martes, 31 de octubre de 2017

      la Biblia   Me lo Dice
Estudios sobre la vida Abundante
Volumen I

Victor Paul Wierwille

CAPÍTULO CINCO

La Ley de la Creencia


Sé que la vida abundante está disponible hoy día para aquellos que entienden y aplican la ley de la creencia.

En lo que concierne a este asunto, quiero llamar su atención a Marcos 9. Esta es una historia bastante larga; pero si voy a enseñarles la ley de la creencia, usted tiene que poner la verdad de este pasaje en su corazón y su vida.

       Marcos 9:14-27:
       Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos.
       y en seguida toda la gente, viéndole se asombró y corriendo a él, le saludaron y enseguida él les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos?
       Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
       el cual donde quiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.
       Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula!
       ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
       Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.
       Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.
       Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos.
       Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
       E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo, ayuda mi incredulidad.
       Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.
       Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia salió, y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto.
       Pero Jesús, tomándole de la mano le enderezó, y se levantó.

El hombre trajo a su hijo para obtener sanidad. Él le informó a Jesús que sus discípulos no podían remediar la situación. Los discípulos deben haberse sentido estúpidos pues ésta era una demostración pública y nadie en privado, mucho menos en público, quiere parecer un tonto. Estos eran los mismos discípulos que habían tenido antes gran victoria y éxito en sanar a los enfermos. Ahora habían llegado a un callejón sin salida. ¿Qué los obstaculizó?
Jesús percibió el problema inmediatamente cuando el padre dijo: “si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos”. Jesús tomó ese “si” que el padre había dirigido primero a los discípulos y luego a Jesús, y lo devolvió al padre, donde debía estar. Jesús le dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”. A mucha gente le gusta echarle la culpa de su incredulidad e inhabilidad para recibir a cualquier otro. Los discípulos eran las víctimas de la inculpación en esta situación. Los discípulos estaban atrapados en  la trampa de este hombre, pero Jesús no. A mucha gente le gustaría que otros creyeran por ellos; sencillamente no quieren aprender a creer por sí mismos. Muchas veces la gente sencillamente no sabe cómo creer. Jesús entendió la situación claramente y le dijo al padre del muchacho: “Si puedes creer. Yo sé que mis discípulos creen, y el hecho de que ellos no pudieran eliminar la causa no es su culpa. Podrían creer hasta el día del juicio final por tu hijo sin ningún resultado; pero si puedes creer, entonces algo sucederá”.

Dondequiera que fuera posible, Jesús siempre exigió creencia. Cuando estudiamos los milagros de sanidad, encontramos que Jesús exigía la creencia de los padres para la sanidad de sus niños. Por ejemplo, en Mateo 15:22 vemos que la mujer cananea tenía gran creencia para la sanidad de su hija que estaba atormentada por un demonio.

En el caso de personas dementes, que son mentalmente incapaces, no era exigida la creencia. Los siguientes son ejemplos de tales casos: Marcos 1:23 y siguientes, y Lucas 4:33 y siguientes; Mateo 8:16 y siguientes; Marcos 1:32 y siguientes; Lucas 4:41; Mateo 8:28 y siguientes; Lucas 8:26 y siguientes; Marcos 5:1 y siguientes; Mateo 9:32 y Hechos 16:16.

En el caso de levantar a un muerto, como está indicado en Marcos 5:35 y siguientes y Lucas 8:49 y siguientes, leemos que Jesús le dijo al padre del niño muerto: “No temas, cree solamente”. Cuando Jesús levantó a Lázaro de entre los muertos, el pasaje no dice que nadie haya creído excepto Jesús. En Hechos 9:36 y siguientes, donde Pedro Levantó a Dorcas de entre los muertos, él sacó a todo el mundo del cuarto y luego oró y le mandó que se levantase.

En todo pasaje bíblico la creencia es siempre exigida de parte de todo el que tiene necesidad, con las excepciones arriba mencionadas: ciertos tipos de desórdenes mentales, gente muerta y niños.

Hay poder en la creencia. En este  mundo hay poder al cual usted y yo como creyentes renacidos tenemos fácil acceso. Este poder nos capacitará para sobreponernos a nuestros defectos y a nuestras dificultades, trayendo liberación y victoria a nuestras vidas. Este poder proviene de Dios. Él está presente en todas partes, lo que quiere decir que Él está con usted ahora mismo. La clave envuelta es conocer y recibir Su poder, que es sobre lo que se basa toda la vida abundante. La ley de la creencia trae resultados fenomenales para todos aquellos que aplican y practican los principios.

Usted puede creer correctamente o erróneamente. La creencia trabaja de ambas formas, y usted se trae sobre sí mismo todo lo que cree. Mateo 9 y Job 3 muestran los tipos de creencia y sus resultados.

       Mateo 9:20-22:
       Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
       porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
       Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija: tu fe [creencia] te ha salvado...

       Job 3:25:
       Porque el temor [creencia] que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía.

El miedo, la preocupación y la ansiedad son tipos de creencia. Si usted se preocupa, tiene miedo y está ansioso, recibirá el fruto de su creencia negativa que es la derrota.

