CAPÍTULO XVI
CUERPO, ALMA, ESPÍRITU
FORMADO, HECHO, CREADO
VICTOR PAUL WIERWILLE
Han sido sentados ya los cimientos para
entender la exactitud de la Palabra de Dios con respecto a cómo la Escritura se
interpreta a sí misma, cómo vino a existir la Palabra de Dios y cómo se puede
confiar en esta Palabra de Dios cuando está correctamente dividida. Ahora
estamos listos para proceder a trabajar la Palabra, para hacerla una realidad
en nuestro entendimiento y nuestras vidas.
Uno de los grandes temas en la Palabra de
Dios es el nuevo nacimiento. Es el punto crucial del cristianismo. El nuevo
nacimiento es el milagro de todos los milagros. Yo no lo puedo explicar; pero
creo que, por la misericordia y la gracia de Dios, podemos ir a la Palabra y se
explicará a sí mismo de modo que podamos entender.
Antes de pasar a estudiar el nuevo
nacimiento en una forma profunda, debemos darnos cuenta de algunos términos
fundamentales.
Cuando yo hablo del “hombre natural”,
hablo del hombre de cuerpo y alma, el hombre que no es nacido de nuevo del
Espíritu de Dios. Este es el uso bíblico preciso de “hombre natural”. Los cinco
sentidos son las únicas avenidas de aprendizaje que tiene el hombre natural
para ganar conocimiento. Todo lo que alguna vez llega a la mente de un hombre natural
tiene que venir por uno, o una combinación, de estos cinco sentidos: vista,
oído, olfato, gusto, tacto.
Nosotros, a través de nuestros cinco
sentidos, recolectamos información de una o varias fuentes exteriores a
nosotros mismos.
Sacamos conclusiones del conocimiento que
hemos acumulado y entonces creemos lo que creemos. Estando en conocimiento del
proceso de aprendizaje, llegué hace muchos años a la conclusión que, para mí,
la Palabra de Dios (no la Versión Reina-Valera, sino la Palabra de Dios, la
cual fue dada cuando “...santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por
el Espíritu Santo”) sería mi fuente para encontrar la verdad. Este es mi centro
de referencia para aprender.
Por años leí alrededor de la Palabra de
Dios, siendo los escritores de obras externas centro de referencia para mí.
Después de poco estaba sufriendo de una enfermedad común llamada confusión
mental, pues hombres igualmente grandes se contradecían entre sí con respecto
al mismo versículo. Cuando empecé a considerar el proceso de aprendizaje,
finalmente llegué a la conclusión que en vez de pasar mi vida en confusión con
las opiniones de los hombres, aceptaría un centro de referencia para encontrar
verdad que estuviera fuera de mí mismo, y ése era la Palabra de Dios.
Si la Palabra de Dios está equivocada, yo
voy a estar equivocado; pero si la Palabra de Dios está en lo cierto, entonces
tengo todo para ganar al tomarla como mí único centro de referencia. Yo creo
que la Palabra toma el lugar del Cristo ausente, y que el espíritu santo toma
el lugar de Cristo en nosotros por medio de la Palabra de Dios. Yo creo que la
Biblia nos da la verdad con respecto a la redención del hombre, su dominio y
autoridad y poder sobre toda la creación de Dios. Yo creo que la Biblia nos da
la verdad con respecto a Jesucristo, su venida, su muerte, su resurrección, su
ascensión, cómo Dios nos da la verdad con respecto al nuevo cielo y la nueva
tierra, los cuales Dios va a establecer. Yo creo que la Biblia da verdad, no
hechos. Cualquier cosa que el hombre hace, cualquier cosa que el hombre forma,
es un hecho. Yo creo que la Palabra de Dios es Verdad. Verdad que es eterna, la
misma ayer y hoy, y por los siglos. Yo creo que la revelación de la Palabra de
Dios es una necesidad absoluta para el hombre natural. Si el hombre de los sentidos
va a ser un hombre completo, tiene que tener un conocimiento preciso de la Palabra
de Dios.
