ella han llegado a ser un hijo de Dios. ¿Cómo podría usted servir a Dios si no es renacido? Usted no podía servir o participar en su familia terrenal hasta que nació dentro de ella. Lo mismo sucede con la familia de Dios. Usted debe ser renacido antes de que pueda servir a Dios.


Tito es la única epístola en la Biblia en que la revelación de Pablo comienza diciendo: “Pablo, siervo de Dios”. En ningún otro lugar Pablo comienza una epístola identificándose como “un siervo de Dios”. Y esta carta está dirigida a un solo individuo, a Tito, un líder en la Iglesia. Pablo escribe muy personalmente porque al él tocar la vida de una persona, puede afectar la vida de muchas otras personas.


La carta de Pablo continúa, “y apóstol”. Ahora, un apóstol de Jesucristo es uno que es enviado por Dios para traer nueva luz a su generación. Pablo trajo nueva luz a la Era de la Gracia. Pablo era un apóstol “conforme a la fe”. Esta fe, es la familia de la fe. La fe que cada persona recibe cuando él o ella renacen es la fe de Jesucristo. La epístola a Tito continua diciendo: “conforme a la fe de los escogidos de Dios”, de los seleccionados por Dios. Ser escogido por Dios trae a colación el tema de la predestinación.


El tema de la predestinación tiene una base muy simple, llamada, la presciencia de Dios. Predestinación sin previo conocimiento haría a los seres humanos peones de Dios. De hecho, algunas personas explican la predestinación de esta manera, una enseñanza que es totalmente errónea. Nuestro Dios no elige a algunos de nosotros para el cielo y a otros para infierno. Más bien, Él sabe de antemano, por Su presciencia, las elecciones que vamos a hacer. Cada persona dispone en su propia mente si él o ella quiere ser salvo e ir al cielo o quedarse no salvo y aceptar las consecuencias. Cada uno decide si creer a Dios o rechazarlo. Pero debido a que Dios sabe quién va a creer y a renacer, esos individuos, fueron escogidos de Dios antes de la fundación, o derribo,* del mundo registrado en Génesis 1.


 “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad.”

     “Conocimiento” es “el conocimiento correcto y preciso”. Y “piedad” es nuestra relación espiritual vital con Dios porque conocemos la Palabra de Dios correctamente dividida.

Una traducción interlineal de Tito 1:1 es como sigue: “Pablo esclavo de Dios, y apóstol de Jesucristo, de acuerdo a [la] fe de los elegidos de Dios y al conocimiento de [la] verdad que [es] de acuerdo a la piedad” * * “De acuerdo a” indica “el estándar de” y “piedad” es “devoción, santidad”. Qué versículo tan maravilloso.


Versículo 2:
En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos.

En el mismo momento en que usted renació, recibió vida eterna. Esta vida eterna es lo que Dios tenía en mente antes de que Él creara los cielos y la tierra. Dios, Quien no miente, ni tampoco puede mentir, prometió vida eterna antes de la fundación del mundo. Ahora, el momento en que usted renació recibió vida eterna. Pero ¿podían las personas tener vida eterna antes del día de Pentecostés, antes de que fuera posible ser renacido? Sí, “la salvación” estaba disponible antes del día de Pentecostés, pero no era posible “renacer”. En los tiempos del Antiguo Testamento, las personas fueron salvas cuando ellas creían en la venida del Señor Jesucristo. Dios contó su creencia por justicia, como dice en Romanos 4:5-9.


Ahora, Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, y el resto de los doce apóstoles de Jesucristo, además de sus numerosos discípulos, no pudieron renacer durante el período de los Evangelios porque el nuevo nacimiento no estaba aún disponible mientras Jesucristo caminaba en esta tierra. Pero ellos podían ser salvos por creer en Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios. Jesucristo vino para hacer posible el nuevo nacimiento. Se hizo disponible después de que él ascendió y se sentó a la diestra de Dios. Entonces, el plan de salvación estuvo completamente completo, por lo que Dios fue capaz de hacer disponible el nuevo nacimiento en el día de Pentecostés.




*Efesios 1:4 “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo [katabole derribo o caída], para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
** Nuevo Testamento Griego- inglés (1877; reedición ed, Londres: Samuel Bagster e hijos, 1970).


