viernes, 16 de enero de 2015

LA MARCA DE CALIDAD
Capítulo Doce de "Ordena mis pasos con Su Palabra"
Por V.P. Wierwille

Como hijos de Dios e imitadores de Jesucristo, cada uno de nosotros queremos vivir una vida cristiana de calidad. El tipo de calidad que deseamos es la calidad definida por Dios que Él expone para nosotros en Su Palabra. Una vida cristiana de calidad es una vida llena de fruto. Es una vida llena de fruto espiritual. Gálatas 5 enumera el fruto del espíritu.

Gálatas 5:22:

Mas el fruto del Espíritu…

El tema es “el fruto del Espíritu”. El fruto espiritual es el resultado de operar las manifestaciones del espíritu santo. Para entender esto, vamos a examinar la producción de una fruta natural. Tomemos como ejemplo las manzanas. Para hacer crecer una manzana, primero debe ser sembrada una semilla de manzana. Cuando los procesos de la vida en esa semilla comienzan a llevarse a cabo, brota un retoño y crece. Cuando el árbol alcanza la madurez, produce fruto, manzanas. Similarmente, si cada uno de nosotros va a tener el fruto del espíritu, hemos primero tener el espíritu, que es la semilla. Luego este espíritu debe ser cultivado por nuestro “caminar por el espíritu” al operar las manifestaciones del espíritu. El resultado final de la utilización de las manifestaciones del espíritu es el fruto espiritual.

Ahora, ¿cuál es este fruto resultante? Hay nueve cualidades enumeradas como el fruto del espíritu en Gálatas 5.

Gálatas 5:22-26:
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Si vivimos [zaÇ] por el Espíritu, andemos [stoicheÇ, procedamos] también por [a través del] el Espíritu.

No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

Nuestra marca o sello de calidad es que tengamos el fruto del espíritu manifestado en nuestras vidas. La marca de calidad es una vida llena de fruto espiritual, la cual es el resultado de caminar con las manifestaciones del espíritu.

Ahora, yo no podría tener la marca de calidad si no tuviera a Cristo en mí. “Cristo en mí” significa que he nacido de nuevo de un nacimiento espiritual. Y ese nuevo nacimiento es la semilla. Esta es la nueva creación por el Espíritu de Dios. Sin embargo, esa semilla es simplemente potencial. Es el cultivar esa semilla que resulta en una vida de calidad. ¿Qué clase de vida está usted manifestando? ¿Qué hace usted en su andar? ¿Tiene usted la marca de calidad que la Palabra de Dios dice que debe tener como hijo o hija renacido de Dios? Gálatas 6 comienza a mostrar como luce este andar, cómo uno reconoce el fruto del espíritu.

Gálatas 6:1
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

Que los que son espirituales, ¿hacen qué? Restauran. No debemos derribar a los creyentes que están en una falta. La palabra “restaurar” básicamente significa “corregir”. Toda la Escritura es útil para enseñar, redargüir y corregir.* En este versículo, se nos dice que debemos restaurar a la persona que tiene una falta por medio de corregirle a él o ella  con espíritu de mansedumbre.

Debemos también entender lo que quiere decir en el versículo 1 con “vosotros que sois espirituales”. En el contexto de Gálatas 5:16-26, observamos cuando una persona anda por el espíritu y lleva así el fruto del espíritu. Entonces, aquellos que son “espirituales” deben tener la marca de calidad, deben tener una vida llena de fruto espiritual. Más luz puede ser encontrada en I Corintios 14 concerniente a aquellos que son “espirituales”.

I Corintios 14:37:
Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor.

Es en esta sección de I Corintios 14 donde Dios ordena a los cristianos a hablar en lenguas. También les dice que en las reuniones de creyentes ellos deben interpretar su mensaje en lenguas y profetizar y operar todas las manifestaciones del espíritu decentemente y con orden de acuerdo a Su Palabra. Si somos espirituales, hemos de reconocer que estos son mandamientos del Señor; y si no somos espirituales, vamos a argumentar sobre ellos y a llegar a la conclusión de que no son mandamientos del Señor. Así que cuando Gálatas 6 habla de un hombre espiritual, esa persona espiritual (de acuerdo con I Corintios 14 y Gálatas 5:16-26) es aquel que reconoce y vive por las instrucciones escritas en las Epístolas a la Iglesia, que incluyen manifestar el espíritu santo y producir el fruto del espíritu.

