lunes, 29 de septiembre de 2014

65 - ACERCARSE A LA GENTE Y BRILLAR
Cuando el rey de Babilonia sitió a Jerusalén, pidió "muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey" Daniel 1.4 (Reina-Valera)

Así que Daniel tenía todas estas características, y junto con Ananías, Misael y Azarías, de la tribu de Judá, fueron elegidos para ser enseñados sobre la cultura de los caldeos.
El problema se presentó cuando les demandaron a los jóvenes hebreos comer y beber de acuerdo con las costumbres paganas. Pero hay algo que me llama la atención, en el versículo 8 leemos: "Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse".

Fíjate que en esta ocasión Daniel no oró para saber la voluntad de Dios ni para saber qué hacer. Él ya sabía lo que tenía que hacer, así que decidió.

Muchas veces simplemente tienes que decidir hacer o emprender algo que sabes que está de acuerdo con la Palabra de Dios, y Él apoyará esa decisión.

Y luego leemos:
"Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos". Daniel 1.9 (R-V)

El lugar en el que estamos, lo que los cristianos llamamos "el mundo", es decir, el trabajo, la universidad, nuestro hogar, amigos, etc, desafían nuestra fe. ¿Dónde seremos desafiados sino en nuestra vida cotidiana? Necesitamos la iglesia, que edifica nuestra fe, pero también necesitamos el mundo, que desafía nuestra fe.

El mundo nos desafía a ser diferentes, a tener otro estilo de vida, que sea luz en medio de la oscuridad.
Daniel y sus amigos no le pidieron a Dios que los separe de los demás y que los lleve lejos del palacio del rey para no contaminarse. Ellos decidieron ser diferentes y luego Dios acompañó esa decisión.

El desafío era servir a un rey que los tenía como esclavos.
Aun así decidieron brillar y demostrar que Su Dios era fiel.

Algunas preguntas para reflexionar: ¿Qué corrientes o ideas falsas tratan de apartarte de la fe en Dios actualmente? ¿De qué manera puedes estar más firme en tu vida cristiana?

¿Cuál es tu actitud cuando estás con gente que no conoce a Dios? En reuniones donde participa "gente del mundo",  ¿te sientas lejos o te acercas para brillar la luz que tienes dentro de ti?

¿Estás viviendo de tal manera que tu testimonio impacte a los inconversos?
Jesús te conoce. Y te conoce tan bien que sabía que ibas a preocuparte. Por eso Él habló de la preocupación que sentimos a diario. Hoy quiero recordarte lo que Jesús habló acerca de esto:
"No vivan preocupados pensando qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. ¿Acaso la vida consiste sólo en comer? ¿Acaso el cuerpo sólo sirve para que lo vistan?
Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¿Acaso no son ustedes más importantes que ellos? ¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más?
Aprendan de las flores que están en el campo. Ellas no trabajan para hacerse sus vestidos. Sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón se vistió tan bien como ellas, aunque tuvo muchas riquezas.
Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! Ya no se preocupen preguntando qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner.
Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes no se desesperen por esas cosas. Su Padre que está en el cielo sabe que las necesitan.
Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Todo lo demás, él se los dará a su tiempo. Así que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día. Mateo 6:25-34  (Biblia Traducción Actual)

Así que, pon tus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ti.    1 Pedro 5:7 (TLA)
No te preocupes por nada. Más bien, ora y pídele a Dios todo lo que necesitas, y se agradecido. Así Dios te dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.   Filipenses 4:6,7 (TLA)
Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.    Filipenses 1:6 (NVI)
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.     Gálatas 6:9 (NVI)

Todos ustedes, los que confían en Dios, ¡anímense y sean valientes! Salmos 31:24 (TLA)
LA VERDADERA VICTORIA VIENE DE PERDER TEMPORALMENTE
La mayoría de nosotros querríamos que como hijos del Dios Altísimo, todo aquel que nos ofenda, critique, etc., inmediatamente Dios haga algo en defensa de nosotros, es decir, que lo humille o castigue de acuerdo a lo que nos hayan hecho, para así sentirnos que Dios está con nosotros, pero, resulta que Jesucristo ya ganó la victoria, pero antes de ganar la victoria de salvación por la humanidad, tuvo que “perder” temporalmente, es decir, tuvo que confiar y estar dispuesto a realizar la voluntad de Dios, entregándose a la muerte.