Una escritura muy condensada que debemos
dominar a fondo para entender el origen del hombre es Isaías 43:7:
todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los
formé y los hice.
“Los he creado, los formé
y los hice”. ¿Son sinónimas las tres palabras: “creado”,
“formé”, e “hice?” La mayoría de las personas en mis clases dice “sí”. Si la
Palabra quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir, estas tres
palabras no pueden ser sinónimas. Cuando Dios dijo formé, Él quiso decir formé.
Cuando dijo hice, Él quiso decir hice. Cuando dijo he
creado, Él quiso decir he creado. Si Él hubiera querido
decir formé todo el tiempo, diría formé en los tres lugares.
Pero dice: “Yo he creado a los hombres, Yo los he formado, Yo los hice”.
Debemos averiguar ahora qué se quiere decir cuando Él ha creado, hecho y
formado al hombre.
1
Tesalonicenses 5:23:
Y el mismo Dios de paz os santifique por
completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
¿Son sinónimas esas tres palabras:
“espíritu”, “alma” y “cuerpo?” No son nada sinónimas, como tampoco lo son creado,
formado y hecho. Cuerpo quiere
decir cuerpo, alma quiere decir alma, y espíritu quiere decir
espíritu. Ahora tenemos que ir a la Palabra y
dejar que la Palabra hable en cuanto a qué es “formado”, qué es “hecho”, y qué
es “creado”, y qué es “cuerpo”, “alma” y “espíritu”.
En el principio --cuando sea que eso haya
sido-- el hombre fue formado, hecho y creado. Para seguir el desarrollo de la
Escritura, comencemos con Génesis 2:7.
Entonces Jehová Dios formó al hombre del
polvo de la tierra...
La palabra hebrea para “formó” es yatsar, “dio forma a partir de algo que
ya estaba en existencia”. Génesis 2:7 dice que Dios formó al hombre del polvo
de la tierra. La palabra “hombre” es adam,
que quiere decir “tierra roja”. El cuerpo del hombre está compuesto de los
mismos elementos que están en el polvo de la tierra.
Génesis
3:19:
Con el sudor de tu rostro comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y
al polvo volverás.
El cuerpo del hombre fue formado (yatsar) del polvo de la tierra. Y, a
causa de la ley de que todo tiene que regresar últimamente a su estado
original, el cuerpo tiene que regresar al polvo. Eclesiastés 3:20 dice “...Todo
es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo”.
La siguiente palabra a observar es la
palabra “alma” la cual en hebreo es nephesh
y en griego es psuche. ¿Qué es alma?
El alma en el hombre es aquello que le da vida al cuerpo, su vitalidad.
Observen de nuevo en Génesis 2:7.
Entonces Jehová Dios formó al hombre [el
cuerpo del hombre] del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida,
y fue el hombre un ser viviente [nephesh
chai, alma viviente].
“Sopló en su nariz” es la figura condenscensio. Dios puso vida en Adán;
hizo al hombre un alma viviente. La palabra “hizo” en hebreo es asah: “una sustancia requerida de la
cual consistía la cosa hecha”. El alma no es nada más y nada menos que aquello
que da vida al cuerpo de una persona. A veces es llamada “el espíritu del
hombre”. El alma no tiene nada que ver con que si usted es un cristiano o un
no-cristiano. Mientras una persona respire, tiene un alma.
La confusión
entre el alma y el espíritu ha causado un sinfín de dificultades para la gente.
Ellos dicen que el alma es inmortal, por ejemplo. Hablan de la transmigración
del alma, la inmortalidad del alma. Todos éstos son usos erróneos de palabras
que se usan con exactitud y precisión en la Palabra de Dios.
Para observar el uso de la palabra “alma”
vean en 1 Pedro 3:20.
los que en otro tiempo desobedecieron,
cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se
preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas
por agua.
La palabra “personas” es en el griego psuche, alma. Este versículo está
hablando de ocho almas que fueron salvadas durante el gran diluvio. ¿Eran
cristianos? No. Cristo no había venido todavía. Noé, su esposa, sus tres hijos
y las tres esposas de sus hijos --todas las ocho personas, ocho almas-- fueron
salvadas.
