viernes, 26 de octubre de 2012


LA FE DE DIOS
.             Romanos 12:3  Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno
La fe se origina en el cielo y comienza a operar desde allí. La fe que tú y yo tenemos viene de allí. ¿Cuándo vino a ti?

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Juan 3:6
Cuando nacemos de nuevo, en ese momento, recibimos la fe. Nuestra fe no vino de un hombre o una organización, vino del cielo. La fe que tienes viene de Dios.
En Marcos 11:22, la Biblia dice: “Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios”.
En el original dice: “Tened la fe de Dios”.
La fe de Dios

Antes de venir a Jesús no tenías fe, y yo no tenía fe. ¿Cómo fui salvo? Cuando oí la Palabra, la fe vino a mi espíritu. De otro modo, tú y yo no tenemos la habilidad para creer. La fe que tú y yo tenemos ahora vino de Jesúcristo. Se originó en Él. Tú y yo no tenemos la habilidad innata para creer. La vieja naturaleza sólo tiene la habilidad de dudar.
Antes de que vinieras a Cristo, sólo podías dudar porque no tenías fe. Ahora que has nacido de nuevo, que has venido a Jesús, tienes la fe de Dios. Ahora tu fe se origina en otro mundo.
En otras palabras, de acuerdo a Romanos 12:3, Dios nos ha dado una medida de fe.

Éstas son las señales de que una persona realmente ha nacido de nuevo:
1. Arrepentimiento genuino
2. Hambre por Dios
3. Cambio y transformación
4. Odio al pecado
5. Hambre por la santidad
Si realmente eres nacido de nuevo, tienes hambre de Dios. Debes buscar a Dios. Debes indagar a Dios. Si realmente has nacido de nuevo del cielo, debes odiar el pecado, y amar la santidad.


En la iglesia primitiva, la gente era realmente convertida porque el mensaje no era barato. Hoy el mensaje ha sido abaratado; no hay temor de Dios detrás del mensaje. La gente se arrepiente y llora lágrimas de cocodrilo. Cuando hay temor de Dios detrás del mensaje, la gente  se arrepiente de corazón.
Ahora, la gente viene a la iglesia,  vuelve a su casa y vuelve al pecado.
¿Dónde está el poder de Dios? ¿Dónde está el fruto del arrepentimiento?
¿Dónde está el hambre de Dios?
No me des ese viejo cuento: “Yo amo a Jesúcristo”. Si amas a Jesúcristo, ¿por qué volviste a pecar otra vez? Viniste a la iglesia y ahora ¿volverás a arrastrándote de nuevo al pecado?

Cuando quieres más de Dios nunca es suficiente. Cuando tienes verdadero arrepentimiento quieres más de Dios.

Las señales del nuevo nacimiento son las siguientes: Verdadero arrepentimiento, cambio y transformación, odio al pecado y amor por la santidad.
Si no hay cambio en tu vida entonces debes arrepentirte otra vez. Ésta es la razón por la que no tenemos poder en las iglesias.

La revelación trae expectativa
Tú tienes la fe de otro mundo, así que abstente de hablar palabras de incredulidad. No tienes excusa para no creer en Dios.
Ya que la fe tiene la atmósfera del cielo, cuando se la declara desde la revelación, produce una gran expectativa. Cuando la hablas de tu cabeza no produce nada, pero si la habla desde la revelación creará en ti una expectativa.
En el cielo hay una continua expectativa, y la fe que tienes viene de allí. ¿Por qué? Porque en el cielo, cada segundo, Dios revela algo nuevo.
En el Antiguo Testamento los ángeles cantan “Santo, santo, santo”. La palabra “santo” significa diferente, diferente y diferente. Los ángeles están a la expectativa: ¿Qué va a revelar Dios ahora?

Hoy no hay expectativa porque las iglesias predican todo el tiempo el mismo mensaje. Siempre lo mismo no se habla del señor Jesucristo, lo tienen inactivo y el esta muy activo, el se encarga de muchos asuntos que el Padre le ha delegado.
En el cielo, hay una continua expectativa porque la revelación siempre trae algo nuevo. Dios va a crear una expectativa de algo nuevo. Con tu fe comienzas a crear una expectativa por sanidad o por milagros. Así que la fe que viene de la revelación produce expectativa. Cuando no escuchas algo nuevo, no tienes ninguna expectativa, Dios es un Dios de vida y vive para siempre.


Lo que no puedes creer, no lo puedes obtener porque la fe es la moneda del cielo. Lo que no puedes creer no lo puedes comprar, por tomar un ejemplo. En el cielo compras por fe, vendes por fe, te mueves por fe y recibes milagros por fe, y por la gran misericordia de Dios y por su Gracia.
Tienes una moneda mayor que el dinero, mayor que la fama, mayor que tu intelecto y mayor que tu diploma. Si tienes fe, puedes tomarlo, si crees todo es posible. ¿Dónde está tu fe? En el cielo. Lo que no puedes creer es como que no lo puedes comprar.

