LOS REQUISITOS O CUALIFICACIONES
PARA LA ORDENACIÓN
Por V.P. Wierwille
Capítulo Cinco de
"Ordena mis pasos con Tu Palabra"
No hay un mayor compromiso o entrega que pueda ser hecho por
un hombre o una mujer que aceptar el llamado de Dios a la ordenación. Ninguna
responsabilidad excede el compromiso de una persona que es ordenada al
ministerio cristiano. Ya que la ordenación es una responsabilidad tan
trascendental, sin duda la Palabra de Dios hace claro quién está cualificado
para ser ordenado como ministro de Dios. ¿Cuáles son los requisitos de Dios? El
capítulo anterior de este libro examinó el primer capítulo de la epístola de
Pablo a Tito, que establece las cualidades que un obispo o líder debe poseer.
En este capítulo, vamos a hacer un estudio a profundidad de I Timoteo 3 para
obtener más información sobre los requisitos para la ordenación.
I Timoteo 3:1
[Esta es] Palabra fiel: Si alguno anhela obispado [ser
supervisor o anciano], buena obra desea.
“Esta es palabra fiel” literalmente dice: “Fiel es la
palabra [de Dios]”*, “la Palabra es fiel”. Si una persona aspira a la
ordenación en un oficio (o función) de liderazgo, desea algo que Dios llama
“buena obra”. Dios aprueba el deseo de una persona de aspirar a un puesto de
liderazgo. Después de dar Su aprobación a tal deseo en el versículo 1, los
versículos 2-7 Dios enumeran las cualificaciones específicas para este tipo de
liderazgo.
Versículo 2:
Pero es necesario que el obispo [un supervisor o anciano]
sea irreprensible [anepil‘ptos], marido de una sola mujer, sobrio [n‘phalios],
prudente, decoroso [kosmios], hospedador [philoxenos], apto para enseñar
[didaktikos].
Un líder en la Iglesia tiene que ser “irreprensible”. Ahora
bien, esta palabra “irreprensible” no lleva en absoluto la connotación que un
lector podría suponer. “Irreprensible” en su significado profundo denota que un
obispo debe estar “preparado en todos los puntos, a fin de no ser atrapado en
cualquier sitio por un antagonista”. La palabra griega para “irreprensible”,
anepil'ptos, se usa en la literatura griega secular para un luchador que está
preparado en todos los puntos para que no pueda ser atrapado por un oponente.
¿Cómo una persona puede llegar a estar preparado en todos los puntos para no
ser atrapado por un antagonista? Por medio de la Palabra de Dios. Esto es el
porqué estudiamos para presentarnos aprobados delante de Dios como obreros que
no tenemos de qué avergonzarnos, dividiendo correctamente la palabra de verdad.
¡Qué gran responsabilidad para un candidato a la ordenación, de estar
preparados en todos los puntos.
* Esta misma frase griega (pistos ho logos) también se
utiliza en I Timoteo 1:15; 4: 9; II Timoteo 2:11; Tito 3: 8.
Además de estar preparado por medio de conocer la Palabra de
Dios, un obispo debe ser “marido de una sola mujer”. Yo no sé si esta afirmación signifique que
cada obispo deba tener esposa o no; pero si es así, él debe tener sólo una.
La palabra griega para “sobrio” en realidad significa
“lúcido” o “de mente despejada”. “No llegar a estar en una situación
problemática, incluyendo no llegar a estar intoxicado” es lo que denota. Un
líder no es un extremista de una manera u otra. Es estable en todos los
asuntos. Ese es el significado de n'phalios.
La palabra griega para “sobrio” significa “una mente sana y
racional con el fin de refrenar sus pasiones”.
“Decoroso” es “bien organizado, de buen comportamiento,
discreto y respetable”.
Hospedador significa que un obispo es generoso con sus
invitados y cálido con los extraños. Esto implica que el líder sabe cómo
conducirse, cómo ser el más atento anfitrión o anfitriona, sabe como
presentarse (como lucir) y cómo hacer que los huéspedes se sientan
confortables. A eso se refiere la palabra “hospitalidad”.
Después, “apto para enseñar” significa “capaz y diestro en
la enseñanza”. Si una persona tiene la capacidad natural de liderazgo y hace lo
que la Palabra dice, entonces él va a aprender a enseñar y a estar siempre
preparado para enseñar.