Una vez que algo llega a estar disponible, cualquier persona que cumpla los requisitos puede tenerlo. Una vez que el nuevo nacimiento estuvo disponible, todo aquel que así lo deseó pudo renacer. Otro ejemplo de esta verdad de la disponibilidad es la diferencia entre “creer” (o “fe”, como la palabra griega pistis se traduce a menudo) y “esperanza”. Creer pertenece a lo que está disponible ahora. Esperanza anticipa algo que definitivamente estará disponible en algún momento en el futuro.* Esperanza se refiere a algo que una persona no puede tener ahora, pero que es parte del futuro, tal como el retorno de Cristo. Nosotros esperamos el retorno de Cristo, que no está disponible todavía.


Tito habla de la “esperanza de la vida eterna”. La razón por la cual la palabra “esperanza” se utiliza aquí, es que la plenitud de nuestra vida eterna está todavía en el futuro. Y la razón por la que tenemos esa esperanza futura es que pertenecemos a Dios ahora.


Tito 1:2
En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos.

Dios no miente; de hecho, Él no puede mentir. Y Él nos prometió vida eterna. Así que podemos esperarla con certeza a lo largo de todas las edades.


Versículo 3:
Y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación…

Dios manifestó Su Palabra, Su logos, a través de la predicación, o proclamación. Y este sigue siendo el más grande método de difusión de la Palabra de Dios. Alguien tiene que levantarse y exponer la Palabra de Dios, palabra por palabra y línea por línea. Esa es la proclamación, y así es como Su Palabra se manifiesta de manera que usted pueda conocerla.


... manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada…


La traducción literal de la frase “que me fue encomendada” es “que me fue confiada”. La responsabilidad de predicar la Palabra de Dios le fue confiada a Pablo.


... [que me fue confiada] por mandato de Dios nuestro Salvador.

Al apóstol Pablo se le encomendó la predicación de la Palabra de Dios de acuerdo con el mandamiento de Dios. Dios dijo: “Pablo, predica”. Pablo llevó a cabo esto porque era “el mandamiento de Dios nuestro Salvador”.


*Romanos 8:24 y25 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.



Dios es nuestro Salvador; pero Su Hijo, Cristo Jesús, también es nuestro salvador ya que a través de sus logros se hizo posible para nosotros reconciliarnos con Dios. La obra de Jesucristo cumplió la voluntad de Dios para la humanidad.


Versículo 4:
A Tito, [mi] verdadero hijo en la común fe.

La común fe es la fe que es común a todos los creyentes. Cuando renacemos del Espíritu de Dios y pertenecemos a la familia de Dios, esa es la común casa de la fe. Usted la tiene; yo la tengo; todo el mundo que ha nacido en la familia de Dios tiene esa común fe.


... Gracia [favor divino], misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.

Ahora, un hombre puede tener gracia (el favor divino de Dios) y vivir a regañadientes o quejándose. Él puede tener la misericordia de Dios, y sin embargo, él mismo ser despiadado, inclemente. Él puede tener la paz de Dios y vivir sin ninguna paz en él. Eso no sería culpa de Dios; eso sería culpa del hombre al no reconocer lo que Dios le ha dado, y por que no ha renovado su mente para vivir de acuerdo a ello.


La palabra “Señor” en la frase “del Señor Jesucristo” no aparece en la mayoría de los textos críticos griegos, y las palabras “Jesucristo” están invertidas. Así que la frase entera debe decir simplemente: “Cristo Jesús”. El primer versículo de Tito dice “Jesucristo”; el versículo 4 dice “Cristo Jesús”. Nosotros somos siervos de Jesucristo mientras le ministramos a la gente, pero nosotros somos Hijos de Dios en Cristo Jesús. “Jesucristo” enfatiza el andar de Jesús en la tierra, al humillado, a aquel que sirvió. “Cristo Jesús”, enfatiza al exaltado, al Cristo glorificado, con quien hemos sido exaltados.


Podemos hablar de la precisión de la ciencia, pero realmente no hemos visto ninguna precisión hasta que nos fijamos en la perfección de la incomparable Palabra de Dios. Esa Palabra está puesta como un diamante, pero la gente la ha pasado de largo porque no ha podido comprender su profundidad. La Palabra de Dios es demasiado grande, demasiado vasta y es estupenda.


Nosotros somos en Cristo Jesús lo que el unigénito Hijo de Dios es. Cristo Jesús  completó una misión. La Palabra de Dios dice que cuando él fue bautizado, nosotros fuimos bautizados con él. Cuando él murió, nosotros morimos con él. Cuando él fue sepultado, nosotros fuimos sepultados con él. Cuando él resucitó, nosotros resucitamos con él. Cuando él ascendió, nosotros ascendimos con él. Cuando él se sentó a la diestra de Dios, nosotros nos sentamos con él. Esto es lo que Jesucristo hizo por nosotros.


