REMISIÓN Y
PERDÓN DE PECADOS
Capítulo 20
de "Poder para la vida abundante"
Por V.P.
Wierwille
Antes de ir
más adelante, necesitamos clarificar la diferencia entre la posición y el
estado de un creyente. Estás palabras son ilustradas con la mayor facilidad
observando la posición y el estado en una familia terrenal. En la familia
terrenal soy hijo del Sr. Ernst Wierwille y Sra. ¿Por cuánto tiempo voy a ser
hijo en esa familia? Mientras viva. Esa es mi posición. ¿Qué me dice de mi
posición en mi familia celestial? Mi posición en la familia de Dios, como mi
posición en mi familia terrenal, es la de un hijo. ¿Por cuánto tiempo seré
hijo? El espíritu es eterno, luego mi posición en la familia de Dios es eterna.
Puesto que
mi posición en mis familias celestial y terrenal es siempre la de un hijo,
¿cuál es mi estado? Mi estado en la familia Wierwille fluctuaba algunas veces.
Cuando me portaba mal era todavía hijo de mi padre terrenal porque él tenía su
simiente en mí. Mi comportamiento determina mi estado dentro del hogar.
Cuando mi
padre no aprobaba mi comportamiento y mi estado necesitaba ser edificado, yo
iba a mi padre y decía: “Papi, lo siento”. Papá siempre aceptaba mis gestos de
disculpa. Mi filiación no tenía relación alguna con lo que hacía; pero mi
estado era afectado directamente por mis acciones.
¿Qué me dice
de un hijo de Dios? En el momento que una persona renace, está en perfecto
alineamiento y armonía con su Padre celestial. Pero, como situación hipotética,
digamos que después de que hube renacido, puesto que no se me había enseñado
mucho de la Palabra de Dios, continué pecando. Cuando fui salvo, todos los
pecados cometidos previamente fueron borrados; pero al poco tiempo, cometí
algunos nuevos. ¿Cómo podía yo volver a la comunión perfecta con Dios? De la
misma manera como volvía a las gracias de mi padre terrenal. Yo le decía a mi
Padre celestial: “Padre, siento haber pecado y no haber vivido de acuerdo a tu
Palabra”. Entonces estaba una vez más en armonía con el Padre.
No es
suficiente que Dios en Cristo esté en usted, sino que usted tiene que estar en
él. Cristo en usted es filiación (posición), pero usted en Cristo es comunión
(estado). 1 Juan señala cómo una persona vuelve a ganar comunión con su Padre
espiritual.
1 Juan 1:9:
Si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestro pecado, y limpiarnos
de toda maldad.
Este
versículo no tiene absolutamente nada que ver con ser salvo o ganar filiación.
Este versículo está hablando de restablecer comunión después de la salvación.
Confesar los pecados de uno no es salvación. (Confesar al salvador es
salvación). “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. ¿Qué pecados debemos confesar?
Aquellos que hemos cometido después de ser salvos. Puedo acordarme de esos
porque los acabo de cometer. No tengo que acordarme de todos los cometidos
durante los últimos diez o veinte años.
Cuando
confieso mi pecado, El me limpia de toda maldad, pecado cometido después de la
salvación. Cada vez que pecamos, debemos confesar nuestro pecado de modo que
permanezcamos en comunión con nuestro Padre, de modo que nuestro estado con El
esté en perfecta armonía. La razón por la que mucha gente no recibe repuesta a
sus oraciones es que ellos sufren de comunión rota. Cuando hemos confesado
nuestra comunión rota y estamos de buenas con Dios, podemos orar y obtener
repuesta a nuestras oraciones. Entonces podemos andar ante Dios, y las
peticiones que le hagamos serán cumplidas. Cristo en nosotros (salvación) y
nosotros en Cristo (comunión) determinan la abundancia de nuestra vida
cristiana.
Estudiemos
confesión: en su uso exacto. Hay dos tipos de confesión: para salvación, y para
restablecer comunión rota. La palabra “confesar” en Romanos 10:9 es
arrepentimiento para salvación. Después de que se dio comienzo a la Iglesia en
el día de Pentecostés, Pedro predicó un tremendo sermón. El concluyó con Hechos
2:38: “Pedro les dijo: Arrepentíos…” El no dijo: “Arrepentíos de vuestros
pecados”. “Arrepentirse” es simplemente confesar que Jesús es el señor y creer
que Dios le levantó de los muertos. Pedro les dijo que se arrepintieran, “…y
bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perón [remisión,
según el texto] de los pecados…” Cuando uno se arrepiente, ¿qué sucede? Se
recibe remisión de los pecados. Cuando una persona recibe remisión de los
pecados, se vuelve Hijo de Dios.
