miércoles, 17 de abril de 2013


                  Jesucristo, entregó su vida y derramó su sangre por nosotros
 Puesto que la vida está en la sangre (Levítico 17:11 “Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación por la persona.”);  al morir Jesús en la cruz y derramar toda su sangre,  nos dio su vida y por ello nos reconcilió con el Padre, nos justificó, nos limpió, dándonos vida eterna. De esta manera se cancela nuestra deuda. (“Porque la paga del pecado es la muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”)  Romanos 6:23.
Era necesario un sacrificio perfecto sin mancha y sólo Jesús pudo ser ese cordero que quitaría el pecado del mundo.  Gracias a Jesús y a su preciosa sangre ahora podemos  tener comunión con el Padre, él nos acercó de tal manera que tenemos  libre acceso a su misma presencia.
EXPIACIÓN: Cristo a través de su Sangre borró todas nuestras  culpas ofreciéndose él como el sacrificio perfecto, dando su vida.  El llevó nuestro  castigo. Murió en el lugar de cada ser humano.
La sangre  que derramó el Señor Jesús  ha dado satisfacción a Dios, ha pagado la deuda de la humanidad,  ahora Él está dispuesto a satisfacer en nosotros  la limpieza de nuestras almas, que nos redime,  nos purifica, nos limpia de toda culpa, para servir al Dios vivo sin manchas y sin arrugas delante de Él
 Hemos  sido comprados  para Dios. “…y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;…” (Apocalipsis 5.9) (Levítico 17:11).
“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22).
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
VICARIA: podemos decir que un vicario es aquel que toma el lugar de otro, el suplente, el sustituto. La muerte vicaria (o sustitutiva) de Jesucristo es la obra de la cruz que quita la muerte espiritual o segunda muerte del ser humano.
No solo nos quita la sentencia de muerte por el pecado, sino que hace posible que Dios restaure la vida de todo hombre que  recibe a Jesús  como Señor y Salvador.
Esta obra nos libra de la muerte (o separación eterna) y de la condena que teníamos por ser pecadores,  porque Cristo ya pagó la condena y murió en la cruz en nuestro lugar.
Puesto que por culpa del pecado estábamos condenados a la muerte física y a la muerte espiritual, Jesucristo tuvo que sufrir muerte como sustito nuestro.
Dios consideró satisfactoria la muerte de Cristo y la acreditó a la cuenta  de la raza caída.
EXPIACIÓN  En la teología cristiana, expiación denota la doctrina de la reconciliación de Dios y el hombre, llevada  a cabo por la crucifixión y muerte de Jesucristo, en  un acto de satisfacción pagado a Dios, por un hombre: Jesús, el Cristo, que exigió de la obediencia  a la ley de ese hombre perfecto , porque el hombre común no la pudo cumplir a causa de su pecado. http://mb-soft.com/believe/tsn/atone.htm   La expiación es aquella forma de satisfacción por la culpa del pecado en la que el culpable queda absuelto al cargar otro con su pena. La palabra viene del hebreo kipper, equivalente al arameo de borrar o la raíz de cubrir. El concepto básico parece ser el de eliminar el obstáculo que impide la bendición de Dios.
RECONCILIACIÓN Restablecimiento de la concordia y la amistad entre varias partes enemistadas.
Restablecimiento de la concordia o amistad perdidas entre dos personas que se habían enfrentado, reconstitución de una relación rota.
Eso fue lo que hizo Jesús por medio de Su muerte, al precio de Su sangre;  nos reconcilió con Dios de quien estábamos separados, a causa del pecado.
La muerte vicaria de Jesucristo, a través de la cual tomando nuestro lugar, pagó el precio de la deuda, satisfizo la justicia de Dios que requería que hubiese muerte de por medio como precio del pecado. Romanos 6:23  Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Esa muerte la merecíamos nosotros, y Jesús tomó nuestro lugar.
Jesús al morir en la cruz pagó el precio, quitó de en medio el pecado que nos separaba de Dios y nos acercó al Padre, llevándonos y dándonos libre acceso a Su presencia. El expió nuestro pecado, lo cargó sobre él, lo borró,  por su sangre nos lavó, nos limpió, nos santificó y así,  de esta manera, nos reconcilió con nuestro Dios y Padre celestial.               1° de Pedro 2: 24 “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis  sanados”.
 Sin la muerte de Jesús no hay salvación, ni reconciliación, ni vida eterna, ni nada. JESUS TOMÓ NUESTRO LUGAR, PAGÓ EL PRECIO, CUMPLIÓ LA JUSTICIA DE DIOS QUE REQUERÍA  MUERTE POR EL PECADO, Y NOS RECONCILIÓ CON ÉL. Gracias Dios mío por tu amor y Tu misericordia, gracias por Jesucristo mi Señor y salvador