La ley de la creencia es igualmente efectiva tanto para el pecador como para el santo; sin embargo, el creyente, debido al espíritu proveniente de Dios dentro de él, puede producir más abundantemente. Si usted duda su recuperación de la enfermedad, seguramente reducirá y retardará su propio progreso. ¡La creencia correcta es saber constantemente que el poder y la presencia de Dios están en usted y con usted en toda situación! Cómo usted piense del problema con el cual está confrontado en este mismo momento determinará el resultado. Si duda su éxito, usted ha determinado, por su propia creencia, su resultado sin éxito. Aplique el método positivo de la  ley de la creencia a cada situación en la vida, a cada problema que le salga al paso, pues “...si puedes creer, al que cree todo le es posible”.

Decir una oración formal nunca lo liberará ni traerá resultados positivos a su vida. Usted no puede esperar, pensar o adivinar en este juego de la vida. Usted simplemente cree que Dios está en usted y que Él está siempre con usted, aun hasta el fin de esta época.

       1 Juan 4:4:
       ...mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

La maldad del mundo nunca puede obligarle a usted a hacer mal o algo impropio a menos que usted lo permita a través de su propia debilidad de carácter o falta de creencia.

Una vez que comience a practicar la ley de la creencia --creencia correcta, creyendo a Dios-- encontrará que las cosas malas que han estado gobernando su vida pronto se desvanecerán. Dios siempre es el vencedor sobre el mal; pero depende de usted creerle a Dios y hacer de Su voluntad la suya propia.

En todas las Epístolas del Nuevo Testamento, nunca encontrará que los creyentes cristianos sean instados a tener fe; ellos ya tienen fe como creyentes, y son animados a creer a Dios y expresar lo que ellos ya tienen.

       Romanos 12:3:
       ...conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

La palabra “creer” es un verbo que connota acción. Por lo tanto, creer la Palabra de Dios, tomar la Palabra de Dios literalmente y actuar según ella, trae resultados. Esta es la ley de la creencia y ésta es la acción que traerá liberación y victoria a su vida en toda situación. “Si puedes creer, al que cree todo le es posible [disponible actualmente]”.



         la Biblia  Me lo Dice
Estudios sobre la vida Abundante
Volumen I
Victor Paul Wierwille

CAPÍTULO CUATRO

La Vida Sincronizada


Cualquier cosa que una persona cree se refleja directamente en lo que confiesa. Lo que una persona confiesa en lo más profundo de su ser es lo que manifiesta en su vida. Si una persona pasa por la vida confesando que tiene gran necesidad, definitivamente tendrá gran necesidad. Si confiesa enfermedad, continuará estando enfermo y afligido debido a la ley que lo que uno cree en lo profundo de su alma con toda seguridad aparece en su vida.

La “vida sincronizada” se enuncia sencillamente en esta fórmula: confesión de creencia produce recibo de confesión. Si confiesa con su boca al mismo tiempo que confiesa en su corazón lo que la Palabra dice, usted tendrá poder. Sus oraciones serán respondidas según aplique estas claves en su vida por medio de su acción. De este modo, los recursos abundantes del cielo le son hechos disponibles. Pero, asimismo, si usted simultáneamente confiesa con su boca y con su corazón los negativos de este mundo, manifestará estos negativos que lo lisiarán.

Si usted confiesa a Cristo como el Señor de su vida, su confesión es una realidad para usted. En su corazón usted sabe que él es Señor porque usted creyó que Dios lo ha levantado de los muertos. Cuando usted confiesa que es una nueva criatura en Cristo, las cosas viejas pasan y todas son hechas nuevas de acuerdo con su confesión. Si usted confiesa que es un hijo de Dios y la Biblia dice que es un hijo, entonces usted es un hijo de Dios. Si su confesión es que usted es un heredero del Padre, entonces todo lo que el Padre tiene llega a ser suyo porque está confesando exactamente lo que la Palabra dice.

La Palabra declara que el diablo fue derrotado y está derrotado. Estipula que él no tiene derecho legal alguno sobre el cristiano. Si Satanás no tiene poder alguno sobre el cristiano, ¿por qué quiere confesar que él tiene poder sobre usted? Cada vez que usted hace una confesión negativa está contradiciendo la Palabra de Dios. Si el poder del diablo está derrotado, y ciertamente lo está, entonces su poder no puede tocarle cuando usted cree la Palabra. Pero, usted tiene que confesar que conoce el poder de Dios en su vida. Tiene que confesar lo que Dios dice en su Palabra y luego la Palabra llega a ser una realidad en su vida. Cuando quiera que usted se atreva a confesar que usted es lo que la Palabra dice que es, y actúe según lo que la Palabra enseña, encontrará que sus oraciones son respondidas.

Mientras yo no pueda coordinar mi boca y mi corazón en algún punto confirmado por la Palabra, no tengo poder alguno con Dios. Cuando confieso que Dios no responde a mi oración, que no le caigo bien, que tengo una enfermedad porque Dios me la dio, o que estoy atado por algún mal porque es la voluntad de Dios para mí que sea disciplinado así en la vida, o que tengo que sufrir para la gloria de Dios, entonces no estoy diciendo lo que la Palabra dice y evidenciaré en mi vida el resultado de mi confesión.