Hechos
27:37:
Y éramos todas las personas [psuche, almas] en la nave doscientas
setenta y seis.
El versículo
en Hechos se refiere a la nave en que Pablo y Lucas navegaban hacia Roma. A excepción
de Pablo y Lucas, el resto a bordo eran no-creyentes, no-cristianos; y sin embargo,
el texto dice: “Y éramos todas las personas [almas] en la nave doscientas
setenta y seis”. Alma significa persona viva; es aquella parte que da vida al
cuerpo.
La iglesia moderna ha sido ilógica en este
asunto particular porque generalmente enseña que el alma es espíritu de vida eterna
y vuelve a Dios; pero luego los maestros niegan que una vaca que tiene un alma,
vida, deba volver a Dios. Si el alma vino de Dios, ella tiene que regresar
últimamente a Dios, así como el cuerpo del hombre tiene que regresar últimamente
al polvo. Si lo que ellos enseñan es verdad, todos los animales tienen que
volver a Dios. Pero no es verdad, porque el alma no es espíritu de vida eterna.
El alma es aquello que le da a uno vida de aliento.
Génesis
1:30:
Y a toda bestia de la tierra, y a todas las
aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay
vida...
La palabra “vida” en Génesis 1:30 es
“alma”. Este versículo dice que toda bestia tiene un alma viviente.
Génesis
1:20:
Dijo Dios: Produzcan las aguas seres
vivientes...
La palabra “seres” es la palabra “alma”.
Génesis
1:21:
Y creó Dios los grandes monstruos marinos,
y todo ser viviente que se mueve...
La palabra “ser” es la palabra “alma”. Si
hay un alma, hay movimiento, hay vida de aliento.
Génesis
1:24:
Luego dijo Dios: Produzca la tierra los
seres vivientes...
La palabra “seres” es de nuevo la palabra
“alma”. Estos son algunos de los lugares en Génesis 1 donde se usa la palabra
“alma” con respecto a criaturas tanto como al hombre. El alma, entonces, es
aquello que le da vida a un ser. La palabra nephesh
es “alma”. Chai quiere decir “vida
que se mueve, alma que se mueve”. Nephesh chai es siempre usado en la
Palabra de Dios como vida viviente, en contraste con un alma muerta, un alma
que ha perecido.
Dios hizo toda bestia en que hay alma o
vida. La pregunta que debemos hacer ahora es dónde está la vida de alma del
hombre y la bestia.
Levítico
17:11:
Porque la vida de la carne en la sangre
está...
La vida de alma está en la sangre y se
transmite cuando la esperma impregna el óvulo en el momento de la fecundación.
¿Qué pasa con el alma finalmente? Así como
el cuerpo vuelve al polvo, el alma es pasada de una persona a su progenie. Si
una persona no tiene descendencia, su alma deja de ser, cuando muere: no existe
más. Si mi alma ha dejado de ser, soy una persona muerta y la Biblia habla de
mí como de un alma muerta. No hay nada inmortal acerca del alma, así como
tampoco hay nada inmortal acerca del polvo. El cuerpo del hombre está hecho de
polvo y regresa al polvo. Cuando el hombre exhala su último aliento, su vida de
alma termina.
Después de estudiar “formado” y “hecho”,
todavía tenemos que considerar el uso bíblico de la palabra “creado”. ¿Qué
parte del hombre fue creada?
Para encontrar el primer uso de “creado”, miramos el primer
libro de la Biblia.
Génesis
1:1:
En el principio creó Dios los cielos y la
tierra.
“Crear” (bara) quiere decir literalmente “obtener algo de la nada” o “traer
a existencia algo que nunca existió antes en forma alguna”.
Muchos profesores de escuelas
dominicales (si es que todavía usan la Biblia) dicen que “en el primer día Dios
creó esto y aquello, y en el segundo día Dios creó algo más”, y así sucesivamente.
