jueves, 14 de mayo de 2015

68 - Cómo conocer y hacer la voluntad de Dios

Mucho se ha especulado sobre el tema. Y muchos creyentes se hacen la pregunta que encabeza el presente artículo. Esa curiosidad, por lo general, es sana, pues en el servicio cristiano la aprobación o la desaprobación por parte de Dios depende del conocimiento y cumplimiento de su voluntad.

 Lc. 12:47-48. 47Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.          Para el Señor Jesucristo la sumisión a la voluntad del Padre era tan vital como el alimento para el cuerpo  
Jn. 4:32, 34; 2El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. 33Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. Jn. 5:30). 0Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?

Y algunos ejemplos bíblicos nos muestran que nada puede sustituir la aceptación de tal voluntad.
El rey Saúl había recibido de Dios órdenes muy claras acerca del botín dejado por los amalecitas; pero él creyó que sería mejor apropiarse de éste a cambio del sacrificio de vacas y ovejas en honor de Yahveh. ¿Y qué le dice el Señor?
«¿Acaso se complace Yahveh tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a las apalabras de Yahveh? Mejor es obedecer que sacrificar»
 1 S. 15:1-23). 1Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. 2Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. 3Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
4Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá. 5Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle. 6Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos de entre los hijos de Amalec. 7Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto. 8Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada. 9
Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.
10Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: 11Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche. 12Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un monumento, y dio la vuelta, y pasó adelante y descendió a Gilgal. 13Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová. 14Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos? 15Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos. 16Entonces dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él le respondió: Di.17Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel? 18Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes. 19¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová? 20Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. 21Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.
22Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 
23Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.

Cuando la voluntad de Dios llega clara a nuestro conocimiento, todo intento de sustituirla por criterios humanos aparentemente más acertados es insensatez y rebeldía cuyas consecuencias habremos de deplorar el resto de nuestros días.

La voluntad de Dios en las cuestiones dudosas de la vida

No siempre encontramos en la Biblia respuesta a nuestras preguntas. Damos algunos ejemplos (podrían citarse muchos más):
  • Se me presenta la oportunidad de obtener un nuevo empleo. ¿Debo aceptarlo o no?
  • Hay una persona que me atrae poderosamente. Ambos estamos recíprocamente enamorados. ¿Es voluntad de Dios que me case con ella?
  • La relación con mis padres se ha hecho tensa, prácticamente insoportable. ¿Debo abandonar la casa paterna y vivir mi propia vida?
  • Una situación análoga vivo en la iglesia. ¿Debo buscar otra en la que me incorpore como miembro?
  • ¿Quiere el Señor que me prepare para servirle mejor en alguna forma de servicio cristiano?
  • En el círculo de mis relaciones hay una persona con la cual congenio, pero no es cristiana. ¿Qué es aconsejable en tal caso?  etc. etc. etc.

Principios generales para conocer la voluntad de Dios

En primer lugar hemos de entender que no hay camino seguro al conocimiento de la voluntad divina cuando nuestra consulta admite dudas. La respuesta puede variar según multitud de factores y circunstancias. Nos gustaría que Dios nos enviase un ángel que nos indicara la decisión a tomar. La consulta sobre la voluntad del Señor en una cuestión determinada no es hoy en día algo que pueda resolverse mediante un talismán, sino por medio de una percepción espiritual y una sensibilidad debidamente desarrolladas. A modo de guía, sugerimos las siguientes pautas:

1. Renuncia a todo prejuicio y a todo intento de justificar lo que a nosotros nos gustaría que fuese la voluntad divina. De lo contrario, cualquier respuesta que no se ajuste a nuestro deseo fácilmente será rechazada con razonamientos fruto del autoengaño. Hemos de ir a Dios con mente y oídos abiertos a su voz, sea cual sea su respuesta.

