martes, 15 de abril de 2014

63  -  ÉL HA RESUCITADO.
¡ÉL HA RESUCITADO! Incomparable en esplendor y gloria, la resurrección de Jesucristo de entre los muertos es, hasta la fecha, el momento crucial en la historia de la humanidad para toda la gente en la tierra. Las palabras ¡ha resucitado!, confirmaron la victoria: El supremo sacrificio de un hombre, culminó con la esperanza del rescate para toda la humanidad.
Cuando las mujeres llegaron al sepulcro temprano por la mañana del Día de la Resurrección para ungir el cuerpo sepultado de Jesús, una de las primeras palabras dirigidas a ellas fue “ha resucitado”, confirmando que la vida en la tierra nunca volvería a ser la misma. Sin dar pista alguna, Dios había guardado Su plan como un secreto por generaciones a su pueblo, así como a los príncipes de las tinieblas de este mundo. 

Así de suprema fue la resurrección de Su hijo -en contraste a la muerte atroz y brutal de Jesús, que sería lo que develaría una nueva creación, un “nuevo hombre”, una clase única de ser humano: uno dotado con el Espíritu de Dios dentro, capaz de mostrar la luz del Dios eterno y a Su hijo Jesucristo, habitando dentro de un nuevo ser espiritual.
(Juan 14:12) De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

Si los príncipes de las tinieblas de este mundo, y los secuaces de Satanás, hubiesen sabido que cuando crucificaron al Señor de la Gloria, pronto muchos millones, serían habilitados como Cristo, ejerciendo el poder contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo (tal y como Jesús lo había hecho), nunca habrían crucificado al Señor de Gloria. Eso, mis hermanos y hermanas, es el punto exacto. Ya que él está ahora resucitado, nos ha habilitado a ti y a mí para tomar su lugar y su posición en la tierra hasta su regreso por su iglesia.

(Colosenses 1:26-27) El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.
Una vez más, si Satanás hubiese sabido que Dios iba a traer en existencia, como Sus “hijos e hijas”, a hombres y mujeres infundidos con el poder de Dios, llenos de Su Espíritu, un espíritu incorruptible, nunca habría crucificado al Mesías.
 (1Co.2:7, 8). Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.

  Es de vital importancia para todos los creyentes conocer la verdad. La verdad nos hace libres, no las tradiciones de los hombres. El Día de la Resurrección, está en asombroso contraste con la horrible paliza y ejecución, que se llevó a cabo solo días previos, a nuestro Señor y salvador.
Nuestro Dios es el Padre amoroso rico en misericordias.
Afortunadamente, para nosotros, nuestro Dios es el Padre amoroso rico en misericordias. Aunque la humanidad dio un paso poniendo inmensa distancia de su Creador, 
Dios prometió una futura reconciliación y la llevó a cabo convirtiéndonos en lo más preciado para cualquier padre: un hijo o una hija.
 (Hebreos 2:10) Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
Jesucristo, nuestro hermano, caminó como todos los hombres fueron hechos para caminar, y tomó en sí mismo el castigo que nosotros merecíamos, y sin embargo, nosotros recibimos el premio de su gloriosa vida.
 ¡Él ha resucitado! Y gracias a Dios por eso.
 Jesús es una realidad que puede ser experimentada en el ahora. Jesús nos da calidad de vida y gracia para vivir una larga vida.
Propósito:
1. Jesús vino a buscar y salvar aquello que habíamos perdido.
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lucas 19:10
2. Jesús vino a destruir las obras del diablo.
“El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”. 1 Juan 3:8
3. Jesús vino a destruir el poder del pecado y de la muerte.
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”. Romanos 6:14
 4. Jesús vino a destruir el poder de la enfermedad.
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Isaías 53:5
5. Jesús vino a destruir el poder de la pobreza.
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero”. Gálatas 3:13
6. Jesús vino a librarnos del reino de las tinieblas y a trasladarnos al Reino de Dios.
“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” Colosenses 1:13
7. Jesús es el camino, la verdad y la vida. Él es la respuesta
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Juan 14:6
¿Por qué Jesús hizo todo esto?
La motivación detrás de todas estas cosas es Su amor.
Cuando Jesús murió en la cruz, Él extendió Sus brazos y tomó tus enfermedades y dolencias. Sin embargo, muchos se han conformado a sus enfermedades y creen que Dios no puede hacer nada. No obstante, debemos saber que nada es imposible para Dios.
Jesús es tu sanador. Pero tú debes recibir la sanidad. Tú necesitas tu sanidad y tu milagro. Aprópiate de lo que te pertenece. La obra fue completada en la cruz.
Cada creyente es un portador del poder sobrenatural de Dios. Así que, donde quiera que vayas, tú debes MANIFESTAR  lo que Él ha depositado en ti.
 “Padre, te doy gracias por Tu obra terminada. Jesús en la cruz pagó por mis pecados, enfermedades, y me dio salvación. Ahora mismo yo CREO lo que es mío.