Pero eso no es lo que dice la Palabra de Dios. En el versículo 3 Dios dijo:
“...Sea la luz...” ¿Por qué no la
tuvo que crear? Porque lo que sea de que la luz esté compuesta, ya había sido
creado en Génesis 1:1, en el principio cuando Dios creó los cielos y la tierra.
Todo lo que Él tenía que hacer era “hablar” para que la luz existiese.
El versículo 6 dice: “Luego dijo Dios...”
Versículo 9: “Dijo también Dios...” Versículo 11: “Después dijo Dios...”
Versículo 14: “Dijo luego Dios...”
En el versículo 21 Dios creó
“los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve...”
Sus cuerpos fueron producidos de las aguas. El agua y la tierra ya existían, de
modo que la substancia que formaba sus cuerpos no tenía que ser creada. ¿Qué
tenía que ser creado en este punto? Vida de alma, porque nunca antes existió.
En los versículos 24-26, Dios produjo de la tierra el ganado, las bestias y el
hombre, teniendo todos ellos la vida de alma que fue creada en el versículo 21.
A medida que Dios progresaba en Su obra de
formar, hacer y crear la tierra y sus habitantes, llegó finalmente a efectuar
Su obra culminante, el hombre.
Génesis
1:27:
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen
de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Dios ya había formado y hecho al hombre;
el hombre ya tenía un cuerpo y un alma. Luego, ¿qué estaba haciendo Dios al
crear al hombre a su imagen? ¿Cuál es la imagen de Dios? Juan 4:24: “Dios es
Espíritu...”
Un espíritu no tiene carne o huesos. Dios
creó dentro del hombre Su Espíritu (ruach),
Su imagen. Entonces el hombre se volvió cuerpo, alma y espíritu. Después que
Dios creó al hombre a Su propia imagen, Dios tuvo un compañero; no en las
partes del cuerpo y el alma del hombre, sino en el espíritu. Es ésa la parte
del hombre que hizo posible que Dios hablase al hombre y que el hombre se
comunicara con Dios. Esto les dio comunión a ellos. Este es el hombre del cual
leemos en Isaías y Tesalonicenses donde las Escrituras dicen que el hombre fue
formado, hecho y creado, y que él era cuerpo, alma y espíritu.
Los científicos hoy en día hablan de crear
vida. Este es un término inapropiado. Ellos pueden redescubrir, rehacer,
reorganizar, readaptar o recomponer; pero no pueden crear porque crear algo es
traer algo a existencia que no existía en forma alguna. Los científicos siempre
empiezan con alguna substancia así que no están creando.
Génesis
1:1, 2:
En el principio creó Dios los cielos y la
tierra.
Y la tierra estaba [se volvió] desordenada
y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios
se movía sobre la faz de las aguas.
Hay un largo período de tiempo entre
Génesis 1:1 y Génesis 1:2. Yo no sé cuán largo, pero sí sé que cuando el
versículo 2 vino a ser “la tierra estaba [se volvió] desordenada y vacía...” La
tierra no fue creada desordenada y vacía; se volvió de esa forma.
Ahora, la cuestión es: qué causó que
esta creación original en Génesis 1:1 (la cual era perfecta) se volviera
desordenada y vacía. Para ver la tremenda exactitud de la Palabra, tenemos que
estudiar escrituras como Isaías 14:12; Ezequiel 28:15-19; Romanos 8:22; 1 Timoteo
3:6; Apocalipsis 12:4. Estas escrituras explican que en el principio Dios creó
ángeles bajo tres líderes; Gabriel, Miguel y Lucifer. Estos tres arcángeles
eran responsables por todos los otros ángeles. Lucifer, quien era llamado un
ángel de luz, quiso usurpar el trono de Dios. Él causó un motín en el cielo,
por decirlo así. Por lo tanto, Lucifer fue expulsado del cielo junto con una
tercera parte de los ángeles quienes, bajo el liderazgo de Lucifer, habían
conspirado contra Dios. Después de haber sido expulsado del cielo, Lucifer se
convirtió en “Satanás”, “la serpiente”, “el diablo”. Él y una tercera parte de
los ángeles del cielo forman el mundo de
los espíritus malos o de los espíritus diabólicos, acerca del cual la gente
conoce muy poco y cree menos.
El motín de Lucifer y sus ángeles en
el cielo fue tan cataclísmico que mientras tomaba lugar la guerra, todo lo que
Dios había creado originalmente en Génesis 1:1 cayó en la ruina. Así pues, el
versículo 2 de Génesis 1 dice: “y la tierra estaba [se volvió] desordenada y
vacía...”
¿Cuánto tiempo hubo entre Génesis 1:1
y 1:2? Yo no sé. Pudo haber habido eones de tiempo. El versículo 3 simplemente
comienza la narración de las acciones de Dios al hacer la tierra habitable para
la humanidad, humanidad de cuerpo, alma y espíritu.
¿Hubo “hombres” antes del hombre de
cuerpo, alma y espíritu? Para los científicos, quizás; pero en cuanto a la
Biblia, según define al hombre en Génesis 1:27, no. Cuando los científicos observan
un fósil o un esqueleto, y el vestigio sugiere una forma como la del hombre, lo
ponen en la especie de homo sapiens, aunque no saben, y no tienen manera de
saber, qué clase de vida hubiera animado ese fósil. De la existencia de alguna
clase de vida antes de Génesis 1:2, la Biblia no niega la posibilidad, pero no
puede haber existido el hombre tal como lo define Génesis 1:27.
La razón por la que estoy interesado en
esta exactitud es que el versículo 24 del primer capítulo nos dice que Dios
creó al hombre tal como lo conocemos: cuerpo, alma y espíritu. ¿Qué clase de
vida había en el supuesto hombre anterior a Adán y Eva? No sé porque la Biblia
no me lo dice. Ni tampoco saben los científicos porque ellos no pueden
restablecer esa vida. Yo sí sé, sin embargo, que lo que esa vida haya sido
entonces, no era la vida que Dios creó cuando creó vida de alma para el animal.
Hay muchas cosas que uno debería saber
sobre la gran precisión de la Palabra de Dios en Génesis porque en ella está el
fundamento de la exactitud de Su inigualable Palabra.
Génesis
1:11 dice:
Después dijo Dios: Produzca la tierra
hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de
fruto que dé fruto según su género...
Producir según su género quiere decir, por
ejemplo, que cuando se planta una semilla de tomate se cosechan tomates. Cuando
se planta una semilla de cebolla se producen cebollas. Todo viene según su
género. La palabra “género” es la palabra griega genos. Si se fecundan vacas nacen terneros. Si se fecundan perras
nacen perritos. Un gato y un perro no se pueden cruzar para obtener un “perrito
gatuno”. El cruzar una vaca y un caballo no trae una “vaca caballuna” o un
“caballo vacuno”. ¿Por qué? Por la ley de que todo es según su género. Por eso
es que usted puede tener variedad dentro de las especies, pero no en género.
Hay una gran diferencia en características entre una vaca “Guernsey”, una
“Holstein” y una “Parda suiza”, por ejemplo; pero ellas pertenecen al mismo
género; el género es bovino. No hay superposición de género. Usted no puede cruzar
una vaca con un caballo porque no son del mismo género. Hay evolución dentro de
las especies, pero no entre los géneros. Todas las teorías de evolución mueren
antes de empezar a menos que se las
mantenga dentro de la categoría de especies y no de género.
La Palabra de Dios dice: “...árbol de
fruto que dé fruto... que su semilla esté en él...” La semilla está siempre en
él mismo y es la semilla que tiene vida. Tome una semilla, póngala en tierra,
añádale un poco de agua y sol y pronto una hoja sale. ¿Por qué? Porque la semilla
tiene vida en ella misma.
Cuando se trata del hombre, ¿quién tiene
la simiente? La vida que está en la carne es aportada por la esperma del varón.
Cuando la esperma fecunda el huevo, la esperma lleva vida de alma y la vida de
alma está en la simiente. Esto es de suma importancia para el estudio del
nacimiento del Señor Jesucristo.