A veces se nos dice que debemos “cargar nuestra cruz”. ¿Quién sería capaz de soportar o llevar la cruz que Cristo cargó? Nadie sino el unigénito de Dios. Cuando la Biblia habla acerca de tomar nuestra cruz y seguirlo, se está refiriendo a asumir nuestras responsabilidades. Jesucristo murió para que nosotros pudiéramos vivir. Él cargó los pecados de la humanidad a fin de que usted y yo pudiéramos llevar el amor de Dios a la humanidad. No tenemos que cargar nuestros pecados. Nadie lo hace. Jesucristo ya los cargó. Él cargó la cruz del dolor para que pudiéramos cargar la cruz de la liberación. Él llevó la cruz de la envidia para que pudiéramos llevar la cruz de responder gozosamente con amor. Verá usted, él cargó todas esas cosas pesadas para que usted y yo pudiéramos llevar todas las cosas buenas y gloriosas. Él murió para que nosotros pudiéramos vivir. Él vino para que tengamos vida y para que la tengamos en abundancia.


Versículo 5:
Por esta causa te dejé en Creta [habla Pablo], para que corrigieses lo deficiente [cosas que estaban inconclusas o pendientes por hacer]…

Las iglesias en Creta, una isla del Mediterráneo, eran iglesias jóvenes. Y Pablo dijo a Tito: “Te dejé allá en Creta para poner en orden las cosas que aún era necesario que se hiciesen”.


... y establecieses [u ordenases] ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé.

A Tito se le dijo que estableciera u ordenara ancianos. “Ordenar” es establecer personas en posiciones de responsabilidad. La palabra “anciano” denota a un líder que no es un recién llegado, un neófito, un novato, alguien que es una promesa. Un líder, o anciano, se refiere a alguien que ha sido sazonado, que es experimentado, porque ha tenido tiempo de arraigarse en la Palabra de Dios. La palabra “anciano” describe a alguien que es mayor en experiencia, [alguien que ha tenido una mayor exposición a la verdad de la Palabra de Dios, la edad cronológica no es mencionada. No dice que una persona tenga que ser tan viejo como Matusalén para ser un anciano; ser ordenado como un anciano tiene que ver con la calidad de alguien como creyente, no está hablando de la edad.

La palabra “anciano” en el Antiguo Testamento tiene el mismo uso que la palabra “obispo” y “anciano” en el Nuevo Testamento. En otras palabras, los ancianos de la época del Antiguo Testamento sirvieron en las mismas funciones que los obispos y ancianos en el período del Nuevo Testamento. La palabra “anciano” hace hincapié en la dignidad de la posición, mientras que el “obispo” enfatiza la función del oficio.


 “…Ordena o establece ancianos en cada ciudad…” En griego literalmente significa “de ciudad en ciudad” o “ciudad por ciudad”. La ordenación de un anciano no ocurrió en todas las ciudades. No todas las ciudades en Creta tenían un grupo de creyentes. Y la Palabra de Dios, a través de Pablo a Tito, fue ordenar a una persona responsable de manejar, de hacer funcionar cada congregación local existente, si había allí un creyente cualificado.


A continuación, la Palabra de Dios en Tito 1 procede a decir cuáles son los requisitos de un anciano.


       Versículo 6:
El que fuere irreprensible [anenkl‘tos, “sin culpa”]….


Esto no quiere decir “sin fallos”. Dice “sin culpa”. Ninguno de nosotros nunca va a vivir sin fallos, sin pecados que se van arrastrando. Pero nuestras faltas no deben ser de la magnitud para ser merecedores de acusaciones; “nada atribuido o encontrado a uno que está a cargo” es el significado en griego.


... marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes [firmes] que no estén acusados de disolución [asÇtia, con carencia de modales y moral] ni de rebeldía [anupotaktos, insubordinados, rebeldes, desobedientes, testarudos, perversos].

Un líder debe tener una sola esposa y a sus hijos bien educados. Si usted, como padre o madre de una familia cristiana, no puede cuidar de su propia descendencia, usted no tiene derecho a dirigir a otras personas. Si usted no puede dirigir a sus propios hijos y hacer que le respondan, que reconozcan su autoridad, ¿cómo usted podría dirigir el Cuerpo de la Iglesia de Dios?


       Versículo 7:
Porque es necesario que el obispo sea irreprensible [anenkl‘tos], como administrador [oikonomos] de Dios; no soberbio [authad‘s]…


Un administrador de Dios es una persona responsable de administrar parte de la Casa de Dios. Y el administrador de la casa de Dios no puede ser soberbio, obstinado y empeñado en hacer las cosas a su manera.
... no iracundo [orgilos]...