2. Oración sincera «para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él; que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento para que sepáis cuál es la esperanza de la vocación a que él os ha llamado» ( Ef. 1:17-18), 17para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, «que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. Así podréis andar como es digno del Señor, agradándole en todo» ( Col. 1:9-10). 9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

3. Consideración del tema a la luz de la Biblia. En algunos casos la enseñanza de la Escritura es suficientemente clara y nos indica si debemos o no tomar la decisión que nos planteamos. En otros, puede suceder que no hallemos un texto suficientemente claro para decidir la resolución que debemos tomar. Sin embargo, la enseñanza global de la Escritura y el espíritu de la misma siempre contienen luz que nos ayuda a tomar nuestras decisiones. Esa luz será tanto más clara y útil cuanto más ampliamente conozcamos la globalidad de las Escrituras. No podemos fiarnos demasiado de lo que nos dice un solo versículo.
Es poco fiable la práctica de abrir al azar la Biblia después de haber orado pidiendo a Dios que nos dé como mensaje suyo el primer versículo que aparezca a nuestros ojos. Pero no siempre ese modo de buscar la voluntad de Dios tiene efectos tan positivos. La experiencia de aquel creyente que, torturado por un problema, trató de encontrar la voluntad de Dios abriendo al azar el Nuevo Testamento. El texto sobre el cual se fijaron sus ojos fue el referido al suicidio de Judas ( Mt. 27:5). 5Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Pensando que algo no había funcionado bien, aquel hombre piadoso repitió la prueba. Esta vez le salió el texto «Ve y haz tú lo mismo» ( Lc. 10:37). 7Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo. Insatisfecho, y desechando esta respuesta por inapropiada, probó una vez más. El texto que leyó en el tercer intento fue: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto» ( Jn. 13:27). 7Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.
La experiencia ha mostrado que en la mayoría de los casos el texto salido al azar nos dirá muy poco o nada que pueda considerarse una respuesta fiable.
En cualquier caso es importante asegurarnos de que no distorsionamos la orientación bíblica con una interpretación de su mensaje sesgada por nuestras ideas preconcebidas.

4. Demanda de consejo a persona capacitada para aconsejar con sabiduría y criterio espiritual reconocidos. «El que obedece al consejo es sabio» ( Pr. 12:15). El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio.

 Importantes decisiones de algunos personajes bíblicos se debieron a la intervención de sabios consejeros. Como botón de muestra, recordemos a David en su hora de furor incontenible por la rudeza hiriente de Nabal. La decisión de David era dar muerte a aquel hombre. ¿Era esto la voluntad de Dios? Pronto se vio que no. El sabio consejo de Abigail, esposa de Nabal, fue seguido por David, y lo que pudo haber sido un episodio trágico se convirtió en un ejemplo de sensatez; y el dominio propio, principio de una experiencia apacible y romántica
( 1 S. 25). 

5. Orientación mediante las circunstancias. Éstas en muchos casos pueden ser valiosamente orientativas; pero también se prestan a ser mal interpretadas. En el curso de su Providencia, Dios puede disponer las cosas de modo que nos libre de decisiones equivocadas; o, por el contrario, introducir una circunstancia que aparentemente facilite la decisión correcta. Sin embargo, no siempre las circunstancias son guía infalible. En algunos casos pueden ser engañosas y llevarnos a resoluciones que no corresponden a la voluntad de Dios.
Esta posibilidad ha de llevarnos a analizar la situación con cautela, dando una grado de fiabilidad superior a los medios anteriormente señalados. No siempre circunstancias favorables para tomar una decisión indican que nos guían a la voluntad de Dios. A veces «aun el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz» ( 2 Co. 11:14). 14Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.  
El auge espiritual de la iglesia de Antioquía en días de Bernabé y Pablo era una circunstancia que podía conducir a la iglesia a retener en su seno a aquellos dos hombres extraordinarios; así seguirían beneficiándose de su magnífico ministerio. Parecía un criterio muy juicioso; pero no entraba en los planes del Señor, cuya voluntad era diametralmente opuesta. La circunstancia que se daba en Antioquía no tenía por objeto retener a los dos grandes misioneros, sino prepararlos para emprender la gran obra de su vida; de ella se beneficiaría no sólo la iglesia antioquena, sino todas las iglesias que iban surgiendo y de las iglesias de todos los tiempos hasta nuestros días. Una circunstancia determinada puede ayudarnos a entender si apunta a la voluntad de Dios, siempre que coincida con los parámetros ya señalados.