¿PORQUÉ MURIÓ EL SEÑOR JESÚS? A lo que me refiero es, ¿hubiera podido Jesús lograr nuestra salvación sin morir como hombre?
La respuesta es NO. Para que pudiera haber remisión de pecado, tenía que haber muerte y  derramamiento de sangre  Hebreos 9:15  “Y por causa de esto Él es mediador del nuevo testamento, para que interviniendo muerte para la redención de las transgresiones que había bajo el primer testamento, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”. 16 “Porque donde hay testamento, necesario es que intervenga muerte del testador”. 17 “Porque el testamento con la muerte es confirmado; de otra manera no tiene validez entre tanto que el testador vive”. 18 “De donde ni aún el primer testamento fue consagrado sin sangre. 19 Porque habiendo hablado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, y lana de grana, e hisopo, roció al mismo libro, y también a todo el pueblo, 20 diciendo: Ésta es la sangre del testamento que Dios os ha mandado. 21 Y además de esto roció también con sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. 22 Y casi todo es purificado según la ley con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión.”

 Jesús tuvo que morir, derramar hasta la ultima gota de Su preciosa sangre por nuestra  salvación “Porque la vida de la carne en la sangre está”, (Levítico 17:11). “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

En el Edén Dios proveyó al hombre,( Adán y Eva), de todo lo necesario para vivir una vida en comunión con El, una vida santa, segura, una vida feliz. Génesis  2: 7-9 y 15-16 y 25.  7: “Entonces el  SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente. 8”Y plantó el SEÑOR Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí al hombre que había formado. 9 Y el SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; 15 Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer” Génesis  2: 17- “pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.

Vemos que también les dio un mandato, una prohibición y una advertencia,  si no lo cumplían cometerían  una falta. Cuando desobedecieron e hicieron aquello que Dios les había mandado no hacer, cometieron  alta traición contra Dios, quien amorosamente les había dado todo, esto constituyó un delito que mereció una pena, la cual ningún hombre fue capaz de pagar.

Para eso nació Jesús, un hombre, el segundo Adán, por cuanto no tenía pecado en su sangre, porque fue concebido sobrenaturalmente, por esto,  era como Adán antes de pecar. Pero, en todo lo demás fue un hombre como los demás, sólo que siempre sometió su voluntad a la voluntad de Dios y lo hizo por libre albedrío, movido por su amor a Dios y a los hombres caídos.
 Cuando los primeros padres pecaron cayó sobre ellos la consecuencia de su pecado, perdieron la comunión con Dios y trajeron consigo maldición de pecado para toda la humanidad. (Génesis 3).

También perdieron  aquel estado de inocencia en que había sido creado, es decir su integridad y santidad. Adán y Eva se dieron cuenta que estaban desnudos y trataron de cubrir su desnudez. (Trataron de pagar por su pecado, de hacer una obra, que los cubriera ante Dios) Génesis 3:7 “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales”.
Dios los llamó y los confrontó amorosamente. Ellos se habían escondido porque estaban avergonzados,(Adán dijo: “tuve miedo porque estaba desnudo y me escondí” Génesis 3:  10).
Ellos no reconocieron fácilmente su pecado, sino trataron de justificarse diciendo: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”;... dijo la mujer: la serpiente me engañó y comí”

 Y allí en el Edén fue hecho el primer sacrificio, para cubrir la desnudez del hombre. Dios mismo mató un animal y con su piel vistió al hombre. (Esto era una figura de lo que era necesario hacer cuando un hombre sin pecado pudiera redimir  a la humanidad del pecado,  por medio de dar su vida y derramar su propia sangre.
Génesis  3:21 “Y el SEÑOR Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.  Así que esa fue la primera figura referida a la sangre del Redentor, necesaria para cubrir la desnudez del hombre, que vino por causa del pecado. (Desnudez es figurativo de haber perdido espíritu santo y haber quedado destituido de la gloria de Dios)
Fue en el  Edén donde Dios mismo da la primera profecía y promesa acerca del Redentor  (Jesús). Génesis 3: 15 “Y pondré enemistad  entre tú y la mujer,  y entre tu simiente y su simiente;  él te herirá en la cabeza,  y tú le herirás en el calcañar”.

 Hay que notar que Dios no podía quitarle la piel al animal, para vestir al hombre, si no lo mataba primero; así mismo,  si Jesucristo no hubiese muerto en la cruz no hubiese podido cubrirnos a nosotros con su sangre para salvarnos del pecado y de la muerte eterna. Entonces era indispensable que Jesús diera su vida y toda su sangre,  por nuestra salvación.
Porque Dios es santo, bueno y justo,  Su Ley exigió la muerte ante esta infracción.
Cuando el hombre pecó, la  multa debía pagarse, o Dios no sería justo.  
Romanos  5; 8  “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira  por medio de él. 10 Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación”.

Hebreos  9:11  “Pero cuando Cristo apareció como sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna. 13 Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la becerra rociada sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo? 15 Y por eso El es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16 Porque donde hay un testamento, necesario es que ocurra la muerte del testador. 17 Pues un testamento es válido sólo en caso de muerte, puesto que no se pone en vigor mientras vive el testador. 18 Por tanto, ni aun el primer pacto se inauguró sin sangre. 19 Porque cuando Moisés terminó de promulgar todos los mandamientos a todo el pueblo, conforme a la ley, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo,
 20 diciendo: ESTA ES LA SANGRE DEL PACTO QUE DIOS OS ORDENÓ. 21 Y de la misma manera roció con sangre tanto el tabernáculo como todos los utensilios del ministerio. 22 Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón”.

Si no hubiera existido la sustitución en la cruz, la muerte vicaria con el derramamiento de su sangre preciosa y la resurrección triunfal del Señor Jesucristo;, habríamos quedado a mitad del camino que Dios tiene para nosotros, porque solamente mediante nuestra muerte habría remisión de nuestras faltas, y de las faltas que como hombre por naturaleza arrastramos por el solo hecho de haber nacido,( como progenie de Adán), lo que nos privaría de la vida eterna, de la comunión con Dios Padre, y de la bendición de vivir en la protección de Jesucristo, autor y consumador de la fe; vale decir que nuestra vida se perdería en una muerte absurda por el hecho de no haber reconocido al Señor Jesús como nuestro sustituto y Salvador.

Juan 3:16 “porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él crea no se pierda, mas tenga vida eterna”
Como reconocerlo hoy : confesar y creer que Jesucristo es el  señor de nuestras vidas
Rom 10:9  que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Rom 10:10  Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Rom 10:11  Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.(C)
Si obedecemos a la Escritura, que es respirada de Dios, se origino en Él, podemos estar confiados que no seremos avergonzados; y que henos pasado de muerte a vida, y el mismo señor Jesucristo declaro en:
Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Esa Vida en Abundancia y esa plenitud, el autor es Dios, que la hizo disponible por medio del señor Jesucristo.
Agradecemos a Dios Padre y al señor Jesucristo por su amor hacia nosotros. Y vivamos asi:
Rom 15:6  para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.                                                                                                                            Jca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario