domingo, 1 de diciembre de 2019

CAPÍTULO DOS

¿Cuándo Serán Vivificados los Muertos?
(El Retorno de Cristo)


1 Corintios 15 es la escritura básica en el entendimiento de las resurrecciones y el retorno de Cristo. Es capítulo comienza por relatar cómo Dios levantó a Cristo después que Cristo estuvo en el hadës por tres días y tres noches. La palabra ratifica la resurrección de Cristo al señalar los testigos que vieron al Cristo resucitado. Luego de mostrar tales pruebas del Cristo resucitado, la Palabra nos pregunta: “¿Cómo podemos nosotros no creer en la resurrección ya que Cristo sí resucitó?”

          1 Corintios 15:3:
          Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras.

          Versículo 4:
          Y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

          Versículo 5:
          Y que apareció a Cefas, y después a los doce.

          Versículo 6:
          Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.

          Versículo 7:
          Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;

          Versículo 8:
          Y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.

          Versículo 12:
          Pero si se predica de Cristo que resucitó [fuera] de [entre] los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?

          Versículo 13:
          Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.

          Versículo 14:
          Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.



          Versículo 15:
          Y somos hallados falsos testigos de Dios [si predicamos que Cristo fue resucitado y no lo fue]; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.

          Versículo 16:
          Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;

          Versículo 17:
          Y si Cristo no resucitó, vuestra fe [creencia] es vana; aún estáis en vuestros pecados.

          Versículo 18:
          Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.

          Versículo 19:
          Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.

Pablo ha debatido y probado su tesis cuidadosamente: que la esperanza de la humanidad es la resurrección de Cristo. Para que el Cristo que ascendió retorne, tiene que haber resucitado. Sin este acontecimiento crucial, nuestra creencia es vana, nuestra enseñanza es falsa, y somos los más desventurados, por cuanto no tenemos esperanza de una vida futura. Pero afortunadamente, nuestra creencia no es vana, nuestra enseñanza no es falsa, y somos los más esperanzados porque Cristo sí resucitó.

Dado que Cristo sí resucitó, ¿cuándo regresará? Mateo 24:3 y 6 dan el relato de la pregunta que los discípulos le hicieron a Jesús acerca de su retorno personal y el fin del tiempo.

       Mateo 24:3:
       ...Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin [sunteleia, moviéndose hacia el punto final, telos] del siglo?

       Versículo 6:
       ...porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin [telos, punto final].

La palabra “venida” en Mateo 24:3 es la palabra griega parousia, traducida en la Biblia como “venida”, “presencia” y “advenimiento”, y siempre indica la presencia personal de la persona de quien se habla.* Para entender la segunda venida de Cristo, debemos mirar su primera venida.

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*Las siguientes escrituras son todos los lugares en el Nuevo Testamento donde la palabra parousia se usa. Nótese que no solamente se usa sobre la venida de Cristo por su Iglesia; pero siempre demuestra la presencia personal de aquel de quien se habla:
Mateo 24:3,27,37,39; 1 Corintios 15:23; 16:17; 2 Corintios 7:6,7; 10:10; Filipenses 1:26; 2:12; 1 Tesalonicenses 2:19; 3:13; 4:15; 5:23; 2 Tesalonicenses 2:1,8,9; Santiago 5:7,8; 2 Pedro 1:16; 3:4,12; 1 Juan 2:28.
Miqueas 5:2 indica que Cristo saldría de Belén (acontecimiento que está relatado en Mateo 2:1) mientras que Zacarías 9:9 indica la venida de Cristo a Jerusalén (acontecimiento relatado en Mateo 21:1-10).
Los acontecimientos entre e incluyendo el nacimiento de Cristo y su ascensión es su primera venida. Y, así como la primera venida de Cristo abarca un período de tiempo, lo mismo hace su segunda venida, la parousia.
Los acontecimientos del fin (sunteleia) incluyen: (1) La venida de Cristo por sus santos, (2) los acontecimientos del Libro de Apocalipsis, con la venida de Cristo con sus santos, (3) la primera y segunda resurrección, y finalmente (4) el fin (telos) cuando la muerte es destruida y todas las cosas le están sujetas a Dios.

La segunda venida de Cristo tiene dos fases básicas. Las dos partes de la parousia deben distinguirse claramente a fin de evitar serios errores. Con estas dos fases todos los muertos serán vivificados y los creyentes vivos serán hechos inmortales.

1.                  El retorno de Cristo por su Iglesia, el Cuerpo
La Reunión

La parte del retorno (parousia) de Cristo por su Iglesia es llamada en 2 Tesalonicenses 2:1 “nuestra reunión con él”. Primeramente, debe notarse que la reunión afecta solamente a quienes son renacidos de Dios* durante la Era de la Iglesia del Cuerpo, era que abarca el periodo entre el día de Pentecostés y la primera parte de la parousia. Los no salvos del periodo de la Iglesia del Cuerpo y todos los otros de antes y después de la Era de la Iglesia serán resucitados cuando Cristo venga con sus santos. Ningún incrédulo está afectado por la parte de la parousia de Cristo por su Iglesia, ni tampoco lo están los santos del Antiguo Testamento, ni la Iglesia de la Esposa.

El orden de los acontecimientos en el retorno de Cristo por su Iglesia del Cuerpo fue revelado a Pablo y está relatado en 1 Tesalonicenses 4 y 1 Corintios 15.

       1 Tesalonicenses 4:13-18:
       Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
       Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
       Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
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*Romanos 10:9,10: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, será salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”.-
Esta primera parte de la parousia no es técnicamente, una resurrección de los muertos, aun cuando el versículo 16 dice: “...y los muertos en Cristo resucitarán primero”. No es una resurrección de los muertos porque algunos creyentes estarán vivos en esta parte de la venida de Cristo y naturalmente no necesitarán ser resucitados. Aquellos que estén vivos serán arrebatados en las nubes con los creyentes que poco antes habrán sido resucitados para recibir al Señor en el aire. Con esta venida de Cristo por su Iglesia, él no vendrá sobre la tierra; él simplemente va a reunir a muertos y vivos de la Iglesia del Cuerpo. 1 Corintios 15 corrobora estos acontecimientos.

       1 Corintios 15:51-54:
       He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos [no todos estarán muertos al retorno de Cristo]; pero todos  [los miembros de la Iglesia] seremos transformados,
       En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros [que estemos vivos al momento de su retorno] seremos transformados.
       Porque es necesario que esto corruptible [los muertos de la Iglesia del Cuerpo] se vista de incorrupción, y esto mortal [los de la Iglesia del Cuerpo que estén vivos] se vista de inmortalidad.
       Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

Cuando los mortales se hayan vestido de inmortalidad y los muertos y corruptos hayan sido levantados incorruptibles, todos tendrán un nuevo cuerpo, tal como se declara anteriormente en el capítulo 15 de 1 Corintios. El cuerpo natural, el cuerpo que una persona tiene antes del retorno de Cristo, tiene sus limitaciones; pero el cuerpo espiritual que él da a su retorno es como su cuerpo resucitado --ilimitado en alcance y actividad.

       1 Corintios 15:44:
       Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

       Versículo 45:
       Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán [Jesucristo], espíritu vivificante.

       Versículo 46:
       Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

       Versículo 47:
       El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

       Versículo 48:
       Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

       Versículo 49:
       Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

       Versículo 50:
       Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.

Nuestro cuerpo carnal es un cuerpo natural. Pero con la reunión, tendremos un nuevo aspecto, un nuevo tipo de cuerpo --un cuerpo espiritual. Hasta que Cristo retorne, los muertos permanecen en el hadës con cuerpos físicos corruptos y con inconsciencia.

