LA PALABRA RESPIRADA DE DIOS
Capítulo 5
"Poder para la
vida abundante"
Por Victor Paul Wierwille
2 Timoteo 3:16 tiene un gran significado en nuestro estudio
del poder para la vida abundante. Este versículo dice que la Palabra es
respirada de Dios.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
La primera palabra en 2 Timoteo 3:16 es “toda”. Cada vez que
“todo” aparece, uno se debe preguntar qué significa la palabra “todo”, porque
en la Biblia la palabra “todo” se usa en una de dos formas: ya sea todo sin
excepción o todo con distinción. Todos con distinción quiere decir todos en una
cierta clase o grupo designado. Si uno considera equívocamente la palabra
“todo” nunca entenderá correctamente la Palabra de Dios ni experimentará todo
su impacto.
Juan 12:32
Y yo (Jesús), si fuere levantado de la tierra, a todos
atraeré a mí mismo.
¿Es todos sin excepción o todos con distinción? La respuesta
es obvia. Nosotros sabemos que no todas las personas en nuestra comunidad son
cristianas; por lo tanto, no todas sin excepción han sido atraídas a él. Todos
los que han creído, todos con distinción, son quienes han sido atraídos.
Hebreos 2:9:
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los
ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la
muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos (por todos
los hombres).
¿Es la palabra “todos” con distinción o sin excepción?
¿Gustó Cristo la muerte por todos los hombres sin excepción o por todos los
hombres con distinción? Él murió por todos sin excepción de tal manera que
quién quiera ser salvo puede ser salvo. Cristo murió por todos los hombres sin
excepción y por esto cualquiera puede nacer de nuevo por el Espíritu de Dios.
En 2 Timoteo 3, donde dice: “Toda la Escritura es inspirada
por Dios”, “toda la Escritura” quiere decir sin ninguna excepción desde Génesis
1:1 hasta Apocalipsis 22:21.
Las palabras “toda la Escritura” son seguidas por la palabra
“es”. Esta palabra ha sido añadida al texto griego de Esteban del cual fue
traducida la Versión Reina-Valera.
Antes de seguir adelante, entendamos una cosa. Si una
persona omite una palabra que ha sido añadida, la Palabra de Dios no ha sido tocada.
Esto se vuelve muy importante a medida que avanzamos en la precisión de la
Palabra.
Para avanzar un paso más, no había verbo “ser” o “estar” en
los idiomas hebreo o arameo originales. Había un verbo “llegar a ser” o
“volverse”.
Esto se vuelve muy interesante en el primer capítulo de
Génesis. Génesis 1:2 dice: “Y la tierra estaba…” Esta palabra “estaba” no fue
añadida. Génesis 1:2 continúa: “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo…” El segundo uso de la palabra
“estar” no aparece en el texto. Esto nos dice que la primera palabra traducida
“estaba” no es la palabra “estaba” sino “llegó a ser”, “se volvió”. Pero el
segundo uso, “estaban” fue añadido. Por lo tanto el versículo 2 dice
literalmente: “Y la tierra se volvió desordenada y vacía, y las tinieblas sobre
la faz del abismo”. Se volvió desordenada y vacía. Dios no la creó así. Si se
deja la palabra “estaba” en el texto: “Y la tierra estaba desordenada y vacía”,
parece que dijera que Dios creó la tierra de esta forma. Al contrario, la
Tierra se volvió de esta forma cómo lo comprueba Isaías 45: 18.
Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el
que formó la tierra, el que la hizo y la
compuso; no la creó en vano…
“Desordenada” (tohu) en Génesis 1:2 es la misma palabra que
se usa en el “no en vano” de Isaías (tohu). Dios no la creó desordenada y vacía
(tohu bohu). La tierra se volvió así.
Regresemos a 2 Timoteo 3:16. Observe cuidadosamente: “Toda
la Escritura es inspirada por Dios…” Estas tres palabras “inspirada por Dios”
son una sola palabra en los textos críticos griegos. La palabra es
theopneustos. Esta palabra se compone de dos palabras raíces: theo y pneustos.
Tomada por partes, theo es “Dios” y pneustos es “respirado”. Theopneustos
quiere decir literalmente “respirada de Dios”. “Toda la Escritura es inspirada
por Dios” es igual a “toda la Escritura es theopneustos” o “toda la Escritura
es respirada de Dios”.
Ahora nosotros preguntamos: ¿respira Dios? Usted y yo
respiramos, pero, ¿lo hace Dios? Juan 4:24 dice que “Dios es Espíritu…” Más
aun, la Palabra de Dios dice que un espíritu no tiene carne o huesos. Nosotros
no podemos ver un espíritu con nuestros propios ojos. Sin embargo 2 Timoteo
3:16 dice que Dios respiró. Tenemos que averiguar exactamente qué se quiere
decir cuando se le atribuyen a Dios características humanas. ¿Qué quiere decir
“respirada de Dios”?