Entonces, “un supervisor debe estar preparado en todos los
aspectos, siendo marido de una sola mujer, lúcido, teniendo una mente sana a
fin de que refrena sus pasiones; él también debe ser discreto y respetable,
hospitalario, y debe ser capaz y estar listo para enseñar”. Esta es una
traducción literal de acuerdo al uso del versículo 2.
Versículo 3:
No dado al vino, no pendenciero [pl‘kt‘s], no codicioso de
ganancias deshonestas [aischrokerd‘s], sino amable [epieik‘s], apacible
[amachos] , no avaro [aphilarguros].;
Un líder no es “dado al vino”; si bebe, lo hace con
moderación. Y él no es “pendenciero”, es decir, él no está impaciente por reñir
o buscar pleitos. Tampoco es codicioso de ganancias deshonestas. Más bien un
líder es equitativo (imparcial), justo y tolerante. Un líder actúa con estricta
justicia y misericordia apacible; es decir, él no muestra favoritismos. Esta es
una cualidad muy importante que un obispo debe tener.
“…No pendenciero…” Un
“pendenciero” es aquel que es contencioso, uno que siempre quiere buscar pelea.
Un líder de Dios, sin embargo, no es así. Él está poco dispuesto a reñir,
prefiriendo la paz.
“…No es codicioso…” La palabra griega para “codicioso”
significa “amar el dinero”. Un líder no es avaro; él no ama el dinero. El
dinero no es la fuerza motivadora de un líder.
Versículo 4:
Que gobierne [proist‘mi] bien su casa, que tenga a sus hijos
en sujeción [hupotag‘] con toda
honestidad [semnot‘s].
Un líder es una persona que se hace cargo de su propia casa,
teniendo a sus hijos “en sujeción”. “Sujeción” significa “obediencia amorosa”.
La palabra griega para “sujeción” es la misma palabra que se usa en relación
con esposas en I Timoteo 2:11. La sujeción no significa que los niños son
esclavos, como tampoco una esposa lo es. Un obispo no maltrata a su familia,
pero él tiene los hijos bien educados. Eso es lo que significa. Los hijos no
deben gobernar la casa. Los hijos de un líder están “en sujeción con toda
seriedad”, con todo el respeto. Los hijos respetan a su padre.
Versículo 5:
(Pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará
de la iglesia de Dios?)
Si un hombre no puede gobernar su propia casa, ¿cómo podría
supervisar a la Iglesia de Dios? Él puede pensar que puede, y puede presentar
una apariencia convincente, pero la Palabra de Dios dice que él no puede supervisar
el Cuerpo de Cristo si no puede primero gobernar bien su casa. Entonces la
Palabra de Dios está en lo correcto o no lo está.
Versículo 6:
No un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la
condenación del diablo.
Un líder no debe ser un novato, un neófito (neophutos).
Alguien que es una promesa en una fraternidad es un “neófito”. En otras
palabras, el líder ordenado no es alguien que renació una noche y es ordenado
como anciano en la Iglesia a la mañana siguiente. Más bien, es alguien que se ha
mantenido fiel día tras día, semana tras semana, e incluso año tras año, hasta
que sea el momento adecuado para que él asuma responsabilidades de liderazgo.
“…No sea que [con el fin de que no] se enaltezca por el orgullo….” “Enaltecido
por el orgullo” significa “hinchado, o envanecido”. Una persona que es madura
(experimentada) en la Palabra no se envanece con presunción como un neófito
podría hacerlo. Él no es movido ni por la alabanza ni por la crítica.
“…Caiga en la condenación del diablo…”. La palabra
“condenación” es “juicios”. Un hombre hinchado o envanecido puede
probablemente, en algún punto, caer en juicios (en decisiones o criterios)
diabólicos.
Versículo 7:
También [Pero] es necesario que tenga [también] buen
testimonio [martus]* de los de afuera, para que no caiga en descrédito
[oneidismos] y en lazo del diablo.