En la Biblia encontramos por todas partes que para ganar debemos “perder” primero, por ejemplo,
Ro. 12:29 “No os venguéis por vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza , yo pagaré dice el Señor”,
Dice que la venganza le corresponde al Señor, cuando nos ofenden se nos manda a perdonar y si hay venganza será de parte del Señor.

Entonces de acuerdo a esto una persona que nos haga algún daño como no podemos vengarnos aparentemente nuestro adversario ganó o está ganando la batalla, cuando nos difaman como no nos vengamos aparentemente también vamos perdiendo, esto a muchos nos parece demasiado duro, porque queremos ver el castigo de nuestros enemigos, de los que nos fallaron, estafaron, abandonaron, difamaron, etc.
Por causa de esto muchos hoy están angustiados, amargados o simplemente se rindieron con Dios porque piensan que su causa está perdida, es posible que quieran obedecer y perdonar y no vengarse pero se preguntan, ¿Qué hacer mientras Dios me hace justicia, como aguantar este dolor, como encontrarme a esa persona y no hacerle nada?

Juan 14:16 “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”, la respuesta para tu dolor, amargura, deseos de venganza, impaciencia, etc., es la llenura del Espíritu Santo, el cual es llamado el Consolador.
En todo dolor y debilidad que estés pasando hay un Consolador muchísimo mayor a cualquier ser humano, porque Él si conoce a la perfección como te sientes, entonces, podrías continuar preguntándote ¿por qué no siento esa consolación, sino sólo dolor?.

Una de las cosas por la cual cada vez que “perdemos” no se nos hace justicia y no somos consolados, es porque nosotros hacemos nuestra justicia inmediata, cambiamos la justicia de Dios por la nuestra, y devolvemos el insulto, el golpe, la injuria, o incluso le hacemos a la persona algo peor de lo que nos hicieron, y luego vamos ante Dios pidiendo justicia orando y acusando a la persona por hacernos daño, y esto hace que Dios no pueda enviar al Espíritu Santo a consolarnos y darnos paz y victoria, sino que ahora el Espíritu Santo trabajará en ti para convencerte de pecado para que puedas arrepentirte y restaurarte.
Stg.1:20 “porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”, tu ira que lleva a pecado, venganza, etc., no obra la justicia de Dios y eso te guiará a una victoria pasajera, la amargura y el dolor jamás se irán, el problema se arraigará más.     Nuestra única opción es la justicia de Dios.
2 Corintios 1:3-6”….Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abundan también por el mismo Cristo nuestra Consolación…”.                   En la palabra dice que nunca las aflicciones por causa de Cristo (por obediencia a la palabra) quedarán sin consolación, a partir de hoy sea lo que sea nunca quedarás sin consolación.

Dios te quiere consolar, estás probablemente en este momento atado a tu debilidad de falta de perdón, ira, justicia propia, etc., pero hay consolación para ti, si el abrazo de una madre, esposo, amigos, no te han podido consolar, ríndete al Espíritu Santo, Él si te sanará, incluso a los que han padecido pérdida de seres queridos, Él es el consuelo a los enlutados.

Las victorias momentáneas son para el diablo y los que no conocen a Jesucristo el Vencedor, satanás aparentemente venció a Jesucristo por unas horas, pero después de un breve tiempo su “victoria” se cambió en derrota eterna.
Las victorias verdaderas y trascendentales vendrán producto de hacer las cosas a la manera de Dios, “tu reacción determina el triunfo o fracaso de tus enemigos”, nadie que confíe en cualquier situación en Dios será avergonzado.
Marcos 15:29-30 “Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! Tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo y desciende de la cruz”.
El diablo a través de la gente le gritaba a Jesucristo que se bajara de la cruz y que se salvara, si lo hubiera hecho su victoria hubiera sido temporal.

