miércoles, 28 de noviembre de 2012


VENCIENDO LAS PRUEBAS
Una prueba de fe, edifica carácter e integridad. Cuando Satanás tiene éxito en una tentación, el fruto es culpabilidad.
A veces existe confusión en el Cuerpo de Cristo entre el significado y el propósito de la prueba y la tentación.
Una prueba puede ser un juicio de su fe que Dios permite para sacarle como oro que ha sido purificado en fuego

1 Pedro 1:7 7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,.   

EN GRIEGO:      G1383  PRUEBA= δοκίμιον   :   dokímion
neutro de un derivado presunto de G1382; prueba; por implicación confiabilidad, digno de confianza:- prueba.
l 1.6-7 Cf. Ro 5.3-5; Stg 1.2-3; 1 P 4.12. El oro se prueba o se refina mediante el fuego, que quita la escoria o impureza y deja el metal puro.  Se refiere especialmente a la persecución que los cristianos estaban sufriendo o iban a sufrir a manos de la autoridad romana.            La Palabra FE= PISTIS :   G4102  πίστις, εως, . Fe, confianza, creencia, convicción, buena fe, doctrina, garantía, muestra, compromiso, fidelidad.   

OTRAS VERSIONES:

 (BL95) Si el oro debe ser probado pasando por el fuego, y es sólo cosa pasajera, con mayor razón su fe, que vale mucho más. Esta prueba les merecerá alabanza, honor y gloria el día en que se manifieste Cristo Jesús.

(TA) para que vuestra fe probada de esta manera y mucho más acendrada que el oro (que se acrisola con el fuego) se halle digna de alabanza, de gloria y de honor en la venida manifiesta de Jesucristo para juzgaros;

(BJ76) a fin de que la calidad probada de vuestra fe, más preciosa que el oro perecedero que es probado por el fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor, en la Revelación de Jesucristo.

(DHHe)  Porque vuestra fe es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego.[l] La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que vuestra fe, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.

 La tentación puede convertirse en un fuego ardiente, pero el propósito y los resultados finales de los dos son diferentes.
Dios permite la prueba de su fe, pero Satanás es el tentador que inicia la tentación Mateo 4:3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
 Santiago 1:13     Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;                                                                                                                   Nos recuerda que Dios no puede ser tentado por el mal y que Él no tienta a los hombres.

Cuando un creyente soporta una prueba de fe, edifica carácter e integridad.       Cuando Satanás tiene éxito en una tentación, el fruto es culpabilidad, condenación y vergüenza pero también Dios nos dejo la salida 1Juan 1:9 9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. .

Entre las diferencias entre una prueba y una tentación, la diferencia es que la prueba tendrá una conclusión, pero las tentaciones de Satanás nunca terminarán mientras vivamos en un cuerpo de carne. Cuando Cristo fue tentado durante su ayuno de cuarenta días, Satanás se alejó de él, pero solamente "por un tiempo"                  Lucas 4:1313Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.

Sin embargo, ser tentado no es pecado, porque Cristo mismo fue tentado y sin embargo nunca se sometió a la voz del enemigo. Se han dado numerosas provisiones en la Palabra para ayudarle a evitar caer en una trampa, para ayudarle a escapar cuando haya entrado en una trampa, o para sacarle del lazo del enemigo cuando esté usted en la trampa. El mejor método de batalla es adelantarse a la guerra, y eso se hace cuando evitamos caer en la tentación.
1PEDRO 5:8  8Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

 La lucha espiritual es real, sed Sobrios:
SOBRIOS: cuerdo, capaz, vivido, despierto.
No descuidarse pensando que ami no me va a tocar, eso es arrogancia y orgullo. Uno tiene que vivir una vida de integridad. No bajar las manos, ojo tener cuidado en los momentos de debilidad y de victoria también.
VELAD: atento, el problema es no velar, uno tiene que ver donde están puestos sus pies, adonde uno esta parado.
Diablo: adversario, resistirle, cerrar las puertas.
Yo tengo futuro, el no ya esta vencido.
BUSCANDO A QUIEN DEBORAR: a quien le da lugar.  El roba, mata y destruye, No le de lugar. No se una en yugo desigual con un incrédulo o sufrirá las consecuencias. No deis lugar al diablo.
AL CUAL RESISTID FIRME EN LA FE: Con una vida integra, dando, primero someteos a Dios y luego resistid al diablo.
MISMO PADECIMIENTOS SE DAN EN NUESTROS HERMANOS EN TODO EL MUNDO: es a todos, cuando uno es mas maduro hay mas autoridad. El mundo se enoja y protesta, Dios dice alégrense, por pasar por una prueba, gózate además es por un poco y corto periodo de tiempo

1CORINTIOS 10:13 3No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

EL DIOS DE TODA GRACIA:  Dios te dará la gracia y el poder para llevar acabo el ministerio, es por gracia por misericordia, Dios no da mas de lo que puedas llevar, el no permite un peso que no puedes llevar.
PADECIDO UN  POCO DE TIEMPO:  la palabra tiene poder para madurar, crecer. La vida cristiana es una vida recta.  Un poco de tiempo: 1° las pruebas y tribulaciones no son para siempre es por un poco de tiempo.
El diablo le apunta al tiempo y nos saca de la Fe, te dice te vas a pasar toda la vida con esto, sin trabajo sin dinero o tu marido nunca cambiara, esos son pensamientos del enemigo, nos empuja al tiempo y nos saca de la fe, Pedro dice un corto periodo de tiempo, no largo, el diablo te dice te vas a pasar la vida asi que vas a hacer:
 ALEGRATE, hasta el mundo dice no hay mal que dure cien años ya le puso tiempo .

Nuestra prueba tiene fecha de vencimiento, las diferencias entre el mundo y nosotros es que nosotros tenemos a Dios, tenemos fuerza, esperanza, fe y un Dios todopoderoso.
Aun si no tengo trabajo, o no estoy bien, pero me gozo, porque se que es por un tiempo corto, todo tiene fecha de vencimiento, no me voy a tirar a la depre.
Tener en cuenta 1° me regocijo,                                                                                       2° es por un periodo corto de tiempo, tiene vencimiento.

1PEDRO 4:12  12Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,
1-   No es por mucho tiempo             2- no te sorprenda cuando te viene la prueba diciendo porque ami señor? Yo diezmo, voy a la iglesia, soy bueno, soy obediente, dice no te sorprenda, es parte de la vida cristiana, la diferencia es corto periodo de tiempo tiene fecha de vencimiento,  MI FE VENCE AL MUNDO.
1Juan 5:4 4Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
3- Todos los creyentes en el mundo lo pasan también, la mentira es hacernos creer que es solo a nosotros.

Porque hay tribulación, porque hay conflictos entre los dos reinos y nosotros en el medio como personas
ROMANOS 5:3,4, 3Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
Regocíjate, es que no lo siento, no importa haz la decisión. Gloriarse en la tribulación produce paciencia y eso  produce carácter. La tribulación produce carácter es parte de la vida cristiana, van a venir pero produce carácter. Y cuando tengo carácter estoy listo para recibir de Dios.

Alégrate regocíjate, gózate, Jesucristo viene pronto y la gloria con el gózate.
JEREMIAS 33:3  3Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

1Pedro 5:10 10Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.           

EL DIOS DE TODA GRACIA HACE ESTO:
PERFECCIONE: poner en practica, vivir, andar en conocimiento completo
AFIRME: firmes en Cristo, pasa pruebas
FORTALEZCA: en Cristo Filip. 4:13. Ser excelente en lo que uno hace
ESTABLESCA: El te establece

El póder de Dios es ilimitado: naciste para ser lo mejor, el diablo no puede quitarte lo que Dios te dio.
Usted también puede estar vivo hoy para cumplir los propósitos de Dios en su generación.
El tiempo y lugar de su nacimiento no son accidentales; Dios nos coloca a todos a propósito en lugares específicos, en determinados marcos de tiempo y espacio.
Muchas personas pasan sus vidas enteras sin saber nunca cuál es el propósito de su vida, pero quizás sea porque tratan de escoger su propio destino, en vez de seguir la dirección del Espíritu Santo.
Seguir a Dios requiere sacrificio y estar dispuesto a estar incómodo.

Pero también produce esto: que las pruebas se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor, en la Revelación de Jesucristo. De manera que vuestra fe, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.


A EL SEA LA GLORIA EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO. AMEN
jca




miércoles, 21 de noviembre de 2012


Una vida sabia que da frutos - no es incierta ni hipocrita
Hay cosas que vendrán de una forma lógica, pero hay otras que vendrán de una manera sobrenatural o espiritual por la gracia y Misericordia de Dios.

Proverbios 4:7-8 7            Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría;    Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.   8Engrandécela, y ella te engrandecerá;   Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.

  “El primer paso para ser sabio es tomar la decisión de adquirir sabiduría.

Así que usa todo lo que tengas para obtener sabiduría y la conseguirás. Ama la sabiduría y ella te engrandecerá; haz que ella sea lo más importante y te dará honor…”
Quiero hacerles dos preguntas: ¿Cuánto tiempo dedico a adquirir sabiduría? ¿Cuánto dinero invierto para adquirir sabiduría?           Tome esta palabra: Los ignorantes no gobiernan.

Mateo 6:10 cuando expresaVenga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra…
Está hablando de un sistema de vida. Está marcando una Voluntad eterna de modificar una conducta equivocada.
Sabiduría te permite tomar el sistema establecido en el Reino, y llevarlo a cabo en la tierra.
Porque la iglesia carece de poder, de influencia, de impacto, porque tiene el poder, pero no sabe caminar en sabiduría, habla y habla y habla, pero no camina en sabiduría.
¿Cuál es la voluntad de Dios? Simplemente esta, como en el cielo, así también en la tierra…

Proverbios 9:10 10            El temor de Jehová es el principio de la sabiduría,
                                               Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.               (Temor es respeto.)

“Si quieres ser sabio y decidiste adquirir sabiduría tienes que comenzar a hacer esto:     Recordar que el respeto a Dios es el principio de la sabiduría”      Toma la decisión de respetar a Dios y adquiere sabiduduría.
Sabiduría te hace recuperar la identidad de hijo. Eso desata todos los derechos de hijo.
Recuperar la identidad te acerca a las personas correctas

Una persona que quiere llegar a algo importante, debe observar con quien se relaciona.
Gran parte de nuestra vida está basada en las personas que se nos acercan, esto es, de cada persona que nos relacionamos algo adquirimos. Cuando le pedimos sabiduría a Dios para la vida. De cada persona tomaremos lo que nos sirva para edificar y construir lo que Dios nos envió.
Debemos invertir tiempo en adquirir sabiduría y al cabo de los años, nos sorprenderemos de lo eficaz que será nuestra vida.

Diferencia entre Experiencia y Sabiduría
Lo primero que debo entender que la experiencia en el Reino de los cielos, no tiene el peso que si tiene la Sabiduría.
Que importante es comprender esto, porque mucha gente hoy quiere gobernar cosas de connotación espiritual, con experiencias naturales y esto es imposible.
La experiencia no te da autoridad para gobernar, la sabiduría Sí. ¿Por qué? Porque la experiencia la adquiero en la tierra, la sabiduría la traigo desde la eternidad.

Proverbios 8:22-23  dice Yo fui (sabiduría) lo primero que hizo el Señor, hace mucho tiempo antes del comienzo de todo. Yo fui creada en la antigüedad más lejana, fui creada primero, antes que el mundo.”  Prov. 8:22 22 “El Señor me creó al principio de su obra, antes de que él comenzara a crearlo todo.  (DHH)

Al reconectarme con Dios, me reconecto a lo primero que fue creado, a la sabiduría. Es por esto, que experiencia es una fuente limitada, sabiduría es una fuente inagotable, porque Dios por medio de ella crea cosas que con el tiempo te hacen diferentes a los demás.

La experiencia no te hace sabio, te sirve para no cometer ciertos errores, para dar algunos buenos consejos, pero eso no significa que seas sabio.
Experiencia sig.: Conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas.