¿Alguna vez se ha preguntado usted qué debe ser enfatizado
en la Palabra de Dios? Si la Biblia es respirada de Dios, theopneustos, y si
la Biblia es la Palabra de Dios, ¿puede
usted imaginarse por un segundo que Dios le permitiría a cualquier mortal el
privilegio de decidir qué debe ser
enfatizado en la Palabra de Dios? En esta palabra, “respirada de Dios”,
theopneustos, hay una gran verdad que ha tomado años para ser indagada y
estudiada.
Dios es espíritu así que Dios no respira, pero nosotros sí.
Siempre que la Biblia atribuye características humanas a Dios, como lo hace
esta escritura en particular en 2 Timoteo, esto se llama una figura literaria.
Las figuras literarias en la Biblia desde Génesis 1:1 hasta Apocalipsis 22:21
son las marcas de Dios en la Palabra en cuanto a qué quiere Él que sea
enfatizado.
Una figura literaria no es algo sobre lo que hay que
adivinar. Las figuras literarias son usos gramaticales legítimos que departen
del lenguaje literal para llamar atención a sí mismas. Por ejemplo, si no hemos
tenido lluvia por un largo tiempo, yo podría decir: “el suelo está seco”. Esto
sería una simple enunciación de un hecho. El polvo vuela y las grietas se
abren. Pero si yo digo: “el suelo está sediento”, eso es una figura literaria.
La figura siempre es más vívida que la misma enunciación literal. Cuando yo
digo: “el suelo está seco”, pongo una idea vaga en su mente; pero en el momento
en que digo “el suelo está sediento”, entonces usted tiene una imagen clara.
Una figura literaria siempre aumenta, siempre vitaliza la declaración.
La Palabra de Dios debe ser aceptada literalmente
cuandoquiera y dondequiera que sea posible. Pero cuando una palabra o palabras
dejan de ser fieles a los hechos, ellas constituyen figuras literarias. Las
figuras literarias tienen un énfasis diseñado por Dios que tiene que ser asido
y entendido para obtener completamente el impacto de la Palabra. Los hombres
tienden mucho a usar las figuras literarias al azar, pero en la Palabra de Dios
las figuras literarias son usadas con un diseño divino. Todas y cada una de
ellas pueden ser exactamente catalogadas y analizadas con precisión. No hay adivinanzas
en lo absoluto. A excepción de las figuras literarias y de las costumbres y
manerismos orientales, la Palabra es literal.
Hay 212 figuras literarias distintas que se usan en la
Biblia. Hasta donde yo puedo calcular, a lo largo de la historia tiene que
haber habido aproximadamente 220 figuras distintas. Doscientas doce de éstas
son usadas en la Biblia; algunas veces hay hasta cuarenta variaciones de una
figura. Es fácil la monumental oportunidad para la investigación que ofrece el
campo de las figuras literarias.
Esta figura, “respirada de Dios”, es tan maravillosa que voy
a tomar este tiempo para desarrollar su grandeza. Una vez que usted entienda
esto, cientos de Escrituras se le harán claras.
Dios es Espíritu, y sin embargo 2 Timoteo dice que “toda la
Escritura es respirada de Dios”. Esta figura se llama en el hebreo derech benai
adam, lo cual traducido quiere decir “los hábitos de los hijos del hombre”,
bajar a Dios al nivel del hombre. Ahora, los griegos tomaron derech benai adam
y lo tradujeron anthropopatheia que quiere decir “rasgo conmovedor del hombre”.
Los romanos usaron esta figura y la llamaron condescensio en latín de donde se
deriva nuestra palabra “condescendencia”. Siempre que la Palabra de Dios
atribuye características humanas a Dios, la figura usada se llama en griego
anthropopatheia y en latín condescensio. Esta es la marca enfática del Espíritu
Santo en 2 Timoteo 3:16. El énfasis no
está en la palabra “todo” o en la palabra “Escritura”. El énfasis está en la
fuente, “respirada de Dios”. Dios puso el énfasis donde Él lo quiso; Él lo
marcó con esta figura literaria.
Otro ejemplo de condescensio es Éxodo 4:14 el cual dice:
“Entonces Jehová se enojó…” Dios es espíritu; Él no se enoja. Cuando la Biblia
dice que Dios se enoja, ¿de qué figura se trata? Condescensio. Isaías 52:10
dice: “Jehová desnudó su santo brazo…” ¿Tiene un brazo Jehová? No, no lo tiene,
pero usted y yo si lo tenemos. “Desnudar
el brazo” es la figura condescensio.