2.                  El Retorno de Cristo con su Iglesia
Las Resurrecciones

La venida de Cristo a la tierra con sus santos es también parte de la parousia, pero está solamente relacionada con “el día del Señor”.*  Esta parte de la parousia debe definitivamente ser distinguida de la primera parte de la parousia cuando Cristo viene por su Iglesia. La venida de Cristo con sus santos, llamada en griego apokalupsis, es la “aparición”, la “revelación”, “el advenimiento” y “el día del Señor”. El día del Señor incluye el periodo de los juicios de Dios. La Iglesia del Cuerpo nunca tendrá que sufrir esta experiencia pues ya habrá sido reunida. No sería ningún consuelo si tuviéramos que pasar por la tribulación del periodo del Apocalipsis. Además, si la reunión se confunde con la resurrección, entonces toda la Iglesia del Cuerpo tendría que pasar por la tribulación. Dado que la Iglesia del Cuerpo no estará sobre la tierra durante el periodo de tribulación, 1 Tesalonicenses dice “...alentaos los unos a los otros con estas palabras”.

El hecho que a los creyentes de la Iglesia del Cuerpo se les evitará la tribulación, de la cual se habla en el Libro de Apocalipsis, está expuesto varias veces en las epístolas. 2 Tesalonicenses 2 es un ejemplo.

2 Tesalonicenses 2:1-3:
       Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,
       Que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.


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*El “ día del Señor” no es un día de la semana sino el día en que el Señor del cielo juzgará. Está en oposición al “tribunal humano” (1 Corintios 4:3) que es durante la era de la Iglesia del Cuerpo; ahora, cuando son los hombres los que juzgan.-




       Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apos-       
       tasía [correctamente traducida, “la apostasía” es “la partida”, lo cual indica “la reu-  
       nión”],* y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición.

La iglesia habrá partido y estará con Cristo antes que la ira del día del juicio de Dios acontezca, los siguientes pasajes también ratifican esta verdad.

Romanos 8:1:
Ahora, pues, ninguna condenación [Katakrima, juicio] hay para los que están en Cristo Jesús...

1 Tesalonicenses 1:10:
Y esperar de los cielos a Su hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

       Romanos 5:9:
       Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

En esta parte de la parousia de Cristo la Iglesia ya habrá sido juzgada, no para castigo, sino para recompensas. 2 Corintios 5:10, haciendo referencia a la parousia por la Iglesia, dice: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo...” Este tribunal es el bëma, el lugar desde el cual se dan premios y recompensas “según lo que hayan hecho”.

La Iglesia del Cuerpo se presenta ante el bëma de Cristo para recibir la “corona de justicia”, “recompensas” por nuestras obras, por la fidelidad de nuestra mayordomía para Él. Nosotros aparecemos ante el bëma de Cristo, no para recibir sentencia de ira o condenación de Dios, sino para recibir “alabanza de Dios”. Ninguno de los hijos renacidos de Dios en Cristo será juzgado en cuanto a su posición o cualquiera otra cosa, por cuanto ellos ya han sido juzgados en la persona de su sustituto y mediador, Cristo Jesús. (Juan 5:24; 3:17,18; 1 Corintios 11:32; Romanos 8:33,34; 1 Tesalonicences 1:10; 5:9).

En el día del juicio del Señor, cuando toda la gente haya sido resucitada,** todos (excepto la Iglesia del Cuerpo) aparecerán ante el tribunal, el estrado desde el cual serán pronunciadas las sentencias del juicio de Dios.

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*Antes del “día del Señor”, los creyentes renacidos tienen que haber partido de este mundo para   estar con Cristo. Después de esto se cumplirá que “se manifieste el hombre de pecado” que será seguido entonces por “el día de la ira”.
En 2 Tesalonicenses 2:3, las palabras griegas son hë apostasia.
La palabra es el artículo “la”. El prefijo apo quiere decir “alejamiento de”. Si se tiene un círculo, apo se ilustraría como una línea en movimiento del exterior del círculo a algún punto distante. Stasia quiere decir “separar”, o “sacar”. Hë apostasia es una separación, un alejamiento de, o un sacamiento fuera de entre, es la partida.
**”Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”.
1 Corintios 15:22.-
2 Tesalonicenses 1:7-10 relata algunos de los acontecimientos que ocurrirán cuando Cristo retorne con su Iglesia.

       y a vosotros que sois [fuisteis] atribulados, daros reposo con nosotros, cuando [en el momento en que] se manifieste [apokalupsis] el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder [angelon dumaneos, que quiere decir “mensajeros de Su poder”, tanto los ángeles como los santos de la Iglesia],
       en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
       los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.
       Cuando venga [después que haya venido] en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).

Estas palabras no podrían ser más claras. Definitivamente no tratan sobre la parousia de Cristo por su Iglesia, sino sobre la aparición de Cristo más tarde en la aparición apocalíptica, apokalupsis, de sí mismo sobre la tierra. Si leemos las escrituras que se refieren a la venida de Cristo por su iglesia y las interpretamos como la venida de Cristo a la tierra con su Iglesia, permanecemos ignorantes de la esperanza bienaventurada* y nos encontramos temerosos y frustrados.

Cuando Cristo retorne con sus santos ya reunidos, habrá dos resurrecciones, una para los justos y otra para los injustos.

       Juan 5:28,29:
       No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
       Y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

       Hechos 24:15:
       Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.

       Lucas 14:14:
       ...pero te será recompensado en la resurrección de los justos.

       Hebreos 11:35:
       ...a fin de obtener mejor resurrección [la primera resurrección, la de los justos].


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*Tito 2:13: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y [el] Salvador Jesucristo”.


La primera resurrección es para los justos; la segunda para los injustos. Existe un periodo de tiempo entre estas dos. Apocalipsis 20, una visión de Juan sobre los últimos días, habla del lapso de tiempo y explica muchos otros acontecimientos de la sunteleia, los últimos tiempos cerca del fin mismo.


       Versículo 1:
       Vi un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

       Versículo 2:
       Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

       Versículo 3:
       Y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

       Versículo 4:
       Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi la almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús, y por la Palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

       Versículo 5:
       Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

       Versículo 6:
       Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

       Versículo 7:
       Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

       Versículo 8:
       Y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.

       Versículo 9:
       Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada, y de Dios descendió fuego del cielo y los consumió.


       Versículo 10:
       Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

       Versículo 11:
       Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
       Versículo 12:
       Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

       Versículo 13:
       Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades [hadës] entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

       Versículo 14:
       Y la muerte y el Hades [hadës] fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

       Versículo 15:
       Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Ya para el versículo 13 de Apocalipsis 20 todos los muertos habrán sido resucitados. Mirando nuevamente a 1 Corintios 15, los versículos condensados sobre el retorno de Cristo, con sus distintas facetas, se entienden más claramente.

       1 Corintios 15:22:
       Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.*

¿Cuándo serán todos vivificados?

Aquellos que han muerto durante la administración de la Iglesia del Cuerpo serán vivificados cuando Cristo venga por su Iglesia. Todos los demás serán vivificados cuando Cristo venga con su Iglesia. Entre la primera resurrección y a la segunda hay un lapso de tiempo. Algunos eruditos de la Biblia dicen que de 1000 años. Pero la primera y la segunda resurrección vivificarán a todos, y todos serán juzgados.

       Versículo 24:
       Luego el fin [telos, el punto finalísimo], cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.


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*El versículo 22 es a veces usado incorrectamente para probar que toda la gente será finalmente salva y todo el mundo estará con Cristo. Todos  sin excepción “serán vivificados”, pero no todos tendrán la recompensa de ir al cielo.

Cuando llegue este momento, todos habrán sido juzgados --las sentencias pasadas, las recompensas dadas-- y habrá un cielo nuevo y una tierra nueva donde no habrá más pecado, enfermedad o muerte. En aquel momento él será Rey de Reyes y Señor de Señores.

       Versículo 25:
       Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.

       Versículo 26:
       Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.

Cuando la muerte sea destruida podremos preguntar: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?” Cuando la profecía de Apocalipsis 20:14 se cumpla, la cual dice: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego”, entonces la muerte habrá sido destruida y por consiguiente no tendrá ningún aguijón.
      
Versículo 27:
Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies...

       Versículo 28:
       Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

Para cuando Dios sea todo en todos, la Iglesia habrá sido reunida y recompensada; los justos y los injustos habrán sido resucitados y juzgados para recompensas y castigos; y, finalmente, la muerte destruida. Únicamente en estas tres ocasiones --la reunión, la primera y la segunda resurrección-- serán vivificados los muertos.

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