El Salmo 18 contiene un bello símil que ilustra cómo coordinar nuestras mentes y nuestras acciones.


       Salmos 18:33:
       Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas.

Una cierva es uno de los animales más seguro sobre sus patas en el mundo. Cuando ella sube por el costado de una montaña con sus pequeños siguiéndola, toma sus patas traseras y las coloca exactamente en donde sus patas delanteras estuvieron primero para probar si hay piedras sueltas en la cuesta. Si no probara ese declive rocoso con sus patas delanteras, las piedras sueltas le causarían un resbalón y caería en el barranco. De este seguir exacto depende la vida tanto de la cierva como de sus pequeños.

“Quien hace mis pies como de ciervas”. Él los hace. Esto es, Él lo hace para que yo pueda aprender a andar por la Palabra de modo que mis “pies traseros” sigan a mis “pies delanteros (representando la Palabra)”. Así pues, donde la Palabra haya colocado sus pies, allí también pondré yo mis pies.

Si usted se mantiene firme sobre la Palabra de Dios y confiesa esa Palabra, usted llega a ser lo que la Palabra de Dios dice. Esto es la vida sincronizada.

Romanos nos dice cuán queridos y cuán poderosos son los hijos de Dios.

       Romanos 8:35-37:
       ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

No es sólo cuestión que yo lo diga, Dios lo dijo. ¿Cree la Palabra de Dios? Él dijo que usted es más que vencedor por medio de aquel que le amó.

       Romanos 8:38, 39:
       Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir,
       ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Esta es la Palabra de Dios declarada, confirmada. Cuando usted comienza a confesar esa Palabra, ésta llega a ser una realidad en su vida. Hasta ese momento usted será derrotado en todo aspecto por potestades y principados satánicos a causa de su confesión. Conozca la Palabra, confiese la Palabra y actúe según la Palabra. Eso es lo que se quiere decir por una vida sincronizada.

Determine ahora que usted nunca más volverá a hacer una confesión negativa. Aprenda qué y cómo confesar. Confiese de corazón, con su boca, lo que ha sido confirmado por la Palabra. Confiese lo que la Biblia dice que usted es, no lo que usted piensa que es, no lo que su vecino dice que usted es, no lo que su mejor amigo pueda decir que usted es. Retenga lo que la Palabra dice.

Nosotros hemos sido rescatados de la potestad de las tinieblas: Satanás, la maldad y la injusticia.

       Colosenses 1:13:
       el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de [por] su amado Hijo.*

La próxima vez que la maldad o los negativos vengan a su mente, declare inmediatamente la Palabra y diga: “Yo confieso que he sido rescatado del poder de las tinieblas por mi Señor y Salvador Jesucristo”. Continúe diciendo esto y pronto será una realidad en su vida. Si usted ha sido trasladado al Reino de Dios por medio de la obra de Su amado Hijo, entonces no está en el reino del diablo. ¿Piensa usted que puede estar en el reino de Dios y en el del diablo al mismo tiempo? Él nos ha rescatado del poder del mal y estamos en el Reino de Dios.

Las personas piensan que tienen que luchar para llegar a ser buenas antes que Dios los bendiga. Yo les aseguro que Dios nunca lo bendecirá debido a lo bueno que usted sea, sino más bien a causa de la creencia que usted tenga. ¿Cómo se deshace usted de la oscuridad en un cuarto? La oscuridad desaparece tan pronto la luz entra. Así que cuando permitimos que la luz de la Palabra entre en nuestras vidas, la oscuridad se desvanece. No hay nada en la Palabra que diga algo sobre nuestros sentimientos, ella dice crea. Todo lo que Dios ha dado viene a usted por creencia sin respetar cuán bueno o cuán malo usted sea. Eso es amor. Eso es lo que Cristo vino a traer.

A medida que actuamos según las promesas de Dios, éstas llegan a ser reales para nosotros y son evidenciadas en nuestras vidas. Sincronice su creencia y su confesión según las promesas de la Palabra de Dios y manifestará una vida más que abundante en Cristo Jesús.













-------------------------
*La traducción literal de acuerdo al uso es: “el cual nos ha rescatado fuera de en medio del ejercicio o influencia operativa de las tinieblas (reino) y nos ha separado, trayéndonos como ciudadanos a Su reino por medio de la obra de Su amado Hijo”.



lunes, 30 de octubre de 2017

         la Biblia Me lo Dice
Estudios sobre la vida Abundante
Volumen I
Victor Paul Wierwille

CAPÍTULO TRES

¿Está usted Limitando a Dios?


Jesucristo es el nombre más dulce que yo conozco, pues es en su nombre, y sólo en su nombre, que veo el potencial ilimitado en el hombre. Es en el nombre de Jesucristo que hombres y mujeres son salvos, renacidos, convertidos. Es en el nombre de Jesucristo que los enfermos son sanados para levantarse de nuevo y declarar la gloria del Señor. Es en el nombre de Jesucristo que los espíritus malos son echados fuera y la gente es liberada para siempre en cuerpo y mente. A menos que conozcamos ese nombre de Jesucristo como una realidad viviente y vital en nuestras vidas, estamos definitivamente limitando a Dios.