 Cuando estés en situaciones difíciles quédate en la cruz, aunque la lógica del mundo diga que te defiendas y respondas el ataque con más fuerza, quédate en la cruz, obedece la Palabra, porque tu resurrección será con poder, el mundo necesita ver como Dios nos hace justicia, pero en la mayoría de los casos el mundo a visto nuestra derrota “constante”, porque no estamos dispuestos a permanecer en la cruz, es decir, a “perder temporalmente” para luego ganar con poder.
El mundo debe observar ejemplos como el del profeta Daniel y sus amigos, que perdieron la batalla por un momento, ya que fueron echados a un horno de fuego y a un foso de leones, pero que salieron victoriosos, porque confiaron en Dios, y todo un imperio se enteró que había un Dios justiciero y poderoso.
Ríndete ahora mismo a Dios, pídele perdón a Dios por hacer tu justicia, por bajarte de la cruz y vengarte, y proclama que tu justicia vendrá de Dios, que tu resurrección se aproxima, que tu lamento será cambiado en baile, y que de ahora en adelante la justicia de Dios se reflejará en ti, lo más terrible para nuestros enemigos es que cuando nos ataquen respondamos de acuerdo a la palabra de verdad.
Filipenses 3:7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
Fil 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. PARA BRILLAR HACER ESTO:
He 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
2Co 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Mirando…como en un espejo. Esto es, el espejo Oriental – el reflejo del metal pulido. Los demás verán en ellos el reflejo en la faz de la persona. Llegan a ser transformados, y Cristo –el espejo – a quien contemplan, se refleja sobre y en ellos, y así, sin esfuerzo alguno, se van volviendo más y más, conforme a Su imagen.  Jca.

martes, 9 de septiembre de 2014

QUE ESTÁ DISPONIBLE, CÓMO RECIBIRLO,    Por Victor Paul Wierwille
QUÉ HACER CON LO QUE SE RECIBE
1
Para poder hacer conexión con los recursos del poder de Dios, uno debe conocer antes que nada qué está y qué no está disponible de parte de Dios. Hay algunas cosas que no están disponibles hoy en día; y si estas cosas no están disponibles, podemos orar hasta agotarnos y aún así no recibiremos respuestas a nuestras oraciones. Si queremos hacer conexión efectivamente con los recursos para la vida abundante tenemos que averiguar lo que está disponible para nosotros, lo que Dios nos ha prometido. Nosotros aplicamos constantemente este principio en el mundo secular. Tomemos por ejemplo este libro que usted lee. ¿Lo hubiera podido obtener usted si no hubiera estado disponible? Ciertamente que no. Espiritualmente ocurre lo  mismo. Tenemos que averiguar en la Palabra de Dios lo que está disponible.


Cómo un ejemplo de lo que está disponible, 3 Juan 2 nos dice lo que Dios desea para nosotros.


Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma.
La voluntad de Dios es que nosotros seamos prosperados. El nunca quiso que el cristiano fuese abatido por la pobreza y pisoteado en ningún aspecto de su vida. Él  quiso que el creyente cristiano prosperase. Más aun, la voluntad de Dios para todo creyente es que “tengas (buena) salud, así como prospera tu alma”. Dios nunca quiso que el creyente cristiano estuviese enfermo; la enfermedad nunca glorifica a Dios. El nunca quiso que el cristiano estuviese lleno de frustraciones y temores y ansiedades. Dios quiso que nosotros seamos prosperados y que tengamos salud. Puesto que la Palabra de Dios es la Voluntad de Dios, el ser prosperados y tener buena salud tiene que estar disponible.


Revisemos otros ejemplos de lo que está disponible.


Filipenses 4:19:   Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.


La Voluntad de Dios es suplir todo lo que nos falta, nuestras necesidades. No dice: “lo que es objeto de vuestra avaricia”. Si Dios va a suplir todo lo que nos falta conforme a sus riquezas en gloria, tiene que haber una provisión disponible para satisfacer nuestras necesidades. Si la provisión no está disponible, entonces Él no puede satisfacerlas.


Observe en 2 Corintios 9:8


Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra.


¿Cómo vamos a tener todo lo suficiente en todas las cosas si esto no es accesible para nosotros?
Revise Romanos 8:37, otro pasaje maravilloso en la Palabra de Dios que nos muestra algunas de las cosas que deben de estar disponibles.


…en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.