*La palabra “testimonio” viene de la palabra griega para
“mártir”, martus. Martus está relacionado con la raíz sánscrita smr- o smarami,
“para recordar”; en el lenguaje Zend [lengua antigua iraní], mar significa
acordarse. Un testigo es alguien que recuerda. Cuando usted es traído a una
corte como testigo, usted debe recordar o acordarse. Pero entonces, ¿cómo la
palabra “mártir” se asocia con sangre y muerte? Debido a que los cristianos que
atestiguaron sus creencias fueron muertos (Hechos 22:20). La palabra griega se
convirtió en anglicismo, y un mártir llegó a ser alguien que muere por sus
creencias.
Ser creyente es tener un buen testimonio del Cuerpo de
creyentes que están fuera de su familia inmediata. Él debe tener un buen
testimonio entre los creyentes. Este “buen testimonio” tiene que ser entre
aquellos del Cuerpo a quienes él supervisa.
La palabra “para que” tiene que ver con las consecuencias
para un obispo si él no tiene una buena relación con creyentes fuera de su
familia. Si una persona que no cumple con los requisitos o que no tiene un buen
testimonio fuese puesta en una posición de liderazgo, como obispo -un administrador o anciano- esa persona
podría “caer en descrédito y en lazo del diablo”. Y la palabra “descrédito”
significa que el líder podría comenzar a ser culpado y criticado por los
creyentes. “Lazo” es una “trampa”. El obispo podría caer en una trampa del
diablo. Sin embargo, mientras más tiempo un líder camina en la Palabra revelada
de Dios, él no va a caer en esa trampa.
Ahora hemos leído por nosotros mismos los principios básicos
del andar para el liderazgo. Estos siete versículos de I Timoteo 3 son algunos
de los versículos principales en la Palabra de Dios que cualquier hombre o
mujer deben mantener en su mente, en orden prepararse para asumir
responsabilidades de liderazgo. Los hombres y las mujeres que desean ser
líderes de Dios deben vivir de acuerdo con estos principios. Si no lo hacen,
van a terminar en la trampa del diablo.
Romanos 12:1 dice: “Os ruego, pues, hermanos, por la
misericordia de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo…” Esto
significa que un creyente, y sobre todo un líder, no duermen hasta las diez de
la mañana. Alguien llamado por Dios tiene que ser la primera persona lista por
la mañana para trabajar, preparándose para servir a la gente de Dios. Un líder
se levanta, ora, lee la Palabra de Dios, y habla en lenguas; él debe estar
preparado con la grandeza de la Palabra de Dios viviendo en su corazón y en su
mente. Después de que hombres o mujeres son ordenados, ellos son los únicos que
deben establecer el ritmo; ellos deben usar su tiempo y energía para estar a la
vanguardia. Cuando hombres y mujeres son ordenados por Dios, ellos son los
responsables de conducir a la gente de Dios. No importa lo que sea necesario
hacer; los líderes simplemente lo hacen. ¿Por qué? Debido a que son ordenados
por Dios; ellos están llamados por, y comprometidos con el Altísimo.
Y cuando Dios llama a líderes, Él espera que ellos
permanezcan fieles en Su Palabra. Ellos no tienen amigos cuando se trata de la
Palabra, excepto aquellos amigos que quieren estar con ellos en la Palabra. La
Palabra de Dios tiene que permanecer intacta y sin mancha (inmaculada), porque
Dios la magnificó por encima de Su nombre. Es Su Palabra la que nos muestra Su
voluntad. Ningún hombre conocerá la voluntad de Dios sin conocer la Palabra de
Dios. Cualquiera puede imaginarla o tratar de adivinarla. Pero los verdaderos
creyentes no pueden darse el lujo de adivinar; estamos tratando con verdades
eternas. Estamos tratando con Dios. Estamos tratando con lo que nos llevará a
través de toda la eternidad. Si la Palabra de Dios está equivocada, entonces no
tenemos nada. Pero nosotros no creemos que la Palabra de Dios este equivocada;
creemos que la Palabra de Dios es la voluntad de Dios, que la Palabra de Dios
quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir, y que Dios tiene un
propósito para todo lo que dice, dónde lo dice, cómo lo dice, a quien Él dice
que y cuando lo dice.
Un llamado al servicio indica que alguien debe hacerse cargo
de los problemas y necesidades. Cuando un fontanero recibe una llamada
telefónica de alguien con un problema en su tubería, ¿qué hace? Él atiende la
llamada. Cuando un electricista recibe una llamada, ¿qué hace? Él atiende la
llamada. ¿Y qué hay en cuanto a atender las llamadas de las personas con
necesidades espirituales, necesidades que sólo pueden ser atendidas o
satisfechas por la Palabra de Dios? Dios ha llamado a líderes para servir a Su
pueblo. No importa la cantidad de tiempo que esto tome, no importa lo que deba
hacerse, los líderes deben responder al llamado. Ellos son los responsables
ante Dios para servir al pueblo de Dios: orar con ellos, amarlos, enseñarles,
ministrarles. Ellos simplemente deben dedicar todo su ser en servicio al pueblo
de Dios.
La vida de un supervisor no es una tarea fácil. Es un andar
disciplinado. Y el único propósito de ordenar a hombres y mujeres es bendecir
el cuerpo de Cristo, para tomar cuidado del Cuerpo, para que el cuerpo pueda
funcionar más eficazmente y más acertadamente. La ordenación es un llamado al
servicio.
Lucas 9 contiene un relato del llamado de Jesucristo a unas
cuantas personas para servir junto con él. Quiero leer este registro
específicamente para ver las distintas reacciones al llamado que hizo Jesús.
Lucas 9:57 dice: “Yendo ellos [Jesús y sus discípulos], uno le dijo en el
camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas”.
Jesús respondió al hombre explicando: “Las zorras tienen
guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde
recostar la [su] cabeza”. La respuesta de Jesucristo no quiere decir que él era
extremamente pobre. Esto significa que Jesús se movía entre la gente. Él no
tenía un lugar estable donde permanecer día tras día, porque él se estaba
moviendo para ministrar a la gente.
El hombre que hablaba con Jesús le dijo: “Señor, te seguiré
adondequiera que vayas”. Jesús le dijo, “Si planeas hacer esto, permítanme
recordarte que los zorros tienen sus moradas y las aves del cielo sus nidos
como hogares, pero el Hijo del hombre no tiene lugar permanente donde vivir,
semana tras semana ni mes tras mes”.
Jesús le dijo a otra persona, en el versículo 59 de Lucas 9:
“Sígueme. El [el hombre] le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a
mi padre”. Este es un orientalismo que significa “tomar cuidado de mi familia”.
El hombre no estaba diciendo que su padre estaba muerto. Lo que estaba diciendo
era, “permíteme quedarme en casa hasta que mi padre muera y haya tomado cuidado
de mis responsabilidades familiares, entonces te seguiré”.
En el versículo 60, “Jesús le dijo: Deja que los muertos
entierren a sus muertos...” Todo el mundo sabe que los muertos no pueden
enterrar a nadie. Este orientalismo, bien entendido, significa: “Permite a la
ciudad que entierre a los muertos”. La respuesta de Jesús fue: “Deja que
alguien más cuide de esas responsabilidades. Tengo una responsabilidad aún
mayor para ti, ir a predicar el Reino de Dios”.
El versículo 61 dice: “Entonces también dijo otro: Te
seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi
casa”. En otras palabras, “déjame ir a casa y decir adiós a todos mis amigos y
familiares”. Jesús respondió a esta petición en el versículo 62: “ninguno que
poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”.
Esta declaración de Jesús es un mensaje que tiene que ver
con servir a Dios en la ordenación. Ninguno que es ordenado, y pone su mano en
el arado, que acepta el llamado de Dios a la ordenación, es apto para el Reino
de Dios, si se da la vuelta o anhela regresar a su vida de antes de la
ordenación.
La gente tiene todo tipo de excusas para carecer de
compromiso. Pero no hay excusa aceptable. No hay nada en absoluto que excuse a
una persona de su compromiso de ordenación. No hay excusa para dar marcha atrás
a su antigua vida.
Una vez que usted ha puesto su mano en el arado, y aceptó la
ordenación de Dios, usted no debe mirar atrás. Usted debe seguir adelante y
mirar hacia el día en que nuestro Señor y Maestro volverá, cuando aquellos que
estén vivos y hayan quedado, sean transformados y los muertos en Cristo sean
resucitados. Este es el compromiso a largo plazo y de todo corazón, que una
persona hace cuando él o ella aceptan el llamado de servir al pueblo de Dios en
la ordenación.
Traducción por
Claudia Juárez Garbalena
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