El espíritu de Dios nace dentro de nosotros en el momento mismo en que aceptamos y creemos en el Señor Jesucristo y que Dios lo levantó de los muertos. Este es un milagro sobrenatural de Dios. Como creyentes no tenemos nada que ver con este nuevo nacimiento. Dios es el hacedor de milagros. Él es el que crea un nuevo espíritu dentro de nosotros y nos hace Sus hijos. De ahí en adelante, somos hijos de Dios, pertenecemos a  la familia de Dios, somos niños de Dios, hijos de Dios y coherederos con Cristo Jesús. Entonces  ya no somos siervos que permanecen ignorantes en cuanto a su  Amo; sino que somos hijos, hijos de Dios. Como hijos de Dios, Satanás ya no tiene más derechos legales sobre nosotros a menos que le permitamos usurpar autoridad que él no posee legítimamente. Nosotros podemos limitar a Dios en nuestras vidas por no saber lo que es legalmente nuestro como hijos de Dios por Cristo Jesús.

Cuando Cristo murió en el calvario, fue nuestro completo substituto, no sólo para el pecado sino también para las consecuencias del pecado. Nada fue dejado sin hacer en su substitución por nosotros. Cuando comenzamos a ver esta verdad y aceptamos la obra que Cristo llevó a cabo como una realidad finalizada, llegamos a ser hombres y mujeres llenos del espíritu muy deseosos de manifestar nuestros derechos filiales.

Cuando esta gran transformación tenga lugar y no limitemos a Dios, entonces no hablaremos sobre preocupación, miedo, ansiedad, enfermedad y deseo. Olvidamos estos negativos pues somos hijos por medio de Jesucristo que los venció. Somos hombres y mujeres que rehusamos  limitar el poder de  Dios en nosotros porque deseamos traer al mundo el conocimiento del Cristo vivo. Cuando no limitemos a Dios, estaremos viviendo en la Palabra y la Palabra estará viviendo en nosotros.

       2 Corintios 9:8:
       Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra.

¿Hemos estado limitando a Dios en nuestras vidas? Debemos estar haciéndolo si no tenemos todo lo suficiente en todo. Suficiencia es la voluntad de Dios para Sus hijos a fin de que Sus hijos puedan abundar para toda buena obra. Que tengamos suficiencia es la voluntad de Dios para nosotros; y sin embargo, ¿cuántos de nosotros hemos limitado a Dios al no permitirle llevar a cabo esta promesa en nuestras vidas? Cuán lentos hemos sido en darnos cuenta que Dios es nuestra habilidad, que Él es la vida de nuestras vidas, que Él es la fuerza de nuestras fuerzas, que Él es nuestra suficiencia.

Frecuentemente limitamos a Dios en nosotros mismos por nuestra creencia equivocada. Nuestro propio razonamiento dice: “Simplemente no podemos tener todo lo suficiente. Eso no puede ser”. Y así confesamos lo negativo, cuando todo el tiempo Su espíritu dentro de nosotros está gritando: “Suficiencia en todo”. Hemos sido de tal manera enseñados a respetar el conocimiento que nos viene por nuestros cinco sentidos que no logramos reconocer el conocimiento que viene a nosotros del reino superior, el espiritual, donde la Palabra de Dios, y no la razón, ocupa el primer lugar. Ambos reinos o mundos están aquí: el mundo natural es un hecho, el mundo espiritual es verdad.

Hay cuatro reinos en este mundo, y uno se sobrepone  al otro: el reino vegetal, el reino animal, el reino del hombre y el Reino de Dios. Los primeros tres componen el mundo natural; el Reino de Dios es el mundo sobrenatural o espiritual. El mundo natural y todas las cosas en él vienen a la mente a través o por medio de los sentidos naturales. Las verdades del mundo espiritual absolutamente no dependen de los sentidos, sino más bien del espíritu proveniente de Dios en el hombre.

No podemos saber nada del mundo espiritual por medio de los sentidos. Por eso es que Pablo dijo por inspiración divina en 1 Corintios 2:14: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura... porque [los asuntos espirituales] se han de discernir espiritualmente”.

Las cosas espirituales del mundo espiritual pueden ser conocidas en este mundo únicamente por el Espíritu de Dios que mora en nosotros. Entonces, y sólo entonces, puede el Espíritu relatarnos verdades acerca del mundo espiritual y darlas a conocer a nuestros sentidos. Entonces, y sólo entonces, tenemos la habilidad dada por Dios dentro de nosotros, haciéndonos conocer cosas acerca del mundo espiritual.

Una y otra vez, después que he explicado la diferencia entre el mundo natural y el espiritual, cómo uno se sobrepone al otro y que dos conjuntos de leyes enteramente diferentes están en existencia, la gente me ha dicho que ellos de allí en adelante fueron capaces de darle a Dios el lugar que Él merecía. Entones rehusaron limitar a Dios dentro de sí mismos.