El
arrepentimiento es para el pecador que no ha sido salvo. El se arrepiente
confesando con su boca al Señor Jesucristo, el que salva del pecado. ¿Cuántas
veces se puede arrepentir una persona? Leamos la repuesta definitiva en
Hebreos.
Hebreos
6:4,6:
Porque es
imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y
fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
y asimismo
gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero
y recayeron,
sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí
mismos al hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
Estos
versículos son usados para enseñar precisamente lo opuesto de lo que dicen.
Personas que dividen incorrectamente la Palabra sostienen que si una persona
que fue salva una vez se hace pecadora, nunca puede ser salva de nuevo. Estos
versículos ni siquiera sugieren tal doctrina errónea. ¿Qué es imposible según
estos versículos? Renovar otra vez a los pecadores para arrepentimiento. Si una
persona se pudiera arrepentir por segunda vez, tendría que ser una renovación.
Dice muy claramente que es imposible renovar otra vez a un hombre pecador para
arrepentimiento.
¿Cuántas
veces puede un hombre ser salvo? ¿Cuántas veces se puede arrepentir? Una vez.
¿Cuántas veces puede una persona nacer físicamente?
Nicodemo
hizo esa pregunta: ¿puede uno entrar por segunda vez en el vientre de su madre,
y nacer de nuevo? De igual manera, es imposible una vez que una persona ha
nacido de nuevo del Espíritu de Dios que sea renovada otra vez para
arrepentimiento porque no se puede “des-salvar”. Es imposible ser renovado para
arrepentimiento porque el arrepentimiento es un evento de una sola vez. La
simiente de Cristo, la cual es implantada en el momento de la salvación, es
eterna.
Después de
confesar al salvador del pecado (arrepentimiento), la confesión de los pecados
trae a la persona salva de vuelta a comunión.
2 Corintios
7:10:
Porque la
tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no
hay que arrepentirse…
Si uno
pudiera ser salvo por segunda vez, tendría que ser capaz de arrepentirse de
haberse arrepentido la primera vez. Qué necio se vuelve todo esto.
Yo solía
demostrar en las clases con un vaso de agua. El vaso representaba el cuerpo; el
agua adentro representaba el alma. Ponía un botoncito blanco en un hilo en el
agua, y le decía a mi clase que esto era ahora la simiente de Cristo, de la
cual dice la Biblia que es vida eterna. Luego ilustraba lo que la mayoría de la
gente piensa que es la vida eterna: Hoy confieso con mi boca todos mis pecados.
Adentro va el botón, la simiente de Cristo. Ahora estoy salvo. Pero mañana en
la mañana tengo un mal pensamiento. ¡Epa! Dios quita el botón, Su espíritu.
Entonces soy solamente cuerpo y alma de nuevo, no-salvo. Me siento mal y espero
que venga la siguiente campaña evangelística. En la siguiente campaña
evangelística voy al altar y confieso mi pecado y adentro viene el espíritu de
nuevo. Y así sigue continuamente. Mi padre terrenal hizo algo mejor que eso. El
puso su simiente en mí una vez y todavía soy su hijo. ¿Qué me dice de Dios
todopoderoso?
Es enseñanza
diabólica decir que una persona que ha renacido del Espíritu de Dios, se le
quita el espíritu en cada evidencia de debilidad humana. Mi Padre celestial
hizo Su parte tan bien, que soy Su hijo mientras viva. Como Victor Paul
Wierwille no voy a vivir para siempre; pero como hijo de Dios, tengo Su vida,
la cual es eterna.
El
arrepentimiento es un tipo de confesión. El segundo tipo de confesión es para
reparar la comunión rota. Pecar después de la salvación resulta en comunión
rota. No deberíamos pecar, pero el buen Señor sabe que todo hombre de cuerpo y
alma será engañado por el diablo y pecará. Así que Dios estableció una forma
para salir del pecado, comunión rota, para Sus Hijos. El hizo que fuera posible
que cuando rompamos comunión, podamos confesarle nuestro pecado de comunión
rota y entonces El nos da perdón del pecado.