6. La voz interior. Muchos creyentes sostienen que Dios les habla de modo especial, indicándoles lo que deben pensar y hacer. Frecuentemente se les oye decir: «El Señor me ha dicho». Sin embargo, este elemento en la búsqueda de la voluntad divina es el más dudable. Puede esa voz proceder del Espíritu de Dios, como en el caso del joven Samuel ( 1 S. 3). Y no cabe duda que el Señor puede guiar nuestro pensamiento y «hablarnos» de modo que lo que pensamos y después decidimos es conforme a los planes que él tiene para nuestra vida. No obstante, en muchos otros casos la voz interior no procede de Dios, sino del interior del propio creyente.
Tal fue el caso de los falsos profetas en Israel ( Jer. 14:14). 14Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan.

Por eso lo que atribuimos a Dios creyendo que es revelación suya para guiarnos no pasa de ser una pretensión injustificada. De todos los caminos para llegar a conocer la voluntad de Dios, éste es el menos garantizado, por ser el más expuesto a error. Ello hace necesaria una gran sensibilidad espiritual y un conocimiento sólido de las Escrituras. Lo que hemos dicho bajo el epígrafe anterior, es válido para lo que aquí acabamos de señalar.
A menudo ninguno de los caminos a seguir para conocer la voluntad de Dios es suficiente por sí solo. Conviene complementarlo con los medios expuestos a lo largo de este artículo y con la ayuda del espíritu santo obtener la verdad para nuestras vidas en gracia y misericordia de Dios hacia nosotros.

Dos observaciones importantes

1. No debemos esperar una respuesta sobrenatural del Señor cuando le pedimos que nos revele su voluntad. Es más lógico, y más bíblico, ejercitar las facultades intelectuales que él nos ha dado para discernir lo mejor a la luz de su Palabra e ir creciendo en el discernimiento de cual es la Voluntad de Dios. (2Timoteo 2:15)
2. Por atinada que sea nuestra búsqueda de la voluntad de Dios, a menos que ésta la hallemos muy claramente expuesta en la Biblia, siempre habremos de adoptar nuestras conclusiones con reservas. Nunca podremos decir o pensar con carácter absoluto: «Ésto es el plan de Dios para mi vida». Por lo general, siempre quedará la sombra de la duda.

         Lo máximo que puedo decir es: «Creo que, a través de mis reflexiones, limitadas pero honestas, Dios me guía a tomar tal o cual decisión. Si me equivoco, que él me perdone y en su misericordia me haga conocer mejor lo que quiere de mí y para mí». De una cosa podemos estar seguros: «Por el Señor son ordenados los pasos del hombre y él aprueba su camino. Cuando el hombre caiga, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano»


( Sal. 37:23-24). 3        Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
Y él aprueba su camino.
          24      Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano.
Añadamos sinceramente algo más:
Una declaración sincera: «Hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado» ( Sal. 40:8).          8        El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,Y tu ley está en medio de mi corazón.

Una súplica: «Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán» ( Sal. 43:3).   Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;
Me conducirán a tu santo monte,Y a tus moradas.
  • Y una entrega renovada: «Heme aquí, oh Dios, vengo para hacer tu voluntad» ( He. 10:9). 9y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.


miércoles, 6 de mayo de 2015

67 -  Anticipándote a la victoria
La tristeza seca los huesos, pero el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
Luego de la muerte de Moisés, Dios le habló a Josué para que guiara al pueblo a la Tierra Prometida.
No le dijo que hiciera luto o que se deprimiera, al contrario, le dijo levántate y haz la obra! Porque Él lo acompañaría de la misma forma que estuvo con Moisés
Josué 1:1-5).  1 Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: 2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. 3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.
5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
Muchas veces nos estancamos porque hay cosas que mueren  y nos deprimen. Puede ser una persona querida o un sueño que no se ha cumplido. Así que tendrás que pelear la buena batalla y vencer para la honra de tu Señor.