Si nosotros vamos a ser más que vencedores en toda situación, esto tiene que ser posible. ¿Cómo podría ser yo más que vencedor si el poder no estuviese disponible?


Lea Efesios 3, comenzando con el versículo 16.


Para que (Dios) os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior, por su Espíritu.


¿Cómo voy a ser fortalecido con poder en el hombre interior por Su Espíritu si no es posible?


Efesios 3:17-19:


Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,


y de conocer el amor de Cristo, que excede todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.


“Para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. ¿Cómo voy a ser lleno de toda la plenitud de Dios si no está disponible?


¿Cómo voy a poder aplicar los principios de la Palabra de Dios y encontrar lo que Dios quiere que yo haga si no conozco  las promesas en Su Palabra?


Lo primero que tenemos que encontrar, en nuestra búsqueda para hacer conexión con los recursos para la vida abundante, es qué está disponible. Hay cientos de promesas distintas en la Palabra de Dios que nos capacitaran para prosperar y para estar en buena salud. Uno no puede utilizar, uno no puede operar, nada más que aquellas promesas que conoce. ¿Cuántas conoce usted?


Sólo hay un lugar posible donde podemos ir para averiguar lo que Dios tiene disponible para nosotros: tenemos que acudir a la Palabra de Dios.


Muchas veces las cosas que la gente ha dicho que Dios hace, Su Palabra dice justamente lo contrario; cosas que ellos dicen que Él no hace, Él declara en Su Palabra que Él sí las hace. En este libro, Poder para la vida abundante, asegurémonos en nuestra búsqueda bíblica de la vida abundante, de que primeramente averigüemos lo que está disponible de modo que nosotros, como el pueblo de Dios no seamos destruidos por falta de conocimiento. Cuando sabemos qué está disponible, entonces podemos aprender los otros principios que están involucrados en hacer nuestra vida más abundante de modo que podamos manifestar la grandeza del poder de Dios.
2
Cuando yo era un muchacho, mi madre me decía los sábados por la noche antes de que yo fuera al pueblo: “Pórtate bien”. Esta advertencia en realidad nunca me ayudó porque uno no puede hacer que un muchacho se porte bien diciéndole que se porte bien. Muy pocas veces la gente lee la Palabra de Dios porque se les dice que la tienen que leer. La gente nunca hace conexión con los recursos de la oración porque se les dice que deben orar. Yo no le digo a usted que usted debe leer la Biblia; yo le enseño a usted cómo leerla. Yo no le digo que usted debe orar; yo le digo cómo orar. Yo no le digo que usted tiene que creer; yo le enseño cómo creer.


Es importante que sepamos cómo. Desde pequeños se nos ha enseñado cómo recibir cosas materiales. Si no se nos hubiese enseñado cómo recibir un objeto material, este libro podría estar disponible, pero no sabríamos cómo hacer para tomarlo recibirlo. De igual modo es la Palabra de Dios. Las cosas espirituales pueden ser recibidas según los mismos principios mediante los cuales recibimos este libro en el plano natural o material. En este libro no sólo buscamos lo que está disponible de parte de Dios sino que también descubrimos cómo recibir aquello que está disponible.


Por muchos años yo me moví entre grupos en los que oía constantemente a gente que predicaba pecado, condenación, fuego infernal y otros temas negativos. Estos ministros, bien intencionados, no le decían a la gente cómo librarse del pecado, ellos sólo decían que el pecado era malo. Decirle a alguien que algo es malo no le ayuda a superarlo. Yo aprendí esa lección en una forma dura.


En el pueblo de mi segunda congregación vivía un hombre que era alcohólico. Por cerca de dos años muchos  de nosotros habíamos orado para que este hombre viniera a la iglesia de modo que pudiese oír el sermón que yo había preparado sobre los abusos del alcohol. Por fin, un domingo por la  mañana, cuando yo menos lo esperaba, él vino y se sentó en el último banco. Mientras yo caminaba hacia el púlpito, habiendo apenas notado su presencia, yo me decía: “Bueno, bueno…aquí está él esta mañana”.