Sabiduría.: Grado más alto del conocimiento.    Bíblicamente solo la da Dios.
Dios no espera en tus experiencias para que aprendas, Dios ya te gesto con un grado más alto de conocimiento por el espíritu santo que nos dio.
Es por esto que sabiduría no se adquiere con estudios. Estudios te dan conocimiento sobre lo que se estudia, sabiduría te da conocimiento de cómo vivir y como conocer la voluntad de Dios.
Sabiduría te otorga una mentalidad de multiplicación, pero a su vez establece el fruto logrado
Dice la Biblia en Eclesiastés 11:6 “Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno.”

Salomón es claro, no detengas tu mano. Cuando detenemos nuestra mano, cuando dentemos nuestro caminar, la obra grandiosa de Dios se detiene sobre nosotros.

Nunca Dios pensó en darnos poco. Nunca Dios pensó darnos lo suficiente para vivir. Nunca Dios pensó en darnos lo justo, siempre Dios ha dado demás, siempre Dios ha dado abundancia, por eso quiero enseñarte esto: “Dios no pone límites a tu fe, yo los pongo. Si yo libero la fe, la creencia, Dios libera su mano…”
Observemos la mentalidad de avance de Dios
Eclesiastés 11:5 “Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.”
Dios no quiere que comprendas todo, Dios quiere que le creas, porque hay cosas que vendrán de una forma lógica, pero hay otras que vendrán de una manera sobrenatural, de una manera totalmente irracional. Donde la mente del hombre no llega, la mente del Señor se manifiesta.

El éxito no viene de una manera mágica, el éxito es el resultado de creerle a Dios y de determinarnos a trabajar para que las cosas cambien para mejor.

Cinco claves sabias para ser más eficaces con los demás
1-Cada persona tiene su propio modelo (pensamiento) del mundo y su propia manera de manifestarlo:
Es importante comprender que cada persona ve las cosas de una manera diferente. Según como veamos las cosas, las vamos a manifestar.
2-Debemos ponernos en los zapatos del otro:
Cuando nos ponemos en el lugar del otro podemos percibir como la persona siente y piensa. Muchas situaciones incomprensibles se aclaran cuando nos ponemos en el lugar del otro.
3-Cada persona hace lo mejor que puede en cada circunstancia:
No esperes que las personas que te rodean reaccionen como vos esperas, cada uno tiene una personalidad y debemos saberlo. A veces no es que son mediocres, a veces es lo mejor que pueden dar.
4-La claridad en los objetivos te ayudará a ayudar a los demás: La gente sigue a gente que tiene claro a donde va.
5-Las personas son el propio recurso para cambiar las cosas: Nosotros somos la mejor herramienta, darles valor a los demás nos agrega valor a nosotros.
Este es el tiempo de movernos con un grado mayor de conocimiento (sabiduría) para afectar gente y lograr lo que nunca hemos logrado. –

Te falta sabiduría pídala a Dios y te dara abundantemente y sin reproche:
Santiago 1:5,6, 5Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.   
PIDALA  =  en  griego:   G154   αἰτέω  = pídalaAitéo  :  de derivación incierta; pedir (en general )                                     :- pedir, demandar. Compare G4441.

5.  Esta "sabiduría" es el discernimiento espiritual que permite asignar a cada cosa su verdadero valor y vivir en conformidad con la voluntad de Dios. Ver 3. 13-18.
Es la sabiduría práctica, que permite apreciar las cosas y los sucesos en su justo valor, en conformidad con la ley divina, y en el caso presente enseña a saber sufrir-soportar.
OTRAS VERSIONES
(BL95) Si alguno de ustedes ve que le falta sabiduría, que se la pida a Dios, pues da con agrado a todos sin hacerse rogar. El se la dará.

(TA) Mas si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídasela a Dios, que a todos da copiosamente, y no hiere a nadie; y le será concedida.

(NBJ) Si alguno de vosotros carece de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará.

(BSM) Y si alguno de ustedes se ve falto de acierto, pídaselo a Dios, que da sin discutir y sin humillar; él se lo dará.

(CAB) Si a alguno de vosotros le falta sabiduria pidala a Dios, que la da a todos sencillamente y sin echárselo en cara, y se la dará.

(DHHe)  Si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídala a Dios y él se la dará; pues Dios da a todos, sin limitaciones y sin hacer reproches.[f]

(LPD) Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que la pida a Dios, y la recibirá, porque él la da a todos generosamente, sin exigir nada en cambio.

PIDALA A:
Dios, pues da con agrado a todos sin hacerse rogar. El se la dará.   
Dios, que a todos da copiosamente, y no hiere a nadie; y le será concedida.  
Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará.   
Dios, que da sin discutir y sin humillar; él se lo dará. 
Dios, que la da a todos sencillamente y sin echárselo en cara, y se la dará.
Dios y él se la dará; pues Dios da a todos, sin limitaciones y sin hacer reproches.[f]               Dios, y la recibirá, porque él la da a todos generosamente, sin exigir nada en cambio.


  
DIOS DA: con agrado, copiosamente, generosamente, sin discutir, sin humillar, sencillamente, sin limitaciones.
DIOS DA: sin hacerse rogar, sin herir, sin echarlo en cara, sin discutir ni humillar, sin hacer reproches y sin exigir nada a cambio.      QUE GRAN DIOS Y QUE AMOR POR NOSOTROS

PIDA CON FE
  Santiago 1:6  6Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
Pida con creencia no dudando nada.       
Cuando la Sabiduría no es de Dios, no es de lo alto, como la distingo de la Verdadera
Santiago 3:13-18        13¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.    
Se puede ver se puede mostrar si es sabio o no.
Esta sabiduría no es la de Dios
Santiago 3: 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
Esta es la verdadera
17Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

Beneficios que da la sabiduría que es de lo alto
Proverbios 3:13-18
13Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría,   Y que obtiene la inteligencia;

14Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino.

15Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
16Largura de días está en su mano derecha;  En su izquierda, riquezas y honra.

          17       Sus caminos son caminos deleitosos,  Y todas sus veredas paz.

          18       Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen.

Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría,   tiene mas ganancia que la plata y frutos mas que el oro fino, Más preciosa es que las piedras preciosas y todo lo que uno pueda desear no se la puede comparar, es tener largura de días y riquezas y honra uno se deleita, sus veredas son de paz, es árbol de vidas y uno es bienaventurado si la retiene.

La decisión mas sabia y honesta que el hombre puede tener es:  decidir adquirir sabiduría con un intimo respeto a Dios, creyendo en El y en su Palabra que es su voluntad.
Si no sabe como:
2Timoteo 3:16, 17
16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Esta es la función ayuda y servicio que nos presta Dios con su Palabra que es Util, enseñar, redargüir, corregir y nos instruye en su Justicia, y el provecho que tendremos es estar preparado para toda buena obra, en la practica es saber que hacer, eso es sabiduría de Dios.
Bendito sea el Padre y gracias en el nombre de nuestro señor Jesucristo Amen.
Jca.

domingo, 11 de noviembre de 2012


I. LA AMARGURA, EL PECADO MAS CONTAGIOSO
La amargura no se ve solamente en casos tan extremos. Conozco centenares de otros ejemplos de personas que sufrieron ofensas por cosas que parecieran triviales. En lo personal, empecé a estudiar el tema de la amargura poco después de un grave problema que tuvimos en la iglesia a que asistimos desde hace varios años. La dificultad radicaba en una seria diferencia entre la verdad de Dios y la carnalidad  y el chisme.  
  
Pero lo que causó la desunión no fue el problema en sí –que se habría podido resolver buscando a Dios en oración, en su Palabra usada correctamente y con un franco diálogo entre las partes – y no solo las personas ofendidas, los chismes, la envidia, la conveniencia y la amargura resultante.
La amargura es el pecado más fácil de justificar y el más difícil de diagnosticar porque es razonable disculparlo ante los hombres y ante el mismo Dios. A la vez, es uno de los pecados más comunes, peligrosos y perjudiciales y –como veremos– el más contagioso.
Es mi esperanza y oración que la persona amargada no solamente se dé cuenta de que en verdad eso es pecado, sino que además encuentre la libertad que sólo el perdón y la maravillosa gracia de Dios le pueden ofrecer.
II. LA DEFINICIÓN DE LA AMARGURA
En el griego del Nuevo Testamento, “amargura” proviene de una palabra que significa punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo pesado. Finalmente, el uso en el griego clásico revela el concepto de algo fuerte.
La amargura, entonces, es algo fuerte y pesado que punza hasta lo más profundo del corazón.
La amargura no tiene lugar automáticamente cuando alguien me ofende, sino que es una reacción no bíblica (es decir pecaminosa) a la ofensa o a una situación difícil y por lo general injusta. No importa si la ofensa fue intencional o no. Si el ofendido no arregla la situación con Dios, la amargura le inducirá a imaginar más ofensas de la misma persona.
La amargura es una manera de responder que a la larga puede convertirse en norma de vida. Sus compañeros son la autocompasión, los sentimientos heridos, el enojo, el resentimiento, el rencor, la venganza, la envidia, la calumnia, los chismes, la paranoia, las maquinaciones vanas y el cinismo.
La amargura es resultado de sentimientos muy profundos, quizá los más profundos de la vida. La razón por la que es tan difícil de desarraigar es triple: En primer lugar, el ofendido considera que la ofensa es culpa de otra persona (y muchas veces es cierto) y razona: “El/ella debe venir a pedirme disculpas y arrepentirse ante Dios. Yo soy la víctima”.
El cristiano se siente culpable cuando comete un pecado. Sin embargo, no nos sentimos culpables de pecado por habernos amargado cuando alguien peca contra nosotros, pues la percepción de ser víctima eclipsa cualquier sentimiento de culpa.                                              Por lo tanto este pecado de amargura es muy fácil justificar.
En segundo lugar, casi nadie nos ayuda a quitar la amargura de nuestra vida. Por lo contrario, los amigos más íntimos afirman: “Tú tienes derecho… mira lo que te ha hecho”, lo cual nos convence aun más de que estamos actuando correctamente.
Finalmente, si alguien cobra suficiente valor como para decirnos: “Amigo, estás amargado; eso es pecado contra Dios y debes arrepentirte”, da la impresión de que al consejero le falta compasión (recuerde, que el ofendido piensa que es víctima). (Gálatas 6:1) 1Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. le mencioné que era hora de perdonar y olvidar lo que queda atrás (Filipenses 3:13 3Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
Hasta es posible perder la amistad de la persona amargada por haberle aconsejado que quite la amargura de su vida (Efesios 4:31). 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
La amargura puede dividir a amigos y familiares. Finalmente, notará una característica interesante por regla general nos amargamos con las personas más cercanas a nosotros.
III. LAS CONSECUENCIAS DE LA AMARGURA
Para motivar a una persona a cumplir con el mandamiento bíblico “despréndanse de toda amargura…” (Efesios 4:31 NVI), veamos las múltiples consecuencias (todas negativas) de este pecado.
1) El espíritu amargo impide que la persona entienda los verdaderos propósitos de Dios en determinada situación.
2) El espíritu amargo contamina a otros. En uno de los pasajes más penetrantes de la Biblia,  Hebreos 12:15  exhorta: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.              
La amargura nunca se queda sola en casa; siempre busca amigos. Por eso es el pecado más contagioso. Si no la detenemos puede llegar a contaminar a toda una congregación, o a toda una familia.
Durante la celebración de la pascua, los israelitas comían hierbas amargas. Cuando un huerto era invadido por estas hierbas amargas, no se lo podía limpiar simplemente cortando la parte superior de las plantas.
Cada pedazo de raíz debía extraerse por completo, ya que de cada pequeña raíz aparecerían nuevos brotes. El hecho de que las raíces no se vean no significa que no existan. Allí bajo tierra germinan, se nutren, crecen, y los brotes salen a la superficie y no en un solo lugar sino en muchos. Algunas raíces silvestres son casi imposibles de controlar si al principio uno no las corta por lo sano.
El escritor de Hebreos advierte que la amargura puede quedar bajo la superficie, alimentándose y multiplicándose, pero saldrá a la luz cuando uno menos lo espera.
Aun cuando la persona ofendida y amargada enfrente su pecado de la manera prescrita por Dios, no necesariamente termina el problema de la contaminación. Los compañeros han tomado sobre sí la ofensa y posiblemente se irriten con su amigo cuando ya no esté amargado.
3) El espíritu de amargura hace que la persona pierda perspectiva. Nótese la condición del salmista cuando estaba amargado: “… entonces era yo torpe y sin entendimiento; era como una bestia delante de ti” (Salmo 73:21, 22 BLA).
La persona amargada toma decisiones filtradas por su profunda amargura. Tales decisiones no provienen de Dios y generalmente son legalistas. Cuando la amargura echa raíces y se convierte en norma de vida, la persona ve, estima, evalúa, juzga y toma decisiones según su espíritu amargo.
Nótese lo que pasó con Job. En su amargura culpó a Dios de favorecer los designios de los impios (Job 10:3). Hasta lo encontramos  aborreciéndose a sí mismo (Job 9:21; 10:1).
En el afán de buscar alivio o venganza, quien está amargado invoca los nombres de otras personas y exagera o generaliza: “…todo el mundo está de acuerdo…” o bien “nadie quiere al pastor o coordinador…” Las frases “todo el mundo” y “nadie” pertenecen al léxico de la amargura.
Cuando la amargura llega a ser norma de vida para una persona, ésta por lo general se vuelve paranoica e imagina que todos están en su contra.
4) El espíritu amargo se disfraza como sabiduría o discernimiento.
Es notable que Santiago emplea la palabra “sabiduría” en 3:14–15  14Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 
La amargura bien puede atraer a muchos seguidores. ¡Quién no desea escuchar un chisme  acerca de otra persona!5 La causa que presentó Coré pareció justa a los oyentes, tanto que 250 príncipes renombrados de la congregación fueron engañados por sus palabras persuasivas.
A pesar de que la Biblia aclara que el corazón de Coré estaba lleno de celos amargos, ni los más preparados lo notaron.
5) El espíritu amargo da lugar al diablo (Efesios 4:26, 27). 26Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27ni deis lugar al diablo
 Una persona que se acuesta herida, se levanta enojada; se acuesta enojada, y se levanta resentida; se acuesta resentida, y se levanta amargada. El diablo está buscando a quien devorar (1ª Pedro 5:8). 8Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
Pablo nos exhorta a perdonar “…para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11). Satanás emplea cualquier circunstancia para dividir el cuerpo de Cristo.