¿Cuántas veces creó Dios alma? La Biblia
dice que (excepto por el nacimiento de Jesús) Dios la creó solamente una vez y
eso fue cuando los animales aparecieron por primera vez. Dios simplemente tomó
el alma de vida creada previamente y se la dio al hombre cuando Dios formó e
hizo a Adán. Adán entonces tuvo progenie; y sus hijos e hijas, a su vez,
tuvieron progenie. La vida de alma que estuvo en Adán fue traspasada a sus
niños y a los niños de sus niños. Cuando Adán exhaló su último aliento, su alma
personal se acabó; pero su alma de vida vivió en Caín, Set y el resto de sus
hijos e hijas. Hasta el día de hoy la misma vida de alma, la cual Dios puso
originalmente en Adán cuando Dios lo hizo, continúa en la humanidad.
Hechos
17:26:
Y de una sangre ha hecho [Dios] todo el
linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra...
Si todos los hombres vienen de la misma
sangre, derivándose nuestra vida de alma de la misma fuente común (Adán), ¿por
qué hay tantas variaciones físicas entre la gente? Por ejemplo: ¿por qué son
algunas personas blancas, algunas amarillas, algunas negras y algunas rojas?
¿Cómo da uno razón de todo esto? Para entender variaciones físicas, uno debe
tener conocimiento de genes y cromosomas y características dominantes y
recesivas. La ley de Mendel explica el proceso de características dominantes y
recesivas en plantas y animales. Los procesos genéticos controlan o determinan
las variaciones dentro de las especies.
En el principio del hombre, el gene que
determinaba el color de la piel llevaba ambas características: la obscura y la
clara. Después de generaciones, al casarse la gente de piel más obscura con
gente de piel más obscura, y la gente de piel más clara con gente de piel más
clara, eventualmente los grupos genéticos resultan en obscuros más obscuros y
claros más claros de los que existían
originalmente, todo debido a la selección natural y a las características
dominantes. Así se desarrollaron los colores diferentes y las distintas razas
de hombres que habitan sobre la faz de la tierra hoy en día. No contradice en
nada la Palabra de Dios y no contradice a la ciencia de la genética.
Otra pregunta que siempre surge es: ¿con
quiénes se casaron los hijos de Adán y Eva? Puesto que no había vecinos
alrededor, ¿a quiénes podían tomar los hijos como compañeras? ¿Con quién se
casó Caín, por ejemplo? Él se casó con su hermana. ¿Con quién más se podía
casar? Encontrar una compañera no era problema porque, como dice Génesis 5:4:
Y fueron los días de Adán después que
engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.
Los hijos de Adán se casaron con sus
propias hermanas. Si nosotros tuviéramos una corriente sanguínea pura, nos
podríamos casar con nuestras hermanas. La razón por la que no se nos permite
casarnos con nuestras hermanas es que las impurezas en nuestras corrientes
sanguíneas causarían complicaciones en la próxima generación y en aquellas que
siguen.
A causa de tener sangre más pura la gente
vivía vidas más largas, como lo dicen los primeros pasajes bíblicos. Algunas
personas explican la longevidad del hombre antiguo diciendo que sus años no
eran tan largos como los nuestros. Pero el tiempo entonces era el mismo que
ahora. La razón para tal longevidad era que su sangre no se había vuelto tan
contaminada, tan impura. El matrimonio y el pecado empezaron a producir gente
más débil que por lo tanto moría a una edad temprana.
Previamente “alma” ha sido definida como
“aliento de vida”. Las plantas no tienen vida de aliento y sin embargo
obviamente tienen vida en el sentido que crecen y dan fruto. Las plantas tienen
vida de crecimiento, pero no tienen vida de aliento. Los animales tienen vida
de crecimiento como alma o vida de aliento. El hombre, como fue originalmente
creado, sobrepasó el reino animal en el sentido que no tenía solamente cuerpo y
alma sino también espíritu. Fue el
espíritu que separó al hombre del resto de la creación. Porque el hombre tenía espíritu,
Dios podía comunicarse con Su obra maestra final.
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