La palabra para “iracundo” es orgilos que puede ser traducida como “tener una acumulación de emociones que se dejan infectar, que se dejan pudrir o que se amarga hasta el punto de buscar  venganza”. Así que una de las cualidades de un administrador de la casa de Dios es que él o ella no se vuelven emocionales hasta el punto de desear el castigo o la venganza.


... no dado al vino [m‘paroinos]…


Eso no significa que un obispo no puede beber un poco de vino, pero sí significa que es templado, moderado, en beber vino. Él no es propenso a abusar del vino. Eso es lo que dice la Palabra.


... no pendenciero [pl‘kt‘s]…


Un líder no debe ser contencioso o agresivo.


... no codicioso de ganancias deshonestas [aischrokerd‘s].


 “Ganancias deshonestas” se refiere al amor al dinero. No hay nada malo con el dinero mismo. No es el dinero la raíz de todos los males. I Timoteo 6:10 dice que es el amor al dinero la raíz de todos los males. ¿Por qué? Porque una persona que ama el dinero nunca puede conseguir bastante de él, y el dinero se convierte en un fin en sí mismo en lugar de un medio para una meta digna.


La palabra griega traducida como “codicioso de ganancias deshonestas” literalmente significa “codicia deshonrosa o sacar ventaja”. Un administrador de Dios no debe ser codicioso de ganancias deshonestas.


Los versículos 6 y 7 de Tito 1, detallan algunas de las cualidades que un anciano u obispo deben evitar. Ahora, los versículos 8 y 9 enlistan las cualidades que un obispo debe demostrar.


       Versículo 8:
Sino hospedador [philoxenos]...


Un anciano, o un obispo, es uno que ama ser hospitalario, que es amable con los extraños, y que hace sentir bienvenidos los que entran en su casa.
... amante de lo bueno [philagathos, de las cosas buenas]…


En otras palabras, un obispo debe ser un amante de lo que es bueno. Muchas Biblias tienen la palabra “cosas” en el centro de referencia.


... sobrio [sÇphrÇn]...


El texto significa literalmente: “de una mente sana”. Los matices añadidos de tener una  mente sana son ser discreto, sensato [cuerdo, equilibrado], que pone freno a los deseos e impulsos, que es auto-controlado, [que tiene dominio propio].


. . . justo [dikaios], santo [hosios], dueño de sí mismo [enkrat’s].


La palabra griega para “justo” significa “equitativo”, “honesto” o “imparcial”. “Santo” significa “no contaminado por el pecado y la maldad”. La palabra griega para “dueño de sí mismo” significa “que tiene un fuerte dominio de sí mismo”. Por lo tanto un líder ha de ser imparcial, sin mácula (incontaminado), y dueño de sí mismo o de sí misma.
Versículo 9:
Retenedor de la palabra fiel…

Retenedor de la palabra fiel significa que no le permitimos a nadie que nos saque fuera de la Palabra de Dios; y que ni siquiera nos permitimos a nosotros mismos salir fuera de ella. La Palabra fiel debe ser retenida progresivamente antes de que pueda ser expuesta en enseñanza.


Versículo 9:
Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza [creencia correcta] y convencer [elenchÇ, condenar (hacer consientes de su pecado y culpabilidad), refutar] a los que contradicen.

    Una traducción interlineal del griego dice: “Reteniendo la palabra fiel de acuerdo a la enseñanza, a tal punto que pueda ser capaz tanto de alentar con la sana enseñanza, como de convencer a aquellos que contradicen”.*  La palabra “enseñanza” es “doctrina” y “sana” es “incorruptible”. Los ancianos están para adherirse a la Palabra de Dios, para que por medio de la doctrina incorrupta puedan exhortar a cualquier persona que escucha, y puedan condenar [hacer consientes de su pecado y culpabilidad] o refutar a aquellos que contradicen. ¿Cómo se puede condenar a los contradictores? Por medio de la sana doctrina, por la enseñanza sin errores. Un líder puede tanto estimular a la gente, como invalidar a los que contradicen con la sana doctrina.


Versículo 10:
Porque hay aún muchos contumaces [anupotaktos], habladores de vanidades [mataiologos]  y engañadores [phrenapates], mayormente los de la circuncisión [los legalistas de Judea].

Hoy tenemos el mismo tipo de contradictores. Algunos son indisciplinados, insubordinados y rebeldes. Otros son habladores de vanidades, es decir, su conversación son inútiles, sin provecho, y se caracterizan por debates sin valor. Los contradictores engañan las mentes de las personas.