Yo puse a un lado el sermón de esa mañana y fui a los archivos de mi mente y saqué el sermón que había preparado sobre el abuso y el pecado de beber en exceso. Prediqué con toda la fuerza que tenía. Al terminar me di palmadas en la espalda por haber predicado contra la bebida con tanto celo que pensé que Dios tendría que mover a alguien en el plano espiritual y darme a mí un lugar especial en el cielo.


Caminé desde el púlpito al vestíbulo de la iglesia donde el ministro le da la mano a la gente a medida que ellos salen del santuario. Cuando este pobre alcohólico pasó por la línea de dar la mano, él tenía lágrimas en sus ojos. Me dio débilmente la mano y dijo: “Yo vine a la iglesia esta mañana para averiguar cómo salir de aquello en que estoy, pero todo lo que usted hizo fue hundirme más profundo”. Él exclamo: “Si quiere saber sobre alcoholismo, le puedo decir más de lo que usted jamás podrá saber”. Aquella respuesta me partió el alma. Yo pensaba que había predicado un sermón tremendo. Pero este hombre salió diciendo que había venido confiando en que tal vez yo le diría cómo salir del dilema en que estaba; en vez de esto, simplemente le había dicho menos de lo que él ya conocía.


Dejé de dar la mano y regresé a mi oficina donde me arrodillé a orar junto a mi silla en la oficina. Yo casi nunca me arrodillo cuando oro, pero de alguna forma esa mañana caí de rodillas junto a mi silla y le pedí a Dios que me perdonase. Yo le prometí al Padre que si Él me perdonaba, nunca predicaría un sermón negativo mientras viviera, nunca condenaría a nadie.  ¿Por qué?  Yo le quiero enseñar a la gente cómo hacer conexión con los recursos para una vida abundante, no con una vida menos abundante.


No puedo remediar lo que la gente ha sido en el pasado; todo lo que puedo hacer es enseñar que lo que ellos fueron en el pasado puede ser perdonado y olvidado y que pueden seguir adelante con la grandeza del poder de Dios. Por esto es que nosotros no sólo debemos conocer lo que está disponible si es que vamos a vivir la vida abundante, sino que también debemos saber cómo recibir las cosas espirituales de Dios. Después de haber recibido de Dios, en tercer lugar, debemos saber qué hacer con estas cosas espirituales.
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Primero: qué está disponible, segundo: cómo recibir; y tercero: qué hacer con ello después de haber recibido. Por ejemplo, aquí está este libro. Está disponible y yo sé cómo recibirlo; pero a menos que sepa que hacer con él después de haberlo recibido, no lo puedo utilizar para el propósito para el que fue diseñado. Yo sabía que el libro estaba disponible; sabía cómo recibirlo; pero si luego lo usara cómo una azada de jardín, no me serviría muy bien ¿verdad? El libro no está diseñado para eso. Este libro fue diseñado para lectura. En el plano espiritual nosotros debemos saber qué hacer después de haber recibido lo que está disponible. Hay gente que sabe qué está disponible, y que sabe cómo recibir algo; pero cuando llega el momento de saber qué hacer con ello después de tenerlo, están totalmente desorientados, y especialmente en el  tema del  Espíritu Santo. Para encontrar el uso debido debemos, otra vez, ir a la Palabra de Dios.


Yo creo que la Palabra de Dios es la Voluntad de Dios, y que si vamos a conocer la voluntad de Dios, tenemos que volver a la Palabra de Dios. Uno no puede escuchar al hombre en la calle, él dice: “bueno, esta es la Voluntad de Dios” pero él puede estar en lo cierto o puede estar equivocado. Usted y yo podemos tener precisión y estar seguros solamente si acudimos a la Palabra de Dios. Nadie puede conocer la voluntad de Dios sin conocer la Palabra de Dios. La Biblia es la palabra revelada de Dios. Esta Palabra de Dios quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir, y Dios tiene un propósito para todo lo que Él dice, dónde lo dice, por qué lo dice, cómo lo dice, cuándo lo dice, y a quién lo dice.


Si vamos a hacer conexión con los recursos para la vida más abundante, no solamente debemos saber qué está disponible, cómo recibirlo y qué hacer con ello, sino que también debemos poner nuestras necesidades  y nuestros deseos paralelos. Si nuestras necesidades son livianas y nuestros deseos pesados, no estamos balanceados. Si nuestros deseos son livianos y nuestras necesidades pesadas, nunca obtendremos una respuesta. Cuando creemos, nosotros obtenemos resultados en oración si nuestras necesidades y deseos son iguales.


