jueves, 8 de noviembre de 2018

Cómo ser Libres de Fortalezas Demoníacas
“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” – 2 Corintios 10:4
Todo lo que tiene longevidad, algo que ha existido durante mucho tiempo echa raíces. Cuando algo tiene raíces se convierte en una fortaleza.
Las fortalezas se basan en mentiras. La gente trata de usar la razón y hace que la mentira se haga real.
Por ejemplo: su padre tenía cáncer, entonces usted también debe tener cáncer.
El enemigo le trae mentiras, y esas mentiras están escondidas en el razonamiento humano.
¿Qué hace a la mentira poderosa?
Cuando usted se pone de acuerdo, o aprueba la mentira, cuando usted la cree. Las mentiras se acumulan en su mente hasta que se convierten en una fortaleza.
El que las personas le crean a las mentiras más que a Dios.
Diferentes áreas sobre los que se edifican las fortalezas:
Mental
Emocional
Física
Personal
Generacional
¿Por qué el enemigo construye esas mentiras? ¿Cuál es el propósito de las fortalezas?
Para modificar su comportamiento.
Todos los días, la manera en que usted vive, actúa…esa fortaleza constantemente modificará la manera en que usted se comporta.
Las fortalezas en sus emociones, su cuerpo, en su corazón producen angustia en su alma.
Una fortaleza muy peligrosa es la amargura.
¿Cuáles son las causas de la amargura en una persona?
El Abuso –
Mental, físico, sexual, espiritual, verbal – especialmente cuando la persona es joven, cuando sus emociones y su mente no están completamente desarrolladas. El abuso puede crear fortalezas de amargura y otras heridas en una persona.
La persona que fue abusada continúa viviendo en la escena del crimen. El origen de las fortalezas puede proceder también de su educación, su entorno, su familia, etc.
La pérdida de algo –
Cuando las personas pierden algo o cuando enfrentan circunstancias imposibles, esto puede hacer que una persona se vuelva amargada. Pero usted tiene que recordar que su pérdida es ganancia para el cielo.
Perder algo nos acerca más a Dios. Por ejemplo: Si usted tenía un trabajo o negocio y le fue quitado, es porque ese trabajo se estaba convirtiendo en su ídolo y Dios quiere que usted confíe primeramente en Él. Él tiene algo mejor para usted.
Recuerde que Dios obra todas las cosas para bien.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados” – Romanos 8:28
Cómo identificar a las personas amargadas:
Nunca están contentos.   Se quejan constantemente.   Están constantemente recordando el pasado.    Son hostiles
Se aíslan.        Constantemente están en un estado de ánimo de contienda. Siempre se involucran en peleas.
Tienen un corazón endurecido.
¿Cuáles son las raíces de la amargura?
El odio a sí mismo –
La amargura tiene sus raíces en el odio a sí mismo. Para que la amargura pueda alimentarse debe estar ligada al odio.
La auto justificación –
Entre más la persona justifica su condición más fuerte se hace la raíz.
Ejemplo: Soy pobre porque mis padres eran pobres.  Me equivoque pero todos se equivocan.
Constantemente están justificando su condición. Si usted sigue razonando su condición nunca cambiará. Jesucristo pagó en la cruz por su abuso, su enfermedad, su pobreza. No tiene excusa para estar atormentado o deprimido.
La cruz es el lugar de refugio, es el lugar de liberación, le hace libre. ¡Reciba la liberación por la cual ya Jesús pagó!
La auto lástima –
Es un espíritu demoníaco que se esconde en la autojustificación y culpa a otras personas. Este espíritu quiere atención, halar a las personas, para ganar aceptación. La autolástima es empoderada por la simpatía. La simpatía es diferente a la compasión. La compasión es preocuparse por alguien y hacer algo para ayudarles. La simpatía es simplemente sentir lástima por la persona.
El espíritu de odio:
Muchos no se dan cuenta lo que el espíritu de odio puede hacer.
Es un espíritu tan fuerte que puede hacer que una persona mate y destruya.
Por eso se ven tantos jóvenes que se cortan, porque se odian a sí mismos, vemos personas matando a otros como animales y no sienten remordimiento.
Cuando el espíritu de odio se manifiesta, siempre se manifiesta en acción – el odio no habla mucho, pero sí actúa.
Una persona racista camina en odio.
Cuando las personas actúan bajo este espíritu no sienten ningún dolor porque están demonizadas.

¿Para qué está la iglesia?
Jesús vino y murió por amor. Se necesita el amor para vencer al odio. Jesús está levantando una iglesia que va la milla extra y ama. El diablo está motivado por el odio – pero vencemos al odio con el amor.
Mientras las personas hagan algo motivados por el odio – están alimentando la amargura.
Consecuencias de la amargura:
Le contamina a usted y a otras personas.
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” – Hebreos 12:15
Contamina su alma, la amargura es como un veneno. La mayoría de las personas que están contaminadas no se dan cuenta de cuán contaminadas están por causa de la amargura.
Aún su fe es contaminada.
Su discernimiento es contaminado. No puede ver o percibir nada. Usted podría estar engañado y no saberlo. Es por eso que debe examinar su corazón.
Hasta que usted no perdone no podrá salir de esa prisión.
¿Cómo ser libres de la amargura?
Arrepentimiento genuino –
Hasta que no admita y reconozca su pecado, y se arrepienta, su enfermedad no cambiará. Debe arrepentirse primero si hay alguna falta de perdón hacia las personas que lo han herido. Necesita soltar.
Ayuno y oración –
Un problema de mucho tiempo, las fortalezas, no se destruyen a menos que sea con ayuno y oración.
Entregarla –
Tiene que entregar su amargura en la cruz. No tiene que entenderlo, solamente rendirse a Dios. Si fue abusado, herido, ofendido, ríndaselo todo a Dios. Hallamos libertad en la cruz.
Repita en voz alta esta oración:
“Señor me arrepiento de cualquier pecado. Te pido que lo borres y remuevas. Me arrepiento si hay algo en mí que te ofende, te hiere, que contrista tu espíritu. Te pido Señor que me limpies, me laves con tu sangre en la cruz. Soy liberado de cualquier amargura, rechazo, odio, autolástima, o autojustificación. Ahora mismo, en el nombre de Jesucristo, recibo  mi liberación ahora mismo.
“En el nombre de Jesucristo ¡soy libre! Destruye toda fortaleza, derriba toda imaginación, fortaleza mental, emocional, espiritual,  ahora en el nombre de Jesucristo. Salgo de cualquier prisión, de cualquier cosa que el enemigo había puesto en mí. Ahora mismo, tomo mi liberación de la cruz en en nombre de Jesucristo, amén!