Poca gente se da cuenta de la gran verdad espiritual de la substitución de Cristo y la justicia del creyente. Un hombre en quien la nueva creación vive es justo ante Dios, de acuerdo con la Palabra de Dios. El hombre renacido es justo, y ser justo quiere decir que podemos pararnos ante Dios en la justicia con la cual Él nos vistió por nuestra aceptación de Cristo como nuestro substituto por el pecado y las consecuencias del pecado.

Permítame darle una definición de justicia que le ayudará a romper los poderes de las tinieblas en y sobre su vida. Justicia es su habilidad dada por Dios para estar en la presencia del Padre sin un sentido de pecado, culpa o condenación. Esto quiere decir que usted como un hijo de Dios puede pararse también en la presencia misma de Satanás sin miedo o derrota porque usted conoce sus derechos en Cristo y ha reclamado la suficiencia que Dios le ha dado.
Cuando reconocemos que Dios en Cristo vive en nosotros, esa clase de creencia nos hace victoriosos sobre Satanás en todos los aspectos. Entonces llegamos al punto en que confiamos en el poder o la habilidad de Dios en Cristo en nosotros. Reconocemos nuestro lugar en la vida y trabajamos sabiendo que Dios en Cristo en nosotros nos asegura el éxito. Vamos a nuestras tiendas con confianza natural; entramos en nuestros hogares, en nuestros negocios, sabiendo que Dios en Cristo en nosotros nos hace ganadores en toda situación.

Al señalar la abundancia que Dios nos ha dado, quiero que note Efesios 3:20. Es más, quiero que lo aprenda tan bien que será una realidad viviente en usted día a día, pues entonces usted sabrá que el poder de Dios está actuando en su vida.

       Efesios 3:20:
       Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder [o habilidad de Dios] que actúa en nosotros.

¿Cuánto le estamos permitiendo a Dios que actúe en nosotros? Esa es la pregunta principalísima. No es una cuestión de la habilidad o la voluntad de Dios. Simplemente es una cuestión de permitir que la grandeza ilimitada de Dios viva en nosotros y produzca en nosotros así el querer como el hacer, por Su buena voluntad. Él hará todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, pero sólo al grado que manifestemos el poder potencial interno.

       1 Juan 4:4:
       ...vosotros sois de Dios... porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Así pues, yo sé que la “vida más abundante” de la cual se habla en Juan 10:10 está en mí. Él no está más conmigo para condenarme por mis pecados y mis defectos; si no que Él está en mí para guiarme y llevarme a toda verdad y a una abundancia aun más allá de lo que yo me puedo imaginar.

Quiero que Dios pueda implementar la grandeza de Su amor y suficiencia en su vida. Pero Él no puede exceder el deseo o la libertad de voluntad que usted tiene. Usted tiene que aceptar, por creencia, los positivos de Su Palabra y echar de su mente los negativos de este mundo. Dios ha escrito Su voluntad (Su testamento) de abundancia para usted, pero usted no puede recibir lo que Él ha hecho disponible hasta que crea Su Palabra.

¿Ha estado usted limitando a Dios? ¿Por qué no libera el poder de Dios que está latente en usted, y  cree a Dios para la abundancia que Él ha prometido?


miércoles, 25 de octubre de 2017

         la Biblia Me lo Dice
Estudios sobre la vida Abundante
Volumen I
Victor Paul Wierwille

CAPÍTULO DOS

Cómo Evitar ser un Fracaso


La sencillez de la Palabra de Dios, la Biblia, es asombrosa. La mayoría de nosotros tenemos demasiada teología complicada y no tenemos suficiente creencia simple. Estamos encerrados en tantos negativos que aun los positivos están cubiertos bajo un manto de tinieblas. Hacemos a Dios demasiado difícil. Nadie quiere ser un fracaso. Dios no quiere ningún fracaso, entonces, ¿por qué ser uno? Usted no tiene que serlo, si no quiere. Este es el significado exacto de este estudio.

Recuerde la historia de la mujer que perdió una de las diez dracmas. Ella buscó diligentemente hasta que la encontró. Después de que dio con ella, llamó a todas sus vecinas y tuvo una celebración, pues habiendo perdido una simple dracma de pocos centavos de valor, por fin la encontró. Todas las vecinas se regocijaron con ella. Imagínese usted un pueblecito en un sector de su país que se entusiasmara por unos pocos centavos, ¡sin mencionar que todas las vecinas llegaran a estar tan animadas con esto!

¿Cómo evitó ser un fracaso esta mujer?

       Lucas 15:8-10:
       ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?
       Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido.
       Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

Hay tres relatos interesantes en el capítulo quince de Lucas y los tres tratan todos del mismo asunto principal. El primero es concerniente a un pastor que tenía cien ovejas, de las cuales sólo noventa y nueve estaban sanas y salvas. El tercer relato es el que la mayoría de las personas ha llamado erróneamente: “La Historia del Hijo Pródigo”, y que más apropiadamente sería: “La Historia del Padre que Perdona”. El segundo es un relato de una mujer que evitó ser un fracaso porque encontró una simple dracma. Puede que usted se ría pero es verdad, su esposo la hubiera echado de la casa si ella no hubiera encontrado la dracma perdida. Así que ella hubiera sido un fracaso en lo que concierne a todo el pueblo, incluyendo hombres y mujeres.