(Filipenses 2:12) Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos con vuestra salvación con temor y temblor.

 Una de las más difundidas equivocaciones en todo el mundo es que la salvación depende de las obras que hacemos.  Así, pues, una vez que: ocupaos con vuestra salvación con temor y temblor, no puede querer decir, que tenemos que hacer obras para ser salvos.                       , Entonces ¿Qué es lo que quiere decir? -
 Pablo está escribiendo a personas en Filipo, que ya eran salvas. Lo que está haciendo es dar instrucciones acerca de lo que un cristiano debe hacer después de ser salvo.
TEMOR Y TEMBLOR (Orientalismos) De Bishop K. C. Pillai

 "Ocuparse" no significa para nada trabajar duramente para ganarse la salvación.
Lo que Pablo le estaba diciendo a estos Cristianos era que manifestasen su salvación -- que hiciesen sobresalir en operación a Aquel que habita en sus corazones, en los actos de sus vidas, Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mateo 5:16).

Esto es exactamente lo que Pablo le está diciendo a la iglesia de los Filipenses. Cada cristiano tiene a Cristo dentro de él. Pero es solamente cuando el espíritu de Cristo pasa a gobernar nuestros pensamientos y actos que tenemos algún valor como hijos e hijas de Dios.....por sus frutos los conocerás. (Mateo 7:20).
Nosotros nos "ocupamos" (en demostración) de nuestra salvación de muchas maneras.
La gentileza reemplaza a la amargura. El amor toma el lugar de los odios. Ahora hay paz donde antes había división. La paciencia suplanta a la intolerancia. Tenemos gozo en vez de tinieblas. Somos mansos en vez de iracundos. Las palabras de los labios son aceptables a los ojos de Dios. La deshonestidad ha dado lugar a la honestidad. Actuamos y hablamos procurando el interés de los demás y no solo el propio. Nuestra salvación se manifiesta por la luz de Cristo que brilla en nuestra faz. Hemos venido a ser pilares de firmeza para los débiles. Nuestro tiempo, talento, y dinero se utilizan de manera que glorifiquen a Dios.
Nosotros somos epístolas.....conocidas y leídas por todos los hombres (2a Corintios 3:2), que testificamos del poder de Cristo.

El aspecto más impresionante de "ocupar" (operar, manifestar) nuestra salvación, es que momento a momento con Cristo, no hay trabajo ninguno, es tan natural como el respirar cuando la carne está sujeta al espíritu.

 Jesús dijo, de vuestro interior correrán ríos de agua viva (Juan 3:38). Él estaba hablando de sacar de nuestro propio interior la divina naturaleza y dejarla fluir en nuestras vidas.
Y es muy significativo que estas refrescantes aguas no tengan que ser bombeadas del ser íntimo de un creyente genuino. La reserva ilimitada de abundancia las hace fluir para fuera como el agua de una fuente.

Para concluir, "temor y temblor" significa, reverencia y obediencia.

La Biblia nunca enseña que los cristianos deberían temer a Dios. Él es nuestro amoroso Padre Celestial. Él ofrece buenas dádivas a Sus hijos......el perfecto amor echa fuera el temor (1a Juan 4:18).  EW Bullinger - KC Pillai.       Nosotros le reverenciamos a Él. En primer lugar, porque Él es -- Creador, Sustentador, Salvador, y Señor. Él es el gran Pastor, la Roca de todas las edades; Todopoderoso Dios es Él. Humíllate delante de Él, alábale, adórale a Él; Su Nombre es Maravilloso.

En segundo lugar, nosotros lo reverenciamos a Él por lo que ha hecho en nuestras vidas. Él nos levantó del lodazal de barro. Él nos amó cuando no merecíamos ser amados. Envió a Su Hijo a morir por nosotros cuando éramos sus enemigos. Su Hijo fue la propiciación para nuestros pecados. Suplió todas nuestras necesidades. ¡Alabado sea Su Nombre!
A medida que reverenciamos a Dios, la obediencia a Su Palabra se hace espontanea y natural, no de manera forzada. Si me amáis, guardad mis mandamientos (Juan 14:15). Fuera de su amor nosotros estamos aptos para ir o para venir, para quedarnos o irnos. No existe mandamiento alguno en la Palabra de Dios que nos prive de alguna cosa. Todos los que están escritos fueron dados para nuestro provecho. Nuestras vidas solo pueden venir a enriquecerse cundo obedecemos.

Echemos mano de la gracia que es más que suficiente para hacer de nosotros dinámicos embajadores de Cristo. Entonces podemos demostrar a Cristo activamente en nosotros con reverencia a Dios y obediencia a Su Palabra. 
  2Co 5:20  Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.                               jca