Deja de lamentarte y levántate porque Él te ayudará pero tú debes tomar acción en Su nombre. Dios también le dijo a Josué que nadie podría hacerle frente en todos los días de su vida. Esto significa que tendría que afrontar dificultades pero que triunfaría. Se anticipó a la victoria, tal como debemos hacerlo nosotros.

Romanos 8:31 dice que nadie se atreverá a estar contra nosotros creyendo que puede vencernos. Así que debemos preguntar: “¿Si Dios es por mi, quién contra mi?”
Entonces, debemos analizar algo importante. Sabemos que Dios no nos abandona, pero lo crucial es tener la certeza de que nosotros mismos no nos abandonaremos.  Es decir, confiaremos en nuestras capacidades y nos motivaremos a vencer.  Solamente de esa forma estaremos realmente con Dios. Parece algo confuso, pero es sencillo: Si Dios está contigo y tú no estás contigo, entonces no estás con Dios. La solución es cuidarte, valorarte y motivarte para hacer proezas. Nadie más que tú puede encontrar la voluntad para luchar y vencer.
Quiérete, valórate y enfrenta la vida convencido de que lograrás grandes proezas.  No te abandones a la depresión y la tristeza, toma carácter, enfrenta la vida. Eres valioso, por eso Dios dice que está contigo. Si Él te valora, tú también debes valorarte.
Si Dios está contigo, tú también debes estar contigo para estar con Él y lograr la victoria.

Deja de pensar que nadie te quiere, mejor levántate pensando que algo bueno te sucederá, que alguien está pensando bendecirte y así será.

Hebreos 13:7 nos pide recordar a nuestros pastores, imitar su fe y considerar el resultado de sus conversaciones.
Esto nos hace reflexionar en lo importantes que son las palabras. Pueden levantarnos o hundirnos, por lo que debemos tener cuidado con lo que decimos y escuchamos. La vida se compone de acciones y palabras. Un hijo y un discípulo aprender del ejemplo y de los consejos, por eso es necesario que cuidemos lo que hacemos y decimos.

Dios espera que nos anticipemos a la victoria con nuestras palabras. Él, con Sus palabras anticipó la victoria de Josué y también la de Gedeón a quien le dijo: “Ve con esa tu fuerza y derrotarás a los madianitas”. Se refería a la fuerza que Gedeón expresaba con sus palabras, aunque eran de duda y temor. Si Dios con Su Palabra anticipa la victoria, nuestras palabras deben afirmarla.
Sus palabras y las nuestras deben ser las mismas. Por favor, no te anticipes a tu fracaso, habla sólo de victorias, sé tu mejor aliado porque suficientes enemigos tendrás que vencer como para ser tu propio verdugo. Debes decir: “Soy capaz, lo lograré, Dios está conmigo y yo también estoy de mi lado”.

Habacuc 3:17-19 nos da un buen ejemplo de un hombre que anticipa su victoria. Dice que se gozará en el Señor aunque la higuera no florezca, no den fruto las vides y olivos, y no haya ovejas o vacas. Dice: “Dios es mi fortaleza y me hace andar en MIS alturas”.
Este hombre habla de un probable futuro de escasez, pero su presente es de abundancia. Se anticipa a la crisis y dice que sin importar lo que deba enfrentar, siempre se gozará en Dios quien lo levanta. Al decir que lo hace andar en sus alturas, está afirmando que no nació para estar abajo, sino arriba. Hay pensamientos que te hacen creer que naciste para estar abajo, pero estás equivocado. No aplastes tus propias alturas, las que el Señor te ha otorgado. No hagas caso de las palabras que intentan hundirte. 

En otras palabras, Habacuc dice: “Aunque algo me falte -que no sucederá-,  me esforzaré en el Señor, me alegraré en Él y me levantaré”. ¡Eso es anticipar la victoria! Debemos  hablar de que tendremos alegría en medio de la crisis porque la tristeza seca los huesos, pero el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
Gozarnos en cualquier situación no significa resignarnos y cantar, sino demostrar que estamos convencidos de que Sus promesas son más grandes que los problemas.