Las dracmas no son meramente diez piezas ordinarias de dinero o diez monedas con poco significado; son el regalo más precioso que la novia recibe de su novio al momento de su matrimonio.

Cada dracma es aproximadamente de 2,5 centímetros de diámetro. En un lado de la dracma está grabado el emblema por el cual se conoce esa familia en particular. Si el timbre familiar fuera una oveja, bien alimentada, protegida y segura, esa imagen estaría grabada sobre un lado de todas las dracmas. Por el otro lado estaría estampado el año en que la dracma fue hecha.
El esposo le da esta dote especial a su esposa en el día de su matrimonio. En cuanto a dólares y centavos, no es de mucho valor, pero el valor sentimental no tiene precio. El dinero no es substituto alguno para la dracma perdida.

Tanto ahora como durante el tiempo en que vivió Jesús, las mujeres en el oriente a  menudo reciben valiosos regalos de joyería en el momento del matrimonio. Todas las joyas que una mujer recibe pasan a ser su propiedad y posesión con la excepción de las diez dracmas. Ella tiene todos los derechos legales sobre todas sus joyas; el esposo no tiene ninguno. Él no puede quitarle sus joyas bajo ninguna circunstancia, con una excepción; la joya llamada “las diez dracmas”. Esta joya, en el caso de la muerte del esposo, tiene que ser devuelta inmediatamente a la familia del esposo.

La joya llamada las diez dracmas es usada por la esposa sólo en ocasiones muy especiales. Debido a su amor por su esposo, ella se las podría poner mientras su esposo está trabajando, y contemplarse en el espejo, apreciativa del regalo y del amor de su esposo. Debido a que son tan preciosas para ella, raramente las usa, por temor de perder una. El vigésimo quinto o el quincuagésimo aniversario de bodas se prestaría para su uso. Solamente en ocasiones muy especiales.

Cuando la esposa usa la joya de las diez dracmas, usa cinco dracmas de un lado de su  cabeza, hacia el frente de su cabeza, y las otras cinco en el otro lado de su cabeza. Cada dracma tiene un pequeño enganche en la parte superior. Con estos enganches la esposa fija las dracmas en su pelo. Así pues, usted puede entender cuán fácilmente una dracma, o un número de ellas, podrían desengancharse y, sin darse cuenta, ella podría perderlas.

Si ella pierde cualquiera de las dracmas, será echada de la casa por su esposo. El esposo no se divorciará de ella ni se enojará con ella por esto, sino que simplemente expulsará a su esposa pues ella le ha deshonrado a él y a su casa y ha traído reproche sobre su familia. El esposo se deshace de su esposa no por el valor monetario de las diez dracmas, sino porque perder una de las dracmas significaría el retiro del favor de Dios de la familia. La pérdida de una dracma es vista como una maldición sobre toda la familia. Ni el esposo ni los padres le tendrán rencor; pero la esposa no recibirá compasión alguna de su esposo, de los padres de él o de los otros familiares por parte de él. Un millón de dólares, dados por la familia de la esposa al esposo, no arreglaría el asunto.

Cuando la esposa pierde una dracma, todo el pueblo se interesa en ella pues ellos saben las consecuencias de ser deshonrada y expulsada. Las mujeres de toda la ciudad saben lo que le sucederá. Por lo tanto, cuando la esposa encuentra la dracma perdida y sabe que ésta está salva y segura, llama a todas sus vecinas para que se regocijen con ella por la dracma que ha encontrado. Ella ha evitado ser un fracaso.

Nosotros también podemos evitar ser un fracaso poniendo primero lo que debe estar primero.

       Mateo 6:33:
       Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Busque cualquier otra cosa primero y todas las cosas les serán sustraídas.

Somos la creación más preciosa de Dios. Él no quiere fracasos y Él no causa fracasos. Su voluntad para nosotros es: éxito en todo.

El primer escalón en esta escalera del éxito es que un pecador se arrepienta. El arrepentimiento es para los pecadores no salvos; la confesión es para los pecadores salvos. El amor de Dios, el corazón del Padre, de tal manera anhela al perdido que la Iglesia se entregará sin reserva, sin dejar nada por hacer para encontrar la preciosa joya perdida. ¿Quién es esa “joya?” Cada uno de nosotros si no le hemos aceptado.

Usted dice: “¿Qué tengo que hacer?”

El Padre dice: “Arrepiéntete”. ¿Cómo arrepentirse? El arrepentimiento es hacer la voluntad de Dios. No es llorar a mares, cantar himnos o correr hacia el altar. Todo esto puede o no estar envuelto, pero sin embargo, estas cosas no son arrepentimiento. El arrepentimiento es hacer lo que Dios dice; y Él dice en Romanos 10:9: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. El arrepentimiento de su parte es confesar con su boca al Señor Jesús como su Señor y Salvador personal. Es creer en su corazón, lo más íntimo de su ser, que Dios levantó a Jesús de los muertos; y que Jesús está resucitado y vivo, sí, vivo por usted y en usted. Esto es arrepentimiento. Esto trae gozo, no sólo a los ángeles en el cielo, sino también al corazón del Padre, pues una preciosísima joya perdida ha sido encontrada; una vida más ha evitado el fracaso.

Pero usted dice: “¿Todavía puedo hacer esto? ¿Puedo levantarme sobre todo fracaso? ¿Puedo estar seguro?” Sí, usted puede estar tan seguro como Dios mismo. Pues Él garantiza Su Palabra; Él respalda Su Palabra; Él se asegura que Su Palabra se ejecute.

En Él usted está completo. Usted es un hijo de Dios; un coheredero con Cristo Jesús. Usted tiene recursos ilimitados. Con Él usted no puede fracasar, sólo tener éxito. Sin Él, usted no puede tener éxito, sólo fracasar. Su invitación es para usted, pues es para todos: “Venid a mí... y yo os haré descansar”. “...No te desampararé, ni te dejaré”. ¡Venga! ¡Evite ser un fracaso!
§     §     §     §

  Es usted el que decide
  Si le cree o Le echa a un lado
  Es usted el que resuelve
  Si Le acepta o queda alejado
  Tomarle o dejarle, tendrá que elegir;
  Si Le cree, le aseguro,
  sin fracaso ha de vivir

         la Biblia  Me lo Dice
Estudios sobre la vida Abundante
Volumen I
Victor Paul Wierwille

CAPÍTULO UNO

Liberación de sus Prisiones



Es la absoluta voluntad de Dios que toda persona sea liberada de toda prisión o cadena que encierra o ata. Juan 8 declara categóricamente la voluntad de Dios.

     Juan 8: 31, 32 y 36:
     ...Si vosotros permaneciereis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
     y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
     Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Estos tres cortos versículos contienen la clave a la liberación: debemos creer la Palabra de Dios la cual es Verdad y luego debemos conocer al Hijo quien es el camino, la verdad y la vida. Al seguir la Palabra de Dios y al conocer a Su Hijo, no solamente seremos libres, sino que seremos verdaderamente libres.

La voluntad de Dios es que cada uno de nosotros sea liberado hoy mismo de cualquier prisión que nos sujete. Las prisiones no sólo están hechas de barras de acero. Las prisiones de nuestros pecados secretos, cosas en nuestras vidas que no queremos compartir con ninguna otra persona en el mundo, son las que más frustran y derrotan. Los pensamientos de autocompasión que le han estado carcomiendo a uno en el fondo de la mente consciente y subconsciente por años y años --pensamientos de enfermedad y padecimiento, miedo, preocupación, ansiedad, suicidio, muerte-- son el tipo de prisiones más tormentosas y miserables. No es la voluntad de Dios que estemos atados de tal manera en nuestras mentes; la voluntad de Dios es justamente lo contrario, ya que Él ha dado liberación total de todos los negativos.

       Salmos 103: 11, 12:
       Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen [respetan].
       Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.

Es la voluntad de Dios que toda auto condenación desaparezca porque Él quiere hacernos verdaderamente libres, no libres a medias solamente, sino personas completamente libres.

No sólo quiere Dios que seamos libres de toda condenación secreta, sino que quiere que seamos libres de todas las potestades de las tinieblas en este mundo. Él desea que seamos libres de los resentimientos, del orgullo, de las envidias, de los celos, de las obsesiones y las opresiones que nos han estado carcomiendo.

Él quiere que seamos liberados de estas prisiones también. La humanidad ha vivido en medio del mal desde que el diablo recibió la potestad de este mundo*.

------------------------
*Lucas 4:6: “Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy”
El hombre ha traído sobre sí mismo el mal que le rodea. Pero, Dios, muy amorosamente proveyó una forma por la cual los hombres pueden reconocer y recibir un poder más grande y más maravilloso de lo que jamás hayan conocido, para que aquellos que quieran creer puedan ser liberados de toda prisión que esté esclavizando sus vidas.

En Mateo 15:13 Jesús dijo: “Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada”. Toda influencia que no esté basada en la exactitud de la Palabra de Dios será malograda. Tales influencias sólo le conducen a uno a prisión.

       Hebreos 4:2:
       Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la Palabra, por no ir acompañada de fe [creencia] en los que la oyeron.

No sólo debemos oír que Cristo nos hace libres, debemos creerlo y vivir de acuerdo con ello.

Una cámara fotográfica ofrece una analogía apropiada de cómo usted puede obtener resultados en la oración y liberarse de sus prisiones. Si usted quiere una respuesta a la oración, primero ponga su objetivo en mente. Usted selecciona lo que usted quiere en su fotografía. Este es el primer paso: usted sabe con claridad qué es lo que quiere. En segundo lugar, usted determina la distancia y enfoca bien el objetivo. Luego considera la duración de la exposición de la foto para que así todos los factores puedan funcionar juntos para hacer una fotografía perfecta. Después de todo esto, tome la foto.