Miren en Mateo 18:19


…si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está  en los cielos.


En el texto griego las palabras “se pusieren de acuerdo” es “sinfonizar”. Si las dos personas se ponen de acuerdo, ellas están en armonía, ellos tienen sus necesidades y deseos paralelos porque “les será hecho”.
Juan 14:13 es otra tremenda verdad:


Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Todo lo que pedimos en nombre de Jesús, teniendo nuestras necesidades y deseos paralelos, él lo va a hacer.


En Juan 15:16 hay otra promesa maravillosa.


No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.


Si nosotros sabemos qué está disponible, cómo recibirlo, qué hacer con ello, y tenemos nuestras necesidades y deseos paralelos, entonces todo lo que pidiéremos será hecho para nosotros.


Hay otra promesa en  I de Juan 5:14:


Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
Si nosotros tenemos nuestras necesidades y deseos paralelos, podemos pedir cualquier cosa conforme a Su Voluntad. ¿Cómo podemos conocer Su voluntad sin conocer Su Palabra? Su Palabra es Su Voluntad.


Otra gran verdad es que la capacidad de Dios siempre es igual a Su buena voluntad. Mucha gente dice que Dios está dispuesto a hacer algo, pero no puede; otros dicen que Él puede, pero no lo quiere hacer. Esto puede ser verdad en el hombre, pero no en Dios. Un hombre puede tener la capacidad y no tener la buena voluntad, o tener la buena voluntad pero no la capacidad. Por ejemplo, digamos que estoy parado a un lado de la carretera con una llanta baja y necesito un gato mecánico; usted viene por la carretera, se detiene y dice: “Hola, ¿en qué puedo ayudarle?” Y yo digo: “Bueno, necesito un gato”. Pero usted tampoco tiene un gato. Usted está dispuesto a ayudarme, pero no tiene la capacidad. Por otro lado, digamos que usted viene por la carretera y sí tiene un gato pero no quiere permitirme que lo use; entonces usted tiene la capacidad, pero no tiene la buena voluntad. Esto nunca es cierto con Dios. La capacidad de Dios siempre es igual a su buena voluntad; ellas siempre están en armonía. Los que Dios puede hacer, Él está deseoso de hacer y lo que Él desea hacer, Él lo puede hacer.


Miremos en Romanos 4:20,21:


Tampoco dudó, por incredulidad de la promesa de Dios…


Plenamente convencido de que era (Dios) también poderoso para hacer todo lo que había prometido.
La capacidad de Dios siempre es igual a Su buena voluntad.


Números 23:19 contiene una frase que yo quiero señalar. “Dios no es hombre para que mienta…” Las promesas de Dios siempre son verdaderas y dignas de confianza.


En Romanos 11:29 nosotros leemos de lo permanente que son los dones de Dios.


Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.


Cuando Dios da algo, estos dones y  llamamientos siempre son irrevocables. Dios no los retira ni los quita. Lo que sea que Dios haya prometido, eso Él lo cumplirá, eso será respetado por Dios cuando hombres y mujeres crean en la maravillosa e incomparable Palabra de Dios.


Yo quiero dar un ejemplo más para ilustrar que la capacidad de Dios es igual a Su buena voluntad.


Hebreos 11:11:
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.


Sara dio a luz a este hijo debido a las promesas que Dios había hecho muchos años antes “porque creyó que era fiel quién lo había prometido”. ¿Quién lo había prometido? Dios. Lo que Dios prometió Él lo cumplió cuando Sara creyó. Así también, lo que Dios promete en Su Palabra, Él lo honrará cuando nosotros creamos.


Si vamos a hacer conexión con los recursos para la vida abundante, tenemos que ir a la Palabra para averiguar que está disponible, cómo recibirlo y qué hacer con ello después de que lo tenemos. Vamos a mantener nuestras necesidades y nuestros deseos en balance, reconociendo que Dios no es sólo capaz sino que también es deseoso de cumplir cada promesa presentada en Su Palabra.