Cada vez que te sientas abatido, párate frente al espejo y repite el      Salmo 27:13-14:
Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes. 14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.                   “No desmayaré, me esforzaré y esperaré en Jehová”.
Además, expresa: “también confío en mí, porque Él confía en mí”. Las mejores palabras deben salir de tu boca, no para adularte, sino para motivarte. La fórmula para no desmayar es creer en Sus promesas, no en lo que ven tus ojos.
Deja de quejarte, entrégale tu vida al Señor para que te enseñe a confiar en Su Palabra y en tu capacidad de triunfar. Si Él está contigo, tú debes estar contigo porque juntos alcanzarán la victoria que han anticipado.
Descripción: https://feedads.g.doubleclick.net/~a/GF7iCZqGUW5MtBWODstbZzrS_DE/Og6vimZl8hplPhejZWc7KBmuFWs/1/piFilipenses 2:3-9”….; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a Él mismo;….sino que se despojó a sí mismo,…se humillo a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,”.
La humildad de Jesucristo, de como el Señor estimaba a los demás como superiores a Él mismo, de cómo se humilló haciéndose obediente hasta la muerte, y por esta humildad demostrada, Dios lo exaltó hasta lo sumo, esto quiere decir que aun cuando Jesús estaba capacitado en cualquier área más que cualquier persona, estimaba a los demás como superiores a Él mismo, es decir, si se daba el caso de que a alguien lo elegían en lugar de Él, simplemente lo aceptaba sin quejarse, lamentarse o revelarse contra la persona preferida, diciendo tal vez, pero si yo soy el hijo de Dios.
Lo que te quiero mostrar con esto es que cuando se elija a alguien en lugar de ti en cualquier área de la vida, puede ser que esto no sea una injusticia de la gente o del diablo, como es lo primero que se piensa generalmente en estos casos, sino que Dios te está enseñando a ser humilde, en la escuela de Dios la humildad no se aprende o se demuestra con conocimiento sino con hechos, si este ha sido tu caso, será que has reaccionado con humildad como Jesucristo o lo has hecho con quejas y amargura?.                             

Por todo esto es sumamente importante conocer la realidad de lo que Dios quiere o es su voluntad en cada situación que estés atravesando.
Tal vez hoy en tu trabajo, ministerio o entorno están las personas que se requieren para que tu crezcas a imagen y semejanza de Jesucristo, y esto lo ha permitido Dios.
El cristiano carnal (inmaduro) mira a un objeto o a una situación, pero porque no puede mirar a través de éste, se regocija o se deprime por lo que ve.
El hombre espiritual es capaz de mirar a través de las cosas como Dios las mira, y pensar en ellas como Dios piensa. Insiste en ver todas las cosas como Dios las ve, incluso si eso le humilla, y expone su ignorancia hasta el punto del sufrimiento “.
 1 Reyes 12. Cuenta como en los tiempos del rey Roboam hijo de Salomón, las diez tribus de Israel se rebelaron contra el rey, y mataron a Adoram que era la persona que el rey había puesto sobre los tributos, al ver esto el rey inmediatamente fue a Jerusalén y preparó un ejército de ciento ochenta mil hombres de las tribus de Judá y Benjamín para hacerle frente a los rebeldes, que era lo más lógico, es decir, lo que debía hacer un rey ante esa situación, pero, Semaías, le dijo al rey de parte de Dios que no saliera a batalla porque lo que estaba sucediendo Él lo había permitido por el pecado de su padre Salomón, y fue así como Roboam desistió de ir a pelear contra las diez tribus de Israel.
Imagínense la matanza que hubiera sucedido si Roboam no hace caso a la palabra de Dios sino a sus pensamientos, cuantas veces en medio de una situación desesperante hemos empeorado todo obrando de manera impulsiva sin esperar la dirección del Señor?, por esto es indispensable que nunca obremos de acuerdo a la lógica o a lo que nos parece correcto o bueno, sino que esperemos a que el Señor nos revele su voluntad y de esta manera siempre venceremos.
Pr.3:5Fíate de Jehová de todo tu corazón , y no te apoyes en tu propia prudencia”.

Los capítulos 30 (Job lamenta su situación actual) y 31 (Job reafirma su integridad) del libro de Job, fueron los últimos en los cuales Job en medio de su prueba habló quejándose y justificándose, pero, en los capítulos 38, 39, 40 y 41, Dios en medio de la gran prueba le habló a Job y le hizo entender realmente la situación, después que Job reconoció su ignorancia fue que Dios lo sacó en victoria de la prueba, Dios en medio de la tribulación no dejó a Job sólo con su confusión, sino que le habló mostrándole la verdad de su condición, y Job respondió a esto con arrepentimiento, sea lo que sea que estés pasando, Dios a través del Espíritu Santo quiere hablarte, darte su entendimiento para mostrarte la verdad acerca de tu situación, acuérdate que sus pensamientos son mucho más grandes que los tuyos y hay un final victorioso para tu circunstancia. Te repito que Dios quiere mostrarte que en realidad es lo que está pasando con tu vida,
Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te ensenaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”.
Descripción: https://feedads.g.doubleclick.net/~a/GF7iCZqGUW5MtBWODstbZzrS_DE/Ys2AkIGA0efj9ONGAVaCr29CwJo/1/pi“El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
Mateo
12:35

Cuando hablamos de la ley de la confesión estamos hablando de que nosotros fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios y Dios todo lo creó a través de Palabra. Entonces, ahora que somos hijos de Dios, tenemos que funcionar a la manera de Dios. Una forma de hacerlo es fluyendo en palabras. ¿Qué quiero decir? Por ejemplo, que para ir creando una familia bendita, una vida prospera y saludable tengo que declarar, confesar, palabras de fe sobre esa realidad que quiero vivir. En lugar de hablar mal de su esposo/a diga: mi esposo/a es el mejor, me honra, me bendice, es próspero, está bendecido. Eso es confesar en fe. Aunque usted todavía no lo esté viviendo, pero lo ve por la fe.

Algunos cristianos que entendieron esta ley, ya empezaron a fluir en fe en sus pensamientos, en su manera de hablar y no le dan lugar a la duda.
Eso es muy importante, porque si está hablando duda está formando a otra gente con duda también. La Biblia dice que si duda no piense recibir algo del Señor. Tiene que echar afuera la duda y alimentar la fe con la buena Palabra de Dios. Porque por la Palabra viene sabiduría divina a su vida.

Ahora, lo que le quiero dejar en esta oportunidad como enseñanza es que a través de su vida tiene que soltar la bendición de Dios que ha recibido en la vida de otros. Todo lo que usted hace sobre otros, los ayuda a formarse. Sabe que la Palabra de Dios tiene mucho poder.
Piense que si usted suelta palabras de bendición sobre la vida de alguien que se cree que no vale nada, que no sabe por qué vive esa palabra poderosa va a llegar hasta lo más profundo de su ser, como dice la Biblia y va a producir un efecto. Lo mismo pasa si usted trata mal a esa persona. Imagínese que daño tan grande le podría crear con tan sólo alguna palabra negativa que usted pudiera soltarle sobre su vida.

Por eso hoy lo invito a reflexionar sobre su forma de hablar ¿es de bendición para el que lo oye? ¿Es de bendición para su propia vida? Como hijos de Dios fuimos creados con la bendición para soltarla sobre la vida de otros y una forma de soltarla es hablándola. La Palabra de Dios es una bendición para la vida de la gente. Procure ser de bendición en todo tiempo y siga renovando su mente cada día con la Palabra de Dios. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca cosas buenas.

Oración: Padre, gracias por enseñarme a ser de bendición en la vida de otros. Miraré a mi alrededor y buscaré en todo tiempo ser de bendición a todo el que se me cruce en mi camino. En el nombre de Jesúcristo, amén.