6) El espíritu amargo puede causar problemas físicos. La amargura está ligada al resentimiento, término que proviene de dos palabras que significan “decir de nuevo”. Cuando uno tiene un profundo resentimiento, no duerme bien o se despierta varias veces durante la noche, y vez tras vez en su mente repite la herida como una grabadora. Es un círculo vicioso de no dormir bien, no sentirse bien al siguiente día, no encontrar solución para el espíritu de amargura, no dormir bien, ir al médico, tomar pastillas, etc. Algunas personas terminan sufriendo una gran depresión; otros acaban con úlceras u otras enfermedades.
7) El espíritu amargo hace que algunos dejen de alcanzar la gracia de Dios (Hebreos 12:15). Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
En el contexto de Hebreos, los lectores estaban a punto de volver al legalismo y a no valerse de la gracia de Dios para su salvación. La persona amargada sigue la misma ruta porque la amargura implica vivir con recursos propios y no con la gracia de Dios. Tan fuerte es el deseo de vengarse que no permite que Dios, por su maravillosa gracia, obre en la situación.
IV. UN EXAMEN
“El corazón conoce la amargura de su alma” …            (Proverbios 14:10).
Antes de exponer el antídoto bíblico para la amargura, tomemos un examen para averiguar si ha brotado raíz de amargura en la vida. Recomiendo que, en oración, el lector medite sobre cada pregunta.
1) ¿Existe una situación en su vida que aparece frecuentemente en la mente o le despierta durante la noche?
2) ¿Está maquinando maneras de vengarse si tan sólo tuviera oportunidad de hacerlo? Varias personas me han dicho que estas maquinaciones son, precisamente, lo que les privan del sueño.
3) ¿Recuerda hasta los más ínfimos detalles de un evento que sucedió hace tiempo? La amargura tiene una memoria de elefante, y recuerda hasta los detalles más oscuros de un incidente.  ¿Por qué recordamos ese tipo de detalles con tanta facilidad? En primer lugar, porque tal como mencionamos en la sección I siempre recordamos las heridas y las ofensas. Pero la razón principal es que repasamos y repasamos los detalles.
Cuando yo era estudiante en la secundaria, un maestro nos enseñó cuál era, según él, la mejor manera de recordar el material del curso: repasar, repetir y repasar. ¡Si pudiéramos recordar los buenos momentos o aun los pasajes de la Biblia tanto como recordamos las ofensas!
4) ¿Se siente ofendido y, debido a que usted estima es víctima, está justificando el resentimiento? Aquí la frase clave es “pero yo tengo razón”. No hay situación más difícil de solucionar que cuando la persona ofendida tiene razón.
Admito que es difícil quitar la amargura de la vida de quien fue ofendido, herido, pisoteado, marginado, pasado por alto, o algo similar. Es difícil porque esa persona es víctima. Sin embargo, la Santa Palabra de Dios interviene con el mandamiento
“quítense de vosotros toda amargura…” (Efesios 4:31).
5) ¿Hay explosiones desmedidas en cuanto a incidentes que de otra manera tendrían menor importancia? Sucede a menudo en la vida matrimonial cuando uno de los cónyuges por algún motivo está amargado. Tal amargura se entremete en todas las contiendas con el cónyuge, y es como un volcán esperando el momento de erupción. Súbitamente y sin previo aviso, comienza a salir todo tipo de veneno antes escondido bajo la superficie. El cónyuge se sorprende por la reacción violenta y se pregunta cuál es la razón.
6) ¿Le sucede que al leer la Biblia casi inconscientemente aplica la Escritura a otros en vez de a sí mismo? Muchas personas amargadas hallan en la Biblia enseñanzas que aplican a otros (en forma especial al ofensor).
Una de las pruebas de que yo me libré de la amargura fue que al leer el libro de Proverbios me encontré aplicando sus enseñanzas a mi propia vida en vez de a la vida de otros involucrados en el incidente en la iglesia.
7) Por lo general ¿usa usted expresiones que incluyen “ellos” o “todo el mundo” para apoyar sus argumentos? Durante el problema que experimentamos en nuestra iglesia entró en combate uno de los amigos más íntimos de la amargura: el chisme. La persona amargada piensa que tiene razón (y probablemente sea cierto), busca a otros, comparte su experiencia, fundamenta su actitud con exageraciones y generalizaciones refiriéndose a “todo el mundo”.
V. MANERAS NO BÍBLICAS DE TRATAR CON LA AMARGURA
“Quítense de vosotros toda amargura…”             (Efesios 4:31).
La amargura es uno de los pecados más comunes no solamente en el mundo sino también entre el pueblo cristiano . Casi todos hemos sido ofendidos, y una u otra vez hemos llegado al punto de la amargura. Muchos no han podido superar una ofensa y han dejado crecer una raíz de amargura en su corazón. Debido a que es difícil (si no imposible) vivir amargado y en paz, el hombre maquina maneras para tratar de resolver su problema de amargura y así menguar el dolor, pero sin embargo la amargura queda intacta. Para poder extirpar de manera bíblica la amargura del corazón, es imperioso comprender y desenmascarar las varias formas mundanas de “solucionar” el problema, para que no quede otra alternativa que la bíblica.
1. Vengarse. La manera no bíblica más común es tomar venganza.  Pablo exhorta:              “…no os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19).
A pesar de las circunstancias, la Biblia sostiene que jamás es voluntad de Dios que nos venguemos nosotros mismos.
Cuando intento vengarme por mi propia cuenta…
a) Me pongo en el lugar de Dios. De acuerdo a la Biblia la venganza pertenece a Dios. Entonces, la venganza es el pecado de usurpar un derecho que sólo le pertenece a El. Querer vengarnos por nosotros mismos es asumir una actitud de orgullo, el mismo pecado que causó la caída de Lucero (Isaías 14:13, 14). Por lo tanto, al tratar de vengarnos (aunque tan sólo en nuestra mente), estamos pisando terreno peligroso.
Por otra parte, la ira de Dios siempre es ira santa. Dios no obrará hasta tanto yo deje la situación en sus manos. No puedo esperar de mi parte la solución que solamente el Dios soberano puede llevar a cabo.
b) La venganza siempre complica la situación. Mi propia venganza provoca más problemas, más enojo, envenena a otros y deja mi conciencia contaminada.
c) Sobre todo, tomar venganza por nuestros medios es un pecado contra el Dios santo. Es una gran lección ver como el apóstol Pablo dejó lugar a la ira de Dios cuando dijo:             
“Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos” (2 Timoteo 4:14).
2. Minimizar el pecado de la amargura. Minimizo un pecado cuando por algún motivo puedo justificarlo. Existen, por lo menos, tres maneras de minimizar el pecado de la amargura:
a) Llamarlo por otro nombre, alegando que es una debilidad, una enfermedad o desequilibrio químico, enojo santo, o sencillamente afirmando que “todo el mundo lo está haciendo”. Hay quienes dicen ser muy sensibles y como resultado están resentidos pero no amargados. ¡Cuidado! Existe una relación muy íntima entre los sentimientos heridos y la amargura.
b) Disculparse por las circunstancias y así justificar la amargura. “En estas circunstancias Dios no me condenaría por guardar rencor en mi corazón.” Básicamente, lo que estamos diciendo es que hay ocasiones cuando los recursos espirituales no sirven, y nos vemos obligados a pecar. Juan dice a tales personas: “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a El mentiroso, y su palabra no está en nosotros” (1ª Juan 1:10).
c) Culpar al otro. Esta es, sin duda, la manera más frecuente de eludir la responsabilidad bíblica de admitir que la amargura es pecado. Cuando de amargura se trata, el ser humano generalmente culpa a la persona que le ofendió. En casos extremos algunos se resienten contra Dios. “No sé porque Dios me hizo así…” “¿Dónde estaba Dios cuando me sucedió esto?”
3. Desahogarse. Ultimamente se ha popularizado la idea de que “desahogarse” sanará la herida. Ahora bien, es cierto que desahogarse tal vez ayuda a que la persona sobrellevar el peso que lleva encima (Gálatas 6:2). Sin embargo, es factible que (a) termine esparciendo la amargura y como resultado contamine a muchos; (b) le lleve a minimizar el pecado de la amargura porque la persona en quien se descarga contesta: “Tú tienes derecho”; (c) no considere la amargura como pecado contra Dios.
4. Una disculpa de parte del ofensor. Muchos piensan que el asunto termina cuando el ofensor pide disculpas a la persona ofendida. De acuerdo a la Biblia efectivamente esto forma parte de la solución porque trae reconciliación entre dos personas (Mateo 5:23–25). Sin embargo, falta reconocer que la amargura es un pecado contra Dios. Sólo la sangre de Cristo, no una disculpa, limpia de pecado (1ª Juan 1:7).
La solución radica tanto en la relación horizontal (con otro ser humano) como en la vertical (con Dios).
Estoy convencido de que hablar de “perdonar a Dios” es blasfemia. Dios es bueno (Salmo 103); Dios es amor (1ª Juan 4:8); Dios está lleno de bondad (Marcos 10:18); Dios es esperanza (Romanos 15:13); Dios es santo (Isaías 6:3); Dios es perfecto (Deuteronomio 32:4; Hebreos 6:18). Jamás habrá necesidad de perdonarlo.
Este concepto de perdonar a Dios es uno de los intentos del ser humano de crear a Dios a imagen del hombre. Demuestra una total ignorancia e incomprensión de que Dios en su amor tiene múltiples propósitos y lleva a cabo tales propósitos por medio de las experiencias que atravesamos. ¡Sí pudiéramos aprender la realidad: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2ª Corintios 12:9)!

