CAPÍTULO VIII
EN EL PRINCIPIO
ERA EL VERBO
VICTOR PAUL WIERWILLE
El comienzo del Evangelio de Juan declara:
En el principio era el Verbo, y el Verbo
era con Dios, y el Verbo era Dios.
Observe que hay tres usos de la palabra
“verbo” en el versículo 1.
Juan
1:2:
Este era en el principio con Dios.
Logos quiere decir “palabra” o “comunicación”.
Se habla de Dios como del logos porque Él es la Palabra. Cristo es
el logos,
la Palabra de Dios en persona; mientras que la Biblia es el logos,
la Palabra de Dios por escrito.
¿De cuál logos habla Juan 1:1? “En
el principio era el logos, y el logos era con Dios, y el logos
era Dios”. La palabra que se usa en este versículo es a la vez la Palabra
escrita, de la que hoy hablamos como la Biblia, y Cristo, la Palabra en persona.
La clave para entender Juan 1:1 y 2 es la
palabra “con”. Si se usara cualquier otra palabra griega para la palabra “con”
excepto pros, la Biblia entera se
derrumbaría. La palabra pros quiere
decir “junto con, pero claramente independiente de”. Eso es precisión semántica
exquisita. Jesucristo en el principio estaba con Dios, sin embargo, él era
claramente independiente de Dios. La Palabra escrita estaba originalmente con
Dios, y sin embargo, era claramente independiente de Dios. Esto es un uso
admirable porque refuta la enseñanza errónea de que en el principio Jesucristo
estaba con Dios para comenzar todas las cosas. Esto no es lo que la Palabra
dice: Dice que Jesucristo estaba con Él, pero la Palabra escrita también estaba
con Él. ¿Cómo? En lo que usted y yo podríamos expresar como la “mente de Dios”.
Dios en Su presciencia sabía de la venida del Señor Jesucristo. Él sabía de los
profetas a quienes les podría dar la
Palabra, y de su fidelidad en escribir y hablar la Palabra. Todo esto estaba con Dios debido a Su presciencia.
¿Sabe que usted estaba con Dios desde el principio si usted es un creyente
renacido?
Efesios
1:4:
según nos escogió [Dios] en él antes de la
fundación del mundo...
Si usted fue
escogido antes de la fundación del mundo, ¿dónde estaba usted? No me diga que
ha vivido ya con Él en la eternidad. No, sino que en la presciencia de Dios,
Dios sabía que usted creería algún día, que volvería a nacer del Espíritu de
Dios. Por esto la Palabra dice que Él lo escogió a usted y que usted estaba con
Él antes de la fundación del mundo.
Observe otra Escritura que lo corrobora.
2
Tesalonicenses 2:13:
...Dios os haya escogido desde el principio
para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.
Nosotros estábamos con Él desde el
principio, como Jesucristo estaba con Él, como la Palabra escrita estaba con
Él, y sin embargo éramos claramente independientes de Él. Esto explica la
importancia del uso de pros.
Por lógica deductiva, si Dios es perfecto,
entonces el logos Jesucristo, tiene que ser perfecto. Si Dios es perfecto y
Cristo es perfecto y la Palabra es dada según santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo, entonces la Palabra de Dios también
tiene que ser perfecta.
Dios es perfecto, luego Jesucristo es
perfecto, luego la Palabra revelada de Dios es perfecta. Consecuentemente las
palabras que forman la Palabra también tienen que ser perfectas. Por esto si se
hubiera usado cualquier otra palabra en vez de la preposición pros en Juan 1:1 y 2 toda la Biblia se
haría pedazos a causa del uso imperfecto de las palabras. Para tener una
Palabra perfecta, las palabras tienen que ser perfectas y el orden de las
palabras tiene que ser perfecto.
¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué
Juan 3:16 está situado exactamente donde está?, ¿Por qué está Gálatas 5:4
exactamente donde está?, ¿Por qué está 1 Corintios 14 donde está?. Si estuvieran
en cualquier otro lugar el orden de las palabras sería imperfecto. Una cadena
no es más fuerte que su eslabón más débil. Esto es verdad también en la Palabra.
Si la Palabra puede ser rota en cualquier lugar, la Palabra se derrumba desde Génesis
hasta Apocalipsis. O toda la Biblia es la Palabra de Dios desde Génesis hasta
Apocalipsis 22:21, o nada de ella es la Palabra de Dios. Alguien puede decir:
“Creo lo que dice Juan 3:16, pero no creo en 1 Corintios 14, donde Pablo dice:
quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas”. Si uno puede creer en Juan
3:16 y desechar 1 Corintios 14; entonces puedo creer en 1 Corintios 14 y
desechar Juan 3:16. ¿Qué nos queda? Nada. Opiniones de hombres. Todo en la
Biblia tiene que ser la Palabra de Dios o nada lo es.
Dios es perfecto, la Palabra es perfecta,
y, por lo tanto, la Palabra quiere decir lo que dice y dice lo que quiere
decir. Dios tiene un propósito para todo lo que Él dice, dónde lo dice, por qué lo dice, cómo
lo dice, a quién se lo dice, y cuándo lo dice.
En cierta etapa de mi vida creía que la
Palabra de Dios estaba llenas de mitos. En aquella época le podría haber citado
numerosos teólogos, pero no le podría haber citado la precisión de la Palabra
de Dios. Hubo un tiempo en mi vida en que yo ni siquiera creía las palabras
“Santa Biblia”. No creía en los milagros, no creía en la segunda venida. No era
más que un incrédulo de remate. Aprendí mi incredulidad en las escuelas donde
asistí, las cuales enseñaban que la Biblia está llena de errores, que la
Palabra de Dios está llena de mitos, que tiene muchas falsificaciones en ella.
Si un ministro no cree que la Biblia es la Palabra de Dios y si piensa que está
llena de mitos y falsificaciones, ¿cuales serían las acciones de un hombre si
actuara según lo que cree? Dejaría el púlpito si fuera honesto consigo mismo.
Tengo muy poco respeto por aquellos que
desde el púlpito o desde el salón de conferencias declaran:
“Este
versículo está bien, pero aquél es una interpolación, y aquel otro es un mito”.
Los hombres nos quieren enseñar que el libro de Génesis tuvo cuatro o cinco
escritores distintos en los primeros capítulos. Esa es una enseñanza
presuntuosa cuando la Palabra de Dios declara que santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. ¿A cuál de los dos le va a creer
usted ¿a la Palabra de Dios o a las
opiniones de los hombres? Deberíamos interesarnos en la integridad de la
Palabra de Dios.
Hemos dejado de andar en libertad en este
nuestro día y nuestro tiempo porque la Palabra no es real, no vive, no es
dinámica para nosotros o en nosotros. Consecuentemente, la mayoría de la gente
son inválidos espirituales, viajando gratis en lo espiritual. Ellos se pasean
con la creencia de algún otro. Mucha gente hoy en día prefiere leer y estudiar
la literatura de la hora antes que la literatura de la eternidad. ¿Por qué?
Porque la palabra del hombre ha tenido preeminencia sobre la maravillosa Palabra
de Dios. Si lo que dice el hombre contradice a la Palabra, se quedan con la
palabra del hombre antes que con la Palabra de Dios. Si queremos libertad, si
queremos hacer conexión con los recursos para la vida abundante, entonces la
Palabra de Dios demanda que estudiemos y vivamos esta incomparable Palabra.
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