¿Cuál es exactamente
el proceso por el cual vino la Palabra respirada de Dios? La clave para
responder esta pregunta está en la Palabra de Dios.
2 Pedro 1:21:
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,
sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
“Profecía” se usa de una manera singular en este versículo
de la Escritura. Cuando la persona común y corriente piensa en profecía, piensa
en la predicción del futuro. Esta definición es uno de los usos de la palabra “profecía”, pero no es el único uso.
La palabra “profecía” también puede querer decir “declarar”.
La profecía de Isaías de la venida del Señor Jesucristo y la
profecía de Juan del regreso de Cristo (el cual todavía está en el futuro) son
ejemplos de predicción. Parte de la Palabra de Dios es predicción. El verbo
“profetizar” también quiere decir “declarar, exponer, presentar”. “Profecía”
literalmente quiere decir “aquello que es predicho y aquello que es declarado”.
Toda la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis es predicción o declaración.
“Porque nunca la profecía (aquello que
es predicho o declarado, todo desde Génesis hasta Apocalipsis) fue traída por
voluntad humana…”La Palabra de Dios, que predice y declara, nunca fue traída
por voluntad humana. Muchos teólogos y líderes religiosos han enseñado que
siempre que un escritor bíblico quería escribir él se sentaba y componía una
parte de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios no dice eso. Moisés nunca se
sentó en el desierto y dijo: “Bueno, ahora pienso que voy a escribir la Palabra
de Dios”, y entonces sacó su libreta de taquigrafía. Él no se rascó la cabeza y
empezó a escribir: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. “Eso me
gusta”. No. Nunca fue traída la profecía por la voluntad del hombre; en otras
palabras, el hombre nunca dispuso a su voluntad la Palabra de Dios. Él nunca se
sentó y dijo: “Ahora, yo dispongo que se componga Génesis” o “yo dispongo que
se componga Mateo”. “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana…”Esto es básico para nuestro entendimiento esencial y fundamental de
cómo fue traída la Palabra.
La Palabra de Dios nunca fue traída por voluntad humana,
“…sino que los santos hombres de Dios hablaron…” Santos hombres de Dios
hablaron. ¿Quiénes son santos hombres? Hombres que le creen a Dios son santos.
La Biblia no fue escrita por rechazadores de Dios, incrédulos o escépticos. La
Biblia fue escrita por santos hombres de Dios que hablaron según eran
inspirados por el Espíritu Santo.
Yo he preguntado a muchas personas sobre este versículo: “¿Quién
habló?” ¿Y saben lo que ellos dicen? El Espíritu Santo. Eso no es lo que el
versículo dice. Dice: “…santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por
el Espíritu Santo”. No dice que Dios habló; dice que los santos hombres de Dios
hablaron. Esto es lo que la Palabra dice y eso es lo que quiere decir.
¿Sabe usted por qué hay tanta diferencia entre los libros de
Amós e Isaías; entre el Evangelio de
Marcos y el de Juan? ¿Puede usted hablar usando cualquier vocabulario que no
sea el suyo? Por ejemplo, si usted nunca ha oído de la palabra “idiosincrasia”,
usted no la puede usar. Uno sólo puede usar el vocabulario que posee. Eso es
exactamente lo que declara la Palabra en 2 Pedro 1:21, que santos hombres de
Dios hablaron. Ellos usaron sus propios vocabularios y sus propias formas de
expresión. El Evangelio de Marcos es corto y abrupto: “e inmediatamente”, “y
entonces”, “y enseguida”. Se usan estas palabras porque el escritor del
Evangelio de Marcos no era un hombre altamente educado y con un vocabulario florido.
Pero el Evangelio de Juan es diferente. Juan escribió: “En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio
con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho”. ¡Qué hermoso! ¿Por qué? A causa del estilo de escribir de
Juan. El escritor de Amós era terso; él era un pastor. Isaías usaba hermosas
expresiones. Esto explica los diferentes estilos de escribir que se encuentran
en la Biblia. Santos hombres de Dios hablaron y escribieron; usaron sus
vocabularios naturales. Pero hablaron “siendo inspirados por el Espíritu
Santo”.
¿Qué quiere decir ser “…inspirados por el Espíritu Santo”? 2
Timoteo 3:16 dice que toda la Escritura es respirada de Dios. Aquí en 2 Pedro
1:21, la Palabra declara que estos hombres fueron inspirados por el Espíritu
Santo. Lo que sea “respirada de Dios” o ser “inspirada por Dios” es ser
“inspirado por el Espíritu Santo”.
Algunas personas enseñan que Dios tomó el brazo de Moisés y
lo empezó a mover y, en esta forma, hizo que Moisés escribiera lo que Dios
quería que fuera escrito. No. No dice “empujado por el Espíritu Santo”, dice:
“…inspirados por el Espíritu Santo”.