VI. LA SOLUCIÓN DIVINA PARA LA AMARGURA
Si hasta el momento usted no ha tenido que luchar con la amargura, tarde o temprano le acontecerá algo que lo enfrentará cara a cara con la tentación de guardar rencor, de vengarse, de pasar chismes, de formar alianzas, de justificar su actitud porque tiene razón, etc. Como cristianos hemos de estar preparados espiritualmente. ¿Cómo hacerlo?
Establecer la santidad como meta en su vida. Como en todos los casos de pecado, más vale prevenir que tener que tratar con las consecuencias devastadoras que el pecado siempre deja como herencia. El escritor de Hebreos, dentro del contexto de la raíz de amargura, exhorta: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (12:14).
La mejor manera de prevenir la amargura es seguir o buscar la paz y la santidad; asumir un compromiso con Dios para ser santo (puro) pase lo que pasare.
Cuando sobrevienen situaciones que lastiman nuestros sentimientos, producen rencor y demás actitudes que forman el círculo íntimo de la amargura, debemos decir:
“He hecho un pacto con Dios a fin de ser santo, como El es Santo. A pesar de que la otra persona tenga la culpa, entregaré la situación en manos de Dios, perdonaré al ofensor y buscaré la paz.”
Nótese la diferencia entre la actitud de David y su ejército cuando volvieron de una batalla (1 Samuel 30). Encontraron la ciudad asolada y sus familias llevadas cautivas. En vez buscar el consuelo de Dios y por ende Su sabiduría, el pueblo se amargó y propuso apedrear a David.
En contraste, la Biblia explica que “David se fortaleció en Jehová su Dios” (v. 6). En ningún momento es mi intención minimizar el daño causado por una ofensa o por el ultraje que experimentó David y su gente, sino que mi deseo es magnificar la gracia de Dios para consolar y ayudar a perdonar.
Consideremos ahora qué hacer cuando estamos amargados.