Gálatas 6:1 da instrucciones específicas con respecto a la persona que es espiritual. Dice que si usted es una persona espiritual, no derribará y dará un pisotón a una persona sorprendida en alguna falta. Si usted es una persona espiritual, corregirá a la persona con el espíritu de mansedumbre. La mansedumbre es un fruto del espíritu, demostrado al estar libre de una arrogante autonomía. ¿Por qué “restaurar”? “No sea que tú también seas tentado” a no caminar de acuerdo a la Palabra y quedar atrapado en alguna falta u ofensa. Este es un andar corrigiendo con mansedumbre. Es la actitud de una gentil corrección como la siguiente: “La Palabra de Dios dice esto. Y porque te amo, quiero que tengas lo mejor y yo sé que tu también quieres tener lo mejor, entonces estoy corrigiéndote”. Usted corrige y restaura así a un uno “que ha sido sorprendido en alguna falta”.



*II Timoteo 3:16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”



Gálatas 6:2:
Sobrellevad los unos las cargas [baros] de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

Aquí está un versículo con el cual la gente tienen dificultad porque dice: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros”, y luego el versículo 5 dice: “Porque cada uno llevará su propia carga”. Esto suena como una contradicción. La dificultad está en la traducción.

En el versículo 2 la palabra “cargas” es la palabra griega baros, que significa “una carga o presión que puede ser compartida o aligerada por otro”. Tenemos que ayudarnos unos a otros. Eso es el amor. Si usted restaura a alguien con mansedumbre, usted compartirá la Palabra de Dios con él o ella. Usted le ayudará a llevar su carga. Y mientras usted hace eso, estará cumpliendo con la ley de Cristo.

¿Cuál es la ley de Cristo? Muchas veces la gente habla de la ley de Cristo, pero no conocen el lado práctico de la misma. Cristo dio esta ley poco antes de su crucifixión.

Juan 13:34:
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

Cuando usted anda en la ley de Cristo, ya no solamente ama en respuesta a que alguien  le esté amando. Usted ama a los demás como Jesucristo le ha amado. Estos son dos conceptos totalmente diferentes. Los creyentes han de amarse unos a otros con el amor de Dios, como Cristo nos ha amado.*

El libro de Gálatas está dirigido a los creyentes, no a los no salvos, no a los incrédulos. Usted no puede restaurar a un incrédulo. Él necesita salvación, no restauración. Él tiene que nacer de nuevo. Pero nosotros, los que hemos renacido estamos para sobrellevar los unos las cargas de otros. Tenemos el privilegio de ayudarnos unos a otros siempre que podamos. Eso es lo que la palabra “cargas” en Gálatas 6:2 significa. Dice: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros”. No dice: “Piénsalo”. Dice: “Hazlo”. No le pide que lo lleve a cabo si es que a usted le gusta la manera en que luzco o la manera en que me peino. Dice que si yo soy su hermano, usted debería ayudarme a llevar mi carga. Y si usted es mi hermano o hermana, entonces de la misma forma es mi responsabilidad ayudarle en amor a llevar su carga.

Gálatas 6:3:
Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.


* La epístola de I de Juan también nos dice esto. I Juan 4:20 y 21: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.”



En el contexto todavía estamos hablando de llevar cargas. El versículo 3 se refiere a aquellos que sienten que son personas autosuficientes. Ellos sienten que no necesitan ayuda para llevar sus propias cargas, y, a la vez, ellos no ayudan a otros con las suyas. Eso es definitivamente contrario a la Palabra de Dios. Este tipo de persona nunca cumple la ley de Cristo. Una persona nunca es realmente autosuficiente. La Palabra dice que se engaña a sí mismo, porque él verdaderamente necesita creyentes que le ayuden a llevar sus cargas, baros.

Versículo 4:
Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro.

Un hombre debe examinar su propia obra a fin de ver si ésta es la responsabilidad que le corresponde y si ha cumplido con su responsabilidad. Si lo ha hecho, entonces el versículo 4 dice que se gloriará sólo en sí mismo [o “se regocijará en sí mismo” como dice la versión KJ], y no en una “carga” compartida con otro, como en el versículo 2.

Versículo 5:

Porque cada uno llevará su propia carga [phortion].

La palabra “carga” aquí es phortion, no baros. En el versículo 2, “cargas”, baros, es un peso que puede ser compartido. Esta “carga” en el versículo 5 es algo que no puede ser compartido con otra persona. Nadie más puede asumirla o ayudarle con ella. Esa es la diferencia en estos dos versículos. Dos palabras griegas totalmente diferentes se utilizan para estas dos situaciones completamente diferentes. Por ejemplo, hay algunas cosas en mi vida con las cuales otras personas me pueden ayudar. Pero también hay otros pesos en mi vida que solo yo tengo que llevar. Cuando otra persona puede ayudarme a llevar mis cargas, la palabra es baros. Pero en aquellas áreas donde nadie puede ayudarme a llevar mis cargas, o mis responsabilidades, la palabra phortion es aplicable.

¡La exactitud de la Palabra de Dios es asombrosa! No hay contradicción entre el versículo 2 y el versículo 5 de Gálatas 6. ¿No es maravillosa la exactitud de esta Palabra?

Versículo 6:
El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.

“El que es enseñado en la palabra…” La palabra “en” debe ser omitida. Y más correctamente diría: “Al que le es enseñada la Palabra…” “Palabra” es logos en griego, la misma palabra usada en Juan 1. “Haga participe”  es  “compartir con”, refiriéndose a apoyo material y financiero. “Al que le es enseñada la Palabra de Dios comparta con aquel que le enseña todas las cosas buenas”.

Versículo7:

No os engañéis…

En otras palabras, no se deje engañar. Cuando una persona es engañada, el engaño tiene que venir del adversario, porque él es el gran engañador.* Así que si usted está engañado, ha estado escuchando a la fuente equivocada, porque usted no puede ser engañado por el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios no engaña; Él alumbra.

Versículo 7:
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Una profunda y gran verdad que se encuentra aquí en la palabra “burlado”. Se trata de un orientalismo gráfico relativo a los insultos. En la cultura bíblica, si usted realmente quería insultar a alguien, usted le tocaría en la mejilla. No era una bofetada, sino sólo un toque en la mejilla con la mano izquierda, la mano de maldición. Esto era un gran insulto. Otra gran insulto era escupir en una persona. Y otro tipo de insulto era literalmente voltear o levantar la nariz. La palabra “burlado” aquí en Gálatas 6:7 es “levantar la nariz a alguien en señal de desprecio”. No os engañéis; Dios no es alguien a quien se le pueda levantar la nariz. En otras palabras, una persona no puede burlarse de Dios. El orientalismo enfatiza esto: sin ninguna sombra de duda, un hombre cosecha lo que siembra.

No trate levantarle la nariz a Dios en señal desprecio, porque lo que realmente está en su corazón se manifestará, “pues todo lo que el hombre sembrare, esto también segará”. Si usted no lleva la carga de nadie más, nadie va a ayudarle a llevar la suya. Si yo soy su hermano y usted no está dispuesto a ayudarme aun cuando tiene la capacidad de hacerlo, usted le está levantando la nariz a Dios. ¿Cómo podemos decir que amamos a Dios cuando no nos tratamos los unos a otros como hermanos? Hacemos todo lo contrario. Esto es a lo que se refiere “todo lo que el hombre sembrare” en este contexto que está hablando de nuestro andar. La marca de calidad de un cristiano es que realmente ame a Dios y lo demuestre día tras día en su andar mientras siembra la buena semilla, como cuando restauramos a una persona sorprendida en alguna falta y compartimos las cargas de otros.

Versículo 8:
Porque el que siembra para su [propia] carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

“Sembrar” es plantar. Cuando yo le amo con el amor de Cristo, estoy sembrando. Cuando usted anda con el amor de Cristo, está sembrando. Y lo que siembra vuelve a usted, usted cosecha. Si usted siembra un infierno, eso es lo que va a regresar a usted. Si usted da amargura, eso es lo que va a recibir. Si usted da crítica, eso es lo que va a recibir. Si usted da el amor de Cristo, eso es lo que  va a recibir. Usted cosechará lo que sea que esté dando. En el contexto, sembrar en el espíritu es caminar por espíritu santo. Esto habla de un andar.

Versículo 8:

… el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.



*Apocalipsis 12:9:” Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”.


 “Segar vida eterna” va más allá que simplemente tener vida eterna. La vida eterna se obtiene por gracia, no por obras.* Es un regalo. Pero aquí en Gálatas 6 “vida eterna” está hablando de cosechar los resultados de nuestro andar, de nuestras obras. ¿Qué es segar? Segar es una recompensa. Cuando usted lleva su maíz al mercado, usted obtiene una paga por ello. Cuando usted trabaja un día o una semana en una fábrica, le pagan. La siega o cosecha es la paga. Entonces como creyentes que caminamos por el espíritu, también obtenemos nuestra paga. Pero ¿cuándo? “Vida eterna” muestra que la paga viene en dos formas, ahora mismo y continuará desde ahora por la eternidad. En su uso en el versículo 8, “vida eterna” incluye todos los beneficios de andar en la Palabra, ahora y por toda la eternidad. El cristianismo es tan dinámico porque no sólo tenemos el gozo de la vida abundante ahora, sino que tendremos toda la eternidad para disfrutar de los frutos de haber sembrado en el espíritu.