La gente siempre está adivinando y ofreciendo opiniones en
vez de leer a la precisión declarada de la Palabra de Dios. ¿Qué es ser
respirada de Dios e inspirada por el Espíritu Santo? Gálatas 1:11 contiene esta
declaración.
Más os hago saber (garantizo), hermanos, que el evangelio
anunciado por mí, no es según hombre.
Si el evangelio fuera según hombre, él, Pablo, lo habría
recibido por voluntad humana y eso habría sido una contradicción con el resto
de la Palabra. 2 Pedro 1:21 dice enfáticamente que la Palabra no vino por los
deseos del hombre. No vino por voluntad humana. Gálatas dice: “…el evangelio
anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de
hombre alguno…” Entonces tiene que haber otra forma de obtener información. En
nuestro mundo de conocimiento de los sentidos todo aprendizaje de las
matemáticas, ciencia, historia y la tales -toda nuestra información-viene por
la voluntad humana. Pero en contraste, Pablo dijo de sus escritos en Gálata
1:12:
pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino
por revelación de Jesucristo.
La Palabra vino “por revelación de Jesucristo”. Ahora vamos
a juntar estos versículos.
2 Timoteo 3:16:
Toda la Escritura es inspirada por Dios (respirada de Dios),
y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
2 Pedro 1:21:
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,
sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Gálatas 1:11,12:
Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por
mí, no es según hombre;
pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino
por revelación de Jesucristo.
En 2 Timoteo 3:16 es la “palabra respirada de Dios” la cual
en 2 Pedro 1:21 es ser “inspirados por el Espíritu Santo” lo cual en Gálatas
1:11 y 12 es “revelación”.
Hay un axioma matemático envuelto en este punto: “Dos cosas
iguales a una tercera son iguales entre sí”. Por lo tanto, palabra respirada de
Dios = inspirados por el Espíritu Santo = revelación; o respirado de Dios
significa ser inspirados por el Espíritu Santo lo cual es revelación.
Antes de ahondar un poco más en este versículo particular de
2 Pedro, observemos el Antiguo Testamento y veamos cómo hablaron aquellos
santos hombres de Dios que recibieron esta revelación. Hemos visto en Juan 4:24
que Dios es Espíritu. Dios, siendo Espíritu, sólo puede hablar a aquello que Él
es. Dios no le puede hablar a la mente natural humana. Por esto es que la
Palabra no pudo venir por voluntad humana porque la voluntad humana está en el
mundo natural. Dios, siendo Espíritu, sólo puede hablarle a aquello que Él es
-espíritu. Las cosas en el mundo natural pueden conocerse por los cinco
sentidos -vista, oído, olfato, gusto y tacto. Pero Dios es Espíritu, y, por lo
tanto, no le puede hablar a las células cerebrales; Dios no le puede hablar a
la mente de una persona. Es una ley y Dios nunca sobrepasa sus propias leyes.
El espíritu proveniente de Dios tenía que estar sobre aquellos hombres, de otra
manera ellos nunca habrían recibido revelación como Pablo declara en Gálatas.
Números 11:17 ayuda a explicar la revelación.
Y yo (Dios) descenderé y hablaré allí contigo (Moisés); y
tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos…
Dios es Espíritu y Él podía revelarse a Sí Mismo por medio
del espíritu de Dios que estaba sobre Moisés. Luego Moisés, teniendo una mente,
usó su vocabulario y escribió la Palabra de Dios revelada, esa fue la forma
exacta en que nos llegó la Palabra de Dios.
Un hombre de Dios, en la usanza bíblica, era un hombre sobre
el cual estaba el espíritu de Dios, también llamado el “espíritu de sabiduría”
porque Dios como Espíritu es sabio. Josué fue uno de estos hombres según
Deuteronomio 34:9:
Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría,
porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le
obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
Todo hombre en la Biblia que escribió la Palabra de Dios
tenía el espíritu de Dios sobre él. Sólo hay un autor de la Biblia y ese es
Dios. Hay muchos escritores pero sólo un autor. Dios es el autor mientras que
Moisés escribió, Josué escribió, Pablo escribió, David escribió y muchos otros
escribieron. Dios, siendo Espíritu, habló al espíritu que estaba sobre los
santos hombres de Dios y les dijo lo que Él quería que fuese dicho. Entonces los
hombres de Dios usaron sus vocabularios al hablar lo que Dios había revelado.
“Porque nunca la profecía (todo aquello que es predicho o declarado) fue traída
por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo”. La Palabra original dada por Dios
literalmente no contenía ningún error o contradicción. ¿Por qué? Porque Dios
fue su autor. Santos hombres simplemente escribieron lo que Dios les reveló.
Así es como obtuvimos la Palabra respirada de Dios. Es verdaderamente tremendo.
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