¿Por qué Dios te dio fe?
Dios te dio fe para que los imposibles doblen sus rodillas. Así que las enfermedades doblarán sus rodillas. Tienes una moneda mayor que el dinero, mayor que las riquezas, mayor que cualquier cosa. ¡Tú tienes fe!

¿Cuál es el origen de tu fe?
¿Qué has hecho con la simple fe que Dios te dio cuando fuiste salvo? Si tomas un nuevo creyente y le preguntas: “¿Crees que Dios puede abrir esos ojos?”, él dice: “Sí”. Pero si tomas a un creyente “vino viejo”, que ha ido a la iglesia por 20 años, él no está seguro y necesita 80 confirmaciones.
Yo tengo uno aquí que lleva tres meses salvo echando fuera demonios, trayendo liberación a la gente.
Cuando naces de nuevo en Dios y tienes las señales que mencioné tendrás la clase de fe de Dios.
La fe causa que tengas la perspectiva del cielo. Ahora tendrás la perspectiva del cielo. Debería ser normal para ti caminar en lo sobrenatural.
La perspectiva es ésta: Nada es imposible para Dios. Mi perspectiva es ésta: Yo puedo hacer todo a través de Cristo.
¿Dónde está tu fe? Quiero que te levantes y la gastes la uses ahora. ¿Cómo gastas tu fe? Gastas tu fe a través de las palabras. Debes declarar: Dios es capaz de sanarme, Dios puede restaurar mi matrimonio y Dios puede liberarme ¡AHORA!

Que tu fe supere las excusas

¡Llénate de fe y deja las excusas a un lado para lograr lo que te propones.
Lucas 22:31-32 dice: Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Todos conocemos este pasaje cuando Jesús profetizó que Pedro lo negaría, pero lo que más me impacta es la frase:
“Que tu fe no falte”. Porque eso significa que la fe puede faltarnos en algún momento, aunque yo aprendí que Dios nos ha dado a cada uno la medida de fe que nos sostendrá siempre. Entonces, ¿a veces nos da fe y a veces nos la quita? ¿Por qué nos falta la fe en ciertos momentos? Claro que Dios nos ha dado una fe particular y personal que nos sirve para enfrentar nuestros retos, pero de nosotros depende que nunca nos falte.
Pedro, por ejemplo, necesitó una fe diferente a lo largo de su vida. Cuando caminó sobre el agua y luego se hundió, vemos que tenía fe, pero luego, en un instante, la perdió. Después, necesitó fe para aprender con el Señor, aunque luego, la perdió al momento de negarlo. Por eso, Jesús le dijo que rogaba para que su fe no le faltara y así fue, porque se convirtió en el apóstol que confirmó a miles.

Entonces, es posible que la fe nos falte en algún momento, pero nuestra responsabilidad es que nunca falte, sino que aumente. Seguramente, cuando sales de la iglesia, llevas bien puestos los pantalones y te sientes dispuesto a conquistar el mundo. Podrías decir: “Ahora sí conseguiré el aumento de sueldo que deseo”. Pero si a al primer intento no lo logras, poco a poco, tu fe decae. Algunos salen convencidos de que es el momento para encontrar novia o novio, pero luego de algunos días van decepcionándose y pierden la fe. Ya no pides gustos sobre la persona ideal, sino que le pides a Dios que te mande ¡alguien que por lo menos respire! Eso no puede suceder. Tu fe no debe faltarte, al contrario, debe fortalecerse frente a las adversidades.
De hecho, la dificultad comienza cuando le pides algo a Dios, de lo contrario no necesitaríamos fe. Al momento de decidirte a emprender algo, viene el problema, la resistencia. En ese momento es cuando necesitamos apretarnos más los pantalones y demostrar que creemos de verdad. Por ejemplo, al enviar a Moisés a liberar al pueblo, Dios le dijo que endurecería el corazón de Faraón. ¿Por qué endurecerlo si lo que necesitaba era que lo ablandara? Porque el Señor necesitaba ver la convicción de Moisés y de Su pueblo, ya que es necesario tener carácter para pedir bendición y también para recibirla, administrarla y compartirla. Pedir con fe y obtener lo que deseamos es solamente el inicio del camino hacia el éxito que culmina al alcanzar el beneficio de quienes nos rodean.
No más excusas
1 Samuel 17:34-36 relata: David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.
Cuando quiero aprender acerca de la fe, me gusta leer sobre los héroes de quienes habla Hebreos 11. Personalmente me gusta ponerme en los zapatos de esas personas. Imagino qué hubiera hecho si me toca cuidar a las ovejas de mi padre y veo un león o un oso llevándose a una. ¡Seguramente corro pero para el lado contrario a donde va el león Pero David los enfrentaba, tal como hizo con Goliat. 
Eso es usar la fe al extremo, sin excusas. Estoy seguro de que si mi papá hiciera un inventario de las ovejas y ve que falta una, no me regañaría si le explico que se la llevó un león. Como tú no regañarías a tu hijo si no enfrenta y mata a un ladrón que entra a tu casa. Cualquier padre le diría a su hijo: “Qué bueno que estás bien y no te sucedió nada, lo material se recupera”. Así que David tenía la excusa perfecta para no usar su fe y evitar al león o al gigante. De hecho, nadie le pidió que se enfrentara a Goliat. Al contrario, el rey Saúl le pidió que no lo hiciera porque estaba en desventaja. Sin embargo, David usó su  de fe y logró más de lo que le pedían. ¿Hasta cuándo pondremos excusas para no utilizar nuestra fe o creencia?

Abraham tenía la excusa perfecta para no creer por un hijo. Pudo decirle a Dios: “Mira, estoy casi muerto”. Noé también tenía la excusa perfecta para no creer y evitar construir el arca ya que nunca había llovido, pero no buscaron excusas y continuaron creyendo a pesar de todo. Muchas veces utilizamos excusas para librarnos de la culpa, al ver que no logramos hacer realidad las promesas de Dios en nuestra vida. Los jóvenes se excusan en el abandono de sus padres para no estudiar o andar en malos pasos, los trabajadores se excusan en la actitud exigente de los jefes para no esforzarse y comprometerse con sus metas, los empresarios se excusan en la difícil situación del país para no invertir y hacer crecer sus negocios. Claro que son excusas perfectas y válidas, pero aunque todo esté en contra, debemos decir: “Dios está conmigo y ¡derrotaré al devorador!” ¡Llénate de fe y deja las excusas a un lado para lograr lo que te propones!
De hortaliza a héroe
Lucas 17:6 explica: Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.
Marcos 4:30-32 también comparte: Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra.
Jesús comparó la fe con el grano de mostaza pero no porque fuera pequeña como este, sino porque la fe, como el grano, debe rebasar las expectativas y llegar a ser la más grande. El Señor no dijo: “Que tu fe sea pequeña como el grano de mostaza”, dijo que imitáramos al grano de mostaza que crece muchísimo. Al pensarlo, este grano de mostaza también tenía la excusa perfecta para no crecer porque es la más pequeña de las semillas, pero no buscó excusas y se convierte en un árbol enorme. Entonces tenemos dos parámetros, el del grano de mostaza y el de los héroes. ¿Cuál seguirás?
Te desafío a ser como los héroes que van más allá de toda expectativa humana y confían totalmente en el Señor. En mi grupo de amistad, cuando llega el momento de pedir, me gusta hacer petición por cosas materiales porque sé que a mi Padre puedo pedirle todo lo que deseo, no solo lo que necesito. Por eso, en el Padre Nuestro le pedimos el pan de cada día para hoy, es decir que pedimos abundancia. 
Entonces, yo pido una computadora nueva para el semestre, además de bendición y prosperidad para mi familia. Imagina que en tu grupo una pareja de ancianos pidiera un hijo o que un amigo pidiera que Dios le ayude a construir un bunker en su casa porque él y su familia repoblarán la tierra luego de la extinción. ¡Seguramente pensarías que están locos! Pues justamente eso es lo que sucedió con Abraham y Noé. Todos pensaban que estaban dementes, pero ellos creyeron esperanza contra esperanza, no pusieron excusas y lograron el propósito para el cual estaban llamados. Ellos fueron más allá, no tuvieron fe de semillas de mostaza sino de héroes.
Los mismo debemos hacer nosotros.. Siempre busca ir más allá con tu medida de fe, sin excusas ni pretextos. Si pedías porque tu hijo volviera a casa, ahora pide porque sea el joven que enseñe valores a toda tu comunidad, y más aún, pide como héroe porque llegue a ser el predicador más grande de tu país. Si tienes una pequeña cafetería, usa tu fe como el grano de mostaza que se convierte en la más grande de la hortalizas y pide un restaurante, pero luego, atrévete a usar tu fe como un héroe y pide por una cadena de restaurantes en toda Latinoamérica.
Si nos atrevemos a usar nuestra fe sin excusas, estoy seguro de que seremos los héroes del libro de Dios que leerán las futuras generaciones. Cuéntale tus sueños a las personas para que te vean como un loco. Porque llegará el día cuando vean que lograste hacer tus sueños realidad. Si Dios lo ha puesto en tu corazón es porque quiere que lo logres. ¡Inyecta la fe de los héroes a tus peticiones, supera la fe de la hortaliza más grande y verás que alcanzarás nuevas alturas!.                          jca

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