1 Juan habla
de comunión y confesión de comunión rota.
1 Juan
1:3-10:
lo que hemos
visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con
nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo
Jesucristo.
Estas cosas
os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. [No cumplido a medias, no
cumplido en dos terceras partes, sino cumplido.]
Este es el
mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas
tinieblas en él.
Si decimos
que tenemos comunión con él [Dios], y andamos en tinieblas, mentimos, y no
practicamos la verdad.
pero si
andamos en luz, como él [Dios] está en [es] luz, tenemos comunión [Dios y yo]
unos con otro, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado
[comunión rota].
Si decimos
que no tenemos pecado [comunión rota], nos engañamos a nosotros mismos, y la
verdad no está en nosotros.
Si
confesamos nuestros pecados [comunión rota], él [Dios] es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados [comunión rota], y limpiarnos de toda maldad.
Si decimos
que no hemos pecado [no hemos roto comunión], le hacemos a él [Dios] mentiroso,
y su palabra no está en nosotros.
Dios dijo
que todos pecan. ¿Pecamos nosotros en el espíritu? No. Pero en cuerpo y alma
nosotros caemos. Dios dice que si cualquiera dice que no peca, es un mentiroso,
hace a Dios un mentiroso, y la Palabra de Dios no está en él.
1 Juan 2:1:
Hijitos
míos, estas cosas os escribo para que no pequéis [rompáis comunión]; y [pero]
si alguno hubiera pecado [roto comunión], abogado [defensor o mediador] tenemos
para con el Padre, a Jesucristo [¿Quién es nuestro defensor?] el justo.
Un hijo
puede salirse de la comunión con Dios, un hijo puede andar en tinieblas, pero
un hijo nunca puede apartarse tan lejos como para no ser más un hijo. La
palabra “apartarse” no se usa nunca en el Nuevo Testamento en este sentido. Es
usada solamente por maestros que no han sido instruidos, ministros y teólogos
que no leen la Palabra ni consideran a quién están escritas varias partes de
ella. La palabra “apartarse” no aparece en las epístolas en ese sentido porque
nosotros somos hijos de Dios y un hijo no puede aparatarse así.
En el
Antiguo Testamento Abraham era un siervo de Dios. La Biblia no dice que Abraham
era un hijo de Dios; pues para tener un hijo, uno tiene que tener simiente, y
la simiente no estuvo disponible sino hasta que vino Cristo. Esta es la razón
por la que los hombres en el Antiguo Testamento no eran hijos de Dios. Abraham
era un siervo de Dios y Moisés era un siervo de Dios porque la filiación no
estaba disponible todavía. Un siervo puede apartarse por su desobediencia. En
su casa, un sirviente puede apartarse tanto que usted lo podría despedir. Pero
usted no puede despedir a su hijo. El de todas maneras sigue siendo su hijo.
De vez en
cuando en el Antiguo Testamento, se hace referencia a Israel como si fuera su
hijo. Pero leyéndolo cuidadosamente uno verá que Israel no es un hijo por
nacimiento sino por adopción. Si usted adopta a alguien, él no tiene su sangre;
no tiene su simiente en él. Solamente por adopción tomó Dios a Israel. Era
posible apartarse totalmente durante la Administración de la ley, pero es imposible
durante la Administración de la Iglesia.
Ahora, somos
hijos de Dios por nacimiento.
Gálatas
4:6,7:
Y por cuanto
sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual
clama: ¡Abba, Padre!
Así que ya
no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de
Cristo.
Nosotros no
somos siervos, sino hijos. Estamos en una posición mucho mejor que la de un
siervo. Sin embargo mire lo que Isaac y Jacob hicieron como siervos. ¿Y qué de
usted y yo como hijos? ¿No tenemos más
habilidad, más derechos en la casa que los siervos? La Iglesia está viviendo
tan por los suelos que da lástima. ¿Recuerda lo que hicieron algunos de los
siervos en el Antiguo Testamento? Cuánto más deberá ser capaz de hacer un hijo.
Gálatas 4:7
dice que puesto que somos hijos, somos por lo tanto herederos de todo lo que el
Padre tiene. ¿Cuánto tiene Dios? Nosotros somos herederos de Dios y coherederos
con Cristo según Romanos 8:17. Esto verdaderamente es abundancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario