lunes, 1 de mayo de 2017

CAPÍTULO I 

                                       LA  FUENTE  DE  AGUA  VIVA 

                                       VICTOR PAUL WIERWILLE





La clave primera y más básica para el poder para la vida abundante es que la Biblia es la Palabra y la Voluntad reveladas de Dios. Esta clave es el secreto más grande en el mundo hoy día. Es un secreto no porque Dios lo esté guardando para Sí Mismo; es un secreto porque la gente no ha creído. La mayoría de la gente no cree que la Biblia es la Palabra y la Voluntad reveladas de Dios. Ellos extraen un segmento de la Palabra de Dios e insertan otro. Pero para ser lógicos y consistentes, o la Biblia entera es la Palabra de Dios desde Génesis hasta Apocalipsis, o no es la Palabra de Dios en ninguna parte. Saber que la Palabra de Dios es la Voluntad de Dios es el primer paso en nuestra búsqueda de poder para una vida abundante.

     Jeremías 2:13 dice:
     Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

¿A quién le está hablando Dios? Él dice “mi pueblo”. Él no está hablándole a gente que está fuera de Su rebaño; Él esta hablándole a aquéllos dentro del corral cuando dice “dos   males ha hecho mi pueblo: [primero] me dejaron a mí, fuente de agua viva...” Dios es una fuente, opuestamente a cisternas, las cuales pertenecen a la gente.

Una fuente tiene un suministro ilimitado de agua. Cuando la gente deja a Dios, quien es una fuente, ellos cavan para sí mismos cisternas, las cuales son hechas por el hombre y sólo tienen capacidad para una cantidad limitada. Si la cisterna es de cincuenta barriles de capacidad, entonces cincuenta barriles es el máximo suministro que una persona puede obtener de ella. Cuando la gente deja a Dios, la fuente de agua viva, ellos cavan para sí mismos, no fuentes, sino cisternas. Además, esas cisternas están rotas; dejando escapar siempre sus limitados suministros.

Yo también fui como una cisterna rota en un momento de mi vida. También había cavado para mí mismo un sistema teológico supuestamente válido. Yo había leído esto, había leído aquello, había concluido esto, había concluido aquello; pero justamente cuando necesitaba poder, no tenía las fuentes necesarias. Cuando necesitaba el suministro ilimitado de agua viva, todo lo que tenía era un hueco vacío. Este dilema es lo que me trajo a los años de investigación bíblica. La búsqueda de una solución a mi cisterna vacía incitó mi comienzo en el campo bíblico.

¿Se ha preguntado usted alguna vez, o ha considerado cuál es el pecado  más grande que usted puede cometer? Si usted le preguntara a los residentes de su comunidad, ¿sabe lo que ellos dirían? Una persona diría que el pecado más grande es el asesinato; otro diría que es el adulterio; otro diría que es otra cosa. Usted obtendría una multiplicidad de respuestas con respecto al pecado más grande.
¿Qué dice la Palabra de Dios respecto a esta pregunta? Mateo 22 nos lo dice.


     Mateo 22: 37, 38:
     Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el primero y grande mandamiento.

Si ese es el primero y grande mandamiento, entonces ¿cuál es el primero y grande pecado? Por simple lógica es quebrantar el primero y grande mandamiento, es decir, no amar a Dios, amar algo más de lo que amamos a Dios, o poner algo por encima de Dios, cavando nuestros propios sistemas religiosos, nuestras propias ideologías, nuestros propios patrones de pensamiento; en lugar de adherirnos a la revelación divina de la incomparable y maravillosa Palabra de Dios.
Observen en:

     Óseas 4:6:
     Mi Pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento...

Nuevamente Dios le está hablando a Su pueblo cuando Él dice: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”. Esta falta de conocimiento no es en las ciencias, filosofía, periódicos o respecto a la última película. Si el pueblo de Dios es destruido hoy en día, sólo hay una razón: una falta de conocimiento de la Palabra de Dios. Esta falta de conocimiento de la integridad y grandeza de la Palabra de Dios, que la Palabra revelada de Dios es la Voluntad de Dios, es la razón por la cual Su pueblo es destruido.

Muchas veces la gente me dice en mis clases sobre Poder Para la Vida Abundante: “Dr. Wierwille, usted de veras se emociona por su investigación bíblica”. Claro que sí; ¿por qué no debería yo entusiasmarme con la grandeza de la Palabra de Dios y su mensaje de recursos ilimitados? Cuando yo jugaba baloncesto, estaba totalmente envuelto y entusiasmado por el juego. Llegué a tomarlo muy en serio y a tener un fervor tremendo por ese deporte. ¿Por qué no tener un tremendo fervor por la grandeza de la Palabra de Dios, la cual es mucho más duradera y rinde mayores beneficios? A un hombre se le admira por ser un fanático del fútbol o del baloncesto; pero cuando él se atreve a emocionarse por la grandeza de la Palabra de Dios, la gente piensa que a este fanático de la Biblia le “falta un tornillo”. Con toda seguridad algo debe andar mal con nuestra escala de valores. La Palabra de Dios es tan tremenda, tan maravillosa, tan rica, que cuando Jesucristo dijo que él vino para que tengamos vida, y para que la tengamos en abundancia, nosotros deberíamos, naturalmente, responder con entusiasmo. No sólo necesitamos tener un conocimiento de la integridad y exactitud de la Palabra de Dios, sino que también debemos tener el fervor, la creencia entusiasta, el sumo interés de manera que otros hombres y mujeres puedan saber que la Palabra de Dios es la Voluntad de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario