domingo, 1 de diciembre de 2019

PRIMERA PARTE

LA TESIS 

CAPÍTULO UNO

¿Están vivos ahora los muertos?


La mayoría de los cristianos sostienen la creencia que, al morir, aquellos que pertenecen a Cristo son inmediatamente recibidos arriba en gloria, llamada comúnmente “cielos” o “paraíso”, para aparecer ante el Padre. Allí están vivos y conscientes y tienen una existencia gozosa con Él y con sus seres queridos. Tal creencia es contraria a las enseñanzas en la Palabra de Dios. Pues si una persona es llevada a felicidad eterna inmediatamente después de expirar, ¿por qué es necesario el retorno de Cristo y/o la resurrección? Si después de la muerte el cristiano ya está inmediatamente vivo y con él, ¿por qué habría de retornar Cristo a reunir su iglesia?

Si la muerte es la entrada a la felicidad eterna con el Señor, entonces la muerte no es un enemigo, sino un amigo bienvenido. Si la muerte nos lleva a la presencia inmediata de Cristo, entonces las Escrituras están vacías y nuestro creer es en vano. Pero la muerte no es un amigo, así como 1 Corintios 15:26 enfáticamente lo señala: “Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”. La muerte enemiga será destruida algún día, pero obviamente no lo ha sido todavía, como lo evidencia el hecho que a las empresas funerarias no les faltan los negocios.

Ya que la muerte no ha sido destruida y ya que los que han muerto todavía no están vivos y en el cielo, ¿dónde están los muertos? ¿Qué es la “muerte?”

La palabra “muerte” en la Biblia es la palabra griega thanatos, la cual se define como “el fin natural de la existencia terrenal humana”. Thanatos no es simplemente una ocurrencia instantánea cuando uno expira, sino que es un estado continuo. La liberación de este estado continuo de muerte depende del retorno de Cristo.*

Si la liberación de la muerte viene con el retorno de Cristo, ¿dónde están los muertos hasta ese momento? La Biblia dice que ellos están en el “Hades” o en el “Seol”. Estas palabras son transliteraciones directas de hadës en griego y sheol en hebreo.



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*1 Tesalonicences 4:16:17: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
1 Corintios 15:12, 13: “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó”.

El hadës o el sheol no es nunca el lugar de destrucción;* es siempre el estado  continuo de los muertos. La traducción más exacta de hadës o sheol sería “dominio de la tumba”. El dominio de la tumba

       Salmos 6:5:
       Porque en la muerte no hay memoria de ti...

       Salmos 146:4:
       Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.

       Eclesiastés 9:5,6,10:
       Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.
       También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.
       Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia [conocimiento], ni sabiduría.

Debido a que en la muerte no hay conocimiento, para la persona muerta no hay conciencia de tiempo. Así pues el momento de la muerte de un hombre viene a ser, en un sentido de tiempo para él, el momento del retorno de Cristo. Pero dentro de la dimensión del tiempo, el momento de la muerte de un hombre no es ni su reunión con Cristo ni su resurrección. En un sentido de tiempo él no va inmediatamente al cielo, sino que desciende al dominio de los que están en la tumba, sheol.

       Salmos 89:48:
       ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del Seol [sheol]?

       Salmos 16:10:
       Porque no dejarás mi alma en el Seol [sheol]...

       Salmos 49:15:
       Pero Dios redimirá [rescatar por medio de resurrección] mi vida del poder del Seol [sheol]...

       Job 21:13:
       Pasan sus días en prosperidad, y en paz descienden al Seol [sheol.

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*Gehenna en griego, que es ghi-hinnom en hebreo, se traduce “infierno”. Gehenna es el lugar de destrucción, infierno de fuego. La palabra se deriva del valle de Hinom donde la carroña arde eternamente. (Véase Josué 15:8; Mateo 13:39; Lucas 17:29,30; Mateo 25:41).
es el estado en el cual todos los muertos se encuentran; no es un qeber, un lugar donde el cuerpo está sepultado, ya sea en la tierra o en el mar. La descripción bíblica del dominio de la tumba (el reino de todos aquellos en la tumba --los muertos), sheol o hadës, es un lugar donde no hay conocimiento y por lo tanto no hay memoria.

En cada una de estas escrituras se usa la palabra hebrea sheol. Es interesante notar que las bestias también van al sheol.

       Salmos 49:12,14:
          Mas el hombre no permanecerá en honra; es semejante a las bestias que perecen.
         Como a rebaños que son conducidos al Seol [sheol], la muerte los pastoreará.

Jesucristo también descendió al dominio de la tumba cuando murió. Si alguien debió haberse ido al cielo inmediatamente después de la muerte, ciertamente que debería haber sido Jesús. Pero aun él se fue al sheol o hadës. Por tres días y tres noches él estuvo sin conciencia, como lo declaran Mateo 12 y Hechos 2.

       Mateo 12:40:
       Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

       Hechos 2:30,31,32:
       ...levantaría [Dios] al Cristo para que se sentase en su trono,
       viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades [hadës], ni su carne vio corrupción.
       A este Jesús resucitó Dios...

Igual que todos los hombres que mueren Jesús también fue al hadës.
¿Qué sucede entonces en el hadës? Todo es corrupción y podredumbre.

       Génesis 3:19:
       ...pues polvo eres, y al polvo volverás.

       Hechos 13:36:
       Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.

Como todos los que van al sepulcro, Jesús también se hubiese corrompido totalmente si Dios no le hubiera levantado de los muertos.

       Hechos 13:34,35:
       Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción...
       Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción [podredumbre total].

Dios levantó a Jesucristo del hadës y su corrupción. Si no hubiese sido levantado, Jesucristo no podría regresar; y sin su retorno, nunca podría haber liberación para ningún hombre --cristiano o no cristiano, salvo o no salvo-- del dominio de la tumba y la corrupción correspondiente.



       Hebreos 9:27,28:
       Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
       Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos, y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar [hacer enteros] a los que le esperan.

El elemento de tiempo entre la palabra “mueran” y la palabra “y” en el versículo 27, es el lapso de tiempo entre la muerte de un hombre y el momento en que será resucitado.

“Salvar”, que significa “hacer enteros”, en el versículo 28, es la liberación de corrupción que ocurrirá cuando Cristo retorne para la reunión y la primera resurrección de la humanidad. Los muertos no están vivos para ser hechos enteros ahora, porque el hombre no tiene inmortalidad ahora. Todavía estamos sujetos a morir y a corrompernos en el sepulcro. ¿Cuándo tendremos inmortalidad? Con la segunda venida de Cristo. Hasta ese entonces, todos los que han muerto no están en el cielo; están en el hadës, el dominio de la tumba. La muerte no es un amigo que nos lleva a la presencia de Cristo y de nuestros seres queridos; es conspicuamente un enemigo, pues en la muerte todos van al dominio de la tumba.

No ahora, sino que algún día, la muerte será destruida. Entonces los muertos en Cristo tendrán un cuerpo nuevo --esta vez un cuerpo incorruptible-- y los creyentes que estén vivos tendrán un cuerpo inmortal.

       1 Corintios 15:53-57:
       Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal [vivo en ese momento] se vista de inmortalidad.
       Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal de haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
       ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado la ley.
       Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

La muerte daría para siempre fin a la vida de toda la humanidad, si no fuera por la resurrección de Cristo y por ende su retorno a reunir y resucitar al género humano. Es entonces --con el retorno de Cristo-- que tenemos victoria sobre la muerte. Entonces tenemos inmortalidad e incorrupción. Hasta ese momento, los muertos permanecen en el dominio de la tumba en corrupción e inconsciencia.


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