1) Ver la amargura como pecado contra Dios. En las próximas páginas explicaremos la importancia de perdonar al ofensor. Sin embargo, si yo estimara la amargura solamente como algo personal contra la persona que me engañó, me lastimó, me perjudicó con chismes o lo que fuere, sería fácil justificar mi rencor alegando que tengo razón pues el otro me hizo daño. Como ya mencionamos, es posible que no hay nada tan difícil de solucionar que la situación de la persona amargada que tiene razón para estarlo.
Cuando tengo amargura en mi corazón, como David tengo que confesar a Dios: “Contra ti, contra ti solo he pecado” (Salmo 51:4). En el momento en que percibo que (a pesar de las circunstancias) la amargura es un pecado contra Dios, debo confesarlo y la sangre de Cristo me lavará de todo pecado.18 Pablo instruye: “Quítense de vosotros toda amargura”. La Biblia no otorga a nadie el derecho de amargarse.
Volvamos al Antiguo Testamento para entender el contexto de la raíz de amargura en Deuteronomio 29:18, donde el pecado principal es la idolatría. Eso es precisamente lo que pasa en el caso de la amargura. En vez de postrarse ante el Dios de la Biblia, buscando la solución divina, uno se postra ante sus propios recursos y su propia venganza. El ídolo es el propio “yo”.

2) Perdonar al ofensor. En el mismo contexto donde Pablo nos exhorta a librarnos de toda amargura, nos explica cómo hacerlo: “…perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31–32). 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
a) El perdón trae beneficios porque quita el resentimiento. Uno de los muchos beneficios de no guardar rencor es poder tomar decisiones con cordura.
b) El perdón no es tolerar a la persona ni al pecado; no es fingir que la maldad no existe ni es intentar pasarla por alto. Tolerar es “consentir, aguantar, no prohibir” y lejos está de ser el perdón bíblico. Permitir es pasivo mientras perdonar es activo.
Cuando la Biblia habla de perdón, en el griego original hallamos que esta palabra literalmente significa “mandarlo afuera”. Activamente estoy enviando el rencor “afuera”, es decir estoy poniendo toda mi ansiedad sobre Dios (1ª Pedro 5:7). 7echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
c) El perdón no es simplemente olvidar, ya que eso es prácticamente imposible. El resentimiento tiene una memoria como una grabadora, y aún mejor porque la grabadora repite lo que fue dicho, mientras que el resentimiento hace que con cada vuelta la pista se vuelva más profunda. La única manera de apagar la grabadora es perdonar.
Después de una conferencia, una dama me preguntó: “Si el incidente vuelve a mi mente una y otra vez, ¿quiere decir que no he perdonado?” Mi respuesta tomaba en cuenta tres factores:
(1) Es posible que ella tuviera razón. Recordamos que “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso…” (Jeremías 17:9). El ser humano haría cualquier cosa para mitigar la vergüenza, y es lógico que permanezcan los fuertes sentimientos negativos asociados con una ofensa. Volvamos al caso de la mujer que durante 23 años había estado en tratamiento siquiátrico a causa del abuso de su padre. Después de aclarar lo que no es el perdón, y luego de hablar sobre los beneficios que el perdón produciría, le expliqué que de acuerdo a Marcos 11:25 ella tenía que perdonar a su padre. Su respuesta inmediata fue: “Ya lo he hecho.” Pero era obvio que estaba llena de amargura y rencor. Mi siguiente pregunta fue: “¿Cuándo y cómo lo hizo?” Su contestación ilustra otra manera en que el ser humano evita asumir responsabilidad ante el Señor. Me dijo: “Muchas veces he pedido al Señor Jesús que perdonara a mi padre.” Es posible que la mujer aún no entendiera lo que Dios esperaba con respecto al perdón. O tal vez fuera su manera de no cumplir con una tarea difícil. Con paciencia volví a explicarle las cosas, y finalmente ella inclinó la cabeza y empezó a orar. Pronto vi lágrimas en sus ojos, y de corazón perdonó a su padre. Al día siguiente regresó para una consulta y se la veía con esperanza, con alivio y como una nueva persona.

(2) Hay quienes desean que recordemos incidentes dolorosos del pasado. En primer lugar está Satanás, que trabaja día y noche para dividir a los hermanos en Cristo (Apocalipsis 12:10; 1ª Timoteo 5:14). En segundo lugar, la vieja naturaleza saca a relucir el pasado. Me refiero a ciertos hábitos, maneras de pensar que son difíciles de romper. Si uno en verdad ha perdonado, cada vez que el incidente viene a la memoria, en forma inmediata hay que recordar a Satanás y recordarse a sí mismo que la cuestión está en las manos de Dios y es un asunto terminado que sólo forma parte del recuerdo.

(3) Finalmente existe otra persona o grupo que no quiere que usted olvide el incidente: Aquellos que fueron contagiados por su amargura, aquellos a quienes usted mismo infectó y como resultado tomaron sobre sí la ofensa. Por lo general para ellos es más difícil perdonar porque recibieron la ofensa indirectamente. Por lo tanto, no se sorprenda cuando sus amigos a quienes usted contagió de amargura, se enojan con usted cuando, por la gracia de Dios, ha perdonado al ofensor y está libre de dicha amargura.
d) El perdón no absuelve al ofensor de la pena correspondiente a su pecado. El castigo está en las manos de Dios, o quizá de la ley humana. El salmista nos asegura: “El Señor hace justicia, y juicio a favor de todos los oprimidos” (Salmo 103:6 BLA).
e) El perdón tampoco es un recibo que se da después que el ofensor haya pagado. Si no perdonamos hasta tanto la otra persona lo merezca, estamos guardando rencor.
f) El perdón no necesariamente tiene que ser un hecho conocido al ofensor. En muchos casos el ofensor ha muerto, pero el rencor continúa en el corazón de la persona herida. Recuerdo el caso de una señora que con lágrimas admitió que su esposo había desaparecido con otra mujer de la iglesia. Durante la conversación me confesó: “Lo he perdonado. Hay y habrá muchas lágrimas, dolor y tristeza, pero me rehúso terminantemente a llegar al fin de mi vida como una vieja amargada.” El hombre consiguió el divorcio y se casó legalmente con la otra mujer. Por su parte, esta señora vive con su tres muchachos y sirve a Dios de todo corazón; sus hijos aman al Señor y oran para que su padre un día regrese al camino de Dios.
Tener que perdonar un gran mal mientras el ofensor no lo merezca, representa una excelente oportunidad para entender mejor cómo Dios en Cristo pudo perdonarnos a nosotros
 (Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9; Efesios 4:32). 2Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
g) El perdón debe ser inmediato. Una vez me picó una araña durante la noche. Tuve una reacción alérgica que duró casi medio año. Ahora bien, si hubiera podido sacar el veneno antes de que se extendiera por el cuerpo, hubiera quedado una pequeña cicatriz pero no habría habido una reacción tan aguda. Algo semejante sucede con el perdón. Hay que perdonar inmediatamente antes de que “la picadura empiece a hincharse.”
h) El perdón debe ser continuo. La Biblia indica que debemos perdonar continuamente (Mateo 18:22). 2Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Perdonar hasta que se convierta en una norma de vida. Uno de los casos más difíciles es cuando la ofensa es continua como en el caso de esposo/esposa, patrón/empleado, padre/hijo, etc. Es entonces cuando el consejo del Señor a Pedro (perdonar 70 veces 7) es aun más aplicable.
i) El perdón debe marcar un punto final. Perdonar significa olvidar. No hablo de amnesia espiritual sino de sanar la herida. Es probable que la persona recuerde el asunto, que alguien le haga recordar o que Satanás venga con sus mañas trayéndolo a la memoria. Pero una vez que se ha perdonado es posible olvidar.
Perdonar es la única manera de arreglar el pasado. No podemos alterar los hechos ni cambiar lo ya ocurrido, pero podemos olvidar porque el verdadero perdón ofrece esa posibilidad. Una vez que hay perdón, olvidar significa:
1) Rehusarse a sacar a relucir el incidente ante las otras partes involucradas                               2) Rehusarse a sacar a relucirlo ante cualquier otra persona.
3) Rehusarse a sacar a relucirlo ante uno mismo.
4) Rehusarse a usar el incidente en contra de la otra persona.
5) Recordar que el olvido es un acto de la voluntad humana movida por el Espíritu Santo.
6) Sustituir con otra cosa el recuerdo del pasado, pues de lo contrario no será posible olvidar. Pablo nos explica una manera de hacerlo:
“Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12:20, 21).
Jesús amplía el concepto: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44).
j) El perdón también significa velar por los demás. Al finalizar su libro y bajo la inspiración del Espíritu Santo, el escritor de Hebreos exhorta a todos los creyentes a que seamos guardianes de nuestros hermanos. El versículo que advierte sobre la raíz de amargura comienza con: “Mirad bien”.
En el griego original es la palabra episkopeo, de donde procede el término obispo o sobreveedor. Esto implica que en el momento en que uno detecta que se ha sembrado semilla de amargura en el corazón de un hermano en Cristo, la responsabilidad es ir con espíritu de mansedumbre, y hacer todo lo posible para desarraigarla antes que germine. Galatas 6:1
Se requiere un compromiso profundo con Dios a fin de no caer en la trampa de la amargura. Dios en Cristo mismo nos dará los recursos para vivir libres del “pecado más contagioso”.
Y por la gracia de Dios poder decir
: “Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía” (Salmo 133:1).
La palabra armonía indica unidad, concordia, paz, amistad, relación sana entre las personas.

Toda la Biblia contiene un mensaje de armonía. La voluntad de Dios, por ella murió Jesucristo, es que sus hijos vivan en armonía.

La armonía en la Iglesia se rompe por disputas que no tienen sentido.
Por comportamientos infantiles. Porque la envidia impide reconocer los dones del hermano o de la hermana. Porque somos demasiado orgullosos para pedir perdón.

“Porque cual es su pensamiento en su corazón tal es él” (Proverbios 23:7).


La armonía debe empezar por uno mismo Paz es símbolo de armonía. Donde hay paz hay armonía.
Donde hay armonía hay paz.    Y  No amargura.     Amen.      jca