CAPÍTULO XXII
RENOVANDO LA
MENTE
VICTOR PAUL WIERWILLE
Con el nuevo nacimiento, un hombre
durante la Administración de la Iglesia está en una posición mejor que la de
Adán, porque Adán tenía el espíritu de Dios bajo una condición. Para aquellos
que recibimos el espíritu de Dios después de Pentecostés el espíritu nos es
dado sin condición. Adán, sin embargo, tenía una ventaja: él empezó la vida con
una mente perfectamente renovada.
Ahora, bajo la Administración de la
Iglesia, cuando una persona es renacida tiene la misma mente que tenía antes de
su salvación. Dios obra con espíritu porque ese es Su plano, el hombre obra con
la mente y la carne porque ese es su plano. Después de la salvación, la mente
del hombre tiene que ser renovada por el propio hombre si va a liberar el poder
espiritual que recibió de Dios.
¿Qué quiere decir “renovarse la
mente?” Quiere decir “retener la Palabra en la mente y actuar de acuerdo con
ella”. La palabra griega para la mente renovada se traduce literalmente
“transfigurado” o “transformado”, metamorphoo.
Los creyentes han de obtener una forma nueva, una nueva figura en la mente.
Romanos 12
nos da información básica sobre este tema.
Romanos
12:1, 2:
Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional [religioso].
No os conforméis a este siglo [mundo], sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento [vuestra
mente], para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta.
¿Cómo va uno
a comprobar cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta? Renovándose
la mente.
Romanos
13:14:
Si no vestíos del Señor Jesucristo...
“Vestíos del Señor Jesucristo”. Esto
es obras. Esto no puede referirse a la salvación porque la salvación viene por
gracia, “no por obras, para que nadie se gloríe”. ¿Dónde puede un hombre
vestirse de él?
En la mente. Pablo dice: “Vestíos del
Señor Jesucristo” en la mente.
Efesios
4:22, 23:
En
cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos,
y renovaos en el espíritu [la vida] de
vuestra mente.
¿Qué es el
“viejo hombre?” El viejo hombre es una figura literaria que quiere decir los
viejos hábitos que tenía una persona antes de ser renacida. El viejo hombre es
tan viejo como la persona misma.
Efesios
4:24:
y vestíos del nuevo hombre, creado según
Dios en la justicia y santidad de la verdad.
El espíritu es el nuevo hombre. No es
tan viejo como el hombre; una persona recibe esto solamente cuando es renacida.
Uno renueva la mente poniendo en su
mente lo que Dios creó en justicia y luego viviéndolo. Cuando un individuo ha
hecho esto, es posible para él andar por el poder de Dios porque ahora tiene una
mente coordinada y en armonía con su espíritu.
Efesios 4:25:
Por lo cual, desechando la mentira, hablad
verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
Efesios
4:28-30:
El que hurtaba, no hurte
más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué
compartir con el que padece necesidad.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra
boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia
a los oyentes.
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados
para el día de la redención.
¿Qué es “contristar al Espíritu Santo
de Dios?” ¿Cuál es el contexto? Efesios está hablando sobre la mente renovada.
Contristar al Espíritu Santo de Dios es que una persona no renueve su mente
después de haber vuelto a nacer del Espíritu de Dios, que mantenga la misma
mente vieja que tenía, que continúe robando, mintiendo, defraudando y hablando
en una manera corrompida.
Efesios
4:31, 32:
Quítense de vosotros toda amargura, enojo,
ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo.
¿Por qué encontramos que nos es
difícil perdonar algunas veces? Porque no nos damos cuenta de lo que Dios nos
perdonó. Esto es parte de la mente renovada.
Todas las Epístolas de la Iglesia se
refieren una y otra vez a la mente renovada.
Filipenses
2:5:
Haya, pues, en vosotros este sentir [esta
mente] que hubo también en Cristo Jesús.
Esta es la mente renovada. Cristo
siempre hizo la voluntad del Padre. Siempre llevó a cabo Su Palabra
perfectamente. Cuando dejemos que la mente que hubo en Cristo esté en nosotros,
tendremos una mente perfectamente renovada.
Colosenses
3:5-11:
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:
fornicación, impurezas, pasiones desordenadas, malos deseos [lujuria] y
avaricia, que es idolatría;
cosas por las cuales la ira de Dios viene
sobre los hijos de desobediencia,
en las cuales vosotros también anduvisteis
en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Pero ahora dejad también vosotros todas
estas cosas: ira [dejad de enfureceros], enojo, malicia, blasfemia, palabras
deshonestas de vuestra boca.
No mintáis los unos a los otros, habiéndoos
despojado del viejo hombre con sus hechos,
y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que
lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,
donde no hay griego, ni judío, circuncisión
ni incircunsición, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el
todo, y en todos.
El poder de Dios en Cristo también
está en una persona que recibe Su espíritu, el nuevo nacimiento. Pero para
propósitos prácticos en la tierra, el poder que uno tiene se queda latente
hasta ser activado por la renovación de la mente y el actuar con la mente
renovada. Entonces el poder llega a ser manifestado en el mundo de los sentidos.
Colosenses
3:12-17:
Vestíos, pues, como escogidos de Dios,
santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos
unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os
perdonó, así también hacedlo vosotros.
Y sobre todas estas cosas vestíos de amor
[el amor de Dios en la mente renovada],
que es el vínculo perfecto.
Y la paz de Dios gobierne en vuestros
corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un sólo cuerpo y sed agradecidos.
La Palabra de Cristo more en abundancia en
vosotros [en vuestra mente], enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda
sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e
himnos y cánticos espirituales.
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de
hecho, hacedlo todo en nombre del Señor Jesús; dando gracias a Dios Padre por
medio de él.
Para renovar su mente, una persona
tiene que empezar en el principio. Primero, uno tiene que confesar al Señor
Jesucristo y creer que Dios le levantó de los muertos. Luego uno tiene que poner
los pensamientos de Dios en la mente como Dios mismo lo ha expresado en Su
Palabra. ¿Cómo va una persona a aprender a andar con la grandeza del poder de
Dios, a menos que empiece a poner la Palabra de Dios en su mente e intente
vivir según ella? Uno aprende a vivir esta Palabra simplemente andando según la
Palabra.
Una persona tiene que estudiar la
Palabra de Dios, no lo que dice la gente alrededor de la Palabra o sobre la
Palabra. ¿Qué dice Dios? Como lo digo a muchas de las personas en mis clases:
Ponga a un lado sus otros materiales de lectura por un tiempo y lea la Palabra
de Dios. Si por los próximos tres meses, usted dedica su vida principalmente a
leer y estudiar las Epístolas que son escritas directamente a usted y entonces
aplica esos principios, renovando su mente, dentro de tres meses usted no se
reconocerá. Usted será una persona muy dinámica. Va a estar manifestando la
mente renovada y recibiendo respuestas a sus oraciones. Verá señales, milagros
y maravillas.
Viva usted la Palabra. Ponerla en la
mente no basta; usted tiene que actuar según ella; tiene que hacer un esfuerzo
para vivirla. Este proceso de cultivar o desarrollar a Cristo en su mente en un
proceso deliberado que usted tiene que hacer por su libre albedrío. Usted determina
que va a mandar la información de la Palabra de Dios a su mente y que va a vivirla.
Vivir por creencia significa andar día a día y momento a momento por la Palabra
revelada de Dios. La decisión queda con usted: si va a andar por los sentidos o
por la Palabra revelada de Dios. Si usted anda por la Palabra revelada de Dios,
va a manifestar la grandeza del poder de Dios.
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