Versículo 11:
A los cuales [los que contradicen] es preciso tapar la boca [epistomizÇ, amordazarlos]; que trastornan [anatrepÇ, que derriban o destruyen]  casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta [aischros kerdos, a base de ganancias deshonrosas o deshonorables] lo que no conviene.

     Las personas rebeldes, los habladores de vanidades y engañadores causan los problemas en los hogares; destruyen familias con el error. Y lo hacen por ganancias deshonrosas. Un anciano debe ser capaz de amordazar a tales destructores.

Versículo 12:
Uno de ellos, [aun siendo] su propio profeta, dijo: Los cretenses [son], siempre mentirosos, malas bestias [violentos, salvajes], glotones ociosos [argos gast‘r, glotones perezosos].

Esto no es un cumplido para la gente de Creta. Uno de sus propios conciudadanos describió a sus compatriotas como mentirosos, bestias y glotones perezosos. Los creyentes no deben ser así; deberían ser exactamente lo contrario, de acuerdo con la Palabra de Dios.


Versículo 13:
Este testimonio es verdadero…



Pablo dice que la observación sobre estos cretenses era precisa. Así eran ellos. Eran mentirosos y bestias salvajes y glotones ociosos. Por lo tanto, los líderes fueron a reprenderles con rigor, diciéndoles que debían ir a trabajar, que dejaran de estar inactivos, que pararan de mentir, y que dejaran de comportarse como bestias salvajes.


Versículos 13 y 14:
Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos [elen-chÇ, condénalos, refútalos] duramente [apo-tomÇs] para que sean sanos en la fe [en la familia de la fe],


No atendiendo a fábulas judaicas [de los de Judea], ni a mandamientos [muthos, mitos] de hombres que se apartan de la verdad.



* The Englishman’s Greek New Testament.


El líder estaba ahí para reprender a los cretenses directamente, de frente, para que pudieran vivir sin errores en la familia de la fe y para que ellos no prestaran atención a las fábulas de los de Judea o a los mandamientos de los hombres que estaban llevando a las personas lejos de la verdad.

Versículo 15:
Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente [su entendimiento] y su conciencia están corrompidas.

En el griego, está claro que este versículo 15 comienza un nuevo tema. Literalmente, dice: “Todas las cosas [son] puras para los puros”. Dios está todavía asesorando al líder para que él entienda lo contaminados que estaban los cretenses. Ellos no eran puros. Ellos estaban llenos de manchas e incredulidad, así que nada era puro para ellos.

Versículo 16:
Profesan [los corrompidos e incrédulos] conocer a Dios, pero con [a través de] los hechos lo niegan, siendo abominables [bdeluktos, detestables] y rebeldes [apeith‘s, que se les dice la verdad pero la rechazan], reprobados [adokimos, indignos] en cuanto a toda buena obra.

Los impuros dicen que conocen a Dios, pero con sus acciones lo niegan porque son detestables, rechazan la verdad, y son indignos para toda buena obra.


Este es un hermoso capítulo en el que Pablo enseña a Tito la base sobre la cual elegir a los líderes espirituales de Creta. Un buen líder es verdaderamente un siervo, un hijo de Dios que elige servir a Dios a través de ministrar a los hombres y mujeres. Qué grandes cualidades un anciano, o un líder deben tener. Todos nosotros necesitamos pensar en estas cualidades y construir la grandeza de este conocimiento en nuestras mentes. Seamos o no ordenados como un anciano, cada uno de nosotros debe trabajar en desarrollar las sanas cualidades establecidas en Tito 1: ser irreprensible, no soberbio, no iracundo o en busca de venganza, ni con deseo de castigar, no intemperante, no pendenciero (contencioso), no codicioso de ganancias deshonrosas, un amante de la hospitalidad, un amante de lo bueno, con una mente sana, ecuánime, imparcial y equitativo, no contaminado o manchado por el pecado y la maldad, y con dominio de sí mismo. Debemos aferrarnos a la doctrina sin errores para animar, exhortar y alentar a los oyentes, y para refutar a los que contradicen. Esta gran sana doctrina de la Palabra de Dios tiene el poder de Dios detrás de ella; la Palabra puede llevar las vidas de hombres y mujeres desde el valle de la mera existencia y colocarlos en el más alto camino a la gloria.


Agradecemos a Dios por exponer estos lineamientos para el liderazgo para que podamos examinar nuestras propias vidas y andar, y establecer las normas de la Palabra para nosotros mismos.



Traducción por Claudia Juárez Garbalena

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