Yo les digo a todos aquellos que no quieren aceptar al Señor Jesucristo y vivir en el camino de Dios, que no tienen ni idea de lo que se están perdiendo. Esta es la única vida de gozo y bendición y paz que hay. Mi amigo Rufus Mosely solía decir: “Este andar con Dios es tan fantástico que es el cielo de camino al cielo, incluso si no hubiera cielo cuando lleguemos allí”. Así que tome la decisión si va a caminar en el camino de Dios, el camino de Su Palabra, o si va a caminar en el camino del mundo. Cada hombre y mujer decide qué tipo de semillas él o ella quiere plantar.

Versículo 9:
No nos cansemos, pues, de hacer bien…

Debemos caminar en la Palabra y caminar en la Palabra y caminar en la Palabra. No podemos cansarnos de hacer esto. Tenemos el gozo de vivir por la Palabra de Dios ahora, y tendremos el gozo de cosechar las recompensas de nuestro andar de calidad por toda la eternidad.

Versículo 9:
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo [en el tiempo apropiado] segaremos, si no desmayamos.

Dios dice que usted va a cosechar si no desmaya, si no se cansa de hacer el bien.  Desmayar es renunciar y decir: “Oh, estoy tan cansado de ser bueno con la gente”. En ese momento perdemos la grandeza de sobrellevar los unos las cargas de los otros. La convicción en la Palabra de Dios debe estar en nuestras almas para servir incluso cuando nuestras emociones nos asedian para no servir.

Versículo 10:
Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.



*Efesios 2: 8 y 9: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
   Romanos 6:23: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.



Hemos de hacer el bien a todos cuando se presente la ocasión, “según tengamos oportunidad”. El resto del versículo dice que debemos hacer el bien, “y mayormente a los de la familia de la fe”. Hemos de gastar o invertir nuestro tiempo, energía y recursos haciendo el bien a los creyentes. En contraste, no hacemos mal a nadie, sino que hacemos el bien a todo el mundo cuando tengamos la ocasión. Este es el epítome de una vida de calidad para un creyente. Esa es una vida llena de fruto espiritual.

Pablo termina la epístola a los Gálatas, señalando las marcas físicas que él había recibido de los hombres.*

Gálatas 6:17:
De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.

La palabra “marcas” en el texto es la palabra griega stigma, el sello o marca de un esclavo. En el Este, cuando un esclavo era comprado, él tenía la marca de su amo, stigma, puesto en el lóbulo de la oreja o en la frente. Pablo utiliza figurativamente las “marcas” para demostrar que su amo, el Señor Jesús, fue dado a conocer por las características de calidad evidentes en su propia vida. El stigma no quiere decir que Pablo había sido marcado literalmente con un hierro de marcar. Una persona podría ser físicamente marcada por todo el cuerpo, pero eso no muestra o quiere decir que ame a Dios. Usted puede escribir en su frente: “Yo amo a Dios”, pero eso no significa que usted realmente ame a Dios. ¿Qué es lo que tiene usted en su interior?

Pablo vivió por el espíritu y por lo tanto, manifestó el fruto del espíritu. Él vivió una vida de dedicación llena de amor y servicio. Por su denodado testimonio, Pablo fue arrojado en prisión y finalmente ejecutado, pero nunca renunció a la verdad de Dios o Su Palabra. Esa es una marca de calidad.

¿Qué tiene usted en su interior? ¿Cómo es que la nueva creación, el Cristo en usted, se manifiesta en el mundo de los sentidos? ¿Está usted dando fruto espiritual? ¿Sobrelleva usted las cargas de los demás? ¿Restaura con mansedumbre a aquellos que tropiezan?

¿Camina por el espíritu? ¿Es usted fiel a hacer el bien? ¿Hace el bien a todos, pero especialmente a los creyentes? Todas estas cosas le dan a usted la maravillosa marca de una vida de calidad, de una vida vivida para el Dios Todopoderoso.

Debemos caminar de acuerdo a la Palabra de Dios; debemos permanecer comprometidos con Dios y Su Palabra. Parémonos firmes por la Palabra de Dios, con humildad, con amor, con fidelidad. Entonces nuestras vidas mostrarán claramente la marca de calidad. Cuando producimos en nuestras vidas esa marca de calidad, entonces estamos mostrando el sello distintivo de Dios. El más excelente sello distintivo de todos, está en nosotros.



*II Corintios 11:23-27





Traducción por Claudia Juárez Garbalena

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