Cuando esté enfocado sobre la imagen de lo que desea, mantenga su mente perseverando en ella. Si permite que alguna otra cosa venga y tome prioridad sobre esa imagen, usted obtendrá una respuesta borrosa a la oración; no obtendrá los resultados que usted desea; no obtendrá liberación de la prisión que le está encerrando*.

Si usted quiere deshacerse de algo hoy, debe enfocar, seguir pensando en eso que quiere. Es la introducción de la luz lo que disipa la oscuridad; no es seguir pensando la oscuridad lo que introduce la luz. Si quiere que su negocio se expanda, mejores relaciones entre jefe y empleado o un mejor empleo, coloque su deseo en mente, enfóquelo y luego determine el tiempo de exposición necesario para llevar a cabo la tarea.

Si quiere salirse de sus prisiones hoy mismo, cambie inmediatamente su modo de pensar en cuanto a su situación; cambie lo que está enfocando. Según cambia su modo de pensar, dibujará un patrón mental para las cosas que usted sí desea en su vida, lo cual a su vez disipará y desarraigará eso que usted no quiere. Es posible que usted diga: “Bueno, eso no es una cosa fácil de hacer, pero voy a intentarlo. Con la ayuda de Dios de acuerdo a Su Palabra, voy a salir de esta prisión”. Sin embargo, si en media hora usted se ha olvidado de mantener cambiado su modo de pensar y cae de nuevo en su vieja rutina negativa, estará viviendo de nuevo en la misma forma que antes.
------------------------
*Santiago 1:6, 7: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

Entonces no se pregunte por qué no puede obtener una respuesta a la oración, por qué no puede servirse de estos recursos, por qué la respuesta no fluye para usted tan fácilmente como para otros, por qué no puede obtener su liberación. La respuesta es que usted cambió solo momentáneamente; no mantuvo bien enfocada su fotografía ni permitió el tiempo de exposición apropiado.
El ser liberado de su prisión depende de dos cosas: claridad e interés. Sepa con claridad lo que desea y luego interésese en recibirlo. Ponga en su mente y en su corazón la Palabra de Dios que da salvación y liberación; cómala, bébala, duerma y camine con ella. Cada vez que dé un paso o cada vez que piense sobre su situación o condición. Déle gracias a Dios que la respuesta y su liberación están en camino. Pronto los negativos desaparecen y los positivos se hacen suyos, el resultado de lo cual es liberación de cualquier prisión en la que usted esté. Se puede hacer; se hará, pues como dice Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

¿Cómo se ha retratado usted mentalmente en la última semana, el último mes, año, diez años? La imagen de sí mismo que usted lleva con claridad e interés es lo que usted es. Esta ley trabaja tanto para el pensar positivo como para el pensar negativo.

La mayoría de la gente cree que para alcanzar las alturas espirituales de la vida, donde ellos puedan servirse de los recursos de Dios, es necesario forcejear y esforzarse y luchar. Ellos piensan que alcanzar resultados espirituales es como usar un martillo neumático --mientras más uno presiona el martillo, más rápido se hace el trabajo. Sin embargo, éste no es el caso. Cuando tenemos tensión y tirantez, nos hacemos nudos. Nunca saldremos de nuestras prisiones de esa forma; lo que ocurre es justamente lo contrario, traemos más y más frustración sobre nosotros mismos. No es tensión y tirantez lo que trae liberación, sino creencia y acción según la Palabra.

       Santiago 1:21:
       Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.

“Desechar” quiere decir “deshacerse de”. Debemos deshacernos de la inmundicia, las obras del mal desde la menor hasta la peor, y recibir subjetivamente la Palabra de Dios en el sentido que acudimos a ella y la deseamos porque Su Palabra es más grande que nosotros. La “palabra implantada” es toda la Palabra de Dios implantada, la cual Él colocó tan cerca de nosotros que la podemos absorber hasta que llegue a ser parte de nosotros.

No me importa quién sea usted o en qué prisión pueda estar, Dios oirá su oración. Cámbiese a sí mismo cambiando sus patrones de pensamiento, y entonces las circunstancias cambiarán. Estudie la Palabra de Dios y aprenderá a conocer al Cristo que lo ha libertado. “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Fuera de Cristo no podemos ser libres. Jesucristo fue el libertador que nos hizo libres. Él es la  cabeza de la Iglesia.

La verdad de la Palabra y de Cristo es nuestra luz y nuestro poder en la vida; esto es nuestra liberación de los temores, preocupaciones, ansiedades, frustraciones, pesares, dolores de cabeza y todo lo demás. Este es nuestro medio para salirnos de las prisiones negativas de auto cautiverio a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.



Cuando usted se encuentre en una de las prisiones de la vida, ponga en su mente una imagen propia clara, positiva; véase liberado. Enfóquese en la imagen positiva y déle gracias a Dios que ahora mismo usted tiene la respuesta. Siga confesando y creyendo positivamente de acuerdo a la Palabra, y sin duda alguna obtendrá su liberación.